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The only one, the best.

En la gran ciudad de Seúl, para ser más específicos en la esquina suroeste de la ciudad, al sur del Río Han, en el distrito de Geumcheon-gu, se encuentra una pequeña y acogedora cafetería de nombre RJ Coffe. Un modesto establecimiento que es concurrido por sus fieles clientes y algunos nuevos que son atraídos por el delicioso aroma a café y el estupendo sabor de sus apetecibles postres.

El castaño Omega dueño de aquella cafetería sonría tranquilamente preparando el café negro y sin azúcar que el señor Song le había pedido como lo hacía todas las mañanas tras sentarse en la misma mesa a leer su periódico del día.

La campanilla sonó anunciando el ingreso de un nuevo cliente, llamando la atención del castaño al ver a aquel rubio regordete ingresar con su peculiar caminar al estilo pato como le decía cariñosamente.

-Buen día Jinnie-hyung - sonrió el rubio sentándose como podía en uno de los banquillos frente al mostrador.

-Ten cuidado Jiminnie - lo ayudo para que se acomodara en el banquillo - En tu estado no deberías sentarse ahí ¿Por qué mejor no lo haces en una de las mesas libres?

El rubio abulto sus labios - No, porque si lo hago no podría conversar contigo - le sonrió - Además desde siempre este ha sido mi lugar.

El castaño sonrió - Lo que tú digas entonces... Iré a dejarle su café al señor Song, ya regreso.

Agarro una de las bandejas y en ella depósito la tasa de humeante café ante la atenta mirada de su tierno amigo, se dirigió hasta la mesa del viejo hombre.

-Aquí tiene su café señor Song - el viejo bajo su periódico para poder acomodarlo en la mesa y así dejar espacio libre para su pedido.

-Gracias SeokJin.

-¡Hola señor Song! - el alegre rubio sonreía mientras meneaba su mano de un lado a otro como forma de saludo al viejo hombre.

El canoso hombre frunció el ceño ligeramente pero de igual forma correspondió el saludo del rubio con un ligero movimiento de cabeza.

-Siempre tan ruidoso.

Jin sonrió por ello y con una amable reverencia dejo que el viejo siguiera con su lectura. Aquel hombre de mediana edad era un cliente recurrente, desde que su padre abrió la cafetería repetía la misma rutina de sentarse en el mismo lugar, pedir el mismo tipo de café y leer el periódico. Sí, era rutinario pero sin embargo el hombre no parecía aburrirse.

Al llegar detrás del mostrador el sonriente rubio lo esperaba meciendo sus pequeños pies como un niño a la espera del postre.

-Es un viejito cascarrabias - soltó una dulce risilla - Así será mi Yoonie en unos cuarenta años.

-Eso no lo dudo - ambos comenzaron a reír a expensas del Alfa.

Pasaban los minutos y mientras los dos amigos conversaban amenamente, llegaron algunos de los clientes habituales de la cafetería. Los leales, así les decía Jin, puesto aquellos hombres y mujeres, al igual que el señor Song, iban al establecimiento desde el día de la inauguración y de esto ya habían pasado diez años.

Jin miraba la puerta de entrada cuando la campanilla sonó, dejando ingresar a unas jóvenes chicas que parecían universitarias.

-Jimin - el rubio quién bebía leche con chocolate lo miro con sus lindos ojitos azules - ¿Sabes si algo le ha pasado a Taehyung? Porque bueno a esta hora ya debería estar aquí.

-Oh es cierto - sonrió como niño pequeño - TaeTae llegará tarde - el castaño abrió los ojos - Es que Baenie no quería levantarse de la cama y le puso ojitos de venadito bebé a Tete... Ya sabes, él es mamá corazón de pollo así que cedió ante el pedido silencioso de su hijo.

El castaño asintió sonriendo - Ya te veré a ti.

-El que será así será Yoongi - soltó una risilla - Yo seré él que imponga autoridad.

Los minutos pasaban y los clientes entraban y salían como todos los días, desde gente habitual como nuevos, debido a que la zona en donde se ubicaba la cafetería se encontraba rodeada de muchas empresas dedicadas a la tecnología. Por ello siempre se podía ver a personas ingresar con sus portátiles o ipads.

La campana de la puerta sonó y una pequeña risa llena de felicidad se escuchó en todo el lugar enterneciendo a los presentes.

-JungBae osito, ten cuidado - el castaño de sonrisa tierna miraba a su pequeño bebé correr hasta adentrarse detrás de la barra.

-¡Innie-hyung! - alzaba sus manitos en busca de ser cargado por el castaño.

Jin sonrió y cargo al pequeño pelinegro de ojos tiernos - Hola Baenie - le planto un besito en su gordita mejilla, logrando que el pequeño sonría de esa manera peculiar que había heredado de su padre Omega

-¿A mí no me vas a saludar? - fingió sentirse enfadado haciendo un puchero.

-¡Minie-hyung! - se retorció como gusanito para que Jin lo acercara hasta el rostro del rubio y así dejar un tierno beso en su mejilla.

Taehyung sonrió al ver a su precioso bebé ser llenado de amor por sus dos más grandes amigos - Hola y lamento mucho la tardanza - se disculpó ante su mayor.

-No te preocupes, Taehyungnie.

