La ciencia dicta que el corazón es incapaz de hacerte ver tus sentimientos, dice que quien se encarga de eso es la mente y durante mucho tiempo yo pensé que eso era cierto, creí que la mente sabía exactamente que sentir... Pero me equivoqué tantas veces que obligué a mi mente a cerrarse en una burbuja de soledad hasta que un día el corazón empezó a latir con fuerza, me sentí dulcemente desesperada y eso hizo a mi mente reventar la burbuja en la que estaba. Ese día mi mente y mi corazón tuvieron una conversación... Me di cuenta de que la mente puede identificar lo que siento, pero el corazón sabe por quién lo siente y decidí darle otra oportunidad a los sentimientos, debe mi soledad y me deje llevar por el latir de mi corazón y por mi mente diciéndome que eso era amor.