Capítulo XXXIII
Con el festival del amanecer más cerca a cada segundo, la clase 1 de tercer año aún no decidía la comida que iban a hacer en el evento. Lo que resultó que el equipo takoyaki formado por hombres y liderada por Nino, peleara contra el equipo panqueques formada por mujeres y liderada por Miku. Obvio que ambas tomaron el liderazgo en contra de sus voluntades.
Akira: ¿Los cálculos son correctos, Yotsuba? — preguntó con una mirada fija al pizarrón.
Yotsuba: Lo revisé tres veces y es el mismo resultado, sensei — respondió mientras usaba la calculadora.
Akira: Lo que me temía. El conteo otra vez terminó en empate — dijo al ver el pizarrón que tenía el conteo de alumnos que votaron por la comida de su elección — Si esto continúa, entonces no nos queda de otra que abrir dos puestos.
Yotsuba: Eso parece.
Itsuki: Um… Sanada-sensei, ¿me permites un momento?
Akira: ¿Hm? ¿Qué sucede Itsuki?
Itsuki: Erm… ¡Demos lo mejor de nosotros en el festival escolar!
Akira: ¡Por supuesto que sí! — dijo con una leve sonrisa — Aunque nunca pensé que elegir un menú nos daría tantos problemas.
Yotsuba: Sí. ¡Pero demos lo mejor de nosotros como representantes de la clase!
Akira: ¡Así se habla! — sonrió de vuelta — Ahora si me disculpan, debo buscar a Miku y Nino para hablarles sobre los puestos.
Hablando de ellas, ambas hermanas estaban en las gradas del campo de la escuela. Ambas lucían algo incómodas y presionadas por lo que acababa de ocurrir con la clase.
Nino: Esto se ha vuelto un dolor de cabeza para nosotras dos — dijo rompiendo el tenso silencio — También te estás arrepintiendo de esto, ¿verdad?
Miku: Nunca pensé que la clase se dividiría en dos por algo como esto. No debí decir nada.
Nino: Tienes razón. ¿Por qué siquiera sugeriste panqueques? —preguntó con una ceja levantada.
Miku: Hablé con la mamá de Akira el otro día. Me dijo que ella hacía panqueques todos los días porque son los favoritos de su hijo — explicó — Eso me recordó como solían ser las cosas entre nuestra familia.
Nino: Bueno, eso es verdad. Eran definitivamente esponjosos. Pero eso no es algo que alguien pueda aprender en tan poco tiempo.
Miku: ¿Lo has hecho antes?
Nino: Ese fue el primer plato que intenté hacer. Ese sabor era algo que anhelaba. Le pedí a papá un favor hace mucho tiempo. Que me llevase a un lugar donde sirvan panqueques… pero inmediatamente se negó.
Miku: Entonces es por eso que decidiste hacerlo por tu cuenta, ¿eh?
Nino: ……Más o menos — dijo a medias mientras se levantaba de su asiento — Aún así, el takoyaki es mucho más fácil en comparación. Especialmente cuando estamos preparando un puesto.
Miku: Eso que dijiste de forma tan contundente es…
Nino: Odio a los cobardes que actúan a espalda de los demás — dijo con enojo — Bueno, quizás termine mandando a volar algunas plumas y quizás termine insultada.
Miku: Nino, si ese es el caso, entonces…
Nino: ¡Por supuesto cuando eso pase, no me rendiré! ¡Los tomaré de frente! — declaró firmemente — De hecho, sería mejor si vinieran a mí directamente — comentó hasta que sintió miradas hacia ella, por lo que volteó la mirada — Hablando del rey de Roma.
A varios metros de distancia, tres chicas asociadas con el equipo panqueques, miraban fijamente y con remordimiento, a lo cual Nino y Miku respondieron igual.
Sin embargo, aunque quisieran mantener ese duelo de miradas, la voz de alguien las hizo voltear.
Akira: Nino, Miku, veo que están las dos aquí — dijo desde las escaleras de arriba.
Miku: Akira, ¿qué sucede?
