Capítulo 12: La verdad tras el velo
Mi hermano está serio y nervioso, Alanís aun cubierta con el velo se le puede notar muy pero muy nerviosa y como no estarlo, te estas casando con un completo extraño. ¿Pero porque no deja que la veamos? ¿Por qué se tapa la cara? Trato de ver un poco tras el velo, pero no puedo y eso me frustra…….
El sumo sacerdote empieza la ceremonia hablando sobre el significa de la unión del matrimonio, las diferentes formas de amor, el respeto que se tienen que tener entre ambos, las obligaciones y muchas otras cosas……… —resoplo—. La verdad es que no estoy prestando atención porque mi atención lo tiene Paris, él está parado detrás de los Reyes Sumerios con su traje de guerra, él se ve muy sexy así...…. con tan solo su sonrisa hace que me olvide de todo lo que me rodea y no deje de comerlo con los ojos —me muerdo sutilmente mi labio.
Minutos después
Cuando al fin termina el sumo sacerdote su palabrería, no sé si se da cuenta o no, pero lo que dice es simplemente aburrido, bueno la verdad no estaba poniendo atención —me sonrojo—. Siento un pequeño codazo y me doy la vuelta al ver que la que me dio el codazo fue Chloe
— Ya podremos ver a la novia —me susurra Chloe—. Levantará el velo
Es verdad, llego el momento más importante para todos el Anakalupteria, que es la eliminación del velo de la novia. Mi tía nos explicó que significa la finalización de la transferencia a la familia de su esposo, ósea que ahora es parte de nuestra familia
— Al fin podremos ver a Alanís y que es lo que tanto oculta en el velo —me pongo nerviosa
Mi hermano se da media vuelta y ambos están frente a frente, mi hermano respira profundamente y con mucho nerviosismo baja sus manos hasta el inicio del velo, todos estamos tan ansiosos y nerviosos que la espera se está haciendo lenta. Mi hermano cierra los ojos, aprieta más el inicio del velo y respira profundamente………. Yo estoy tan ansiosa que me da ganas de ir alado de mi hermano y levantarle el velo a Alanís y ver porque tanto secreto.
Mi hermano vuelve a abrir los ojos y lentamente levanta el velo, es tan lento mi hermano que muchas personas están aguantando las ganas de gritar, mi hermano se detiene unos segundos antes de destapar completamente el velo y vuelve a respirar profundo, está espera nos está matando.
— Por favor Príncipe Apolo termine de levantar el velo —dice el Sumo sacerdote igual de impaciente como nosotros
Mi hermano de un tirón levanta el velo a Alanís dejando ver el más grande secreto de la princesa Alanís…. Todos nos quedamos sorprendidos por lo que estamos viendo, la princesa Alanís es muy pero muy hermosa.
Alanis
Ella tiene una piel blanca muy bien cuidada, su cabello es largo de color negro con ondas que al parecer son naturales y le caen como cascadas hasta su cintura, gracias a vestido de novia que está usando se puede percibir que tiene una figura estilizada, pero lo que más me lleva la atención al menos a mí es la mirada que tiene, su mirada es tierna, pero a la vez en esa mirada tierna puedes apreciar valentía y fuerza, la persona que la maquillo hizo un excelente trabajo ya que hizo que resalte sus hermosos ojos oscuros, además que la corona de flores que acaban de ponerle hace que resalte más su belleza.
Miro a todos lados y noto que muchas personas no dejan de mirarla, pero lo que jamás creí ver es a mi hermano deslumbrado por la hermosa belleza de Alanís, al parecer necesita un balde para su baba y alguien que vaya a cerrarle la boca —pongo los ojos en blanco y me rio muy bajito.
— Hey regresa a la realidad —le codeo a mi prima que me mira igualmente sorprendida
— Alanís es muy hermosa
— Lo sé —susurro
— Entonces que crees que es lo malo en ella
— No lo se
— Sobrinas atiendan —nos regaña mi tía.
Vuelvo a centrar mi mirada en ellos, mi hermano sigue impactado por la belleza de Alanís que no para de mirar, Alanís está un poco sonrojada al parecer no le está gustando para nada ser mucho más el centro de atención.
El sumo sacerdote toma la mano derecha de ambos y les dice algo muy bajito que solo mi Padre al parecer logra escucharlo. Mi Padre da dos aplausos y se abre la puerta dejando entrar a Paris con un cofre en la mano, al parecer es la corona que mandamos hacer para Alanís.
— Princesa Alanís reciba este pequeño obsequio de parte de su nueva familia —dice el sumo sacerdote y le da una señal para que Paris abra el cofre
Alanís ve el hermoso regalo y se queda sorprendida, mi hermano con mucho cuidado le quita la corona de flores, se acerca al cofre y saca con mucho cuidado la corona que mandamos a hacer para ella.
