Capítulo 13: Descubiertos
Establos
Ya en las caballerizas nos sentamos y empezamos a platicar sobre diferentes cosas, Haidar abre la maleta que cargo desde los pasillos, con curiosidad me acerco a ver que hay y me llevo una gran sorpresa, dentro de la maleta hay dos botellas de vino, agua y jugos
—abro de par en par mis ojos.
Baltazar y Haidar empiezan a servir y repartirnos, a mí me dieron obviamente el jugo de higo que trajo Haidar —ruedo los ojos—. Baltazar se para y saca de no sé dónde una citara, se vuelve a sentar y empieza a tocar una melodía muy hermosa, Haidar se aclara la garganta y empiezan a cantar.
Veo como que algo me hace señas, me hago a un lado para ver mejor y me doy cuenta que la persona que me está haciendo señas es nada menos que Paris —sonrió—. Paris me empieza a observarme con cara de pocos amigos, al parecer no le gustó nada que me saliera de la fiesta y venga con mis amigos a las caballerizas.
Paris me hace una nueva seña, es la seña de que quiere hablar a solas, me acerco a Kytzia, pero ella se hace a un lado y desvía su mirada mirando a Paris. Olvidé decirles que ella sabe mi relación con Paris, le confesé lo que tengo con Paris hace unos meses atrás, necesitaba consejos y quien mejor que ella.
— ¿Me cubres? —le imploro y pongo ojos de suplica
— Está bien —susurra mirando a Paris con desconfianza.
— Gracias —le doy un beso en la mejilla
— Cuídate y regresas rápido o sino iré a buscarme —me dice muy decidida.
Me paro muy lentamente, limpio un poco la paja que hay en mi vestido y empiezo a salir, pero las voces de mis amigos me paran……
— ¿Ale a dónde vas? —me pregunta Istar
— Iré a que me vea mi Padre, ya lo conocen lo controlador que es
—miento.
— Si, mejor que le vean y no piense que desapareció —me cubre Kytzia y me guiña un ojo.
— Está bien no te tardes —me dice Haidar y toma un poco de su copa de vino.
Con sumo cuidado salgo de los establos, Paris y yo vamos con mucho sigilo a un pequeño cobertizo donde se guarda comida para los animales, algunos materiales, entre otras cosas, es muy discreta y en este momento es perfecto para poder estar un poco a solas y tener nuestras charlas tan agradables. Paris se echa apoyando su espalda a la pared y yo me echo a su lado y apoyo mi cabeza en su hombro.
— No debiste desaparecer de la fiesta —me recrimina
— Lo hice porque ya estaba aburrido y solo veía a las personas muy borrachas —lo miro
— Por suerte nadie noto tu desaparición
— Están más concentrados en la nueva pareja que se formo
— Tu hermano y Alanís ya se fueron de la fiesta
— Ahora entiendo porque recién te diste cuenta —me rio
— Siempre estoy pendiente de ti —me da un casto beso
Estos pocos minutos que tenemos para nosotros es lo más apreciado que tengo, quisiera estar horas y horas así con el pero no podemos, aun…. pero sé que pronto ya no tendremos que esconder lo nuestro……. eso espero.
Una hora después
Mientras regresamos tomados de las manos a los establos un amigo también soldado de Paris nos ven juntos. Yo me asusto mucho al verlo y suelto la mano de Paris, trato de esconder mi cara y fingir ser otra persona, pero es imposible, soy muy mala actuando.
El soldado se pone muy serio y ve a Paris, levanta su mano y le hace una seña. Paris respira profundo, se gira a mirarme y me da un beso en la frente
— Espérame aquí —me dice con la voz un poco preocupada
— No te tardes por favor —susurro
Paris camina hacia su amigo y ambos se empiezan a alejar. El frio de la noche hace que me estremezca y me froto mis brazos para tratar de entrar en calor.
Miro hacia donde se han parado y me doy cuenta que cerca de ellos hay un árbol, con mucho sigilo me acerco y me paro detrás del árbol. Desde mi posición y gracias al silencio de la noche puedo escuchar su platica
— Por favor no le digas a nadie que nos viste, mantén en secreto lo que viste—le pide Paris a Hefestos su amigo soldado
— Sabes que es la Hija del Rey Eudor, del Rey……. —le recrimina muy preocupado y algo alterado Hefestos—. Pueden exiliarte por esto o peor pueden matar….
— Por favor no exageres, eso nunca pasara —le interrumpe Paris—. Hefestos, me enamore de ella……. de verdad —se pasa la mano por su cabello—. No es como las otras mujeres que conozco, ella es la mujer que tanto estaba buscando —le dice y mi corazón late más fuerte al escuchar esas palabras.
