Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

23

Farey

¿Alguna vez has tenido la sensación de que quieres huir de algo o una situación?.

Es lo que ahora quiero hacer, parece que las explicaciones llegarán antes de lo que pensé y eso me pone increíblemente nerviosa.

Miles de locas explicaciones pasan por mi mente en segundos, y estoy más que segura que nada de esas es la correcta y que sólo mi mente está actuando por sí sola creando cosas que al final no son.

No quise responder cuando Pearce dijo que teníamos que hablar, se de lo que quiere hablar y yo quiero correr.

Porque muy en el fondo en mi interior todo está alterado por saber la realidad y que una vez más acabe como lo hice la última vez.

—¿Cómo estuvo la fiesta? —Madox rompió el silencio

—Perfecta, extrañaba las fiestas —encogí mis hombros bajo su atenta mirada

—Se notó —Pearce aseguró y con confusión lo miré

—¿Por qué? —quise saber

—Se escuchó la música —sonrió

Mi boca se formó en una gran O, aún los recuerdos de lo que pasó en la cabaña estaban medios borrosos pero no dudaba que más de uno hubiera escuchado la música y más teniendo un súper oído.

Otra vez el silencio hizo presencia.

Quizás si prestaban atención podrían escuchar a mi acelerado corazón que golpeaba con fuerza contra mi caja torácica. Vale sí, estoy nerviosa.

—Farey —Pearce me nombró y lo observé

—Ya sé —suspiró—. ¿Por qué no le dijeron nada de mí a su familia?

Se observaron entre sí por unos segundos y fueron los segundos más eternos de toda mi vida.

—¿No quieres un trago antes? —Pearce preguntó mientras se levantaba, negué ahora no necesitaba alcohol

Lo vi sacar una botella de creo Whisky del mueble e ir hacia la cocina, no tardó mucho en volver con dos vasos con hielo, le di uno a Madox y este se quedó con la botella.

—Digámos que nuestros padres tienen cierto problema con la atención —Pearce comenzó a hablar luego de beber un trago de su vaso—. Al nacer y enterarse de que seríamos parte de tantas cosas importantes que nos darían cierta "fama" todo se fue a la mierda

—Teníamos que ser los mejores en todo —Madox continuó hablando—, los mejores hijos, los mejores lobos, los mejores en todo sin importar el qué y si estábamos de acuerdo con eso.

Los observé beber otro trago de su vaso mientras mi mente rápidamente captaba lo que pasaba.

No todos corremos con la suerte de tener una familia feliz, de tener una buena relación con nuestros padres y ellos eran de esas personas que mientras más lejos los tuvieran, mejor estaban.

—Decirle de ti a madre es difícil —Pearce me miró por unos segundos—, sería que ella volviera y pusiera todo patas para arriba, quisiera hacer todo como quiere y se que no se llevarían bien

Alce mis cejas con un poco de incredulidad.

—¿Por qué estás tan seguro de eso? —cuestionó

—Hubiera "reprobado" tu forma de ser, y si hubiera venido cuando llegaste te hubieras ido en menos de un día —Madox se acomodó sobre el sofá mientras hablaba—. Ella quiere que todos sean como quieren que sean, te hubiera dicho como ser...

—Y la hubiera mandando a la mierda —continué por el, asintió dándome la razón

—No piensas mal, madre no es mala persona simple se le subió algunas cosas a la cabeza y quería que fuéramos el centro de atención —Pearce le pasó la botella a su hermano cuando su vaso estaba vacío-, nos quiere pero le importó más la opinión de los demás que sus propios hijos, asique simplemente decidimos decirlo en el momento correcto

Asentí sin decir algo.

—¿Tienes buena relación con tus padres? —preguntó Pearce

—Sí —respondo sin dudar

—¿Ellos saben?

—Sí, cuándo pude comunicarme con ellos les dije todo

—¿Qué dijeron?

Ladeo mi cabeza mordiendo el interior de mi mejilla para no reírme, la verdad había sido demasiado gracioso.

