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Capítulo 13


- ¿Naoki estamos soñando? – pregunto Tetsu sin dejar de ver su reflejo en el espejo con los demás

- No...no lo creo – respondió su esposo – Pero no es normal vernos de esta forma

- Es mi deseo – hablo Issei y los otros lo miraron

- ¿Qué? – le pregunto Naoki

- Mi deseo... se ha cumplido – respondió Issei

- ¿Qué deseo Issei? – le pregunto Tetsu

- Lo siento, pero...pedí que fuéramos chicos otra vez, bueno, en realidad, que nos viéramos jóvenes físicamente y pues...- explicaba Issei tímidamente mirando el suelo

- ¿Por qué pediste ese deseo? – pregunto Naoki sin entender

- Yo... pues...- Issei hablaba en voz baja sin querer explicar – Como iba a saber que se iba a cumplir, es decir... es imposible ¿no?

- Exacto! – dijo Aki

- Pues al parecer no lo es, ¿Qué edad creen que tenemos ahora? – quiso saber Tetsu

- No lo sé – respondió Naoki

- Bueno... cuando pedí el deseo pensé en la edad de cuando conocí a Naoki – seguía explicando Issei levantando la mirada un poco

- ¿Eh? – Naoki lo miro con una ceja levantada

- Eso quiere decir... que talves yo tenga quince años de edad – decía Issei

- Cuando llegaste a palacio yo tenía... diecinueve años de edad entonces... - hablo Naoki - ¿Tengo esa edad ahora?

- Talves si – dijo Issei

- Si Naoki tiene esa edad entonces yo debo tener diecisiete años de edad – dijo Tetsu

- ¿y yo cuantos? – pregunto Aki

- Aki creo que tu catorce años – dijo Tetsu

- Oh genial! Por eso me veo más jóvenes que ustedes tres! – dijo el menor de los donceles algo alegre

- Esto no es divertido Aki – dijo Naoki algo molesto – Nosotros no deberíamos estar así

- Lo siento mucho mi Naoki, veo que mi deseo le ha enojado, no pensé que...yo solo... - decía Issei triste y con pena pero al final se quedo callado inclinando la cabeza en posición de disculpas

- Basta Naoki, Issei no pensaba que algo así se iba a cumplir, la verdad es que yo también pedí un deseo la cual pienso que sería difícil que se cumpla – decía Tetsu a su esposo

- Yo igual! – dijo Aki

- Bien bien, tranquilo Issei, no estoy molesto contigo... la verdad – Naoki acerco su mano a Issei para este la tomara y así lo hiso el doncel con pena

- Mi Naoki... -Issei levanto la mirada y lo observo un poco con las mejillas sonrojadas

- Por cierto... ¿Que deseo pidieron ustedes dos? – pregunto Naoki mirando a Tetsu y a Aki

- Amm... no pienso decírtelo – dijo Tetsu desviando la mirada con el entrecejo fruncido

- El mío es un secreto gran Naoki jeje – dijo AKi

- Jmm... ya me lo dirán luego – Naoki frunció el ceño – ahora debemos salir de aquí y averiguar cómo volver a la normalidad

- Buena idea – dijo Tetsu acercándose a donde están las escaleras y la pequeña puertilla

- Cuidado al subir Tetsu – dijo Naoki soltando la mano de Issei

- Si si, lo sé – dijo Tetsu subiendo

Ya arriba el doncel observo a su alrededor, dándose cuenta que estaba en otra habitación muy pequeña e iluminada por una luz muy brillante que provenía del techo y el sol que entraba por una puerta abierta que daba la vista hacia el exterior de un lugar abierto como un patio ya que pudo ver algo de césped. Tetsu se arrimo un poco para dar espacio a que los demás salieran, mientras él seguía viendo alrededor y vio que en una zona de aquel sitio había estatuas budistas y eso le pareció algo curioso

Aki e Issei fueron los siguientes en salir y de último Naoki quien luego cerró la puertilla y los tres junto con Tetsu miraban alrededor de aquella habitación

- Esto no parece el interior del santuario donde estábamos – comento Issei

- Cierto, no lo es, es diferente, hay estatuas de un buda ahí – dijo Naoki señalando una pequeña estatua de un buda en el suelo

- Además de que el lugar es pequeño – dijo Aki

- La campana nos traslado a otro sitio – dijo Naoki

- Si pero ¿Dónde? – pregunto Tetsu

- Talves estemos cerca del santuario... salgamos a ver – dijo Naoki caminando hacia la puerta y los donceles lo seguían detrás

En cuanto Naoki y los demás salieron hacia afuera de aquella habitación, las expresiones de sus caras eran de asombro al ver el exterior. Afuera no estaba el santuario, tampoco el puente o el lago, no parecía que estaban en aquella montaña, frente a ellos estaba una pequeña casa hecha de madera de un solo nivel y tanto el techo como la parte de abajo eran de color marrón, la casa por fuera se veía limpia y hermosa, en los alrededores de la casa había césped, plantas y una cerca grande de madera lo cual impedía ver hacia afuera