Akira: Verán… — detuvo su oración cuando se fijo en las otras tres chicas, quienes empezaron a irse cuando vieron a su maestro aparecer — Olvídenlo. Como sea, aunque estemos ocupados con varias cosas, hagamos lo posible para disfrutar el festival — dijo para luego irse.
Nino: ……
Miku: ¿Qué fue todo eso? — preguntó confundida — Oh, necesito para algo. Adelantate y ve a casa — avisó a Nino antes de perseguir a Akira por las escaleras — ¡Akira!
Akira: ¿Hm? — se dio la vuelta para ver a Miku correr hacia él — ¿Qué pasa, Miku?
Miku: Um, este… yo… ¡sal conmigo!
Akira: ¡¡¿EH?!! — gritó sorprendido.
Miku: ¡No, espera! ¡E-eso no es lo que quería decir! — dijo avergonzada — Quiero que salgamos este domingo.
Akira: “Maldición. Inconscientemente casi digo que sí” — pensó sumamente aliviado y sumamente molesto por no haberlo dicho — Cl-claro. ¿A dónde quieres ir?
Miku: Planeaba que vayamos al acuario.
Akira: Al acuario, ¿eh?
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En los casilleros, Itsuki se estaba preparando para irse cuando de repente vio a Nino aparecer.
Itsuki: Oh. ¿También vas a casa, Nino?
Nino: Sí, y buscaba a alguien con quien ir.
Itsuki: Ya veo. Pero debo disculparme. Voy a la escuela de nivelación.
Nino: ¿En serio justo ahora? Ciertamente eres una estudiante aplicada — dijo mientras recogía sus zapatos de su casillero.
Itsuki: Um, Nino… ¿cuánto… obtuviste en tu prospecto de examen de universidad?
Nino: Inesperadamente no muy mal. Obtuve una 'B' en él. Estoy pensando donde aplicar.
Itsuki: Uuugh… uuugh… uuugh — gimió de impotencia mientras bajaba la cabeza y tenía la cara roja.
Nino: ¿Eh? ¡¿Qué?! — preguntó desconcertada por su actitud.
Itsuki: Incluso aunque trabajé realmente duro, aún así… — metió la mano en su bolso y sacó la prueba de simulación del examen donde tenía una 'D' de calificación — ¡Terminé obteniendo un resultado como este! ¡Mi futuro no tiene remedio! ¡Al final soy una imitación barata de mamá! ¡Yo siendo una profesora no es más que un vago sueño! — sollozó en voz alta.
Nino: ¡T-tranquilizate!
Tras varios minutos finalmente logró que su hermana dejara de llorar. Así que para poder escuchar lo que acaba de pasar, decidieron sentarse mientras compraba una bebida de la máquina expendedora.
Itsuki: Lo siento por perder la compostura hace rato.
Nino: ¿Se lo has dicho a Aki-kun? — preguntó sentándose a su lado.
Itsuki: Es nuestro profesor, estoy segura que ya lo sabe — dijo con una mirada triste a su bebida — Quería hablar con él al respecto, pero está muy ocupado. Y más que nada… no pude decírselo. Hablé con Kirisu-sensei y me dijo que debería hablar con mis padres… pero hacer eso es un poco…
Nino: Él no es el tipo que haga eso, ¿eh?
Itsuki: ¡N-no! No quise decir eso. No quise preocupar a papá más de lo que ya está.
Nino: ¿Eh? ¿Preocupado? ¿Cuándo esa persona ha…?
Itsuki: Es gracias a papá que hemos podido madurar de la manera en que lo hemos hecho. He sido capaz de reconocer eso — dijo antes de recordar que el día que visitaron la tumba de su madre, donde había un ramo extra que no era de ellas ni de Akira — Ese ramo de flores era de papá. Él raramente toma partido de forma directa, pero creo que él siempre está al pendiente de nosotros — explicó, sorprendiendo a su hermana.
Nino: No hay forma — susurró.
Itsuki: Por ahora, discutiré con Shimoda-san, la profesora de la escuela de nivelación — dijo sin haber escuchado lo que susurró de Nino — Además, parece que un famoso orador estará dando un taller especial en el futuro.
Nino: ¿Qué? Eso suena vago.