— Paris por favor ten cuidado —le mira preocupado—. Esto es grave…… sabes lo que piensa de ti el Rey Eudor, tú no eres de su total agrado
— Estas mal —le dice enojado Paris
— En lo personal me refiero, tu como soldado eres muy valioso pero la vida que llevas
— Llevaba —le corrige
— Llevabas, es lo que no tolera
—resopla—. Tu escuchaste y sabes lo que piensa y busca el Rey Eudor para esposo de su hija…. su única hija.
— Amigo por favor —le pide una vez más Paris a Hefestos—. Enserio esto es diferente, además estoy cambiando por ella, tú mismo lo notaste y sé que demostrándole esta nueva faceta al Rey Eudor —sonríe—. Dejará que me case con su hija……. si es que nuestra relación llega a ese punto —susurra.
— Está bien —acepta no tan convencido y resopla—. Me callare, pero no esperes que interceda por ti si lo descubre el Rey Eudor o alguien de la familia real.
Con mucha rapidez vuelvo a donde estaba, Paris habla algunas cosas más con su amigo y después de un apretón de mano viene donde estoy. Paris trae una cara más relaja y un semblante más tranquilo.
— Aún es temprano que te parece si vamos a los jardines —le propongo
— Pero tus amigos
— Kytzia me está cubriendo, ella inventara algo —sonrió
— Está bien solo unos minutos —se acerca a mí y me da un beso tan pasional.
Paris toma mi mano y ambos caminamos hacia los jardines sin decir nada, yo no dejo de sonreír y repetir en mi mente las palabras de Paris “Ella es la mujer que tanto estaba buscando”
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Jardines
Paris y yo estamos caminando muy lentamente disfrutando de la noche...... en especial disfrutando de los pocos minutos que nos quedaban, cualquier persona que nos viera sabría el gran amor que nos tenemos el uno del otro. Paris se para y me mira fijamente, yo solo sonrió y poco a poco nos vamos acercando para besarnos.
Nuestro momento mágico y romántico fue roto y paso algo que jamás debía haber pasado, como si fuera una mala jugada de los dioses, mi tía Calista está parada frente a nosotros mirándonos muy fijamente y sorprendida.
— ¡¡Alexandra!! —grita tan fuerte, me mira y rápidamente se acerca a nosotros—. Que se supone que estás haciendo —me sujeta tan fuerte del brazo y me aparta de Paris.
La miro con terror y luego a Paris, él está parado frente a nosotras inmóvil sin saber qué hacer. Trato de zafarme del agarre de mi tía, pero me es imposible, ella me sujeta aún más fuerte hasta puedo decir que casi clavándome sus dedos en mi brazo, mañana me quedara una horrible marca.
— ¡¡Guardias!! ¡¡Guardias!! —empieza a gritar y yo trato de zafarme, pero no puedo—. ¡¡Guardias!! ¡¡Guardias!! —insiste mi tía.
En menos de dos minutos muchos soldados aparecen de todos lados rodeándonos y mostrando sus armas a Paris.
— Tía…… —digo mientras intento una vez más soltarme de su agarre, pero mi tía me aprieta más fuerte el brazo.
Mi tía hace una señal y dos soldados se acercan a Paris, lo sujetan de los brazos, Paris no muestra resistencia y sigue mirando fijamente a mi tía, yo solo lo miro y empiezo a llorar.
— Llévense a Paris fuera de mi vista —grita mi tía muy enojada.
Los soldados empiezan a caminar, pero Paris se empieza a resistir, trato de acercarme, pero mi tía me vuelve a tirar de mi brazo y me hace detenerme, desde donde estoy solo puedo ver a Paris con los ojos llorosos
— Paris……. —susurro.
— Alexandra…… —grita Paris tratando de soltarse del agarre de los soldados, pero uno de ellos le da un golpe en el estómago dejándolo sin aire.
Aprovechan eso los soldados y se lo llevan a rastras, trato de ir una vez más pero mi tía no suelta su agarre de mi brazo.
— Tía, por favor —le miro mientras no dejo de llorar—. Deja…. deja que te explique —le pido
Estoy muy asustada y desesperada, solo escucho como Paris grita mi nombre…. quiero ir donde el pero no puedo. Tengo que enfrentar la furia de mi tía.
— A mí no me expliques algo que acabo de ver —me dice enojada y me suelta—. Lo que vi habla más que cualquier explicación que me quieras dar.
