Capítulo IX
Aunque fue una gran sorpresa que el segundo año estuviera en la misma posada, eso no impidió que disfrutaran del campamento.
Cada grupo de diferentes grados se dedicó a hacer su parte del trabajo. Por ejemplo, Nino se encargó de hacer el curry mientras sus compañeros varones se encargaban del arroz.
Ichika ayudaba a recoger y lavar los utensilios de cocina, lo que ganaba comentarios positivos hacia ella.
Yotsuba se encargó de cortar la leña. Aunque sus compañeros le pidieron que ya no corte más porque había formado una pirámide de dos metros.
Itsuki también se estaba encargando del curry, pero era tan detallada que contó incluso los segundos.
Y finalmente Miku estaba siendo detenida por sus compañeras porque intentaba agregarle miso al curry, lo cual era una mala combinación.
Akira: Sí, sin duda una muy mala. — dijo para sí mismo mientras se dirigía a hablar con los maestros. El consejero de aspecto intimidante y un profesor de historia —. ¿Sucede algo? Tuve que dejar que Maeda revise la olla.
Consejero: Sakamoto… escuché de parte de Nakano lo que has hecho por ella y sus hermanas al enseñarles en casa. Y te agradecemos por tu ayuda porque están empezando a mejorar — dijo de brazos cruzados —. Pero parece que hay un problema.
Akira: ¿Sus notas volvieron a bajar? — preguntó preocupado.
Profesor: No es eso. — negó con la cabeza —. Recientemente se informó que hubo un fuga de prisión.
Consejero: Y según las noticias, dos prisioneros huyeron con dirección hacia aquí. La policía está en su búsqueda, pero…
Profesor: Tendremos que cancelar el campamento y regresar a los estudiantes a casa.
Akira: Eso es malo.
Consejero: Sí. A menos que…
Akira: ¿A menos qué?
Consejero: Estarás haciendo la prueba de coraje, ¿verdad?
Akira: ¿Si…?
Consejero: Eso significa que estarás en el bosque todo el tiempo, ¿no es así?
Akira: No me gusta como va esto.
********
Timeskip traído por los chicos comiendo curry…
En el oscuro camino del bosque, dos personas caminaban algo asustados. Esos eran Maeda acompañado de una chica.
La poca luz de las lámparas rojas daban un tenue ambiente aterrador.
De repente, de los arbustos salió un monstruo humanoide de slime y de grandes ojos rojos brillantes que media 2.10 metros de altura.
¿¿??: ¡¡RAAAGH!!
El rugido, hizo que Maeda y su acompañante huyeran despavoridos.
¿¿??: Jajaja, eso nunca pasa de moda. — dijo el monstruo mientras se quitaba el disfraz, revelando ser Akira.
Yotsuba: ¡Estás en racha, Sakamoto-san! — exclamó saliendo de los arbustos disfrazada de momia —. Me alegra saber que te estás divirtiendo mucho en este campamento. ¡Así que sigamos teniendo un momento que jamás olvidarás!
Akira: Gracias, Yotsuba. Eres la mejor chica que podría tener.
Yotsuba: ¡Shishishi! — rió con los ojos cerrados.
De repente, escucharon ruidos acercándose a ellos.
Yotsuba: Ah, ahí vienen alguien. Son Ichika y Miku.
Akira: Excelente. — sonrió mientras volvía a ponerse la máscara —. Sigamos metiendo el terror en estas dos.
Se escondieron en sus posiciones mientras esperaban que las dos chicas se acercaran lo suficiente para asustarlas. Y cuando ya estaban cerca, Akira y Yotsuba salieron.
Akira: ¡¡RAAAGH!!
Yotsuba: ¡Te comeré!
Y aunque esperaban que gritaran de miedo, sus reacciones fueron diferentes.
Ichika: ¡¡PFFTJAJAJAJA!! ¡¡AKIRA-KUN!! — rió cayendo al suelo mientras se agarraba el estómago —. ¡¡PARECES MOCO VIVIENTE!! ¡¡JAJAJA!!
Akira: Ugh, eso dolió más de lo que creí. — dijo herido emocionalmente.