- Gran Naoki, esto no es el mismo lugar donde estábamos – dijo Aki

- Puedo ver que no lo es... - contesto Naoki

- Vaya, esto nos pasa por tocar esa campana, ahora no sabemos qué lugar es este no debimos haberlo hecho, fue una trampa! – hablaba Tetsu molesto

- No saques conclusiones aún de que fue una trampa – dijo Naoki

- Naoki, ¿No lo ves?, esa cosa hiso que nos cayéramos a una cosa redonda y gigante que no sé lo que es y nos trajo hasta aquí, podríamos estar en un lugar donde hay enemigos – explicaba Tetsu

- No estamos seguros de eso Tetsu

- No sigas – dijo Tetsu molestándose

- Mi Naoki, creo que Tetsu tiene razón, ahora que no sabemos dónde estamos, hay que tener cuidado... - decía Issei

- No creo que haya sido una trampa – dijo Naoki – Tetsu! AKi!

- ¿Qué?! – hablo Tetsu serio

- Ustedes dos también pidieron sus deseos – dijo Naoki

- Así es – dijo Aki

- ¿Uno de los dos pidió que nos trajeran a este sitio? – pregunto Naoki serio

- Claro que no – contesto Tetsu

- No gran Naoki, yo no pedí un deseo como ese – contesto AKi

- ¿Seguro? – volvió a preguntar Naoki

- Si – Aki asintió con la cabeza

- Estoy diciendo que no – dijo enojado Tetsu

- Mmm... ¿Dónde estamos entonces? – se dijo Naoki para sí mismo en voz baja pensando

En eso los donceles escucharon unos pasos que venían acercándose y miraron a un lado hacia donde provenía. Naoki también lo noto y observo. En eso iba caminando hacia ellos calmadamente un joven chico de piel blanca, cabello corto color negro y ojos negros, venia con ropa moderna del siglo veinte uno, la cual era una camisa blanca y unos pantalones cortos de color negro, una vestimenta que Naoki y sus esposos nunca habían visto en su vida y por eso lo miraron extrañado. El chico también tenía esa mirada al notar al varón y los donceles e igual como iban vestidos y se detuvo cerca de ellos. Naoki se coloco al frente pensando que podría ser un bandido y los otros se colocaron detrás de el por seguridad

- ¿Quién eres? – pregunto serio Naoki

- ¿Yo? – pregunto el chico

- Si, tu!

- Amm me llamo Hirochi ¿y ustedes quiénes son?, ¿Qué hacen en mi casa? – el chico los señalo algo preocupado

- ¿Tú casa?

- Si, esta es mi casa – el chico señalo la casa detrás de el

- Oh pues nosotros...

- Llegamos a este lugar sin saber cómo – dijo Tetsu

- ¿Qué? – pregunto el chico llamado Hirochi - ¿Cómo que sin saber cómo?, ¿Y acaso vienen de un festival?

- ¿Festival? – pregunto Naoki

- Si, es que vienen con esa ropa... se ve increíble

- No, nosotros no venimos de un festival

- ¿Entonces?

- Salimos de aquel sitio, por la puerta que está en el suelo – Naoki señalo la habitación detrás

- ¿Eh?, ¿De mi templo?

- ¿Es un templo? – pregunto Tetsu

- Si bueno... es un pequeño templo budista que construyo mi abuelo – explicaba Hirochi

- ¿Qué?, ¿Un templo budista?, que extraño – decía Tetsu

- ¿Por qué? – quiso saber el joven

- Es que... estábamos en un santuario... luego tocamos una campana y aparecimos en ese... ¿Dices templo budista? – dijo Tetsu

- Cierto, es extraño – dijo Naoki

- ¿De un santuario... a mi templo? – pregunto Hirochi

- Así es chico – dijo Naoki

- ¿Pero cómo?, ¿Aparecieron así no más? – volvió a preguntar Hirochi sin entender bien

- Te decimos la verdad

- Hmm – Hirochi pensaba que se trataba de una mala broma

- Ahora, ¿eres un aldeano? – pregunto Naoki

- ¿Yo aldeano? Pues... yo vivo en esta ciudad...

- ¿Ciudad? – Naoki no entendía esa palabra - Oye, no entiendo qué es eso ¿No eres un rey o sí? – pregunto de nuevo Naoki

- No, no lo soy

- Entonces si eres un aldeano, ¿Podrías decirnos qué lugar es este?, ¿o como regresamos a donde estábamos?

- ¿Cómo regresar?, pues para empezar no me han dicho de donde son, pero si les sirve de orientación, estamos en Kyoto – respondió el joven

- Kyoto, no conozco ese lugar, no aparece en el mapa, dime... ¿Estamos dentro del clan dragón?