El castaño menor, se adentró detrás del mostrador para tomar su mandil, porque sí, Taehyung trabajaba como mesero en la cafetería de Jin y realmente estaba agradecido ya que no solo tenía de jefe a uno de sus mejores amigos sino que también podía llevar a su bebé al trabajo y este era llenado de tanto cariño.

El pequeño pelinegro aun en brazos de SeokJin les contaba a los dos mayores sobre el sueño que había tenido, claro está que para ambos era un poco complicado entenderlo ya que el pequeño niño tan solo tenía tres años, que hace solo un mes había cumplido.

-Baenie amor - llamo con cariño a su primogénito, quien lo miro atentamente - ¿Quieres sentarte al lado de tío Jimin y dibujar?

Al pelinegro le brillaron esos lindos ojitos avellana - ¡Shi! ¡Ibujall! - se removió para ser puesto en el suelo.

-Sí, yo también quiero dibujar - celebro el rubio ante la felicidad del pequeño.

Las horas pasaban y los clientes iban y venían. Gracias a que Taehyung estaba allí el castaño dueño de la tienda podía centrarse y preparar con más calma el café y decorar algunas galletas; ya que el castaño menor era muy bueno atendiendo a los clientes con sus tiernas sonrisas.

Con una taza de café moca en sus manos, observo a Taehyung sonreír a unos clientes mientras estos pedían la cuenta, luego vio a Jimin quien sonreía mientras ayudaba a pintar al pequeño JungBae. A su memoria llegó como flashes de luz, el recuerdo de cuando le pidió a su padre de favor que contratara a los dos menores como meseros en la tienda, las palabras "Esta bien lo haré, pero ellos serán tu responsabilidad" y la gran sonrisa de orgullo que le dio su padre aquel día siempre lograba calentar su corazón.

SeokJin sabia en aquel entonces que hacerse responsable de dos chicos de catorce años, que nunca habían trabajado y siendo él un chico de diecisiete, sería difícil pero haría todo y más de lo que este a su alcance para que funcionara, y así lo hizo.

Los padres de SeokJin se habían conocido por casualidad en la fila del tren, ellos decían que todo fluyo de inmediato y que si ellos hubiesen sido Alfa y Omega estaban seguros que serían destinados. Su noviazgo duro cuatro años hasta que se casaron, trabajaron seis años en lugares que odiaban para juntar el dinero suficiente y de esa forma abrir su propia cafetería pero se enteraron del embarazo, por lo cual tuvieron que aplazarlo. En realidad lograron por fin tener su sueño de su propio negocio cuando Jin tenía alrededor de trece años.

Observo la foto que colgaba en una de las paredes cerca a la máquina de café, allí estaban sus dos padres cuando inauguraron la cafetería tan sonrientes. Pronto se cumplirían cuatro años desde que lo dejaron, desde aquel fatídico día de lluvia en que murieron en un aparatoso accidente automovilístico.

-Jin-hyung - la suave pero grave voz de Taehyung lo saco de su pequeño trance de remembranza - ¿Estás bien?

El castaño parpadeo un par de veces viendo a su dongsaeng - Sí sí Uhm solo recordé un poco el pasado - sonrió sin mostrar los dientes.

Los dos menores se observaron entre si preocupados por el mayor.

-Quería indicarte que no hay clientes - el mayor vio cada parte de su cafetería corroborando lo dicho por su menor.

Miro el reloj de la pared percatándose que era esa hora del día en el que cerraban la cafetería por una hora para poder almorzar.

-SeokJin-hyung - lo llamo el rubio Omega - ¿Qué te dijo el doctor?

-¡Jiminie! - lo reprendió Taehyung, quien luego de ver a su pequeño jugando con su carrito en una mesa cercana, se posicionó al lado del rubio quién estaba sentado en la barra - Habíamos quedado que le preguntaríamos con tacto no así de brusco.

El embarazado rodó los ojos - Bueno bueno ya he preguntado - miro a su hyung - ¿Qué fue lo que te dijo el doctor en tu cita de ayer?

El mayor sabía muy bien que sus dos queridos menores le harían esa pregunta, pues el día de ayer la cafetería estaba cerrada y él no vio a sus menores puesto que sabía que ambos estaban en sus respectivas casas junto a sus Alfas, y los conocía muy bien para saber que ellos no se lo preguntarían por móvil sino de manera directa mirándolo a los ojos.

Se encogió de hombros - Lo mismo de siempre - los menores no parecían convencidos - Hey no me miren así... Ya saben que el doctor Bung siempre me dice que debo conseguirme un Alfa y bla bla.

-¿Pero esta vez te ha dicho algo más, verdad?

-Jinnie-hyung por favor confía en nosotros - lo miro con los ojitos de cachorro.

El mayor tan solo sonrió viendo a sus dos mejores amigos, cuestionándose si debía o no decirles las palabras que el pelirrojo doctor le había dicho el día de ayer.

Cuando decidió abrir la boca el sonido de la campanilla los distrajo. Ingresando al lugar un chico alto de tez algo morena se quedó quieto viendo a los tres chicos que lo miraban atentamente.

-¡Tae! - chillo el rubio - ¿No habías puesto el letrero de cerrado?

El castaño más joven se rasco la nuca ya que se había olvidado de poner el dichoso letrero.

El chico en la puerta se aclaró la garganta - Uhm si ya han cerrado entonces vol... ¡Ouch! - retrocedió un paso.

