Esta escena era la que más miedo me causó, pues resultaba que estábamos de visita con una abuela mía en Durango, a quien le roban cosas, sobre todo botes de Gaspasa. Era de noche cuando aún ocurrían los temibles robos. Frente a un pasillo que se encontraba en la sala, a la entrada de la casa, había un patio, en donde también se podía uno meter por encima, que estaba oscuro y lo que lo alumbraba era la luz de adentro de la casa.

En este caso, mandaron a llamar a mis tíos junto a mis primos, quien rápidamente vinieron de Sinaloa a Durango, con tal de resolver el problema que se presentaba. Se escuchaban en el patio que se estaban robando otro bote de gas, y cuando vimos para allá, ya no estaba el otro bote. Todo me provocaba miedo de mirar, tanto que ni quería saber quién era el ladrón.

Sin embargo, decidí ponerme atento a ver quién era, pese al miedo que tenía de hacerlo. Entonces me asusté ver que era una mujer de negro que se asomó por arriba de la pared, resultando que era mi prima...

Eso fue todo...

Bye.