Miku dio una pequeña risa mientras usaba su mano para cubrir su boca.
Yotsuba: Bueno, ya sabían que saltariamos a asustarlas. — dijo con una risita tímida.
Akira: Sí, pero… — se quitó la máscara —. Ichika, ¿cuánto tiempo seguirás riendo de mi existencia?
Ichika: Lo siento, lo siento. — se disculpó mientras se ponía de pie —. ¿Cómo lograste ser más alto y estar cubierto de esa cosa?
Akira: Estoy usando zancos y me cubrí de slime no pegajoso sobre un traje…
Mientras hablaban, Miku los veía con un sentimiento de angustia y algo de celos. Era algo que no había sentido, y eso la incomodaba.
Akira: ¿Miku? Tierra a Miku.
Miku: ¿Eh? ¿Qué? — preguntó volviendo en sí.
Akira: Estaba diciendo que sigan las indicaciones que están señaladas en el sendero y no se desvíen, hay un acantilado al otro lado. — dijo señalando los carteles con flechas que estaban en el camino.
Miku: Lo sé. Andando, Ichika. — dijo mientras se adelantaba sin mirar a nadie.
Ichika: ¿Eh? O-okey — dijo siguiéndola.
Akira: Me parece o Miku está algo… distante. — dijo extrañado.
Yotsuba: Miku siempre es así. Mientras tanto, hay que seguir asustando.
Akira: ¡Cierto!
En el otro lado del sendero, Itsuki y Nino siguieron el sendero.
Itsuki: Uhh… no debí haber venido. — dijo mientras se aferraba a su hermana con fuerza.
Nino: Hey, sueltame. Tus uñas me están lastimando. — dijo mientras la empujaba suavemente.
Itsuki: Mis compañeros me dijeron que algo raro ocurre en este bosque. Algunas personas se adentran y desaparecen para siempre. — dijo asustada.
Nino: Eso es solo un rumor. — dijo poniendo los ojos en blanco —. Justo como la leyenda, no puedes creer en esas cosas. ¿Quién se puede asustar aquí si Sakamoto está encargado de esta prueba de coraje?
Itsuki: E-es cierto. Sakamoto-kun es quien está haciendo esto. ¡No hay nada de que asustarse! — exclamó fingiendo ser valiente.
De repente, algo aterrizó detrás de ellas que las obligó a voltear. Los ojos de ambas se abrieron en shock cuando un monstruo apareció rugiendoles con todas sus fuerzas.
Akira: ¡¡RAAAGH!!
Itsuki: ¡¡AAAHHH!! ¡¡YA NO LO SOPORTO MÁS!! — gritó huyendo de él con lágrimas en los ojos.
Nino: ¡Itsuki, espera! — exclamó persiguiéndola.
Yotsuba: Me había olvidado que Itsuki se asusta fácilmente. — dijo saliendo de su escondite.
Akira: Sí, creo que me pasé un poco. — dijo mientras se quitaba la máscara — Espera… ¿en qué camino se fueron?
Yotsuba: Ehm… creo que se fueron por el camino equivocado.
Akira: Maldición. — gruñó mientras se quitaba el disfraz y los zancos — Voy a ir a buscarlas. ¿Crees que puedas seguir asustando a la gente tú sola?
Yotsuba: ¿Me dejarás usar tu disfraz? — preguntó mientras recogía la máscara.
Akira: Sí.
Yotsuba: ¡Lo haré! — exclamó animada.
Akira: Esa es mi Yots. — dijo mientras recogía una cuerda que usaban para la decoración —. Me llevaré esto por si acaso.
Yotsuba: ¡Entendido!
Sin perder más tiempo, Akira se fue a donde huyeron las chicas, con la esperanza de que estuvieran bien.
Akira: “Esto es malo, muy malo. Si esos criminales están rondando por aquí, y las encuentran, no dudarán en callarlas” — pensó mientras corría sin hacer ruido por el oscuro bosque en busca de las chicas.
En otro lado del bosque, dos sujetos habían amordazado y atado a una chica contra un árbol.