—Lo tomaron bien, hablaremos mejor cuándo estén aquí —encogí mis hombros

Asintieron y el silencio volvió aunque no fue tan incómodo.

Con que nuestra futura suegra será complicada

Oh no tú otra vez

Se que me extrañas

¿Por qué te mientes?

No lo hago nena, ese es tu deber no el mío

Ignoró lo último que mi loca voz dijo y observé la pared que tenía enfrente.

Cuándo una padre comienza a darle más importancia a las opiniones de los demás y no la de sus hijos las cosas se van por un tubo y todo es una completa mierda.

Los hijos al tener una mínima oportunidad de hacer lo que desean la toman y se distancian de sus padres, y estoy más que segura que los Renard no son la excepción.

El nudo de emociones que por días había tenido se disolvió de a poco y pude sentirme tranquila.

Aunque aún estaba presente la opresión en mi pecho y la amarga sensación de haberme enterado por su primo y a escondidas.

Porque han pasado más de tres meses donde han cambiado y han pasado tantas cosas que no veía el porqué no decirlo.

Maldición, no pedía una puta explicación, era tan simple decir "Oye mira qué nuestra familia no sabe nada de ti" y es algo que me jodia tanto que no me dejaba en paz.

Cerré los ojos soltando un largo y pesado suspiró.

—Aunque... —hablé abriendo los ojos y rompiendo el silencio—, ¿no podían avisarme de eso?

No responden y eso me empezaba a quitar de quicio.

Si, entiendo que la relación entre su familia no es buena.

Si, entiendo que decidieron no decir nada hasta que se les pegue la gana.

¿Pero tanto costaba decirme a mí eso? No lo creo.

—No pensamos en eso —Madox respondido después de no se cuantos minutos en silencio

—Oh claro que no, era más fácil enterarme por su primo y a escondidas está más que claro que no pensaron en eso —rodé los ojos

—Farey —Pearce me observó con seriedad y yo rodé los ojos

—Farey y una mierda —bufé—. Bien, no le quieren decir nada a su familia, perfecto. Ese problema lo tendrán ustedes no yo, pero podrían haber tenido un poco de consideración y decirme a mí sobre eso, al final y al cabo es de mí de quién hablan

Mis brazos se habían cruzado sobre mi pecho mientras hablaba.

—¿No crees que estas teniendo demasiadas molestias cuándo no sientes nada por nosotros? —Madox alzó sus cejas

Me molesta porque me gustan par de gilipollas de cuarta, lo pensé más no lo dije.

—¿No debería molestarme? —pregunté sin responder de mala educación pero me valía mierda

—No debería —Pearce se acomodo a mi lado mientras bebía de su vaso

¿Y si le hago tragarse el whisky de una se ahogara?

—Pues lo hace —bufé—, y no se ilusionen. Me molesta por el simple hecho de que supuestamente teníamos confianza y a la primera me muestran que no es así

Mientes perfectamente, ¿te doy un premio?

Tú piérdete

Ignorando lo que la voz en mi cabeza dijo los observé, era verdad todo lo que había dicho. Una tarde habíamos hablado de la confianza que deberíamos tener y a la primera la cagan.

—¿Ahora es cuestión de confianza? —Pearce me observa de reojo y eso me hace rabiar aún más

—¿No hay forma de que el puto vínculo se valla a la mierda así puedo tomar mis maletas e irme de este jodido lugar? —cuestione mientras reunía todas mis fuerzas e me levantaba del sofá tambaleándome

Claro el hecho es que aún estaba jodida por el puto distanciamiento y eso me fastidiaba más, por lo que cuándo uno intentó tomar mi mano se la rechazó de un manotazo.

Soltando todos los insultos que me se y los que no también me dirigí a la puerta a paso lento para no ir de cara al suelo.

—¿A dónde piensas ir? —Pearce preguntó a mis espaldas

—Que te importa —solté sin mirarlo

Ignoró la carcajada que soltó porque sino tendría que darle un buen golpe.

—¿Fary precisas algo? —Mica preguntó saliendo de no sé dónde

—Irme —sonríe con ironía

Alzó sus cejas y se acercó a donde estaba sin decir nada. Tomó mi brazo derecho y salimos dejando a ese par detrás.