Nino: Fufu… ¿te gustaría venir, Nino? — bromeó con ella.
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[Pov. Akira…]
Algo estaba pasando con Nino en el momento que decidió ser parte del equipo takoyaki. Me di cuenta en el momento en que busqué a ella y a Miku para consultar sobre los puestos de comida y hallar un modo de resolver esto pacíficamente. Sin embargo, me encontré con ellas en un duelo de miradas intensa con otras tres compañeras suyas.
No me gusta que entre mis estudiantes haya disputas, así que al día siguiente, decidí hablar con ellas. Y si no querían decirlo, usaré mi poder como profesor para obligarlas.
Su líder de apellido Suzuki, me explicó el motivo.
Akira: Veamos — me crucé de brazos — Es raro que, a pesar de ser una chica, esté en el equipo de los chicos. Ella debe estar seduciendo a uno de los chicos. ¿Me equivoco?
Suzuki: E-es correcto — asintió — Ella debe estar tras Yuusuke. Y si estoy en contra de Nino-chan, no tendré posibilidad alguna.
Ah, la baja autoestima sobre el aspecto de una persona. Es cierto que la belleza es muy subjetivo e incluso cambia dependiendo de la cultura en la que vivas, pero eso debería cambiar.
Akira: ¿Por qué crees eso, Suzuki? ¿Acaso no puedes ver que tú eres hermosa?
Suzuki: ¡¿E-eh?! — exclamó con su cara estallando en rojo — ¡S-solo lo está diciendo porque quieres proteger a Nino-chan! ¡¿Crees que no sabemos que se conocen desde mucho antes de que trabajaras aquí?!
Akira: Esto hablando en serio, Suzuki. No como un profesor o amigo de las Nakano, sino como alguien del género opuesto — dije mirándola con una sonrisa — Es cierto que Nino es una lindura, pero ten más confianza en ti misma.
Luego de eso, me la pasé hablando con ella sobre como debería quererse más por más de media hora. Además, le di el número telefónico de mi madre para que ella le diera tips sobre el cuidado de la piel y el cabello, lo cual Suzuki y sus amigas me lo agradecieron profundamente.
Akira: Adiós, chicas. Buena suerte en conquistar a tú sabes quien, Suzuki — me despedí de ellas mientras me iba por mi propio camino — Y ahora…
¿¿??: Pasemos tiempo de calidad juntos, Aki-kun.
Sentí un escalofrío recorriendo mi espalda cuando escuché una voz muy familiar y dulce para mi gusto.
Al darme la vuelta, me encontré rodeado por dos chicas. Una de ellas era Nino, que me miraba con una sonrisa y ojos de joven enamorada. Y la otra era Yotsuba, que me estaba haciendo un puchero.
Ay no.
Akira: Díganme que no escucharon eso.
La única respuesta que recibí fue que Nino abrazó mi brazo izquierdo y extrañamente Yotsuba abrazó el derecho.
Akira: Tomaré eso como un sí.
Yotsuba: Sanada-san.
Ella me miró aún con su puchero, como pidiéndome que le diga algo que no tengo idea de qué.
Mientras que Nino…
Nino: Dime lindura.
¡¡ESA FRASE ME DA MIEDO!!
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El domingo llegó y eso significa otro día libre para descansar. Sin embargo, hoy tenía que cumplir una cita en el acuario que le había prometido a Miku.
Incluso si estoy cansado, debo cumplir mi promesa.
Miku: El festival escolar ya es la próxima semana. Espero con ansias esos tres días — dijo tras ver un cardumen de peces nadar frente a nosotros.
Akira: Yo también — dije con una sonrisa cansada — Aunque no puedo creer que hagamos tanto takoyaki como panqueques. Digo, podría haber intentado detenerlos, pero eso sería cometer suicidio.
Miku: Estoy segura que todo saldrá bien. También, asegúrate de pasar por mi puesto para comer mis panqueques.
Akira: Eh, s-sí. Pediré algunos para llevar a casa — dije intentando no dañar sus sentimientos — La carga de representante de la clase es más pesado de lo que creía. Yotsuba y yo hemos estado hecho bolas.
