Capítulo 2 : Reencuentro.
Ha pasado un mes desde que fui declarada como Miss Boston y ahora es imposible pasar inadvertida por todo el mundo, voy al centro comercial y mucha gente voltea a verme, voy al colegio y lo mismo.
Justamente hoy acabo de llegar del colegio y se supone que tendría que ir a Wilhelmina, pero no lo haré ya que mamá dice que vendrá una señora con su hijo a nuestra casa a vendernos ollas...
Lo sé súper raro, pero así es nos venderá ollas y mamá quiere que le haga compañía para que yo evite que gaste demás, así que me estoy arreglando en mi habitación mientras pienso con que puedo vestirme, no quiero parecer una supermodelo pero tampoco quiero parecer un indigente, así que opté por algo decente : así es me he puesto una blusa larga y negra con unos shorts blancos y unas plataformas, también he decidido ponerme unas gafas de sol pero solo de adorno.
Justo después de arreglarme escucho como tocan el timbre me miro por última vez en el espejo y salgo de la habitación para bajar y acompañar a mi madre, cuando mi madre abre la puerta me quedo helada.
Flashback :
—Tú eres una idiota—dijo mientras retenía la puerta del baño, yo lloraba y lloraba sin entender porque me molestaban tanto.
—Por favor Jaime déjame en paz, dime ¿qué te he hecho?—le dije bañada en un mar de lágrimas.
—Tú cara de grano me da asco y debería ser censurada en todo el mundo, además ya que Andrea faltó estoy divirtiéndome en su nombre—dijo para después soltar la puerta del baño y hacer que me caiga.
Fin del Flashback.
—Adelante señora Hamilton esta es su casa—dice mamá.
—Muchas gracias señora Mathews—dijo mientras entraba a la casa.
—Por cierto ella es mi hija...—pero mi madre fue interrumpida por la señora Hamilton.
—Ariadna Mathews, es un gusto conocer a Miss Boston—dijo mientras se acercaba a abrazarme y tengo que admitir que ese abrazo casi me mata de asfixia.
—Gracias—respondí cuando pude tomar aire.
—Ohh, él es mi hijo Jaime—dijo mientras le tocaba del hombro y lo señala con su mano.
—Mucho gusto—respondió mamá.
—El gusto es mío—dijo mientras besaba la mano de mamá, luego se acercó a mi y me besó la mano—Mucho gusto señorita bella—Fue inevitable que haga cara de asco.
Que asco, no te hagas el simpático conmigo Jaime que se bien como eres.
—Pero bueno pasen a la cocina para discutir acerca de las ollas—dijo mamá mientras caminaba a la cocina seguida de la señora Hamilton y de su hijo el idiota.
Cuando ya llevaban una buena distancia de mi decidí limpiarme la mano en la pared y después aceleré el paso para dirigirme con ellos a la cocina.
En la cocina me senté junto a mamá y frente a ese tipo, mientras la señora Hamilton estaba sentada frente a mamá.
Mi madre se levanto de pronto y preguntó—¿Desean un té?—ambos asintieron y mamá me regreso a ver de formar interrogativa y yo también asentí, cuando mamá nos trajo las bebidas se sentó y la señora Hamilton empezó a dar un discurso sobre lo "superiores" que eran sus ollas frente a las demás marcas de ollas.
De vez en cuando yo miraba de reojo a Jaime y él me sonreía como si supiera que lo estaba viendo.
La verdad si me parece un chico simpático...
DIGO NOOO, que tonterías hablo si es un completo idiota vestido de caballero, estoy segura que no ha cambiado nada tanto físicamente como en su forma de ser.
Vuelvo a la realidad cuando escucho las propuestas de los precios—Las cinco ollas están en 340 dólares, las tres están a 200 dólares y las ollas individuales están a 100 cada una, estamos de oferta—dice la señora Hamilton.
Mi madre me queda viendo y yo le digo—Las tres ollas mamá—
—No mejor las cinco—me mira como niña pequeña.
—Las tres—la miro firmemente.
—LAS CINCO Y ESTÁ DECIDIDO—me grita.
Yo simplemente me levanto de ahí con toda la rabia subiéndome por la espina dorsal y me dirijo al baño, no sé porque me pide que le ayude a ahorrar cuando quiere comprar algo si siempre termina comprando las cosas más caras.
Cuando estoy entrando al baño siento como alguien me empuja mientras dice—Yo voy a ir al baño primero—para después tirarme la puerta en la cara.
Siento como mis mejillas arden y me doy vuelta rápidamente para ir directo a mi habitación.
Lo sabía, UN IMBÉCIL ES LO QUE ES.
Voy rápidamente hacia mi armario, pues me voy al gimnasio para olvidarme de todo esto, me cambio de ropa a una camiseta de tirantes y una licra al cuerpo, para ponerme medias y zapatos deportivos.
Agarro una toalla la meto en una bolsa que tengo y bajo a toda velocidad las gradas para irme rápido de la casa.
Cuando estoy por salir me encuentro con mamá en la puerta principal a mamá—Hija por qué no te despediste?, ¿Qué va a pensar la señora Hamilton?, no me gustó tu actitud en el comedor deben estar pensando que eres una malcriada—
Yo la miro profundamente sin creer lo que estoy oyendo y simplemente salgo de la casa sin decir nada.
Escucho como la puerta se abre detrás de mi y mamá grita—Mañana vendrá la señora Hamilton con las ollas así que compórtate—
Al escuchar eso simplemente acelero el paso, no puedo creer que mañana tenga que ver de nuevo a ese idiota y lo peor no puedo creer que mi madre tenga esa actitud conmigo.
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