-¡JungBae! - se alarmo el castaño al ver como su pequeño niño de cabellos negros en su infantil juego había corrido y descuidadamente termino chocando contra una de las piernas del desconocido hombre.

El pequeño niño se había sentado en el suelo, por el impulso de la colisión, sus lindo ojitos se llenaron de lágrimas y comenzó a llorar.

El instinto súper protector de Taehyung salió a flote y corrió hacia su cachorro tomándolo en brazos y alejándolo del desconocido hombre comenzó a arrullarlo para calmarlo, mientras el pequeño se escondía en su cuello aspirando el aroma de su padre.

SeokJin y Jimin se acercaron al castaño que le susurraba palabras llenas de amor a su hijo.

-Lo siento - se disculpó el mayor - Es solo un pequeño niño que estaba jugando.

Taehyung de inmediato centro su atención en el hombre y se inclinó en forma de disculpa ante él, aun con su pequeño en brazos - Realmente lo siento tanto, mi hijo es solo un cachorro juguetón no lo ha hecho de mala fe.

-Lo sé - sonrió amablemente - No hay nada de que disculparse... yo lo entiendo además creo que el que salió más herido fue él - miró con lastima al pequeño niño.

Jimin acariciaba los delicados cabellos negros del menor - Si tu padre hubiese puesto el letrero de cerrado, esto no hubiese pasado.

-¡Jimin! - lo reprendió SeokJin.

-Uhm creo que yo me iré, disculpen por ingresar cuando ya estaba cerrado.

-Oh no no - el mayor de los Omegas posó con delicadeza su mano sobre el brazo del hombre - En realidad la tienda sigue abierta hasta poner el letrero de cerrado así que yo te atenderé - miró a los dos menores - Ustedes suban y espérenme allí.

Los Omegas menores asintieron y con una pequeña reverencia se despidieron del desconocido, quien con cautela les correspondió de la misma manera la despedida.

-Enserio disculpa.

El castaño sonrió amablemente - No hay nada de que disculparse... Tú mismo lo has dicho - el moreno le correspondió el gesto amical - ¿Lo mismo de siempre, verdad?

-Sí, por favor.

Jin asintió - Primero pondré el letrero de cerrado y luego prepararé tu pedido así que siéntate en la barra por favor.

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SeokJin ingresaba a su casa, porque el vivía en el segundo piso de la cafetería. Cuando sus padres compraron el lugar, ambientaron el primer piso para la cafetería y el segundo como su hogar y almacén.

Jimin tecleaba algo en su celular y Taehyung, quien aún tenía en brazos a su hijo, parecía que le estaba cantando una dulce canción susurrada en su oído a su pequeño, meciéndolo de un lado a otro.

-¿Cómo está?

Los dos Omegas observaron a su mayor.

-Ya está mejor - acaricio el cabello de su cachorro - ¿No es así Bae?

El pequeño sacó su cabecita de su escondite para observar a Jin con un puchero y ojitos de venadito bebé.

-Vamos Bae... sonríe que hoy he preparado las tortillas de tu papá - el pequeño y los dos mayores fruncieron el ceño en confusión - Haemul pajeon... tortillas jeon - comenzó a reír.

-¡Otillas Appa! - sonrió feliz el pequeño pelinegro.

SeokJin se dirigió a su cocina, para poder calentar la comida pues el tiempo corría y ellos debían regresar a trabajar. Taehyung se acercó para ayudarlo ya que Jimin se quedó con el pequeño niño entreteniéndolo para que este no se durmiera sin antes comer algo.

Ya cada quien en su respectiva posición y con sus cuencos frente a ellos, comenzaron con su almuerzo.

-¿Lo conoces, no es así?

Jin tragó lo que había estado masticando - ¿A qué te refieres?

-Al tipo de hace un rato, con el que JungBae chocó.

El castaño asintió - No es como que lo conozca... pero es un cliente que ya ha venido unas cuantas veces.

Taehyung quien ayudaba a su pequeño para que comiera, alzó una ceja - Yo no lo había visto hasta el día de hoy.

-Eso es porque él viene muy temprano - tomó un sorbo de refresco - Mucho más temprano que el señor Song, pero al parecer tuvo una reunión de último minuto muy temprano en la mañana así que no pudo venir a su hora acostumbrada.

-Parece un tipo amable - miró a su hijo mascar con gracia la comida - Cualquier otro hubiese maldecido o dicho groserías por lo ocurrido con Bae pero fue amable e incluso sentí que realmente se preocupó por mi cachorrito - sonrió - Seria perfecto para ti, Jinnie-hyung.

-Lástima que sea un Beta - suspiro el rubio - En fin cambiando de tema a algo mucho más importante - miró con seriedad a su mayor - ¿Qué te dijo el doctor?

SeokJin soltó el aire en un fuerte resoplido pues sabía que aquel tema no se cerraría así de simple. Observó los rostro de sus amigos, tan tiernos, lindos, unos preciosos Omegas metiches.

-Ya les dije, lo mismo de siempre que debo encontrar un Alfa - los dos menores aún lo observaban silenciosamente indicándole que debía continuar con su relato - Creo que ya es tiempo de que me comporte como un Omega y busque a un Alfa que desee formar una familia - soltó una pequeña risa al ver los rostros asombrados de los menores - El doctor Bung dice que estoy en un punto en el que cada vez mis posibilidades de ser padre son menores y que llegado a un punto quizás mi Omega muera.