Miku: ¿'Hecho bolas'? — preguntó confundida — Ah, Yotsuba dijo casi lo mismo. Ella estaba como '¡como sea, estoy ocupada!'. Sin mencionar que también está participando en la obra del club de drama.
Akira: ¡¿Qué?! ¡¿Por qué esa chica…?! — me detuve unos segundos para luego suspirar — ¿Para qué discute si yo también estoy ayudando a algunos clubes y otras clases?
Miku: Ustedes dos son demasiado altruistas.
Akira: ¿Qué te puedo decir? Es un don… una maldición — sonreí para luego extender mi mano — ¿Vamos? Tenemos una cita después de todo, ¿no?
Miku: ¡Sí! — asintió feliz mientras tomaba mi mano.
Durante el resto del día, seguimos recorriendo el acuario. Vimos un show de una orca que daba saltos fuera del agua y que salpicaba a la gente del público.
En uno de esos saltos, nos mojó de cuerpo completo a los dos. Pero en vez de enojarnos o algo así, sólo nos reímos por lo ocurrido.
Akira: Que bueno que la tienda de regalos vendía ropa de nuestra talla — dije mientras vestía una camisa celeste con la marca del acuario y unos pantalones nuevos.
Miku: ¿Por qué siempre tenemos la suerte de terminar mojados? — preguntó vistiendo una camisa a juego y una falda corta que hacía relucir sus blancas y suaves piernas.
Akira: La suerte Parker, supongo.
Para terminar con la cita, fuimos al tanque de los pingüinos, justo cuando había comenzado un show. La cuidadora de los pingüinos nos presentaba a cinco aves no voladoras por sus nombres.
Cuidadora: La siguiente es An-chan. Atrás de ella está San-chan — dijo antes de agarrar un pingüino — Ahora tengo una pregunta para todos. ¿Recuerdan cuál es el nombre de este pequeñín?
Akira: ¿Es San-chan? ¡No! Es… ¿An-chan? — dije inseguro de cuál es — ¡Dammit! ¡No sé quién es.
Miku: Quiero adivinar — dijo con su cara pegada al vidrio.
Cuidadora: ¡Ah! ¡Es cierto! Estas cinco pingüinos son todas hermanas, así que se parecen mucho.
Akira: Entonces son ustedes, Miku.
Miku: Ahora que lo dices, ese se parece a Nino — dijo mientras mirábamos a una pingüino quejumbrosa.
Akira: Y ese se parece a ti — dije señalando a una que tropezó y cayó de estómago al suelo.
¿¿??: ¡Santo cielo, se cayó! — dijo uno de los visitantes.
¿¿??: Esa debe ser la torpe.
Miku: Akira — me miró con un adorable puchero malhumorado, al cual respondí con una sonrisa.
Akira: Solo haces que te veas más tierna, mi querida Miku — dije acariciando su cabello, lo cual hizo que dejara su enojo y se sonrojara.
Dejando de acariciar su cabello, seguí mirando el tanque de pingüinos, solo para notar que de las cinco, una no saltó al agua como sus hermanas debido a que tenía miedo.
Pero como todo ser vivo de este planeta que supera su miedo para seguir adelante, el pingüino, a pesar de estar asustada, obtuvo un impulso de valentía y saltó al agua.
Miku: Quiero estudiar cocina.
Mis ojos se abrieron y me obligaron a dejar de observar el tanque para mirar a Miku.
Miku: Así que no iré a la universidad. Perdón, Akira.
Akira: Ya veo. Si eso es lo que quieres, entonces te daré todo mi apoyo — dije mientras le sonreía — ¿Pero por qué me lo dices?
Miku: Te lo quería decir porque eres especial para mí.
Antes de que sus palabras me tomaran por sorpresa, ella corrió hacia mí para darme un abrazo.
Eso también me sorprendió.
Miku: Y lo digo de manera romántica — dijo dándome una cálida sonrisa para luego ocultar su cara en mi pecho — Listo, lo dije. Ahora es tu turno, Akira.
Sabía que no tenía que decirlo ahora, así que solo me puse a acariciar su cabello, haciendo que el abrazo de Miku fuera un poco más fuerte.