— Tía no es lo que………
— ¡¡Cállate!! —me da una bofetada tan fuerte que me deja sorprendida—. No me trates de estúpida Alexandra
Yo estoy en shock jamás nadie me había dado una bofetada —llevo mi mano a mi mejilla—. No sé en este momento que realmente estoy sintiendo, es como si algo dentro de mí se ha roto, que el poco cariño que tenía por mi tía se ha ido.
Mi tía vuelve a tomarme del brazo y empieza a caminar, yo solo camino por inercia…. estoy tan ida y solo miro un punto fijo. Jamás en mi vida hasta ahora alguien se ha atrevido a levantarme la mano, ni mi Padre… Esto duele más que cualquier herida o palabras grotescas que me pueden dar o decir —derramo una lagrima
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Habitación de Alexandra
Al llegar a mi habitación mi tía me empuja de manera muy brusca, realmente está muy enojada. Ella se da la vuelta para cerrar la puerta y yo aprovecho para sentarme en la cama aun con mi mano en mi mejilla, trato de aguantar las ganas de llorar y lo estoy logrando.
— Tú, la hija del Rey Eudor, besándose con un simple soldado —me grita mi tía y se acerca a mí—. No lo puedo creer —empieza a caminar de un lado a otro por mi habitación—. Es esa la educación que te estamos dando —me señala—. Acaso no te das cuenta que él no es una buena compañía para ti, que no está a tu nivel, que el solo es un aprovechado —me mira y yo levanto la vista conteniendo mis lágrimas y veo el enojo puro en su mirada.
— Tía yo a él lo quiero —susurro y bajo la cabeza mientras derramo algunas lágrimas ya no puedo aguantar—. Además, es el próximo Comandante General del ejército, no es un soldado cualquiera —me seco las lágrimas, me levanto y la enfrento—. Además, tú no tienes derecho en meterte en mi vida, tu solo eres mi tía, mi tía —digo con la voz entre cortada y con lágrimas—. ¡¡TÚ NO ERES MI MADRE!! —le grito en su cara.
Solo siento el dolor en mi otra mejilla, mi tía ha vuelto a darme una bofetada. Cierro mis ojos y empiezo a reírme para luego llorar, me seco las lágrimas, contengo mi rabia y la vuelvo a ver, pero está vez de una manera muy fría y seria.
— ¡¡Respétame Alexandra!! —grita mi tía y con los ojos llorosos—. Yo soy como tu madre, yo te crie, te alimenté y les di todo mi cariño……. —me mira decepcionada—. Y sí, yo tengo todo el derecho en meterme en tu vida…… de decirte con quien puedes o no hablar, con quienes relacionarte…… —da unos pasos hacia mí y no deja de mirarme de manera desafiante.
— No —le digo seria y no dejo de mirarle fijamente—. Tu solo eres mi tía y como tal no tienes derecho a meterte en mi vida, tú no tienes derecho a decir con quienes tengo que hablar o con quienes no, mucho menos en decidir de quien me enamoro…. porque si tía —me le acerco más sin dejar de verla fijamente—. Me gusta Paris y tu ni nadie podrá cambiar este sentimiento que siento dentro de mí.
Estamos a centímetros la una a la otra o mejor dicho frente a frente, esto es un duelo de miradas, si mi tía intenta darme otra bofetada yo le responderé, en este punto mi tía perdió todo mi respeto. Al parecer se da cuenta de eso y da dos pasos hacia atrás, me mira de pies a cabeza meneando la cabeza en forma de negación
— Tu eres tan idéntica a tu Madre —susurra—. Trate de que no te parecieras a ella, pero falle…. —se calla
— Tía si tiene algo de decirme dígalo o váyase de mi habitación —le digo enojada.
— Si, si tengo algo que decirte —se acerca—. Tu sabes la fama de Paris muchas veces lo hemos comentado y aun así quieres estar con él, definitivamente estás loca —me insulta
— Son chismes malintencionados
— Pues a mí no me importan, No quiero verte con Paris ni a diez metros de distancia —me amenaza
— ¡¡Ya basta!! —grito y me tapo las orejas, ya no quiero escuchar más sus reclamos.
— Entiende Alexandra tú debes comportarte como lo que eres la hija del Rey Eudor y no una como una noble más del reino —me dice más calmada, trata de acariciar mi mejilla que me arde, pero me retiro de su toque.
— Ya lo sé, siempre me repites eso, ya estoy harta de que me digas lo mismo —grito
Porque de verdad ya estoy harta que me repitan una y otra vez eso, ya lo sé, sé que soy la hija de mi Padre, pero no es para que cada cinco minutos me lo repitan. Me tomo unos minutos y vuelvo a hablar, pero con mi voz un poco más fuerte y decidida.