Aunque apuesto todo a que nos siguen, hasta que no les mande a la mierda.

—Farey —Madox me llamó a unos cuéntanos pasos detrás nuestro

—Piérdete —solté sin dejar caminar

—¿Está todo bien? —Mica preguntó en voz baja

Negué sin decir algo, no le daría explicaciones cuándo los buitres estaban escuchando.

Quise cerrar la puerta en sus caras cuando estuve dentro de mi casa, quise pero no pude.

Con cansancio me senté en el sofá bajo su atenta y penetrante mirada.

—¿Mica puedes dejarnos? —Madox observó a la chica que estaba parada sin saber qué hacer

—Mica no se va —cruce mis brazos

—Mica se va —me observo

—Que no

—Que si

—Que no

—Que si

Tome el florero que había en la pequeña mesa en frente mío y de no ser por Mica que me lo quitó se lo hubiera lanzado.

—¡Bueno basta! —la susodicha exclamó sin soltar el florero—. No se que mierda les pasa, pero se calman. Ustedes dos se van, y tú te irás a dormir

Ni aunque tuvo nuestras miradas encima de ella dejó su posesión de "Acá se hace lo que yo diga y punto". El embarazo la vuelve peligrosa.

—¿Qué? —preguntó alzando sus cejas

—Váyanse, no quiero ver su cara de guayabo —les sonrió con toda la falsedad que tenía

Me miraron y por unos cortos segundos mi corazón se aceleró a tal grado que parecía querer salirse de mi pecho. Su mirada tenía efecto en mí y eso en cierta parte llegaba a gustarme, pero ahora me jodia tanto que me ponía aún más furiosa.

—Esto no se queda acá preciosa —Pearce sonrió antes de salir por la puerta

—Y una mierda —refuño aunque no se si me escucharon

Mica cerró la puerta y se quedó observando un rato por la ventana, seguramente asegurándose de que se habían ido.

—¿Problemas en el paraíso? —preguntó mirándome

—Si —suspiro asintiendo

—Cuéntame, ¿que pasó para que estés así de rabiosa? —fue diciendo mientras se acercaba y ocupaba lugar a mi lado—. Pareces perro con rabia

—¿Me estás diciendo perra? —pregunté

—Si —encogió sus hombros—. Habla

—Me entere por Lion que no le han dicho nada a su familia de mi —observé mis manos sobre mis piernas—. Y eso me jode los putos ovarios

—¿Por qué?

—Me gustan Mica —la observe y en su rostro una sonrisa nació

—Lo suponía —sonrió y se acomodó—. Y debes estar feliz de que su familia no sepa nada, más su madre. Dios esa mujer es una maldita pesadilla, créeme estás mejor así

—Eso no significa que no me moleste —contracte

—No lo niego, aunque estaban más ocupados en ganar ese corazón —empujó con fuerza mi hombro haciéndome reír—. Vamos, que se que te mueres por que todo mejore y esté como antes

Encogí mis hombros.

—Soy orgullosa —ladeo mi cabeza

—Lo veo —río—. Pero son dos contra una

—Yo valgo por dos y más —aseguró

—No lo dudo —asintió—. Ahora descansa, y ya mañana seguirás insultandolos perra rabiosa

—Vete antes de que te de con algo pepita —negué despacio

—Les haré saber que calme a su fiera —fue hablando mientras se levantaba e iba hacia la puerta

—No soy su fiera —refuñe

—No por mucho —me miró antes de salir por la puerta—. Ve a dormir niña

—Si mamá —rodé los ojos

La observé cerrar la puerta, dejé caer mi cabeza sobre el respaldo del sofá. Día agotador.

Quizás solo jugaría otro poco y después dejaría que todo se calmara.

Por supuesto no sabía lo que se venía a la vuelta de la esquina, pero con una sonrisa ilusa esa noche deje que los pensamientos positivos me llenaran. Pero nada dura y mi secreto sería descubierto.