Sin embargo, a pesar de este cálido y enternecedor momento, no podía sonreír. Porque… tarde o temprano tendré que decirle a ella y a sus hermanas… la verdad sobre mí.
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[Pov. Narrador…]
Tras caer la noche y con la cita exitosamente terminada, Akira dejó a Miku en su casa y se dirigió a la suya.
Pero luego de una hora, la familia Sanada recibió la visita de alguien que ya conocen.
Itsuki: Buenas noches, Aoi-san.
Aoi: ¡Itsuki-chan! Que bueno verte, querida. ¿Qué te trae por aquí? — preguntó cálidamente.
Itsuki: Vine a traerle esto — le entregó un sobre — Yotsuba me dijo que Sana… Akira-kun se olvidó esto en su escritorio. Es una invitación al festival escolar. Cupones de descuento, entre otras cosas están ahí adentro.
Aoi: Oh, gracias, Itsuki-chan. ¿Cómo mi hijo pudo olvidar algo tan importante?
Itsuki: Ha estado muy ocupado con este último evento del año, Aoi-san. Él y Yotsuba están intentando hacer el mejor festival de todos los tiempos.
Aoi: Es bueno saber que el quiere disfrutar su juventud al hacer esto.
Itsuki: Sí — sonrió al recordar la mirada y la sonrisa de Akira al ayudar en las preparaciones del festival — Por cierto, ¿está aquí? Quisiera hablar con él.
Aoi: Está en su habitación. Si quieres puedes ir y hablar con él.
Itsuki: Gracias, Aoi-san — dijo mientras se dirigía a la habitación de su amigo.
Aoi: No hay de que. Iré a prepararles un poco de té y galletas — dijo caminando hacia la cocina — Ah, por cierto, la habitación de Aki siempre está abierta… pero si quieres cerrarla para divertirte con mi hijo en privado, no me molestaría que lo cerraran~. Tan solo pongan una corbata en el picaporte y no hagan mucho ruido, ¿si?
Itsuki: ¡N-no vamos a hacer eso! — respondió avergonzada.
Ignorando la risa de la mujer mayor, Itsuki se dirigió hacia la habitación de Akira. Sin embargo, al momento de entrar, no vio a nadie adentro.
Itsuki: ¿Sanada-kun? ¿Estás aquí? — preguntó mientras veía alrededor de la habitación — ¿Habrá ido al baño?
Decidiendo esperar, se sentó en unos cojines que estaba en el suelo. Pero en el momento en que se sentó, la puerta del baño se abrió, y un desnudo y mojado Akira apareció de ella.
Akira: ¿Cómo es que pude olvidarme la toa…? — se congeló en el acto cuando vio a Itsuki mirándolo con los ojos abiertos — …lla.
Itsuki: ……
Akira: ……
Itsuki: ……
Akira: ¡¡¿ITSUKI?!!
Itsuki: ¡¡KYAAAA!! — gritó tapándose los ojos con las manos, pero aún viendo al chico desnudo a través de sus dedos — Enorme… ¡quiero decir, estás desnudo!
Akira: ¡Ah!
Se dio cuenta de que estaba desnudo y rápidamente agarró lo primero que encontró para tapar a Akira junior, el cual resultó ser una estrella de mar que le regaló la chica.
Akira: I-Itsuki, aunque me gusta tus visitas, sería mejor que salieras de mi habitación hasta que pueda cambiarme, ¿si?
Itsuki: ¡Cl-Claro! — dijo desviando la mirada hacia otro lado — Veré tu cuerpo más tarde. ¡No! Quise decir que te veré más tarde… sin ropa puesta… ¡con ropa puesta! ¡T-te veré más tarde! — exclamó huyendo apresuradamente de ahí.
Akira: Diablos — murmuró dejando escapar un suspiro exasperado — Ahora jamás me verá de la misma forma de antes. Será incómodo.
Tras una secada y un nuevo cambio de ropa, Akira salió de su habitación y se dirigió a la sala, encontrándose con Itsuki aún con la cara roja y a su madre con una sonrisa burlona.
