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◢◤The Good Queen◥◣

𝓐𝓵𝓵 𝓲 𝓭𝓸 𝓲𝓼 𝓫𝓮 𝔂𝓸𝓾𝓻 𝓺𝓾𝓮𝓮𝓷

Pocos han oído hablar del nombre de esta reina, era más típico escuchar el de su esposo por el hecho de que era el rey de Esceos, pero nadie sabía quien cobraba más importancia en ese escenario, esa era Evlana, la reina que debía gestionar la gran mayoría de cosas por la pasividad de su esposo, era más que obvio que ella era la verdaderamente hecha para el trono, y eso que nació en una familia noble.

Como bien dije antes, esta mujer nació en una familia de la nobleza que guardaba relaciones directas con los antiguos reyes, nació ya prometida al heredero de Esceos, Altair, solo que ninguno lo supo hasta el año de su boda que fue a los 12 años, casada con un joven de 17.
Su nacimiento fue una verdadera bendición para su familia, extrañamente ellos no buscaban a un varón para dejar herencia de su familia y demás no, porque ya habían concretado con la familia real que si era niña, ella se casaría con el siguiente rey, Evlana fue la alegría de su madre y sobre todo de su padre, formarían parte de la realeza y su vida tendría más lujos de los que ya poseían en si, pero no solo se alegraron porque era niña, sino porque habían conseguido tener a su primera hija sin dificultades, había salido una hermosa niña que con suerte y educación, en un futuro sería perfecta, alguien a quien quisiera todo el mundo. Actualmente posee 45 años.

Su educación se centró siempre en cómo debía gobernar, todos eran conscientes de que si el príncipe no espabilaba lo tendría que hacer ella por él, debía saber cómo defender el reino y cómo actuar en caso de guerra, debía saber como gestionar la economía y como gestionar los oficios puesto que debía asegurarse que muy poca gente no trabajase para ganarse la vida, en ese sentido sería un reino más desarrollado pero aunque lo soñasen nunca ganarían a Hylaria en cuanto a potencia militar pero sí que podrían superarle con una buena estrategia, y eso es lo que entrenó a vistas de la pasividad del príncipe, nunca entendió por qué debía saber esas cosas pero sí sabía que Altair nunca cambiaría, cuando jugaban en la plaza siempre, se distraía o no atendía cuando ella le hablaba con impresión a cerca de otros reinos, sus estrategias y demás, siempre fue una apasionada de la gestión y, sobre todo, de la guerra, algún día deseó estar en el frente para dirigir todos los soldados o ayudar a formar a nuevos jóvenes, fue una niña muy risueña pero eso era, una niña, y debía ser criada como tal aunque su padre a escondidas la enseñó como luchar con una espada para más tarde convertirla en una contrincante formidable, así él podía estar tranquilo de que su pequeña pudiese y supiera defenderse en caso de necesidad.

A la edad de 12 años le explicaron el por qué de tanta formación y fue porque debería casarse con Altair, con aquel joven de 17 que ya debía casarse... Claro que no quería hacerlo pero entendía el por qué debía aceptarlo y no oponer resistencia, tampoco tenía mucha opción no derecho de elección.
Se sentía como si no se hubiera casado porque su marido siempre hacía lo posible por alejarse de ella, aunque tampoco era como si quisiera que, después de casados, ardiera en deseos de estar con él porque no era asi, obviamente tuvieron relaciones para tener a su primer hijo un año después, esté murió a causa del horroroso invierno que sufrió Esceos y eso provocó un gran daño en Evlana, le dolió como mil demonios perder a su pequeño Patrick, tanto que sostuvo su cadaver toda la noche acunado sin dejar que se le arrebatasen, llorando, sollozando incluso gritando toda la noche hasta que se durmió por el gran cansancio que eso le causó, esa noche fue la última en la que vió al bebé, se rehusó a comer por algunos días pero finalmente consiguió superarlo para seguir con su vida.

Entonces murió el rey, pasando el legado a su hijo y su esposa, ella, tuvieron que volver a intentar tener descendencia y esta vez salió bien pero todo tiene su lado negativo, Jojeen era un niño fuerte y sano que siempre fue feliz, él fue la primera causa de que sus padres comenzasen a pasar más tiempo juntos, que comenzasen a amarse como nuca antes lo hubieran hecho y ahí conoció la felicidad, su sonrisa siempre era radiante y ella misma agradecía a los cielos por darle la gran oportunidad de que su hijo pudiese vivir un día más, y así durante 10 años, 10 felices años con la que gobernaron con gran esplendor, bueno, mejor dicho gobernó porque su marido nunca cambió su forma de actuar en el reino, él la notificaba sobre algunos cambios que había que realizar por el bien de la sociedad y ella los llevaba a cabo, bien fueran subvenciones o construcciones necesarias, quizás también proporcionar más apoyos a los más desfavorecidos o atender a los nobles para que no diesen muchos problemas. Pero su hijo desapareció, al llegar a los 10 años desapareció y nunca se volvió a saber de él, le dijeron que murió y no hallaron el cuerpo, que se aventuró al bosque y que nunca apareció su cuerpo pero si había dejado rastros de sangre que ayudaban a verificar su fallecimiento, hundiendo a Evlana de nuevo en la miseria, otra pérdida que le hizo no querer volver a intentar tener hijos, no quiso más y no habría más por mucho que su esposo quisiera tener.