———×———

El sol se colaba por las grises nubes haciendo que el frío ambiente fuera un poco más llevadero, era gracioso como en cuestión de días las cosas podían cambiar.

Mientras el mundo sigue girando el curso de las cosas lo acompañan, quien nunca pensó que todo sería diferente y que después todo se mejoraría.

Si, yo también había pensado lo mismo esa noche que fui a dormir con el pensamiento de que al despertar todo podría mejorar. Ilusa fue mi segundo nombre esa noche.

No mejoro nada, los había mandado a la mierda sin preámbulos y las ganas que al principio estuvieron en mi habían vuelto como llamas vivientes que azotaban mi cuerpo con ferocidad. Quería irme y a la vez quería quedarme.

Estaba molesta por su falta de confianza y molesta conmigo misma, porque también había sido mi culpa. No podía olvidar mi comportamiento al principio y eso claramente iba a traerme problemas, claro ejemplo es ahora.

La incomodidad y la molestia era más clara que el agua cada vez que estaba con ellos, era palpable en el aire. Era orgullosa y terca, pero ellos también y esta vez ninguno quería soltar la cuerda y dar el brazo a torcer.

Ellos tenían un punto y yo otro, que al final era lo mismo, ellos estaban en su derecho de no decir nada y yo de estar molesta porque mis sentimientos me hacían sentir así. Claro, lo disfrazaba diciendo que era por la falta de confianza aunque era por eso, pero más por lo que sentía, que oprimía mi pecho y me molestaba.

Sentir era una completa mierda en muchas ocasiones.

Y porqué algo dentro de mi pedía a gritos ser quien diera el primer paso para calmar el ambiente me estaba dirigiendo hacia la gran casa dónde suponía debía estar alguno.

El frío que azotaba Telluride era mucho pero no tanto como para que me acobardaba e me hiciera estar todo el tiempo dentro.

Me detuve frente a la puerta de madera como una maldita loca. Estuve unos largos minutos deduciendo si golpeaba o me metía puerta adentro como si fuera mi casa.

Soltando un suspiro golpeo con mis nudillos dos veces la madera rogándole a dios que estuviera Mica y ella me abriera. Ya que no tenía la más mínima puta idea de que decir si alguno me habría. No sé dónde carajos está la Farey valiente que ahora necesitaba.

Si, podía ser totalmente estúpida cuando alguien me gustaba aunque la mayoría del tiempo pareciera estar totalmente segura de mi misma.

Al escuchar unos pasos acercarse a la puerta cerré por unos leves segundos mis ojos rogándole a Dios que fuera Mica.

—Hola Fary —Mica me sonrió y casi me arrodillo

Solté todo el aire que había contenido por la nariz y luego le sonreí.

—Hola Mica, ¿puedo pasar? —pregunté—. Me estoy haciendo hielo aquí afuera

—Claro pasa mujer —sonrió y dejo que entrara

El calor del lugar rápidamente me abrazó y sonrió. Estaba muy calentito.

—¿Los buscas? —preguntó mientras me dirija hacia uno de los sofá

—Si, ¿está alguno aquí? —pregunté mirándola

—Madox estaba haciendo no se que con algunos lobos, y Pearce está hablando unas cosas con Ciro —esta habló—, seguramente dentro de unos minutos salga y puedas hablar con el. Mientras toma asiento

—Gracias —sonríe y me acomode sobre el sofá

—¿Algo de tomar? —preguntó

Negué sonriendo levemente.

—Hace un rato bebí café —sonrió—. Pero no voy a negarte algo de comer

—Ahora vuelvo —dio la media vuelta y la vi desaparecer por las puertas de la cocina

Cuando estuve en silencio pude escuchar una leve melodía que sonaba de alguna parte, la reconocí ya que era una de mis canciones favoritas.

Play with fire de Sam Tinnesz.

Mientras en su susurro cantaba la canción observé por la ventana jóvenes ir y venir, a Thiara hablar con un chico, a Aurel hablar por teléfono.

Volví mi vista hacia las puertas de la cocina cuando me había parecido escuchar la voz de Mica, cosa que no había sido errada.