Alanís se sorprende al verlo y sonríe muy tímidamente mirando a mi hermano, Alanís agacha la cabeza un poco y mi hermano le pone la corona, realmente le queda muy hermoso.
— Princesa Alanís es un placer que pertenezca al reino de Grecia —le dice el sumo sacerdote
— Gracias para mí también es un honor —susurra muy bajito
— Pueblo de Grecia, reinos aleados, nobles y ciudadanos griegos aquí presente hoy con el beneplácito de los dioses y los Reyes aquí presentes—mira a mi Padre y al Rey Zeto que hace una pequeña reverencia en muestra de su aprobación—. Unimos en sagrado matrimonio a estos jóvenes príncipes —los señala
Todos los presentes empiezan a aplaudir, gritar y deseos de felicidad en diferentes lenguas, mi tía hace una seña a un soldado que abre una jaula y salen volando dos palomas blancas.
— Les presento al PRÍNCIPE APOLO Y LA PRINCESA ALANIS —grita el sumo sacerdote
Mi hermano y mi ahora cuñada salen de la sala real hacia afuera, seguido por los padres de Alanís, mi Padre y mi tía, nosotros nos quedamos y damos ordenes de empezar con los festejos.
Según escuche decir a mi tía Alanís y mi hermano tienen que hacer un ritual más, después de eso tienen que hacer un pequeño cortejo por la ciudad acompañado por algunos nobles tanto griegos como sumerios, en si nosotros también deberíamos participar, pero decidimos quedarnos y estar pendientes por si hay algún problema.
Una hora después
Los minutos pasaban y las personas empezaban a disfrutar de la fiesta, la comida y la bebida, muchos de ellos no dejan de hablar sobre la belleza de mi cuñada incluso llegue a escuchar que si hubieran sabido la belleza de Alanís se hubieran casado con ella, lo que si me molesto fue escuchar a una noble hablar o mejor dicho llorar.
Tengo que admitir que mi Padre escogió bien a la esposa de mi hermano, pero aun así me siento dolida por lo que hizo, cuando todo esto pase hablare con él y le pediré una explicación de porqué vendió a mi hermano, pero mejor hablare antes con mi hermano.
De un momento a otro mi hermano y mi cuñada entran muy felices a la sala real, seguido por mi Padre que se sienta en el trono, el Rey Zeto se para a un costado con su esposa. Mi hermano y Alanís se paran frente a mi Padre y muchos reyes con algunos de sus nobles dan sus respectivos saludos y presentes en oro, plata y bronce, como otras cosas muy típicas y representativas de las diferentes culturas y reinos que asistieron hoy a la boda. Vi dos adornos muy pero muy hermosos que quedarían muy bien en mi habitación —sonrió.
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Un poco harta de mi familia trato de irme, desde donde estoy puedo ver como Kytzia no para de reírse de Haidar que estaba con su acompañante “Carla” que no para de decir o mejor insinuarse con otros nobles que pasan por su lado, al ver eso Haidar se pone algo incómodo y trataba de desviar la mirada de Carla, ella aún no ha conocido a Haidar enojado. Algo que dice mi Padre hace que vuelva a poner atención a su conversación, creo que escuche mal —me acerco más a ellos.
— Extrañare mucho a mi hijo, pero sé que se acostumbrara a tu reino y sus costumbres. Espero que nos visiten seguido —comenta mi Padre mientras mira hacia dónde está Apolo y Alanís, ellos están hablando con unos nobles muy amenamente.
— Eudor, amigo tranquilo tu hijo ahora es mi hijo también y claro que ellos vendrán a visitarte seguido —le dice el Rey Zeto a mi Padre.
Esperen un minuto, como que mi hermano se ira de Grecia, él tiene que quedarse aquí con Alanís, ellos tienen que vivir aquí…… —atiendo más a su conversación
— Sé que mi hijo será un gran sucesor a la corona jamás te arrepentirás por hacer esta alianza —sonríe mi padre.
— Tan solo por ser tu hijo sé que es el mejor sucesor al trono —mira hacia donde están ellos y sonríe—. Ahora a esperar a los nietos —comenta el Rey Zeto y ambos se ríen.
Estoy sin entender nada, si mi hermano es heredero al trono de Grecia ¿Porque tiene que irse a Sumeria? Aquí hay algo que no me están contando, algo raro está sucediendo……. Muy discretamente me alejo de ellos y voy donde mi hermano.
Le tomo del hombro y le hago una seña para que me siga, el deja a Alanís para que siga hablando y ambos nos vamos a un costado de la sala real. Para suerte nuestra uno de los pilares más gruesos que hay nos cubre bien.