Esa chica era Nakano Nino que tuvo la mala suerte de ser atrapada cuando descubrió a dos criminales musculosos de aspecto yakuzas.
Criminal1: ¿La amordazaste bien? No quiero que grite y alguien descubra nuestra ubicación — dijo mientras bebía una cerveza.
Criminal2: Sí, sí, ya me encargué de eso. — gruñó atándola bien —. Dijiste que nadie nos encontraría. ¡Dijiste que escapar sería fácil!
Criminal1: ¡¿De quién crees que tiene la culpa, idiota?! — exclamó empujándolo del hombro —. ¡Era un escape perfecto hasta que decidiste matar al guardia y dejar el cuerpo ahí!
Criminal2: ¡Nos descubrió, comprendelo!
Criminal1: ¡Solo quisiste matarlo porque eres un completo imbecil psicópata!
Criminal2: ¡Eres un…! — se lanzó a atacarlo.
Ignorando a Nino, estos dos empezaron a golpearse como un grupo de niños musculosos con golpes que podrían matar a alguien.
Mientras estaban en su propio pleito, Akira se acercó detrás de Nino, lo que casi la hace gritar.
Nino: ¡¡MNHG!!
Akira: Shhh — le pidió callar mientras le quitaba la mordaza —. No hagas ruido o nos descubrirán.
Nino: Haa… Sakamoto-kun — susurró con pequeñas lágrimas en los ojos —. ¿Cómo me encontraste?
Akira: Larga historia, te lo explicaré después — dijo mientras intentaba desatarla en silencio —. Espera… ¿silencio?
*¡¡POW!!*
Un fuerte golpe en la cara fue lo que recibió Akira de sorpresa cuando vio que no había nadie al frente y se había dado la vuelta para ver un tronco volar hacia él.
Nino: ¡¡SAKAMOTO-KUN!! — gritó preocupada cuando vio al chico volar hasta caer inconsciente.
Criminal1: Ahora es otro que nos descubre. ¿Acaso hoy tenemos mala suerte? — preguntó sosteniendo una gruesa rama del árbol.
Criminal2: ¿Qué hacemos con él? ¿También debemos atarlo?
Criminal1: No. A él no. — dijo antes de mirar a Nino —. Solo necesitamos a la chica en caso de que nos encuentren la policía. Haz lo que quieras con el muchacho.
Criminal2: Que bien. — dijo tronando sus nudillos con una sonrisa malvada.
Akira: Ughh… — gimió de dolor mientras lentamente se ponía de pie con la cabeza gacha.
Nino: No, espere. ¡No lo haga!
Criminal1: Tranquila, preciosa… tan solo espera que termine y pronto nos iremos de aquí y lo disfrutaremos. Ya lo verás.
Cuando el otro criminal lanzó su puño, Akira lo retuvo sosteniéndolo con una mano con suma facilidad, lo que sorprendió a los tres.
Criminal2: ¿Qu-
Antes de que pudiera reaccionar, Akira dio un paso al frente y le golpeó el rostro con el codo. Luego, lo agarró detrás de la cabeza y con todas sus fuerzas, le dio un cabezazo, tirándolo al suelo completamente inconsciente.
Tanto su compañero como Nino estaban impresionados por como Akira logró derrotar a un sujeto enorme fácilmente.
Akira: ¿Nunca han oído que no pueden golpear a alguien con lentes? — preguntó enojado —. Porque el tipo con lentes podría lastimarlos.
Viendo que sus lentes se habían roto, se los quitó y los tiró al suelo, mostrando una mirada feroz de aspecto delincuente.
Akira: ¿Vas a pelear, o te rindes junto con tu novio?
Criminal1: ¡Hijo de perra! — gruñó lanzándose a él.
Con la rama que tenía en sus manos, el criminal levantó su arma sobre su cabeza y la bajó rápidamente hacia su contrincante.
Sin embargo, Akira se defendió con el brazo izquierdo, rompiendo la rama en cientos de pedazos para luego contraatacar con un poderoso gancho derecho que lo envió hacia atrás en el aire hasta caer fuera de combate.
Akira: Patéticos. — dijo antes de respirar profundamente, tranquilizándose —. ¿Estás bien, Nino?