—Fary ven

Rápidamente me levanté del sillón y fui hacia la cocina, Mica estaba cortando un pastel de chocolate. Levantó su vista y me sonrió.

—Toma este plato, es para ti -señaló con su cabeza el plato con un trozo de pastel—. Ahora voy yo

Asentí y tomé el plato y un tenedor cuando Boss Bitch comenzaba a sonar haciendo que me acercara a la radio que había encima de la encimera y subiera su volumen para luego salir de la cocina tarareando la canción.

Sólo necesitaba escuchar esa canción para que una sobredosis de poder se metiera en mi sistema y me hiciera sentir poderosa.

Me volví a sentar en dónde estaba mientras comía el delicioso pastel, en segundos estuve acompañada por Mica quien no dijo nada pero tampoco me molesto.

—¿Querías hablar de algo, no? —preguntó rompiendo el lindo silencio que teníamos

—¿Realmente? No lo sé —encogí mis hombros

—Que buena manera de arreglar las cosas —se burló y yo le hecho la lengua, muy maduro lo sé

—Cállate, debes confiar más en mi —aseguró

—¿Cómo la noche en que casi le lanzas un florero? —cuestiono

Negué con falsa incredulidad mirando el último pedazo de postre en el plato.

—No se para que me buscan, si ya saben como soy —me justifique haciendo que riera

—Paz y amor seguramente —río

—Soy tranquila, pero me buscan y no soy muy paciente que digamos —encogí mis hombros—. Además Pearce tiene el don de sacarme de quicio más rápido que nadie

—Es su pasatiempo favorito —alegó la chica enfrente de mi

—Lo notó —aseguró

Y cuándo iba a hablar fue interrumpida por una nueva voz.

—¿A quién le sacan el chisme? —Ciro preguntó a nuestras espaldas haciendo que saltara en mi lugar del susto

Cómo si fuera la niña del exorcista me di vuelta en el sofá para mirarlo.

—¿Acaso quieres matarme de un infarto cabrón? —pregunté

Se encogió en su lugar como si no le importara y le lance el tenedor que tenía en mi mano, solo que él fue más rápido y lo esquivo pero la persona que venía no lo fue y le dio.

—¿Porqué me lanzan tenedores? —Pearce preguntó apareciendo en mi rango de vista

Sonríe con toda la inocencia que no tengo cuando me observo esperando una respuesta

—En mi defensa era para él —sonrió—. Pero lo esquivó

—¿Qué haces aquí? —volvió a preguntar

—Estaban chusmeando —Ciro respondido casi inmediatamente y lo fulminó con mis ojos

Tendí mi mano hacia Mica y esta pareció entender lo que le pedía ya que no dudo ni un segundo en dejar su tenedor en su mano y esta vez si le di a él pero la puntería me fallo y se lo di a su amigo.

—¡Farey! —exclamó pepito y volví a colocar mi sonrisa inocente

—¿Si? —pregunté como si no supiera nada

—Me dejaras sin descendencia —se quejó y rodé los ojos

—No exageres, si quisiera dejarte sin descendencia ya lo hubiera hecho pepito —encogí mis hombros

—Thiara se moriría —aseguró

—No lo creo, yo le conseguiría un reemplazo —sonrió de lado

—Pensé que me querías —me observó con falso dolor

—Lo hago, pero si cierro mis ojos y hago que Thi no tiene pareja veo muchos pretendientes detrás de ella —le guiño un ojo

—No sólo detrás de ella —Mica habló—. Detrás de tus huesos tienes muchos hombres querida amiga

Aseguró y casi me río ante la mirada que el pelinegro le daba a mi amiga.

—Yo soy del pueblo y para el pueblo —aseguró y sonrió cuando esos ojos azules me miraron

—La experiencia hace al maestro, ¿no es verdad? —Mica preguntó mientras me miraba

—Totalmente —asentí

Mi amiga sonrió con complicidad y entendí el porqué de sus palabras.

Maldita loba asusta.

Negué sin dejar de sonreír. La observe levantarse, tomar los platos e llevarse con ella a su hermano que se quejaba de los malos tratos a su persona.