- ¿Dijiste clan dragón?, no... oye no entiendo a que te refieres – Hirochi los miro mas extrañado

- Sí... bueno, si no estamos en el clan dragón, seguro el rey de este lugar pueda ayudarnos a regresar – Naoki lo dijo en voz baja - Debes llevarme a donde está tu rey, quiero hablar con el

- ¿El rey?, ¿Hablas del emperador? Pero... ¿Por qué me lo pides como si fuera una orden?

- Naturalmente porque eres un aldeano y nosotros somos de la realeza

- Cierto, gran Naoki fue rey, y te lo está ordenando – dijo Aki

- ¿Ustedes están bien de la cabeza?, digo... los encuentro aquí en mi casa y con esa vestimenta y luego me dicen que llegaron a través de mi templo y hablan de un clan no se que, todo eso es extraño

- Por supuesto que estamos bien de la cabeza niño – dijo Tetsu molesto

- Tu eres el que se viste extraño, ¿Qué clase de ropa es esa? – dijo AKi

- Cierto! – dijo Issei

- Solo haz lo que te pedimos, guíanos hacia tu rey – le ordenaba Naoki

- Amm...no, no lo hare – contesto Hirochi

- ¿Qué?! – Tetsu se veía más molesto

- ¿Por qué no? – dijo AKi

- Porque todos ustedes están locos, no les creo nada, seguro que son actores de alguna obra teatral e invadieron mi casa, será mejor que salgan de aquí o llamare a las autoridades para que los saquen!

- ¿Qué son actores y obra teatral? – pregunto Aki

- ¿Por qué no nos cree ese chico? – pregunto Issei

- ¿Autoridades? – pregunto esta vez Tetsu

- Es una falta que un aldeano nos diga locos, me estás haciendo enojar... - decía Naoki apretando el puño de su mano derecha

- Espera Naoki – dijo Tetsu - ¿Cómo podemos hacer para que nos creas y nos ayude? – Tetsu le pregunto al joven

- Fácil, si tienen prueba de lo que dicen, no llamare a las autoridades, pero si no, entonces lo hare si no se van – respondió Hirochi

- Creo que se refiere a que llamara a alguien para que peleemos – dijo Naoki

- Naoki, muéstrale el pergamino de Tenchi– dijo Tetsu a su esposo

- No lo tengo, se quedo en el santuario, debí soltarlo cuando íbamos cayendo – dijo Naoki en voz baja – No tenemos ninguna prueba física

- Oh vaya... - Tetsu negó con la cabeza

- ¿Y bien?, ¿Tienen alguna prueba? – pregunto Hirochi

- Creo que tendré que amenazarlo – le susurro Naoki a Tetsu – Escucha joven aldeano, si no viene tu rey o tu jefe de esta aldea a ayudarnos, entonces me veré en la necesidad de atacarte con mi arte marcial – amenazo Naoki a Hirochi

- ¿Qué? – Hirochi parecía asustado – No bromees, antes de que lo intentes, pediré ayuda para que los saquen – Hirochi se dio la vuelta e iba a salir corriendo pero vio que Naoki frunció el ceño y levanto la mano derecha con el puño cerrado

- No te muevas! – grito Naoki pero en ese momento sintió caliente su mano derecha y de repente vio que de su puño salió algo redondo y rojo brillante, entonces se asusto y movió la mano rápidamente pensando que era fuego y que iba a quemarse y en eso la bola roja salió disparado de su mano al césped donde quemo una pequeña parte y luego se apago sola

- ¡Naoki! – grito Tetsu acercándose a su esposo que por la impresión cayó al suelo de espalda

- ¿Qué fue eso?! – grito Naoki aún asustado por lo que ocurrió y vio que sus tres esposos se agacharon a su lado preocupados

- Mi Naoki, ¿Está bien?- pregunto Issei

- Gran Naoki... - hablo Aki viendo su mano

- Estoy bien... creo – Naoki miro su mano que estaba un poco de color rojo pero sin nada grave ni quemaduras y dejo de sentirla caliente

- ¿Qué rayos paso?, ¿Cómo hiciste eso?! – pregunto mas asustado el chico mirando a Naoki y el pequeño espacio del césped que fue quemado un poco

- Yo... no lo sé – respondió Naoki – Solo me sentí muy enojado y luego... mi mano se puso caliente

- ¿Te duele? – pregunto Tetsu

- No...

- Es la primera vez que veo algo así...- Hirochi se vio pensativo – Bien! esto sonara loco, pero, por ahora, voy a escucharlos – dijo Hirochi

- ¿Eh? – Tetsu no entendió, todos miraban a Hirochi

- Solo díganme exactamente cómo fue que llegaron a mi templo y luego les diré si los ayudo o no – Hirochi dijo con seriedad 

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