Nino: ¿C-cómo…
Akira: Sé pelear desde que era un niño por… diferentes motivos. Ahora no te muevas. — pidió mientras le quitaba las cuerdas —. Ya está.
Nino: Gr-gracias. — dijo mirándolo a los ojos.
Por alguna razón, esos ojos mostraban ferocidad, muy diferente a los ojos de perdedor que Akira siempre tenía, se veía genial.
Como a los chicos malos que a ella le fascina. Y Akira podría ser ese chico malo que podría estar buscando.
Nino: ¡¡NI SOÑANDO!! — gritó de repente cuando ese pensamiento se le cruzó por la cabeza.
Akira: ¡¿Qué?! ¡¿Por qué gritas?! — preguntó alarmado.
Nino: ¡Por nada! — exclamó mirando a otro lado para que no vea su rubor.
Akira: Si tú lo dices. — se encogió de hombros antes de mirar a los criminales en el suelo. — Dejé una soga detrás de ese árbol, traelo mientras me encargo de estos dos.
Nino: Okey. — dijo yendo al árbol señalado.
Akira se acercó a los criminales y revisó su ropa, examinando si tenía algún arma u objeto oculto que podrían usar para escapar.
Tras no encontrar nada, revisó los tatuajes que tenían. Y lo que encontró en sus muñecas le hizo abrir los ojos.
Akira: ¿Los Yamaguchi-gumi?
Nino: ¿Quiénes son los Yamaguchi-gumi? — preguntó llegando con la soga.
Akira: Son la organización criminal más poderosa y peligrosa de Japón. Tiene una gran historia en crímenes desde la final del período Edo. — dijo sorprendiendo a la chica.
Nino: ¿Cómo sabes eso? — preguntó curiosa.
Akira: Lo expliqué en nuestra última tutoría, ¿no lo recuerdas? — preguntó sorprendido.
Nino: No.
Akira: Debí suponerlo. — dijo con un suspiro pesado —. Como sea, voy a atarlos y luego llamaré a la policía. No le digas a nadie sobre esto, ¿okey? Arruinaría el campamento para todos si lo descubren.
Nino: Bien. — asintió mientras veía a Akira amarrar a los dos sujetos contra un árbol —. ¿Por qué usas lentes si parece que ves bien?
Akira: Tengo miopía, así que no puedo ver de lejos. — dijo mientras se aseguraba de que los ató bien —. Bien. Ya podemos irnos.
Nino: Espera. — lo detuvo antes de irse —. Déjame ver mejor tu rostro.
Akira: ¿Qué? — preguntó retrociendo un paso.
Nino: No te muevas. — dijo mientras lo miraba más de cerca —. ¡Lo sabía, tienes una herida en la frente!
Akira: ¿Hm? — se tocó la frente y vio que estaba sangrando —. Oh, si… debió ser cuando le di un cabezazo a ese idiota. Se curará por su cuenta.
Nino: No puedo permitir eso. — dijo mientras sacaba una bendita —. Yotsuba siempre viene con cortadas y raspones, por lo que siempre vengo preparada para situaciones como esta.
Akira: Espera, ¿qué vas a…
Nino: No te muevas o te golpearé. — amenazó mientras le ponía la bendita en la frente —. Listo.
Akira: Gr-gracias. — agradeció sintiendo un poco extrañado —. Es la primera vez que muestras preocupación que no sea por parte de tus hermanas.
Nino: Mis herma… ¡Itsuki! — exclamó en shock —. ¡Itsuki aún debe seguir por aquí perdida!
Akira: ¡Es verdad! Hay que buscarla. — dijo empezando a caminar.
Nino: El camino de aquí se ve más fácil de caminar. Vayamos por ahí. — dijo yendo por el otro lado.
Akira: Espera, por ahí es…
Nino: ¡Mira, el bosque termina ahí! — dijo mientras empezaba a correr hasta que su pie estaba fuera del acantilado —. ¡Ah!
Akira: ¡¡NINO!! — la salvó tomándolo de la mano y jalándolo hacia él.
