Como cada 24 de diciembre, Alexander escapaba del Cielo para rondar las calles de la Tierra. Era una costumbre que tenía desde hacía años. Por lo general elegía lugares nevados, amaba el frío y caminar en la nieve era una de las cosas que más disfrutaba.

Llegó a un parque cuyo lago estaba congelado. Sonrió emocionado, patinando sobre la gruesa capa de hielo, los copos de nieve cayendo sobre sus alas blancas y confundiéndose con sus plumas. Cerró los ojos, dejándose llevar por el frío que golpeaba sus mejillas y los copos que quedaban como pequeños brillos blancos en su cabello. Giró y siguió hasta que un cuerpo ligeramente más grande que el suyo se interpuso en su camino.

Abrió los ojos, sintiendo los brazos en su cintura sostenerlo para evitar que cayera en la dura y fría superficie.

-Lo siento.-dijo levantando la mirada.

El hombre que lo sostenía sonrió, marcando dos hoyuelos en sus mejillas que resultaron adorables, aunque no pudiera ver sus ojos por la capucha del gran abrigo negro que llevaba puesto.

-No te preocupes, yo me interpuse en tu camino.

Alex se quedó viéndolo, aun entre sus brazos. Ese extraño no era un humano, de lo contrario no lo hubiera visto. Los humanos, por más don que tengan, por lo general no pueden verlos, mucho menos tocarlos.

-¿Quién eres?-preguntó, tentado a quitar la capucha para ver por completo el rostro de aquel desconocido.

-El némesis del todopoderoso.-contestó con simpleza, una media sonrisa en su rostro-por lo general la mayoría me conoce como Lucifer, Satanás, entre otros. Pero prefiero que me llames por mi nombre verdadero: NamJoon.

-¿Qué haces aquí? No eres como imaginaba, te describen distinto.

-Las cosas no son como te hicieron creer, bello ángel. Son muy distintas. Si quieres, puedo mostrarte.

-Yo...no lo sé-sus alas se movieron nerviosas-no me permiten estar mucho tiempo fuera del Cielo.

-Oh, pero ¿tú quieres volver?-Alex dudó antes de responder.

-Me gusta estar en la Tierra, las personas...son interesantes. Además aquí hay nieve, en el Cielo el clima siempre es templado, perfecto. A mí me gusta el frío.

-Entonces ven conmigo, viajemos juntos a los lugares más fríos de la Tierra, déjame mostrarte todo lo que el Cielo jamás te permitiría.

Alexander lo pensó, la oferta era tentadora y volver al Cielo no sonaba como algo demasiado bueno. Estaba cansado de estar ahí, haciendo lo correcto y encaminando las almas de las personas al Edén en vez de estar con ellas, escucharlas y compartir su conocimiento. La vida en la Tierra sonaba mucho mejor que la que él mismo vivía en el Cielo.

Observó a NamJoon, una extraña confianza guiando sus manos hacia la capucha para quitárselas y ver esos oscuros ojos y el cabello platinado. Lo acarició, cautivado por su color parecido al de la nieve, antes de sonreírle.

-Llévame contigo, NamJoon.

Él sonrió, tomando su mano para llevarlo lejos, robándole al Cielo al ángel más hermoso que había visto.

Me gusta la tematica de angeles y todo eso, no sé por qué :v 

Nos vemos! besos💋💋💋