Los dos menores ahogaron un grito de asombro y temor.

-Si tu Omega muere, tú también lo harías - los ojos del castaño menor se cristalizaron.

-Si ha de pasar, pasara - se encogió de hombros.

-¿Innie-hyung moril? - sus lindos ojitos al igual que el de su padre se cristalizaron y rápidamente el llanto mojaba sus pequeñas mejillas nuevamente - ¡No quelo!

-No mi amor, no lo hará - atrajo a su hijo a su cuerpo para calmarlo - Tranquilo mi osito.

-No lo hará porque no lo permitiremos - la voz quebrada y el rostro lloroso del rubio no reflejaban la determinación de sus palabras - Como que me llamo Park Jimin.

SeokJin no pudo contener más las lágrimas en sus ojos y las dejo libres, con cuidado se acercó a su dos menores fundiéndose los tres, cuatro si se contaba a JungBae, en un abrazo lleno de sentimientos entremezclados.

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SeokJin miraba los mensajes de ánimo que sus dos torpes mejores amigos le enviaban, realmente no podía creer que él estuviera a punto de hacer aquello, asistir a una reunión de citas a ciegas express, todo idea de Jimin quien se encargó de inscribirlo.

Tampoco podía creer que había dejado su hermosa cafetería encargada a esos tres, y lo más preocupante era que el más confiable entre ellos era el menor, el Alfa de Taehyung, Jungkook quien no sabía ni atender a los clientes ni preparar café. Por suerte estaba completamente seguro que Yoongi, su amigo de la escuela secundaria y Alfa de Jimin, ya se lo que piensan y sí, SeokJin sin querer fue el responsable de que esos dos se conocieran; iría a la cafetería y él era muy bueno en la cocina.

Por favor que no incendien la cafetería.

Un suspiro escapo de sus labios pues sabía que sus queridos amigos hacían todo esto porque lo amaban demasiado y no querían que nada malo le sucediese; además nada malo podría salir de ir a conocer a Alfas que al igual que él estaban buscando una pareja de vida ¿Por qué eso es lo que se busca en esos lugares, verdad?

Al subir al tren no había ningún asiento libre así que se posiciono en un lugar estratégico para no caer. Al frente de él, estaba sentada una linda chica de facciones delicadas aproximadamente tendría unos quince años o quizás menos, definitivamente Omega pues esa marca en su cuello era demasiado evidente y el enorme vientre también; era tan grande como el de Jimin así que tal vez ahí también habían dos bebés. No podía dejar de verla y es que en ella podía recordar a Taehyung cuando se enteró que estaba embarazado, claro está que él era un poquito más grande cuando se enteró pero no dejaba de ser un adolescente; podía recordar vivamente esos ojitos llenos de miedo y alegría al mismo tiempo y ni que decir de Jungkook que es un año menor que el Omega. O cuando Jimin con sus dieciocho años se enteró de su embarazo, la sonrisa no abandonaba su rostro hasta aquel fatídico día en que perdió a su cachorra.

La madre de Jin, siempre solía decir "Los dioses saben lo que hacen"; y el castaño realmente lo creía así y una prueba de ellos era la pareja conformada por el tierno rubio y su Alfa, ya que el dolor de su pérdida los unió más y ahora estaban a la espera de sus bebés.

Pero aquella chica no tenía esa aura de felicidad por tener a su bebé, se notaba triste como si fuera un prisionero resignado ante su cruel destino en el pabellón de fusilamiento.

Y en el fondo SeokJin podía comprenderlo, no todos los Omegas son afortunados con sus parejas como lo eran sus amigos, algunos eran marcados contra su voluntad o eran presionados para que lo fuesen y es que en la sociedad un Omega con una marca en el cuello y un bebé en el vientre era lo correcto, lo que se aceptaba y lo que se esperaba de ellos.

Caso contrario era un Omega sin marca y sin bebé, eso estaba mal, eso no era lo correcto. Y es que se podía aceptar ver a un Omega de catorce o quince años embarazo o con una marca que indicaba a viva voz que tenía sexo; pero no que un Omega de dieciocho o diecinueve años no llevara una, ni que decir de uno de veintitrés; era visto como un fenómeno y frases como "Es poca cosa" "No sirve ni como Omega" "Es una puta que no quiere formar una familia", que a veces solo eran murmullos y otras tanto casi gritos despreciables eran el pan de cada día para SeokJin cuando estaba fuera de su cafetería y no utilizaba el suficiente neutralizador de aroma.

Con aquellos pensamientos en su cabeza y la fuerte música en sus auriculares, llego a su destino sin escuchar ninguna de las asquerosas frases sexistas y miradas curiosas hacia su persona; porque hoy había decidió no usar mucho neutralizador pues la idea era ir a esa reunión de citas y atraer algún buen Alfa.

-Hola Bienvenido - lo saludo una amable chica - ¿Cuál es tu nombre?

-Kim SeokJin.

La chica asintió y busco en la lista que tenía en sus manos - Aquí estas - le sonrió para luego escribir en un pequeño gafete su nombre, extendiéndoselo - Ponlo sobre tu ropa y luego entra para que te asignen una mesa que estamos a punto de empezar.

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En el fondo sabía que todo eso era una puta mierda, y es que realmente no podía esperar más de lo que vivió en esa estúpida reunión. Tipos en busca de coger y nada más.

