Personajes: Emma - Edgar.

AU: Mafia.

Aclaraciónes: Basado en lo que pasa después del Rolplay 5.

Advertencias: Menciones de tortura.

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Edgar: ¿Seguro que no viste mal?

Erik: Seguro, estaba detrás del sofá, aunque no le vi la cara... ¿Que haremos?

Edgar: Ya conoces las reglas... Erica y Minerva aún son muy débiles para esto, su hermano preferiría morir, la jefa no se encuentra en el país y tu tienes trabajo que hacer.

Erik: Entiendo...

Edgar: Así son las reglas y hay que castigar a los traidores.

× × × × ×

La cara de la castaña estaba sumergida en agua mientras tenía las manos atadas a unas esposas, el lugar era muy parecido a un sótano y olía mal, todo estaba casi oscuro de no ser por un simple foco que iluminaba como Edgar ahogaba a la chica repetidas veces.

Emma: ¡Cof Cof! B-Basta, m-me duele.

Edgar: Las personas que traicionan así a la jefa son basura... Pero aún puedes salvarte dime ¿Quien es?

La chica sabía muy bien a quien se refería pero aún así agachó la cabeza negandose a hablar.

Edgar: Es una lástima, tenías mucho potencial.

La fuerte mano del hombre obligo a la cabeza de la chica entrará otra vez al barril con agua mientras ella luchaba por safarse pero ya estaba muy débil.

Edgar: Agradece que no vamos contra tu familia.

El hombre la jalo de los cabellos para tirarla al piso mientras ella tosía y respiraba desesperada por oxígeno.

Edgar: Por desgracia no mataré ya que tienes información valiosa, pero su pudo matarte de hambre entre otras cosas.

El peli negro con una expresión muy fría miro con despreció a la chica en el piso mientras el subía las escaleras.

Emma: N-No, no por favor...

Edgar: Solo saldrás cuando empieces a respetar a las personas que te salvaron la vida.

La chica como pudo avanzo Rápidamente hasta a el quitándose las sogas de las manos pero Edgar ya había cerrado la puerta.

Emma: ¡Edgar, por favor abre, por favor no me dejes sola! ¡EDGAR DEJAME SALIR TE LO SUPLICO NO ME DEJES AQUÍ!

Emma golpeó la puerta varias veces mientras lloraba muy asustada, hasta que no pudo más y haciéndose bolita en las escaleras empezó a llorar desconsolada.

Solo podía suplicar el perdón o morir de hambre.