— Lo se tía, sé que soy la hija del Rey Eudor y eso implica a que tengo que guardar mis sentimientos y no tengo que sentir amor, porque ese sentimiento está prohibido en este palacio. Sé que tengo que guardar mis opiniones y hacer caso a lo que me dicen de hecho tengo que ser una esclava con la diferencia que soy de la nobleza y tengo privilegios —le miro fríamente y sonrió sarcásticamente—. Sé que mi vida la deciden ustedes yo no puedo decir nada, pero si aceptar lo que ustedes dicen sin decir nada, ustedes jamás nos han amado para ustedes siempre fuimos sus títeres sus monedas de cambio —la miro desafiante—. Ustedes vendieron a mi hermano y lo llamaron “alianza” —grito tan fuerte que me arde la garganta
— Alexandra que estás diciendo
— Tía —contengo mi rabia—. es mejor que se vaya, ya no tengo fuerzas para seguir con esta pelea…. le pido que se vaya de mi habitación y me deje sola. Oyó ¡¡SOLA!! —camino a mi cama y me echo.
De verdad estoy cansada, tomo la almohada y me tapo con está, no quiero escuchar más nada, solo quiero llorar y sacar todo este dolor……
— Alexandra —me dice molesta—. Estas siendo muy impertinente y lo que tú dices sobre tu hermano es falso aparte de ser tonterías sin sentido —me reprende conteniendo su ira—. Si tú piensas eso no puedo hacerte cambiar de idea —respira profundamente y empieza a caminar hasta la puerta—. Te dejare sola para que aclares tu mente, pero por el momento no le diré a tu Padre sobre ese soldadito, él tiene peores problemas en que pensar —me dice antes de cerrar la puerta de mi habitación
¡¡Rayos!! No había pensado en mi Padre —me siento en la cama—. Si él se entera a mí me mandaría a un templo muy lejano y a Paris no sé qué puede hacerle, mi Padre a veces es muy impróvido
— Tía —la miro con lágrimas en los ojos—. Gracias por no decirle a mi Padre, si lo supiera él…él puede llegar a…….
— Eso no lo dudes —me interrumpe—. Solo lo hago para que tu nombre no este manchado o corran rumores peores, pero algo si te advierto, vuelvo a verte con Paris y te mandare al templo de la Diosa Atenea —me mira muy decidida hasta que yo bajo la mirada y derramo algunas lágrimas—. Buenas noches —cierra la puerta muy fuerte haciendo caer un adorno de mi habitación
Trato de contener mis lágrimas, pero no puedo, me dejo caer en la cama y empiezo a llorar, esto me supero y me siento tan mal que la única manera de sacar todo este dolor es llorar……
Minutos después
Entre pensamiento y otro me acabo de acordar que deje a mis amigos solos, de seguro están muy enojados…… me seco las lágrimas y salgo de mi habitación lo más rápido posible, espero que aun sigan en el establo.
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Establo
No he parado de llorar, trato y trato, pero no puedo…… estoy tan preocupada por Paris que siento una opresión en mi pecho. Llego al establo y entro muy lentamente, Kytzia e Istar me ven, ambas se sorprenden, se levantan y vienen muy rápido a mi encuentro, Kytzia es la primera en abrazarme y yo lo agradezco porque en su hombro empiezo a llorar, sacando mi miedo y angustia
— Ale ¿Qué paso? —me pregunta Kytzia muy preocupada
— Te paso algo malo —se acerca Istar más angustiada
— Paso algo muy pero muy malo —digo y vuelvo a llorar
Después de cinco minutos ya más calmada, con la ayuda de Istar y Kytzia salgo a buscar a Paris ya que necesito verlo y contarle sobre la pelea fea que tuve con mi tía y la decisión que tome, las tres vamos rápidamente a los jardines ya que Paris tenía cambio de turno con un soldado que cubría ese sector.
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Jardines
Busco con la mirada a Paris y lo encuentro apoyado a la pared y con un gesto de dolor —me acerco muy sigilosamente—. Cada que me acerco más puedo ver su cara todo golpeada, tiene el labio partido, Paris se toca la parte de las costillas y eso me da a entender que probablemente tiene las costillas rotas —ahogo mi llanto.
— ¿Que te paso? —me paro frente a él y empiezo a llorar.
— Ale…. —levanta la vista Paris
Esto no debería haber pasado, porque paso todo esto……. —empiezo a llorar.
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Terminología
Citara: Instrumento de cuerda pulsada y similar a la lira, la palabra “guitarra” provienen de la palabra “citara”
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