—Mira Ari, se que has sufrido mucho por lo de tú pasado, pero ahora eres una nueva mujer y no te vas a dejar pisotear por nadie—me dice Vicky.

Yo la miro con mucho cariño,  cuando salí de esa escuela donde mi vida era un infierno conocí en mi nueva escuela a Vicky y desde entonces somos inseparables.

—Gracias Vicky, eres la mejor—le digo abrazándola.

—No es nada corazón, ya sabes que te quiero un montón—me mira con mucha ternura.

—Ay miren ahí está Miss Boston—dijo en un tono burlón una chica pelirroja llamada Paula.

Yo me giro y la miro con cara de "lo que me faltaba"

—Mira querida, aquí la única reina soy yo y si ganaste ese concurso es porque eras la más decente de las candidatas y porque OBVIAMENTE no estaba yo, así que vete haciendo a la idea de que yo sea tu predecesora porque el siguiente año me postularé para Miss Boston y ganaré—me mira de arriba hacia abajo.

—Buena suerte con eso—le digo y me giro hacia Vicky—Vamos Vicky—le digo pero ella acelera el paso y se pone frente a nosotras bloqueándonos el paso.

—Yo soy más linda que tú—me toca el hombro—Ahh y por cierto esa fenómeno de tu amiga parece una caca andante—dijo mientras sus amigos se reían, en ese instante quise acercarme a ella y golpearla, que se metan conmigo es una cosa pero que se metan con mi mejor amiga es muerte segura.

Pero no puedo golpearla ya que alguien me retiene y me lleva a un lado—Ya déjalo así—me contesto.

—¿Acaso no has oído como te ha llamado?—le digo con las mejillas ardiéndome.

—Lo oí pero mejor vámonos—dijo tomándome fuertemente del brazo.

Yo me giro y le digo a Paula—Pagarás por esto—

Cuando ya estamos a una distancia prudente le pregunto a Vicky—¿Por qué me dices que no me deje pisotear de nadie pero cuando te pisotean no te defiendes ni me dejas defenderte?, eso es doble moral—le digo.

—Lo sé pero no quiero que por mi culpa te metas en problemas y, para la próxima te prometo que tiráremos a Paula a la pileta—responde y yo me rio ante su comentario mientras nos dirigimos al salón de música.

El día pasó rápidamente y las clases se terminaron, justamente ahora me encuentro arreglándome para volver a ver a ese idiota, y me arreglo para no darle gusto pues el quiere verme mal y todo lo contrario me veré aún mejor que ayer llevo unas botas altas y un vestido rojo, encima me puse una pequeña chaqueta negra, mi maquillaje es natural pero se ve fascinante y mi cabello está en ondas.

Escucho que suena el timbre y bajo hacia la entrada, veo que mi madre ya hizo entrar a la señora Hamilton y al idiota.

—Buenas tardes—digo acercándome y dándole un beso en la mejilla.

—Buenas tardes y que linda te ves mi niña—responde la señora Hamilton.

—Muchas gracias—le digo y luego me acerco a saludar al idiota que al parecer está tratando de disimular su cara de sorpresa.

—Hola bella dama—me saluda para luego besar mi mano.

—Hola, ¿cómo estás?—le digo sarcásticamente mientras sonrío de lado.

—Bueno chicos los dejamos para que socialicen y se hagan amigos mientras la señora Hamilton y yo negociamos acerca de las ollas—dice mamá.

Para lo cual ambos asentimos con la cabeza.

Cuando mamá y la señora Hamilton se van el idiota y yo nos quedamos solos.

—Que hermosa eres—dice Jaime mientras me observa de arriba a abajo.

—Gracias—es lo único respondo mientras pestañeó descaradamente.

—¿Cómo te llamabas?—me pregunta con descaro.

—Ay por favor, ya déjate de tus jueguitos JAIME, tú sabes bien como me llamo porque tú me conoces tanto como yo a ti—le digo seriamente.

—Bueno si prefieres que te diga la alíen con granos—se burla.

Lo sabía, sabía que lo recordaba.

—Bueno si vamos por eso yo recuerdo que tú presumías de ser muy rico sin embargo tú mami es una vende ollas—le digo con intención de herirlo y al parecer si, logré ofenderlo.

—Si soy rico lo que pasa es que mi madre vende ollas para entretenerse—trata de justificarse.

—No te pedí explicaciones, acepta lo que es tu madre, es una vende ollas y punto—le suelto agresivamente.

—No te metas con mi madre—dice mientras aprieta sus puños.

—No te metas conmigo—le respondo instantáneamente.

El sonríe de lado y me extiende su mano—Ok las paces—

Yo le doy la mano y hacemos las paces porque a la final no me gusta pelear ni tener conflictos—¿Me podrías dar tu número?—me pregunta.

—¿Para qué?—preguntó sin entender.

—Bueno pues para arreglar las cosas del pasado, creo que he sido un idiota y quiero arreglar eso—me responde.

—Está bien—le respondo y le doy mi número de teléfono.

Después de eso mamá viene con la señora Hamilton y ella se despide muy cordialmente de Jaime y de la señora Hamilton yo hago lo mismo y después de eso subí las gradas para alistarme para ir al gym.

Apenas entro a mi habitación mi teléfono suena ya que alguien envío un mensaje al ver que el número era desconocido deduje que era Jaime.

Desconocido :
Hola

Lo guardé como " El Idiota" y enseguida le respondí el mensaje, apenas le respondí el respondió así que básicamente me quedé toda la tarde chateando con él, incluso no fui al gym porque la plática estaba interesante.

Tal vez no es un tipo del todo malo, tal vez en el fondo es bueno, tal vez...