Y aunque en síntesis eso es lo que necesitaba, no era todo, puesto que, él quería follar sí, pero con alguien con el cual compartir su vida, no con un amante de una sola noche; y en el caso de que quisiera solo pasar una noche con alguien ninguno de los que estuvieron en esa reunión tendrían esa suerte, y es que ¿De dónde diablos salió tanto feo y prejuicioso?

Y es que recordar esas estúpidas frases de "Eres muy alto para ser Omega", pues sí lo soy maldito enano; o "Estas algo viejo para no tener marca ¿Acaso eres defectuoso o estéril?", viejo estas tú, maldito calvo. Frases de respuesta así pasaron por su mente en esas dos tortuosas horas pero no se las dijo a esos tipos pues aunque lo quisiera, esos eran Alfas y por más que él era alto, de hombros anchos y sobre todo muy hermoso, esos tipos por naturaleza tenían más fuerza. Pero lo que no entendía era que carajos les pasaba a esos estúpidos disque Alfas de cuarta por sus cabezas.

Un fuerte resoplido abandono su ser por toda la ira acumulada debido a no haberles dicho sus verdades a esos estúpidos y golpear sus horrendos rostros.

-Eso sí que fue un gran resoplido.

Dió un brinco por el susto de la voz detrás de él, girando rápidamente para toparse con el rostro sonriente de un chico con vestimenta algo peculiar y cabellos cobrizos.

-Si que me has asustado.

El chico soltó una risilla - Lo he notado... uhm disculpa no fue mi intención es solo que tu fuerte resoplido me sorprendió.

Jin regresó a su posición en la fila del tren, ignorando las miradas de las personas a su alrededor - No he tenido un buen día supongo.

-Y para colmo estar esperando el tren que ya lleva diez minutos de retraso fue la cereza del pastel ¿No es así?

-No me había dado cuenta que ya habían pasado diez minutos - frunció ligeramente el ceño.

-Soy Jung Hoseok - le extendió la mano - ¿Y tú eres?

Jin le correspondió el saludo - Kim SeokJin.

-Hey nuestros nombres combinan - sonrió - Esa es una señal.

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El camino de retorno a su casa fue divertido, Hoseok era un chico alegre, como aquel punto de color sobre un dibujo gris. El Alfa, porque era un Alfa, había hablado de lo horrible que había sido el día, y al parecer la desgracia de SeokJin con las citas a ciegas express habían alegrado en demasía al de cabellos cobrizos, quien soltaba tremendas risotadas importándole muy poco si las personas lo miraban con gestos de desagrado.

Ingresó a la cafetería y se topó con el rostro sonriente de Taehyung, quien lo abrazó con bastante fuerza.

-Bienvenido hyung ¿Cómo le fue? - pregunto muy entusiasmado.

-Del asco - el rostro del castaño menor se ensombreció - No no te pongas así, al final algo bueno paso.

-¿Qué paso? - una linda bolita de cabellos rubios se acercó a ambos castaño - Jinnie-hyung bienvenido y cuéntanos que paso.

-Les contaré pero después, ahora debemos atender a los clientes.

SeokJin se quitó su chaqueta y se puso su delantal para comenzar a preparar los pedidos que Taehyung le indicaba; en un determinado momento Jungkook quien había estado jugando con su pequeño hijo en el segundo piso, bajó para ayudarlo y siendo reemplazado por Yoongi al cuidado del durmiente cachorro.

Decidieron cerrar temprano la cafetería, y a las siete de la noche se encontraban limpiando las mesas y guardando algunos implementos, con tal era lunes y muchos ya habían salido de sus trabajos o estaban en camino a sus respectivas casas.

Así los dos Omegas castaños y los dos Alfas terminaron de limpiar las mesas para proceder a ir al segundo piso, en donde Jimin se encontraba con JungBae, ya que este había reemplazo a su Alfa en el cuidado del infante. A penas al ingresar escucharon la linda risotada del cachorro quien se reía de las caras que el rubio hacía.

Luego de preparar la cena con ayuda de los dos Alfas, todos se sentaron alrededor de la mesa para proceder a llenar sus estómagos.

Jin a petición del público comenzó a contarles su horrorosa experiencia en esas citas, un fiasco total; pero luego les contó sobre el lindo alfa de cabellos cobrizos que conoció en la fila del tren y como era tan alegre que le contagio el buen ánimo.

-¿Al menos le pediste su número telefónico, no?

-Pues no - el rostro de los tres jóvenes se ensombreció - Él me lo pido a mí - sonrió coquetamente

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Las cosas con Hoseok iban bien; ambos se entendían debido a que el Alfa era divertido, siempre con una sonrisa en el rostro, pero tampoco es que fuese un payaso o algo así, solo era como muy vivaz.

SeokJin descubrió que Hoseok era dos años menor que él y en un principio pensó que eso no estaba del todo bien pero gracias a sus amigos que le dijeron que eso eran solo números y nada más, y a que el Alfa de cabellos cobrizos le dijo que no le interesaba que fuera el Omega el mayor o el más alto; ahora su "relación" iba bien.

En realidad no tenían una relación propiamente dicha porque bueno ninguno de los dos le dio título a lo que tenían, pero que más podía ser si salían de vez en cuando, compartían besos algunos tiernos otros un poco más subidos de tono. No habían tenido sexo y no lo tendrán hasta que Jin este seguro de que Hoseok quiera una relación duradera.

