Una mañana hermosa de domingo, la luz del sol traspasaba la ventana, Lif, se despertaba un domingo por la mañana, se bañó y visitó, empezando a hacer el desayuno, poniendo los platos, su padre se levanto y bajo a comer, Lif que por accidente tiro un vaso, cometiendo un gran error, su padre la jalo del brazo, la llevo al sótano, dónde ningun grito podría salir al exterior, le dio la vuelta, saco su cinturón y le pego en la espalda, dejándole más moretones de los que ya tenia, más dolor de lo que ya tenía, sangre que caía al piso, siendo obligada a limpiarlo, fue por el trapeador y limpio, siendo vigilada por su padre, después, con un nuevo vaso, lo puso ahí sin esta vez tirarlo, mientras estaban comiendo, su padre con un tono enojado la amenaza.

Padre:vuelves a tirar otro vaso y te va a ir peor, ¿me escuchaste?
Lif:*con ojos llorosos*s-si.
Padre:mas te vale maldita inútil.
Lif:o-okey.

Cuando terminaron, Lif se fue al cuarto a sollozar,para no alertar a padre mientras abrazaba la foto de sus padres biológicos, quienes dejaron una caja, que dijeron que abriera hasta los catorce, faltan tres meses para abrir el objeto mencionado, durante tanto tiempo soportando los golpes de su padre adoptivo, quiso escapar, pero sería muy repentino, así que planeo lo suficientemente bien para ya no volver más, tomaría tiempo, pero valdría la pena, entonces, saco su maleta y puso pocas prendas para luego volver a guardarla y que el no sospeche de que tenía esa idea, hasta que paro de llorar, salió y empezó a barrer la casa, solo para luego trapear, fue a su cuarto para planear la escapada de casa, agarro si maleta nuevamente entre todas las cosas que estaban por ahí, guardo más prendas suyas, entre ellas un vestido blanco que le regaló su madre para su cumpleaños trece, guardo rápidamente por segunda vez su maleta al escuchar los pasos de su padre, abriendo la puerta, se levantó para que no la vea en el piso.

Padre:¿Que te dije sobre estar en tu cuarto? Debes de estar a mi vista en todo momento, vete a limpiar la casa, que no se va a limpiar sola.
Lif:s-si p-padre.

Mientras pasaba el tiempo, fue haciendo el aseo y demás, cuando termino fue a preparar la comida, una gran cantidad de comida, porque su padre había comenzado a invitar a sus amigos del trabajo, y ponerse ebrios como cada maldito domingo, aunque al día siguiente trabajen, no hay llenadera para todos y cada uno de ellos, ya después de que todos llegarán, el padre llevo y encierra a Lif en el ático, para que no anduviera "irritando" según el, el único consuelo de ella que había en ese sótano era un zorro de peluche al cual le dió el nombre de Yaocalli, quien lo acompaña cada que está ahí arriba, ella le cuenta todo a ese pequeño peluche que está posicionado arriba de una caja de madera, porque es el único que la escucha, mientras salen lágrimas de sus ojos, empieza a hablarle.

Lif:Yaocalli, t-tu sabes q-que ya no q-quiero estar aquí, y hoy t-te llevaré abajo s-sin que padre se de cu-cuenta de que e-esta-tas aquí.

Lif acogió al pequeño peluche, lo abrazo y pego la espalda contra una pared, titubeante al frío tacto del material de la casa, en ese ático, solo se escuchaban los sollozos de Lif, mientras otra oración salía de su melancólico sentir...

Lif:Y-ya mañana será otro día.

Pasaban la horas, mientras aguantaba el hambre, el frío y la soledad, antes de que anocheciera, mira por la ventana y piensa en que hacer luego de escapar, eso no lo tenía pensado, tendría que estar unos cuantos días más para planear todo y alejarse de ese infierno llamado casa y no volver a ver a esos sujetos, lo pensaría en la escuela, no tiene nada que perder, la oportunidad de hacer una nueva vida se está acercando y tratar de volver a ver a sus padres sería una posibilidad de nuevo, tener esa felicidad que tanto anhela, una meta muy difícil de alcanzar, ya no le queda fe a la pobre de Lif, solo le queda actuar con esperanza, al ya ponerse el sol, se quedó dormida en ese ático tan tétrico, mientras abajo resonaban las voces de todos aquellos a los que Lif llamaba monstruos, ella solo quiere descansar de todo esto, aunque puede llegar fácil solo con el suicidio, pero con éstos problemas es complicado hacerlo, una frase que también se repite dentro de ella también es "cada puesta de sol trae la promesa de un nuevo amanecer", pero por ahora solo queda decir:

Benditos aquellos que lloran…