Aoi: ¡Y aquí está mi bebé! ¿O debería decir 'mi bebé adulto'? — fue la primera en recibirlo con una sonrisa burlona — Estaba preguntando a Itsuki-chan sobre lo que pasó entre ustedes dos, pero ella no me dijo nada. Así que te lo pregunto a ti… ¿Cómo te fue, hijo? ¿Usaste el condón que te di?
Akira: No, no lo usé — dijo inexpresivo.
Aoi: ¡Ay no! ¡Itsuki-chan va a quedar embarazada!
Akira: ¡¡ES PORQUE NO HICIMOS LO QUE CREES QUE ESTÁS PENSANDO!! — gritó alterado.
Aoi: ¿En serio? ¿Entonces no habrá un nieto en camino? — preguntó triste.
Akira tuvo un tik en el ojo.
Akira: Ven, Itsuki, vamos al balcón.
Aoi: ¿Van a hacerlo al aire libre?
Akira: Yo… ya me cansé de explicarte, mamá — dijo saliendo con Itsuki hacia el balcón.
Las luces de la ciudad iluminaba la oscura noche, lo que daba ese ambiente brillante y citadino que a la gente de ciudad le gusta.
Pero para ambos, este ambiente era opacado por el silencio incómodo de lo que había ocurrido hace poco.
Sin embargo, sabía que alguien tenía que hablar o se quedarían en tiesos para siempre.
Akira: Ehm… Has venido por los resultados de tu examen, ¿verdad? — preguntó rompiendo el silencio — Obtuviste una 'D' después de todo. Lo cual eso puede impedir tu ingreso a la universidad que quieres.
Itsuki: Ugh. ¡P-pero aún así no me voy a rendir con la universidad con la que apunto! ¡Estoy determinada a renunciar al festival escolar para esforzarme más!
Akira: No renuncies al festival escolar, eso afectaría tu juventud. Créeme lo que te digo — dijo mirando a la ciudad — Aunque cuento contigo para que cumplas tu sueño. Porque si fallas, entonces todo lo que he hecho habrá sido en vano.
Itsuki: Eso no es cierto. ¿Acaso tu tiempo con Ichika, quien apunta a ser una actriz, y Miku, quiere ser una chef, ha sido en vano?
Akira: Por supuesto que no — negó rápidamente.
Itsuki: Entonces ya lo sabes. Aparte de nuestra relación de amigos, ya no podemos ser catalogados como tutor y alumnas. Ichika y Miku, todas piensan lo mismo, estoy segura.
Akira: ¿Estás segura?
Itsuki: ¡Por supuesto que sí! — exclamó acercando su rostro hacia él muy de cerca — Incluso si lo que nos depara el futuro es el fracaso, estoy segura que ninguna de nosotras tendrá lamentos como… 'desearía no haber ido a esta escuela' o 'si solo no lo hubiera conocido' — dijo con la mano por su cabello, el cual se ondeaba por el viento.
Akira sonrió junto con ella, para luego volver a mirar la iluminada ciudad de Japón.
En un momento, Itsuki inconscientemente apoyó su cabeza en el hombro de Akira, y este apoyó su mejilla sobre la cabeza de ella. También, la rodeó con su brazo, dándole calor. Todo bajo el agradable silencio del lugar.
Sin embargo, su cursi momento era espiado por cierta madre chismosa que no perdió el tiempo en espiarlos.
Aoi: Si siguen así, ya estarán formando a mi nieto en menos de diez meses — sonrió con una mano en su mejilla — Y las demás tampoco están mal de nueras.
Aunque la idea de mimar a un Akira junior era muy tentadora, Aoi sabía que aún eran muy jóvenes como para que ellos formen una familia. Además de que estaban en la escuela y las chicas aún tenían un sueño que cumplir.
Aoi: Debo darle otro condón a mi hijo — susurró antes de recordar a las hermanas — Mejor le doy cinco. ¿O mejor cinco cajas? Nunca se sabe que tan duradero sea mi hijo.
Mientras tanto…
Akira: “Ugh. Siento que seré molestado por mi mamá… otra vez” — pensó con un escalofrío recorriendo por su médula.
CONTINUARÁ
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