-¿Y tú qué opinas?

El moreno tomo un sorbo de su café - Creo que tienes un muy buen punto en no dar ese paso en su relación si no estás seguro - sus rasgados ojos llenos de seriedad - Yo creo que el hecho de que seas Omega y él un Alfa no determina que deban tener sexo porque la naturaleza lo manda, son personas racionales que deben medir bien sus acciones.

SeokJin sonrió al escuchar las palabras de Namjoon, quien en los últimos meses se había convertido en un muy buen amigo. Era tan fácil platicar con él, se reía de sus chistes por más malos que sean y se sentía tan a gusto cuando ambos estaban solos en la cafetería muy temprano en la mañana.

-Mi padre también pensaba así - soltó un suspiro - Supongo que debe ser porque eres Beta.

Namjoon lo miró atentamente - No tiene nada que ver con el sub género que tengamos - desvió la mirada a un lado - La sociedad espera que los Omegas sean marcados y tengan hijos, que los Alfas sean atléticos y superiores a los demás siempre exigiéndoles que sean mejores que todos, y los Betas que hagan de su vida lo que quieran ¿No crees que es estúpido?

Ambos conectaron miradas - Realmente lo creo, es muy estúpido.

Ambos se quedaron viendo fijamente, como si el mundo se hubiese detenido y solo el latir de sus corazones resonara en sus oídos.

El sonido de la campanilla de la puerta los despertó del trance.

-Buenos días - saludo el viejo Song con su periódico en mano.

-Buen día señor Song - saludó cortésmente el Omega viendo al hombre sentarse en la misma mesa de siempre.

-Creo que ya debo irme - se puso de pie tomando en mano su mochila.

-Oh es cierto - le extendió una pequeña bolsa - Es por parte de la casa y un pequeño agradecimiento por ser tan buen oyente y gran compañía - le sonrió.

Namjoon tomo lo que el castaño le ofrecía rozando sin querer sus manos, sintiendo la suave piel del Omega - Muchas gracias, Jin; pero no es necesario que me agradezcas por acompañarte cada mañana, en realidad me agrada mucho nuestro tiempo a solas en la tranquilidad de la mañana.

-A mi también - le guiño un ojo como era su costumbre - Ahora ya vete o llegaras tarde.

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-Amor, cálmate - acariciaba el rubio cabello.

-No me pidas que me calme - lo fulminó con la mirada - ¿Dime que está bien?

-Lo estará - beso su frente.

Jimin estaba siendo monitoreado en el hospital puesto a que con ocho meses de embarazo de mellizos, tener sustos como el de hace una hora no eran para nada buenos.

Todo había transcurrido con normalidad, ambos Omegas castaños atendiendo y sirviendo café, el embarazado pintando o dibujando junto al pequeño cachorro, hasta que el sonido de un golpe seco se escuchó y el grito de susto del castaño menor resonó en el lugar y es que SeokJin, el pilar de los menores, se encontraba inerte en el suelo de la cafetería.

Por suerte en ese momento Yoongi ingresaba al lugar, pues por cuestiones de trabajo se encontraba cerca; de inmediato se acercó al cuerpo de su amigo en el suelo y lo levantó como si nada. Uno de los clientes, un Beta, que era regular ofreció su ayuda, ósea su auto, para llevar al inconsciente Omega al hospital. Yoongi colocó a Jin en el asiento de atrás y no puedo objetar nada cuando su Omega se metió también allí para sostener la cabeza del castaño sobre su regazo.

Taehyung muy a su pesar se quedó a cuidar de la cafetería y de su pequeño niño, quien por toda la conmoción se había asustado mucho, lástima que su padre Omega no esté en mejores condiciones que el pequeño.

-Tu presión está un poquito alta pero no es nada muy alarmante pues es debido a la fuerte impresión... hemos monitoreado a los bebés y ellos están bien pero de igual manera debes intentar calmarte.

-Lo haré cuando me digan que SeokJin está bien - se puso de pie con ayuda de su Alfa y ambos luego de agradecerle a la doctora salieron del consultorio.

Caminaron por los pasillos chocando así con el pelirrojo doctor Bung, quien salía de la habitación que le habían asignado al castaño.

-¿Cómo esta él? - fue la pregunta del millón realizada por el rubio embarazado.

-Él está bien, así que tranquilízate Jimin - miro el vientre del menor - Recuerda que llevas dos bebés allí que depende únicamente de ti - el rubio asintió - SeokJin está estable y ya recobro la conciencia, por suerte fue solo un desmayo que no paso a mayores.

-¿Podemos pasar a verlo? - pregunto el Alfa.

-Claro que sí, pero no lo inquieten.

Jin paso dos horas en observación hasta que le doctor Bung le autorizo la salida, le había recomendado que comiera sanamente, tomara suplementos vitamínicos y que se buscara a un Alfa; lo usual.

Al llegar fue apresado bajo los brazos de Taehyung, Jungkook y JungBae; quienes tenían los ojos rojos de tanto haber llorado y es que si Taehyung y Bae lloraban era inevitable que el Alfa también lo hiciera, eran una familia de llorones sensibles.

Luego de una extensa charla con sus amigos el castaño mayor decidido que ya era momento de poner los puntos sobre las íes, le diría a Hoseok que el necesitaba ponerle título a lo que tenían y que este fuera el de pareja. Con suerte el Alfa lo follaba esa misma noche y lo marcaba asegurando su vida, esperen ¿Algo no suena bien en esto? En fin el propósito de todo esto es mantenerse con vida ¿Verdad?