Tenemos otro drama queen.

El silencio hizo aparición otra vez, pero ahora estaba un poco más tranquila aunque bajo la atenta mirada del chico de ojos azules era difícil pude disimularlo.

—¿Estás ocupado ahora? —pregunte antes de que el dijera algo

—¿Precisas algo? —pregunto y bufó rodando los ojos

—Es de mala educación responder con otra pregunta —dije

Alzó sus cejas y reí, lo había hecho muchas veces y aún así lo decía. No soy normal, no se que le sorprende.

—Ven —sonrió y por dentro me sentí derretir por un corto lapso de tiempo

Me levanté del sofá y lo seguí por el pasillo, el recuerdo de cuando me fui de esta casa llegó a mi mente y sonreí. Ese día casi le di con una escoba, lástima que no le di.

A pesar de llevar varios meses en este lugar sabía que podría perderme en esta casa si lo perdía de vista, ya que era más grande de lo que parecía. Y no desaproveche para mirarlo.

Llevaba un jean negro que no era ajustado pero se amoladoba a sus piernas, una buzo negro azulado que estaba remangado hasta los codos. Tenía una ensalada ancha y observando desde atrás parecía más grande.

Quiero saber que más tiene grande.

Casi me ahogo con mi propia saliva con la declaración de mi voz.

—¿Sabes que una foto dura más? —preguntó haciendo que por un lapso de segundos me sintiera con vergüenza

—Pero las fotos no son lo mismo que en persona —sonrío de lado cuando me miro por sobre su hombro

Se detuvo casi al final del pasillo y comenzó a tantear el techo en busca de algo, ¿que mierda hace?.

La casa tiene un jodido sótano, lo supe cuando lo vi tomar una cadena que no sabía que estaba y luego aparecer en frente de mi una escalera.

—No pienso subir a un sótano —dije inmediatamente

—Te vas a perder lo que hay —encogió sus hombros

—¿Y si hay un espíritu que quiera violarme? —pregunté

—Creo que el espíritu debe temerte a ti y no tu a el —río apoyándose en la escalera

—No diré que no —sonrió—. Pero no pienso subir, seguramente haya alguna maldición o algún demonio queriendo poseerme

Me observó con burla.

Pendejo, si él quería ser poseído sería su problema.

—Sube, no hay nada —habló luego de un rato

—Si me posee un demonio juro que te llevo conmigo al infierno —advertí mientras me acercaba a la escalera

Apoyé e en el primer escalón y mis manos en los escalones de más arriba para poder subir, aunque antes de seguir lo mire.

—¿Quieres mirarme el culo no es verdad? —pregunté mirándolo

—Quizás —encogió sus hombros

—Entonces aprovecha y sácale una foto, no siempre podrás observarlo —guiño un ojo

Segui subiendo las escaleras que seguramente me llevarían directo a mi muerte pero con lentitud dejando que observara mi trasero, no me molestaba.

—¿Estás coqueteando conmigo Reynolds? —preguntó y reí

—Quizás —repetí su respuesta—. ¿Funciona?

Claro que funcionaba, sentía sus ojos en mi trasero y es que me había detenido para responder.

—Funciona

Sonrió y subí rápidamente los últimos escalones llevándome una grata sorpresa.

No había ningún espíritu, ningún demonio y ningún sótano oscuro lleno de polvo. Había libros, si libros. Una gran habitación llena de libros.

Era un puto paraíso.

—Esto es increíble —exclamó sin dejar de mirar el hermoso lugar

Todo estaba perfectamente alumbrado por la luz que entraba de las ventanas haciendo un lugar sumamente tranquilo y hermoso.

—Viste, no hay ningún espíritu ni demonio queriendo adueñarse de tu cuerpo —se burló y rodé los ojos

—Uno nunca sabe —dije mientras me acercaba a los estantes

—¿Es como una biblioteca? —pregunté mirándolo

—Es una biblioteca —afirmo—. ¿Te gusta?

