No encuentro otro modo de explicármelo, somos destino.

La primera vez que te vi no podía creer tal belleza, tu piel pálida como porcelana, tu cabello rubio que parecía brillar y reflejar el sol, tus ojos azules como el cielo.

Cuando me miraste la primera vez juraría que mi corazón detuvo su pulso un momento y cuando me hablaste, mis piernas se doblaron con tu pausada y profunda voz.

Ya era tuyo, desde que te vi era tuyo y sin embargo tejiste tu red a mi alrededor tan tranquila y meticulosamente que me sentía halagado, en aquel entonces supimos que sería difícil, imposible incluso, nuestros mundos eran tan iguales pero tan lejanos.

Tú eras proveedor para tu pueblo yo era el médico en el mío, bajamos de las colinas a pasar el invierno en un poblado que sólo se erguía neutral y era habitado en invierno por los poblados d ela región.

Varios aprovechaban para conocer sus parejas y unir familias, pero tu y yo, éramos lobos solitarios, hombres no tan comunes y vivíamos escondidos ocultando nuestra naturaleza con soledad, hasta que te vi ese día en la taberna, mi día había sido tan pesado, mi energía totalmente drenada y llegaste a tomar asiento en la barra a mi lado, y me hipnotizaste.

Me ofreciste un trago y empezamos a hablar de nuestros días, de nuestras vidas, al final de la noche al despedirnos yo ya no quería soltarte pero me dejaste en la posada y te despediste con sólo una caricia en mi mejilla y dijiste: - eres tan hermoso.
Después nada, nada de ti por dos días, iba cada día a la taberna al final de mis labores con la esperanza de volver a verte, al tercer día cerca de la media noche estaba por rendirme y marcharme cuando llegaste, aun tenías tus cosas que evidenciaban un viaje, y luego de sentarte a mi lado y sonreír malicioso, ordenaste una bebida para ti, otra para mi y preguntaste al de la taberna si sabía de alguna posada que aún tuviera espacio, a lo que él negó, cuando él bartender se alejó te ofrecí tímidamente compartir mi habitación si no te molestaba y si no encontrabas un lugar.

Sonreíste dulcemente, ame tu sonrisa desde ese instante, y asentiste silencioso, ese día te quedaste en la habitación conmigo, fue la primera vez que estaba con alguien, la primera vez que me daba la oportunidad de amar como yo deseaba, y fue tan hermoso.
Todo un caballero, tan cálido y tan paciente, al final de la noche me sentí amado, atesorado en tus brazos.
Pasamos ese primer invierno juntos, escondidos como un secreto a voces, había rumores pero nunca vi que alguno te afectará y yo, pues estaba tan feliz con lo que pudieras darme de ti que no me importaba nada más pero temía que te alejaran de mí.

Pero todo tiene un fin, al final de la temporada teníamos que volver a nuestros sitios y habría grandes distancias de contratiempos y animales salvajes entre nosotros.

Pensé que te perdería y no pude evitar llorar al saber que nuestro momento había terminado, la luz que me diste al llegar se extinguiría y volvería a mi oscura vida, secaste la lágrima de mi mejilla y me hiciste la promesa : - hey pequeño, no llores, aquí nos veremos el siguiente invierno, es una promesa.

A la siguiente temporada de invierno, fui de los primeros en bajar, ansioso de verte de nuevo, llegaste con el último grupo, y me explicaste que debías cuidar que llegarán todos con bien, te ame, te ame profundamente y ame que ese corazón cálido se abriera a mi de ese modo, sólo a mí.

Al final de la temporada, la promesa volvió a estar presente, no extrañamos tanto, cada despedida era dolorosa siempre guardando el temor latente de no volver a vernos, nuestras vidas eran difíciles y solitarias, sólo eramos libres de ser nosotros en los inviernos.

Nos vimos por 13 hermosos inviernos, trece años disfrute tu calor, aún recuerdo la llegada del invierno esa ocasion, el primer grupo llegamos y había algo que me urgía, algo no se sentía bien, busque al regidor de tu región que me llevó con un hombre que iría por otro grupo para asegurarse de traerlos con bien, me llevó hasta tu cabaña, estaba oscura, temí tanto por ti y también por mi, que sería de mi sin tu calor, amor.

Toque sin recibir respuesta y abrí la puerta, una luz tenue al fondo de la cabaña iluminaba una cama, una tenue tos desde el bulto en ella, me acerque y te vi tan hermoso como siempre pero tan debilitado, me miraste dulcemente y acariciaste mi mejilla como aquella primer noche, aún puedo sentir la calidez de tu palma en mi rostro.

- Jiminie, cariño, pensé que no te vería de nuevo, estoy tan feliz, perdóname amor, creo que faltaré a mi promesa este invierno, mi cuerpo no me responde...

Lágrimas caían de mis ojos sin poderme controlar, podía sentirlo, esta era la despedida, mi corazón se partía en mil pedazos pero estaba feliz de verte de nuevo de poder despedirnos, de estar contigo de nuevo.

- amor, pequeño, no llores, debo cambiar mi promesa este año - detuvo sus palabras y tosió, su pañuelo lleno de sangre eran como dagas en mi interior - volveremos a estar juntos cariño, te buscaré en cada vida, siempre estaré para amarte  porque somos destino, te amo hermoso, te amo tanto que tengo terror de morir y no ver tu hermoso rostro más, perdóname amor por faltar a mi promesa este invierno.

- Cariño, te amo más que a nada ni a nadie, ya no te esfuerzes amor, no temas, te prometo también esperarte en cada vida para entregarte todo de mí, ya estoy aquí amor.

Trate de darle algo de consuelo y calor, me recosté a su lado y me abrace a él, sentí como me envolvía con sus brazos y beso mi cabeza, me hundí en su pecho como cada noche que compartíamos y me arrulle con su respiración y su calor.

Cuando los rayos del sol despejaron, abrí mis ojos y lo vi, parecía dormido, sus bonitas facciones relajadas y parecía sonreír suavemente, ya no respiraba, ya no sentía sus latidos, lo admire largamente mientras las lágrimas corrían por mi rostro, el amor de mi vida había partido y ahora estaba de nuevo solo.

Ya no había más para mí, salí y cave bajo un árbol cercano, coloque tu cuerpo en la tierra y bese tu rostro y tus labios por última vez. Cubrí todo excepto tu hermoso rostro y me recosté a tu lado sobre la nieve que empezaba a caer, me deje caer dormido mientras recordaba nuestra historia desde que te conocí, ahora debo apurarme amor, por que olvide decirte que sentía no haber acudido antes, que sentía no haber tenido el valor de seguirte y olvidar todo a nuestro alrededor y dedicarme a amarte.

Hace frío y siento mis párpados pesados, me parece escuchar tu voz llamarme pero no puedo moverme, aquí estoy amor, te amo Min Yoongi, te amo tanto...