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Por lo general Jin no era de salir muy tarde en la noche, en realidad rara vez salía de casa, porque su trabajo lo mantenía muy ocupado aparte de que debía levantarse muy temprano al día siguiente. Pero esa noche había decidido que saldría con Hoseok, con tal mañana la cafetería estaría cerrada.

Se encontró con el risueño Alfa en la entrada de un pintoresco restaurante. Se saludaron con un pequeño beso en los labios, algo efímero.

La cena transcurría tranquilamente platicando temas aleatorios, hasta que llego la comida y ambos se quedaron callados engullendo las delicias.

-Todo estaba delicioso - se tocó la panza - Estoy muy lleno.

-Si yo también - "Es ahora o nunca SeokJin, habla de una maldita vez cobarde", se reprendía mentalmente - Uhm Hoseok - el Alfa alzó su mirada de la pantalla de su móvil para ver al Omega en señal de que continuara - ¿Qué somos?

El semblante siempre sonriente del Alfa se quedó en blanco por un momento para luego tornarse serio - ¿A qué te refieres?

-Me refiero a que piensas de mí, soy tu amigo, somos pareja; has pensado en algún momento en marcarme ¿Quizás? Porque bueno hemos estado saliendo y hablando ya por unos meses pero nunca me has preguntado si quiero ser tu novio o algo así.

El de cabellos cobrizos se recostó en el respaldar de su silla, pasando una mano por su cabello - Jin uhm tú eres genial y muy bonito - "dijo bonito, yo soy hermoso" - Me divierto mucho platicando contigo y creo que estamos bien así sin ninguna atadura de por medio... yo no estoy listo para enlazarme a ningún Omega, no ahora... quizás... más adelante en un par de años pero no me pidas ahora que formalice algo para lo que no estoy preparado, perdóname.

Jin se recostó en el respaldar de su silla y desvió la vista al suelo, esas baldosas de color negro con blanco eran lindas - Si tan solo tuviera tiempo - susurro más para si mismo.

-¿Qué dijiste?

Regreso su mirada al rostro del Alfa, el cual parecía estar realmente acongojado por aquello, y no lo culpaba ambos se llevaban bien solo quizás no estaban en la misma página - Tú también me agradas mucho y no tienes porque pedirme perdón - le sonrió - Te entiendo en realidad - soltó una pequeña carcajada - Soy el vivo ejemplo de no estar preparado para una relación, tengo veintitrés años y siempre huía de formalizar algo con alguien porque simplemente no me sentía preparado y quería algo más para mí que ser el Omega de algún Alfa quizás porque bueno fui criado por dos Betas y tengo mentalidad de Beta.... Y no es que este mal enlazarse joven si es por verdadero amor, pero no era el tiempo para mí y entiendo que ahora no lo es para ti - soltó un suspiro - Si esto no te incomoda creo que debemos seguir siendo amigos eso sí, ya no más besos... eso de amigos con derecho no va conmigo.

El Alfa soltó una gran risotada llamando la atención de la gente del lugar - Por cosas como estas es que me caes tan bien - le sonrió genuinamente - Estoy completamente seguro que encontraras a un gran Alfa y si en caso sigues soltero para cuando quiera formalizar una relación... - hizo un movimiento sugestivo con sus cejas.

-Ni que tuvieras tanta suerte - ambos rieron.

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La brisa del viento que traía consigo el aroma del césped era muy relajante.

Sentado en una banca, SeokJin recordaba como sus padres siempre le decían que los dioses solo le traerían cosas buenas porque él era una buena persona, que había situaciones complicadas pero nada que no se pueda superar y al final encontraría felicidad.

-¿Puedo hacerte compañía?

Aquella voz lo hizo abrir los ojos y mirar al chico frente a él - Hola - el moreno llevaba su mochila al hombro y gafas - ¿Te había dicho que te quedan muy bien las gafas?

Sonrió de medio lado - Cada vez que las uso... y ¿Puedo sentarme? - señalo la banca en donde estaba desparramado el castaño.

-Oh si claro - se hizo a un lado, dejando espacio suficiente para Namjoon - ¿Me prestarías tu hombro?

-Claro - no dudo ni un segundo.

SeokJin recostó su cabeza en el hombro de Namjoon, sintiéndose bien y tranquilo ahí con él, en aquel parque a media noche y sintiendo la brisa del viento en su rostro.

-Me acaban de dejar... bueno no dejar porque técnicamente no éramos pareja pero ya tú me entiendes.

-¿El Alfa del que me platicabas? - el castaño asintió manteniendo su misma posición - ¿Y cómo te sientes?

-Estoy destrozado - fingió llanto.

-Enserio ¿Cómo te sientes?

Esa misma pregunta se la hacía SeokJin porque realmente pensó que se sentiría una mierda por el rechazo de Hoseok y no va a negar que sí lo desilusiono pero no le dolía o lo hacía querer echarse a llorar desconsoladamente - Me siento desilusionado... pero no estoy triste, es más como lo que no fue no será.

-Esa es una buena frase - el castaño sonrió - ¿Te he dicho alguna vez que es lo que me gusta de ti?

Ante aquella pregunta el castaño se sorprendió pero no se movió de su sitio - No, así que exijo que me lo digas ahora.