Sus preocupaciones pasaron a ser preocupaciones por y para el reino, tomó posición militar casi con mano dura aunque sin descontentar al reino o causar odio hacia ella, en cambio, aunque no fuese muy visible la amaban tanto como a Altair y eso le gustaba, era una seña de que lo hacía bien y eso siempre agrada a las personas, el cuidado del reino y las responsabilidades reales pasaron a ser de sus únicas preocupaciones, esas y a veces atender a su marido, el cual vivía más en las nubes que en el mundo real y por eso mismo se complementaban a la perfección: ella era su ancla para no alejarse demasiado de sus responsabilidades más importantes y que no se relajase más de lo que solía hacer y él le ayudaba a no tomarse demasiado en serio su trabajo como reina incluso como rey y se olvidase de tener vida, porque era lo que acostumbró a hacer tras perder a su segundo hijo: no tener vida, no permitirse ser feliz y su marido era la luz de que le daba esa vida y por eso le amaba como si fuese lo mejor que le podría haber sucedido, aunque muy a su pesar de que muchas veces podría jurar que le odiaba.

¿Qué decir de esta mujer?

Siempre suele estar preocupada por todo, ha de tener todo controlado y saber que todo va bien porque una de las cosas que más odia es ver cómo todo por lo que tanto ha luchado y trabajado se va a la real mierda, necesita estar segura de que todo es perfecto y por eso siempre suele estar ocupada, le da igual pasarse horas y horas con tal de ver el bien del pueblo, aunque Esceos sea el reino menos potente es el reino más estable de los tres y todo gracias a Altair y a Evlana, su trabajo en equipo es formidable, atendiendo a todas las necesidades posibles.

Amable. Es un punto muy importante, siempre atiende a la gente con una gran sonrisa plantada en su rostro, piensa que la amabilidad es un principio básico que todos y todas deberían tener y sobre todo la sinceridad, es otro principio demasiado importante que valora y juzga en todos por igual, porque ella es muy, muy pero que muy crítica, como pudimos notar. Siempre quiso el bien común y por eso busca siempre la equidad, no le gustan ni los excesos ni la escasez puesto que eso causaría un gran desequilibrio en la sociedad, poniendo medidas y leyes conseguía mantener aquello ya nombrado, siempre decía que el principio de equidad nace en cada persona, saber qué es lo que te hace falta porque si te sobra algo, puedes dárselo a los demás aunque claro, eso es algo hipócrita cuando ella es la reina y tiene toda la vida arreglada sin preocupaciones, sin temer la falta de dinero, la falta del calor de un hogar... La carencia de bienes, pero ella no pidió eso, lo tiene porque es la reina y ya dejaba a su esposo ser solidario con el pueblo cuando iba a dar alguna ayuda económica a los más desfavorecidos para que pudieran comer por lo menos una semana más, para darles tiempo a trabajar en algo o ganar su propio dinero. Le dolía saber que no toda la gente podría ser feliz por mucho que lo intentase.

Impulsiva, necesitaba a alguien que le tranquilizase porque a veces actuaba sin pensar, actúa en caliente y le molesta la inactividad de su reino, puede que sea algo así como un paraíso, pero era un paraíso de blanco fácil que flaquearía y se rompería con el mínimo ataque, el único apoyo que tiene Esceos es el de aquellas criaturas mágicas que habitan los bosques y conviven con los ciudadanos, Esceos únicamente sirve para la artesanía y poco más, puede que fuese el más desarrollado con diferencia pero de nada servía si en cualquier momento podía caer, y eso le hacía enervar y coger cartas en el asunto a la mínima que podía.

A pesar de todo lo que le ha pasado en la vida, aún le sobra cariño para dar, y eso se lo dedicaba a su querido marido y algunas acciones que hacía de reunir a un grupo de niños aleatoriamente a contar historias y educarlos en lo máximo que pudiera, asegurándose que tuviesen oportunidad de así olvidarse por lo menos unos instantes de los problemas que tenían en sus hogares para pasar a echarse unas risas o mantener momentos de debate, pero claro, eso lo hacía cuando tenía tiempo y pocas veces sucedía porque entre reuniones, audiencias y nombramientos a caballero u otro puesto no daba a basto, aun así no dudaba en sacrificar parte de sus tiempos de descanso en aquellos niños que tanto amaba y nunca pudo tener, así en parte cubría la falta que le hacían sus hijos, reemplazándolos con otros, disfrutando del amor y las risas que le ofrecían los demás, así lograba ser feliz. Pero cuando debía ponerse seria lo hacía, cuando debía tomar riendas y regañar a quien sea lo hacía, y su bondad tenía limites y por muy poco que le gustase llegó a condenar a algunas personas a morir, otras muchas al exilio y otras a la cárcel a pasar una buena temporada para recapacitar sobre sus acciones, sostenía el poder legislativo, judicial y ejecutivo, aunque muchas veces era ayudada por consejeros o incluso su esposo cuando se daba por la labor.

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