Saltó como un niño pequeño, prendido del brazo de su novio mientras veía los peluches de tamaño descomunal en esa tienda. Las cosas tiernas eran su perdición y esos peluches de colores pasteles, casi para decorar habitaciones de bebés, eran lo más jodidamente tierno que había visto en su vida. Además uno de ellos combinaba con su suéter gigante de color lila con corazones blancos. ¡Tenía que tenerlo como sea!

Arrastró a su novio hasta la tienda, las personas viéndolos extrañados. No le importaba, ya acostumbraba a esas miradas cada vez que salía con Seok Jin.

El mayor sonrió dulcemente, viéndolo saltar como un niño pequeño mientras señalaba un enorme perrito de color lila con un corazón en su pancita de color blanco. Sabía que su alfa lo quería porque combinaba con su suéter. Negó con la cabeza, guardando sus manos en su chaqueta de jean viendo divertido los ojitos brillantes de JungKook que le insistían para que le comprara el perrito mientras unía sus manos y hacía un pronunciado puchero.

-Creo que yo debería estar haciendo esa cara para que me compres ese peluche.-comentó burlón el omega.

Kook frunció el ceño y bajó la mirada, moviendo su pie tímidamente.

-Pero hyung...tú eres el único de los dos que tiene trabajo.-dijo desviando la mirada.

Seok Jin sonrió, era algo que ya sabía. JungKook aún tenía dieciocho años y estaba terminando su último año de escuela, lo que menos quería era una distracción para su pequeño por lo que prácticamente lo obligó a no tener trabajo hasta terminar el colegio.

Levantó el rostro de su dulce novio y besó su frente con cariño, haciendo que el alfa se sonrojara y sonriera como un adorable conejito.

-Ya, mi niño, llevemos ese gigante perro lila.

JungKook saltó una vez más feliz antes de tomar el enorme peluche para ir a pagarlo.

Los presentes simplemente los miraron estupefactos, ese alfa y ese omega no eran normales.

No sé, pero como que hacer alfas así me gusta 

nos vemos! besos💋💋💋