Namjoon soltó una leve carcajada - Que no eres lo que todo el mundo quiere que seas.

-¿Y eso es bueno?

-Es maravilloso - el castaño se separó de su lugar y miro al Beta sentado a su lado - Eres un Omega y se supone que deberías ya estar enlazado y con hijos pero sin embargo no lo estas, eres dueño de una hermosa cafetería, eres fuerte e independiente, divertido y vives según lo que a ti te haga feliz no a lo que otros esperan.

SeokJin se le quedo mirando fijamente perdiéndose en esos rasgados ojos y sin poder contener más sus emociones se abalanzo a besar esos labios que desde la primera vez que los vio quiso probar.

Al separarse ambos se observaron y una sonría triste adorno el rostro del castaño - Mi médico viene pidiéndome que me busque a un Alfa para que no muera joven y mírame ahora enamorado de un Beta - soltó una risilla - Y no me interesa que seas Beta.

Namjoon acunó el rostro del castaño - Tú no morirás joven ¿Ok? - una débil sonrisa se asomó en el rostro del Omega - Y con respecto a ese detalle de que soy Beta pues uhm no lo soy - sonrió como niño cuando descubren su mentira.

Jin enarcó una ceja - ¿De qué diablos estás hablando? Explícame ahora.

Namjoon sonrió y le dio un suave beso a esos acogedores labios - Te lo dije antes, la sociedad siempre presiona a los Omegas y Alfas pero a los Betas no, así que pues bueno yo... antes de entrar a la universidad aquí en Seúl, decidí que quería vivir como Beta porque estaba harto de que me presionaran por todo y si cometía algún error era un sinfín de sermones sobre que un Alfa debe ser perfecto y estupideces como esas... es por ello que uso fuertes supresores y neutralizadores de olor - suspiró - Lo peor de todo es que mis padres nunca me presionaron tanto, pero los profesores en mi escuela, mis compañeros de clase y todo aquel que percibía que era un Alfa siempre querían obtener cada vez más de mí- miró el rostro del castaño - ¿Estás enojado conmigo por ocultarlo?

SeokJin parpadeo un par de veces por toda la nueva información que se le había otorgado, mientras su cerebro decodificaba toda la nueva información, Namjoon ya se veía a si mismo siendo golpeado por el Omega y posterior a ello pensando en formas para conquistarlo nuevamente porque a él realmente le gusta mucho Jin, en realidad estaba enamorado de él.

-¿Entonces eres Alfa? - sus ojos se volvieron a conectar.

-Así es.

-Mi madre tenía razón - sonrió en grande mirando al Alfa, ex Beta frente a él - ¡Mi madre tenía razón! - se abalanzó a abrazarlo con suma fuerza.

-¿Eso significa que no estás enojado conmigo?

El castaño se separó del abrazo - Sí y no pero eso no importa ahora - le dio un tierno beso - Que este enamorado de ti y con riesgo a una muerte prematura no significa que follare contigo de inmediato.

Namjoon no puedo evitar reír - Ya te dije que no morirás y yo me encargare de eso.

En la quietud de la media noche en aquel parque, volvieron a juntar sus labios.

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-¡Que hable! - chillaba emocionado el rubio con su pequeña bebé en brazos.

-¿Es sorprendente como siguen durmiendo a pesar de todo el bullicio?

-Tienen el sueño pesado como su padre - sonrió al ver a Yoongi con su otro hijo en brazos - Ahora habla Jinnie-hyung.

Jin miro a cada uno de los rostros que lo observaban sonrientes - Es magnifico para mí que hoy este aquí con ustedes celebrando mis veinticuatro años cundo hace menos de un año pensaba que moriría joven y lo que más me dolía era dejarlos a todos ustedes porque los amo con todo mi corazón, son mi familia - los otros dos Omegas tenían los ojos cristalizados - Pensé en aceptar mi cruel destino por no ser un Omega "normal" - hizo comillas con sus manos.

-Esas son idioteces de la sociedad.

-Yoongi no me interrumpas - reprendió al Alfa quien se disculpó en un susurro - Prosigo... mi madre siempre decía que los dioses saben lo que hacen y la verdad es que sí lo saben - sonrió en grande - Me brindaron un nuevo amigo - observó al de cabello cobrizos quien le sonría de regreso - Y también al amor de mi vida - tomó la mano del moreno a su lado - El Alfa perfecto para mí.

-Tú también eres el Omega perfecto para mí - ambos juntaron sus labios.

-Y saben que es lo mejor de todo.

-¿Qué cosa? - pregunto inocentemente Taehyung.

Jin sonrió con malicia - Que los dioses me aman tanto que no solo me dieron la dicha de ser el Omega de un gran Alfa que me ama tanto o más que yo a él, sino que también me otorgaron la bendición de poder formar una familia - los ojos de los cinco chicos frente a la pareja se ensancharon en sorpresa - ¡Felicítenme que estoy embarazado!

Los fuertes gritos llenos de emoción de los dos Omegas más jóvenes lograron despertar de su pacifico sueño a los mellizos Min y asustar al pobre Bae quien se sujetó con mucha fuerza al cuello de su padre Alfa.

Por suerte los mellizos se volvieron a dormir y JungBae se unió a la gran celebración por los dulces veinticuatro de Kim SeokJin, un Omega que supo superar las adversidades y esperar por la dicha de un verdadero amor.

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