Su acción hizo que Nino quedará en sus brazos. Una mano de Akira sostenía la suya y la otra rodeaba su cintura.
Su posición parecía una pose de baile.
Akira: ¿E-estás bien? — preguntó con las mejillas rojas.
Nino: S-sí. Estoy bien. — dijo desviando la mirada.
Akira: O-okey. — se aclaró la garganta mientras se separaba de ella —. Busquemos a Itsuki.
Empezaron con la búsqueda de la quintilliza kirby a través del bosque. Y aunque Akira estaba tan concentrado en buscar a su amiga, Nino tenía otra cosa en mente.
Akira aún sostenía su mano y no parecía que se había dado cuenta. Tal vez porque estaba buscando a su hermana.
A pesar de odiarlo hasta la médula, él la salvó de esos dos fugitivos. Eso hizo que cambie su forma de verlo. Incluso la luz de la luna iluminando su rostro lo hacía ver encantador.
Nino: “¿Qué me está pasando?” — pensó mientras al suelo con las mejillas rojas —. Ahm… oye, tú.
Akira: ¿'Oye, tú'? Al menos llámame por mi apellido, ¿no? ¿Qué sucede? — preguntó sin dejar de caminar y sin mirarla.
Nino: Baila conmigo en el baile de la fogata.
Akira se detuvo de inmediato, haciendo que Nino chocara contra su espalda.
Nino: ¡Ay!
Akira: Creo que el golpe de ese sujeto me provocó una conmoción cerebral. — dijo sacudiendo la cabeza —. ¿Qué acabas de decir?
Nino: ¡D-dije que bailaras conmigo en el baile de la fogata! — exclamó levantando la voz.
Akira: ¡¿E-eh?!
Nino: N-no es lo piensas. Solo es una forma de agradecerte por salvarme hace rato. — dijo desviando la mirada —. Y… ¿qué me dices?
Akira: Yo…
Ni siquiera podía responder cuando de pronto, Nino agarró los costados de su falda y se inclinó ligeramente.
Nino: Sakamoto-kun… ¿bailarías conmigo? — preguntó tímidamente.
Akira estaba en una encrucijada. Si no fuera porque sabe que es Nino, sospecharía que fuera otra persona. Sin embargo, aquí estaba ella invitándola a bailar con él.
Por suerte no tuvo que responder a su petición cuando escucharon un ruido entre los arbustos.
Nino: ¿Qué fue eso?
Akira: Nino, ponte detrás de mí. — pidió poniéndose delante de ella.
Nino: ¿Esos son llantos? — preguntó extrañada —. ¿Acaso viene la Llorona?
Akira: Esto es Japón, no México.
Nino: ¡¿Y qué, acaso no puede viajar al otro lado del mundo?!
Justo en ese momento, alguien salió de los arbustos. Y la persona que hacía esos llantos resultó ser Itsuki, quien lloraba intensamente.
Itsuki: Waahh… Nino, ¿a dónde fuiste?
Akira: ¿Itsuki?
Nino: ¡Itsuki!
Itsuki: ¿Fueehh? — volteó la mirada con lágrimas en los ojos.
Nino: ¡Eres demasiado engañosa! — exclamó mientras corría hacia ella.
Itsuki: ¡Nino! — exclamó aliviada —. ¡Estoy muy feliz! ¡Estaba muy triste! ¡Me sorprende verte aquí sola!
Akira: Yo también estoy aquí. — dijo haciéndose notar.
Itsuki: ¡Sakamoto-kun! ¡¿Qué te pasó?! ¡Estás herido!
Akira: No es nada. — dijo despreocupadamente —. Debemos irnos o nos buscarán los maestros.
Nino: Él tiene razón. Vámonos. — dijo empujando a su hermana hacía el camino.
Itsuki: S-sí, quiero irme de aquí lo más pronto posible.
Akira: “Bueno, un problema menos” — pensó aliviado.
Sin embargo, Nino se volteó a verlo para hablarle sobre la invitación que le ofreció.
Nino: Estoy esperando tu respuesta. — susurró solo para él antes de irse.
Akira: “Y uno nuevo empieza” — pensó tragando saliva.
CONTINUARÁ
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