— ¿Te iras de Grecia? —le digo con la voz entrecortada
— Ale —me abraza muy tiernamente—. Si mañana misma nos iremos a Sumeria
— ¿Por qué? —me alejo de su abrazo—. Tú y ella tienen que quedarse a vivir aquí, tú serás el próximo sucesor a la corona ¿O no? Además ¿Ya perdonaste a nuestro Padre? —pregunto
— ¿Perdonar a nuestro Padre? —me mira intrigado
— Si porque él te vendió, tú mismo lo dijiste y era verdad —digo mientras me limpio algunas lagrimas
— Ale lo que nuestro Padre hizo es por el bien del reino……. Y sobre tu primera pregunta yo sigo siendo el sucesor a la corona —me dice—. Solo estamos yendo a sumeria para poder ayudar al Rey Zeto —me limpia algunas lágrimas—. En su reino hay rebeldes que quieren revelarse con la ayuda de los esclavos y algunas personas conformes con el mando del Rey Zeto y eso no podemos permitir. Por eso tenemos que quedarnos en Sumeria hasta que mejoren las cosas.
— ¿Pero no puede actuar su ejército? —pregunto entre lágrimas—. No sé por qué mi Padre dijo que tu matrimonio era para proteger el reino si es lo contrario, tu, iras a proteger a su reino —digo enojada.
— Ale, hermanita el ejército empeoraría las cosas y además está alianza si protege al reino de muchas amenazas —me da un beso en la frente—. Hay muchas cosas que estas ignorando y prefiero que sea así.
— Eso es verdad —me limpio las lágrimas—. Tú y nuestro Padre no me dicen nada y eso que yo soy parte de la familia real
— Hermanita —hace que lo mire—. Tu eres demasiado inocente y pequeña para enterarte de muchas cosas —me vuelve a limpiar algunas lágrimas—. Tu solo preocúpate por ser una princesa ejemplar y hacer fiestas más grandes como la que hicieron Chloe y tu —me sonríe.
— No quiero que te vayas —lo abrazo más—. ¿Con quién peleare?
— Ale solo serán unos meses, máximo un año además de vez en cuando vendremos a visitarlos. Una vez que vuelva la Paz en Sumeria...... regresaremos ¡¡ Lo Prometo!! —me dice
— Confiare en tu promesa —le digo
— Pero antes no felicitaste por mi matrimonio —sonríe muy feliz
— Ahora si estas feliz —me mofo—. Porque meses atrás estabas insoportable e incluso arruinaste las invitaciones
— Ale todo cambio en el momento que vi a Alanís…. —suspira y la mira—. Hay algo en ella que me provoca sensaciones extrañas en mi
— Eso es amor a primera vista —me sigo mofando
— No claro que no —me mira algo molesto—. Solo te diré que en el poco tiempo que estuvimos hablando me di cuenta que tenemos cuchas cosas en común.
— Hermano —lo miro fijamente—. Traten de que su relación funcione, trátala con respeto
— Siempre…. Nuestro Padre ya me dio esa charla
— Entonces hazle caso —lo vuelvo a abrazar
— Te extrañe —me abraza
— Y yo a ti
Mi hermano y yo volvemos a la fiesta, Alanís ahora está con sus Padres y mi Padre hablando tranquilamente. Yo me quedo un poco atrás y veo como mi hermano le sonríe a su esposa, sé que el ahora que se caso tiene otras responsabilidades y si mi padre los mando a viajar hasta Sumeria es porque es grave su situación —me limpio unas lágrimas—. Me hará mucha falta mi hermano.
Horas después
La fiesta está en su tope, cada vez que trate de acercarme a mis amigos, alguien me hablaba y me lo impedía…… Con mucha rapidez y esquivando algunos nobles me acerco donde Istar, Sargón, Baltazar, Kytzia y Haidar que están haciendo un concurso ridículo, al parecer Haidar está ganando…. pero al verme dejan de hacer ese jueguito.
— Que les parece si nos volvemos a fugar —propone Istar sonriendo y mirando que nadie nos escuche.
— La verdad es que yo no podré, mañana en la mañana tengo que volver a Egipto con la comitiva —dice algo apenada y triste Kytzia.
— Yo si quiero salir de aquí he ir a otro lado —ruega Baltazar
— Ale en el palacio ¿No hay algún buen lugar como para ir y estar sin ser molestados? —me pregunta Haidar.
— La verdad no lo sé……. pero que les parece si nos vamos a las caballerizas allí nadie nos molestara —les propongo
Al inicio no les pareció la idea, pero luego de unos ruegos de parte de mí e Istar aceptaron hasta Kytzia que solo estará por unas horas.
Salimos con mucho cuidado de la fiesta ya que alguien puede seguirnos y eso sería una catástrofe o peor aún mi padre puede regañarme en medio de la fiesta y eso sería mucho más vergonzoso, mientras caminamos por los pasillos para llegar a las caballerizas Haidar se acerca a un soldado que muy rápido sale corriendo, al parecer lo soborno —me rio—. Haidar nos hace una señal de esperar, no pasa mucho y el soldado le entrega una maleta a Haidar, ahora mi curiosidad creció.
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