La Segua (versión 2)
Esta historia me la contó mi abuelo quien vivió en una aldea de Nicaragua, y de esa aldea se venía al pueblo del Coyolar el cual se encontraba muy lejos. Cuenta mi abuelo en esa tan hermosa ciudad se iba a trabajar como cafetero en un negocio que se ubicaba dentro del centro colonial. Este se quedaba trabajando desde la mañana hasta que daban las 11:00 de la noche, hora en la que todos los nicas se acostaban y en la que temían, puesto a que decían que a esa hora salían los espantos, demonios y fantasmas. Pese a esa hora mi abuelo aprovechaba para ir a cantinas a beber alcohol y estar con las mujeres que trabajaban como prostitutas (aunque ya tenía novia, la cual es mi abuela).
Y un viernes no fue la excepción. Después de una larga jornada de trabajo, mi abuelo se dispuso a cerrar la tienda en dicha hora. Después de cerrar la tienda, en lugar de llegar a casa, se dispuso a llegar a la cantina en donde escuchaba historias de aparecidos, como la llorona, el Cadejo, el Gritón o la Carreta Nagua, sin escuchar una que le saldría más adelante.
Ya había escuchado esas historias antes, pero según él no les tenía miedo, ya que era un hombre alto, apuesto y fortachón, lo que le hacía presumir o decir que nadie, ni siquiera un fantasma, podría hacerle daño o asustarlo. Sin darse que cuenta que, desde afuera de la cantidad y en la casi completa oscuridad, uno de esos espantos que se dedican a castigar malas modalidades le estaba espiando y escuchando. Entonces el espanto quiso ponerlo a prueba.
Al dar las 2:00 en punto, todos ya se disponían a irse a sus casas, más por el temor de encontrarse con aquellas historias en carne propia; y su compadre le dijo:
- Bueno, yo ya me voy, así como vos también; no vaya a ser que nos salga la Segua. Jajaja
Al escuchar esto, mi abuelo quedó dudoso sobre quién era la Cegua, cuyo nombre también es Segua o Tzegua, pero prefirió no preguntar nada al respecto. Decidió investigarlo por su propia cuenta.
En fin, ya mi abuelo sale de la cantina y todo el pueblo ya estaba muy a oscuras más o menos, aunque el único alumbrado eran los faros pero no alumbraban aquella oscuridad. Entonces tenía un candil en la mano, un machete y un alumbrado. Siendo así, toma un caballo prestado de un amigo y se dispone a cabalgar, hasta tener que cruzar un campo que estaba un poco grande para llegar a la aldea. Iba bien a gusto cabalgando ya dentro del campo, aunque no tanto porque sintió luego un miedo dentro del corazón.
Mientras cabalgaba, logra toparse frente a él a una mujer linda, pelo negro largo y hermoso que le llegaba hasta las nalgas, tez blanca de aspecto suave, la cual, además, llevaba un vestido rojo y que le llegaba hasta tocar el suelo, que dejaba ver unas bellas curvas en su cuerpo. Su rostro era ovalado, perfecta, labios rojos y ojos negros coquetos.
Al ver a la hermosa mujer, a mi abuelo le extrañó verla tan sola, más en un campo tan grande. Entonces mi abuelo, poniéndose caballeroso y galante, decide a acompañarla.
- Buenas noches, señorita. ¿Se puede saber qué hace una mujer tan sola por aquí? ¿No quiere que la acompañe?
- Ah, sí por favor, quiero ir a mi casa que está en una aldea por aquí cerca, y quisiera que un hombre tan fuerte y galante me acompañe - contesta la chica con una voz melodiosa, sensual y dulce.
Entonces mi abuelo accede a llevarla al caballo, la monta por detrás y arranca derecho hasta que, a lo tan lejos, logra ver la aldea en donde vivía.
- Emmm.... ¿Cómo se llama usted? - le pregunta mi abuelo a la chica.
Pero la chica ya no respondió, quien pone su mano delicada izquierda en la zona íntima de mi abuelo (que la tenía grande), mientras que con la otra sostiene su hombro derecho.
- Oye, mamita, por ahí no se... -dijo mi abuelo al sentir eso que le llegó a excitar, y volteó sin haber completado su palabra de broma o coqueteo cuando vio que la mujer había cambiado-
La mujer, que antes se mostró como bella, se había convertido en un monstruo, cuya cabeza era la de un caballo esquelético (muy grande era), sus ojos eran bolas de fuego y sus extremidades se habían convertido en patas de caballo. Sus manos se habían convertido en garras horribles... Esta dio un grito de bruja, para después convertirlo en una risa burlona en el mismo tono, con un toque hueco y cavernoso. Al ver esto, mi abuelo quiso safarse de la monstruosa mujer, pero no pudo gracias a la fuerza sobrehumana de ella.
Entonces el monstruo, le muerde la mejilla que de su boca, al morderlo, sale un poco de fuego. Posteriormente, el espanto lo tumba del caballo el cual había corrido dejando al pobre solo con aquel súcubo, y esta lo golpea, tocándole después para después aruñarlo, dejándolo desnudo y "jugado de Cegua". Una vez terminado de hacerle eso, la mujer desaparece dejándolo en un estado de idiotez.
Al ser de día, su compadre que iba paseando por ahí lo encuentra tendido en el suelo dormido y arañado. Enseguida, su amigo lo levanta y se lo lleva hasta la aldea en la que se supone que iba a llegar con la mujer. Lo llevó a que fuera atendido por una curandera del lugar, quien lo "curó de espanto", regresando su alma al cuerpo de mi abuelo.
Después de esa terrible experiencia con la que en Nicaragua llaman Segua o Ceguanaba, ya no volvió a ir a las cantinas, nunca le volvió a ser infiel a mi abuela con quien luego de 6 meses se casó con ella y olvidó la mujeriada. Aunque no solo se podría verla en Nicaragua, sino que también en México anda haciendo sus apariciones. Por lo que mi abuelo ya no volvió a salir nunca más de noche, una vez que regresó a Sinaloa, México.
Así que amigos si ven a una mujer hermosa por ahí y si les pide un aventón, sin importar si vas a pie, en moto u en motocicleta, tenga precaución o no accedan, porque puede ser una cegua que se oculta tras una apariencia inocente de mujer. Y si son mujeriegos o borrachos, su sorpresa podría ser peor...
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