—Si —asentí—. ¿Sabes que ahora querré estar aquí más seguido, no?

—Si me dejas observar tu trasero si —dijo y reí

—Quizás sea un trato justo —hablé—. Yo puedo estar aquí mientras tú puedes observar mi culo cada vez que suba aquí

—¿Es justo, no crees? —caminó hasta quedar lo suficientemente cerca de mi

—Lo creó —sonrío y me alejé de este para observar el lugar con detenimiento

Sentí su presencia a mis espaldas mientras observaba cada libro, al final estaba haciendo lo que quería. Poder calmar las cosas y si era de esta forma no me quejaba.

—¿Te gusta leer? —pregunto a mis espaldas luego de un rato en silencio

—Cada vez que tengo tiempo libre me gusta hacerlo —asiento

—Eres todo un caso único Reynolds —no lo mire pero se que sonríe

—Lo sé žme di la media vuelta y sonrió

Me acerqué a él, despacio sin despejar mis ojos de los suyos. Cuando estuve en frente suyo coloqué mis manos sobre sus brazos, como dije una vez. Me gusta jugar con fuego.

—¿Aún sigues molesta? —preguntó

—No tanto —con lentitud fui acariciando sus brazos hasta sus hombros—. ¿Y ustedes?

—No tanto —lo miré y sonreí

Sin decir nada seguí con mi tarea de acariciarlo con toda la tranquilidad del mundo. Mis manos se detuvieron sobre su pecho por unos segundos donde aproveche para acercarme lo suficiente para que junte mi frente con la suya, seguí bajando por su abdomen y un poco más abajo.

Mi corazón se había acelerado y no era para menos, si levanta el rostro tendría sus labios a centímetros del mío y tendría la tentación de besarlo.

Por lo que solo me dedique a acariciarlo y respirar profundamente, es un juego que yo empecé y que no perdería por ahora.

Deje quieta mi mano derecha encima de su abdomen y la izquierda subió hasta llegar a su cuello, la piel de este era tibia por lo que la sensación era satisfactoria y la posesión comprometedora que podría llevar a más si dejaba ir las riendas.

Él estuvo quieto sin mover o decir algo hasta que dejé mi mano quieta sobre su cuello donde él colocó su brazo derecho sobre mi cintura casi pegándome por completo a él y con la otra tomo mi mentón elevandolo haciendo que nuestras narices se rozaran y nuestras bocas quedaran a centímetros que cualquiera podía romper si quería.

Pero aún no era tiempo, por lo que solo me acerqué un poco más y después dejé un beso sobre su mejilla. Me separe de él con una sonrisa tan grande que parecía el gato de Alicia y como si no hace segundos estuviera a punto de pasar algo entre nosotros segui viendo los libros con el corazón acelerado.

—¿Te gusta jugar con fuego, no es así? —habló luego de unos minutos en silencio

—Así es —sonreí sin mirarlo

—Puedes quemarte

—Lo haría, pero soy fuego. El fuego no se quema, el crece

La sonrisa ladina en su rostro me dio la razón. Estuvimos un rato más en silencio hasta que él tuvo que ir a hacer no sé que, volvería a este sótano.

La brisa fría golpeó mi rostro causando un escalofrío, colocando mis manos en los bolsillos de mi campera me dirijo hacia mi casa dónde el calor me esperaba.

Pero no esperaba encontrarme con un joven parado en frente de mi puerta, parecía nervioso y no entendía el porqué.

Al verme acercarme suspiro y luego sonrió.

—Hola Farey

—Hola Alejandro

——————————————————

¡Hola!

¿Cómo están?

Dios mío, éste capítulo me saco canas verdes.

Pero estoy feliz. A pesar de que a pasado tiempo de la ultima vez que actualicé a partir de hoy faltaran dos meses para que esta historia cumpla un año de estar publicada.

¡UN AÑO!

El tiempo pasa volando.

Por cierto, ¿las cosas se pusieron calientes o sólo fui yo?

Quién pensó que Farey era inocente estaba más errado que no se qué.

Los dejo con este capítulo.

Los quiero.

Hasta pronto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro