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Cuestión de suertes (KookJin, Drabble)

Inspirado en un corto animado de amor con la cancion Perfect de Ed Sheeran.

JungKook comenzaba a tener miedo de salir a la calle. Si lo hacía corría la posibilidad que pisara popó de perro, que comenzara a llover, que lo salpicara un auto tras pasar por un charco que de casualidad estaba ahí, o le cayera un rayo. Su mala suerte era tan previsible que asustaba demasiado. Tenía los dedos vendados por las cortadas accidentales al cocinar, una bandita en la frente por un golpe que se dio, un ojo morado por un malentendido y un parche en el brazo por un golpe de una caída. En conclusión: era un desastre.

Pero desastre o no tenía que salir a trabajar. Tenía suerte de conseguir trabajo, la mayoría lo despedía al poco tiempo de empezar por sus accidentes. Accidentes casuales que le valían un despido. A ese paso se iba a morir de hambre.

Sin embargo, estaba decidido a no perder este trabajo. Se preparó bien con un casco en la cabeza y llevó su caja mágica de primeros auxilios. Estaba decidido a no perder su trabajo...esperaba que su suerte pensara lo mismo.

Aunque nada más salir, el sol se cubrió y la lluvia comenzó a caer. Intentó regresar por un paraguas pero se le cayó la llave al lodo y tuvo que sacarla de ahí. Pensó en agacharse, pero un loco pasó corriendo y lo lanzó al charco donde se ensució por completo. Suspiró y tras tomar la llave entró y fue por el paraguas sin cambiarse. Llegaría tarde sino.

Se cubrió la cabeza con el paraguas y emprendió marcha a su trabajo, al cual llegaría empapado ya que el viento le dio vuelta el paraguas y se le fue volando de las manos. Genial, simplemente genial.

Seok Jin salió con una sonrisa de casa, con su paraguas protegiéndolo y un impermeable amarillo para evitar el agua. Pero el agua parecía no caer siquiera en su paraguas, lo cual le resultaba molesto. A él le gustaba sentir las pequeñas gotitas de lluvia salpicar su cara y verla decorar sus botas. Suspiró y simplemente siguió su camino al trabajo, al cual llegaría tarde si seguía así. Pero ya por experiencia sabía que no pasaría. A veces era demasiado aburrido que su vida fuera tan perfecta.

Vio un charco en el cual pensó en saltar como un niño pequeño. Le gustaban, la sensación sería genial...si alguna vez hubiera podido experimentarlo. En cuanto saltó al charco, milagrosamente a un hombre se le cayeron los diarios que llevaba en una caja protegida y terminaron sobre el charco. Pura mierda.

Siguió su camino dando pisotones. Horrible...así veía a su buena suerte. Horrible. Los autos que pasaban bañaban a los demás transeúntes, pero cuando estaban por salpicarlo a él mágicamente algo pasaba y el agua jamás lo tocaba. No sabía cómo pasaba, pero solo lo hacía. Su suerte era monstruosamente horrible. Jin realmente prefería ser salpicado que vivir su vida así.

Incluso su trabajo lo consiguió asquerosamente fácil. Había decidido renunciar a un trabajo por cuestiones de horarios pero a las dos horas recibió la noticia de este nuevo empleo, el cual hacía entrevistas ese mismo día. Solo le bastó ir, hablar un poco y entonces fue contratado. Nunca nada presentaba un reto real en su vida. A veces era aburrido vivir así. La perfección no era tan buena como la hacían ver.

El viento llevó volando hacia él un paraguas negro que llamó su atención. Nadie parecía querer tomarlo. Bueno, nadie iba a tomar un paraguas roto, pero era curioso. ¿A quién se le habría perdido? Lo tomó entre sus manos cuando un nuevo viento sopló y, de nuevo milagrosamente, el paraguas se arregló. Rodó los ojos y se giró dispuesto a darle el paraguas a alguien que lo necesitara cuando vio a un chico con casco y manchado con lodo que iba desprotegido. A ese paso llegaría empapado donde sea que fuera.

-¡Hey!-se acercó a él, el chico lo miró confundido-¿quieres un paraguas? Encontré este volando y bueno, yo ya tengo el mío.

El chico vio el paraguas con desconfianza y lentamente lo aceptó. Pero tan pronto lo tuvo en sus manos, el viento lo volvió a romper y a arrebatárselo. Jin vio su carita deprimirse así que se acercó más a él y lo cubrió con su paraguas.

-¿A dónde vas?-preguntó Jin con una suave sonrisa, JungKook miró el paraguas con curiosidad mientras respondía.

-Al trabajo.

-Te acompaño, necesitas un paraguas y a mí me gustaría algo de compañía-Jin sonrió simpático y JungKook lo miró extrañado.

-¿No llegarás tarde...a dónde sea que vayas?

-No te preocupes por mí. Vamos-sonrió feliz y lo tomó del brazo-Guíame.

JungKook accedió a guiarlo hacia su trabajo mientras iba seguro bajo el paraguas. Incluso parecía que el camino iba normal, sin autos salpicándolo ni nada fuera de lugar que lo dejara peor de lo que ya estaba. Llegar al trabajo tranquilo fue una nueva sensación.

-Bueno...aquí trabajo, gracias por traerme-Jin miró el lugar antes de hablar.

-Trabajo en el mismo lugar-sonrió-Vamos, tendría que haber entrado hace diez minutos.

-Oh...

JungKook no sabía qué decir al respecto, ¿acaso ahora gracias a él el chico entraría tarde al trabajo? Genial, ahora seguro se enojaba con él y soportaría regaños y culpas. Como siempre. Pero al ingresar, el dueño los vio y sonrió pidiéndoles que fueran a prepararse antes de que llegaran los clientes. Para él fue extraño, generalmente acostumbraba a que sus jefes se enojaran con él por hasta la mínima estupidez. Pero esta no fue la ocasión.

Se encaminó con Jin y ahí se vistieron antes de salir. Con su mala suerte ser mesero no era un buen trabajo, pero era lo que tenía para mantenerse. Era lo mejor. Estaba nervioso, su experiencia le decía que eso no era lo mejor pero ya no podía dar marcha atrás. Así que tomando un poco de aire salió y se preparó mentalmente para lo que se vendría.

El primer cliente fue un reto, la taza de café amenazó con caer en cualquier momento pero no cayó...por ahora. El segundo fue peor, la taza casi le termina en la cabeza pero si no fuera por Jin así hubiera sido. A una chica casi le arroja su jugo de naranja, pero nuevamente Seok Jin lo salvó...y básicamente en eso se basó su día, en su compañero salvándolo de todas las situaciones posibles, hasta que el lugar cerró y tuvieron que limpiar todo antes de marcharse.

-J-Jin...yo...gracias-dijo avergonzado por los problemas que le dio-me ayudaste mucho...

-No es nada, a decir verdad...me resultaste muy tierno-Jin sonrió con sus mejillas sonrojadas.

JungKook hubiera tenido la valentía de decirle que se veía bonito, de no ser porque su mano apoyada en la mesa se deslizó y cayó al suelo. Patético...así se veía seguramente.

-Eres realmente tierno-rio suavemente Jin arrodillándose frente a él para tomar su rostro-y muy interesante, JungKook.

JungKook se quedó mudo ante eso. Había sido descrito de varias maneras pero nadie le dijo nunca que era interesante. Se sintió...agradable.

Logró levantarse y quedar arrodillado frente a Jin para sonreírle, a pesar de la bandita y el morado en su cara (el lodo había logrado limpiarlo en el momento que se cambió, sino se vería deplorable). No iba a detenerse a pensar eso en ese momento, no iba a arruinar lo que pasaba con sus pensamientos.

-Tú eres muy lindo, Jin-se animó a decir y vio con satisfacción las mejillas sonrojadas de Seok Jin brillar en vergüenza.

Aprovechando los gramos de suerte que tenía, le dio un beso en la caliente mejilla y luego se levantó para seguir limpiando. Si la suerte decidía estar de su lado, lograría algo con Jin.

Pero lo que él no sabía era que Jin era la suerte misma y que, desde el momento en que lo vio, quiso permanecer a su lado para siempre.

Y aqui el segundo drabble, espero que les haya gustado uwu

Nos vemos! besos :D

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