27.
Min Yoongi.
Estacione la camioneta fuera de la casa de Jimin, o más bien la que cedí a Jimin y sus padres.
-Muchas gracias por no abandonarme hyung-dijo Jungkook, en los asientos traseros, sonriendo agradecido.
Río un poco, acordándome de la broma de Jimin de la mañana.
-No es nada, Jungkook. Pero, por favor, deja las mentiras-le aconsejo.
-Esta bien, hyung. ¿Ves Jimin? A Yoongi hyung no le gustan mentirosos.
-¡Oye, él no dijo eso!-respondió Jimin a la defensiva.
Observé a ambos hermanos pelear infantilmente haciéndome reír. Eran demasiado adorables, sobre todo Jimin, era como un ángel caído del cielo, hermoso, divino, maravilloso, inteligente y muy, muy, muy hermoso, sobre todo con ese cabello rubio que le queda espectacular, todo un Dios.
-¡Hyung, oiga!-la voz y los chasquidos de los dedos de Jimin me sacan de mi admiración a su persona.
-¿Si, dime?-tomando su mano, la alejo de mi cara pero no la suelto, dándome cuenta que estamos solos en el auto.
-Ahm...-suspira tembloroso, mirándome fijamente, con sus cachetes grandes todos rojos-¿Que iba a decirle...?-susurra para si mismo, mordiendo su pulgar de la mano libre-¡Oh, si! ¿Nos vendrá a buscar mañana para la fiesta de Jin?-pregunta sonriendo, achicando sus ojos.
"Muero de ternura. Besalo ya" gruñe Seung en un desespero, inquietandome.
"Callate"
"¡Que lo beses carajo! ¡Besalo, besalo, besalo!"
Aprieto los dientes, molesto por la insistencia de mi lobo al querer estar cerca Jimin, era... frustrante.
-Si, Jimin, yo los vendré a buscar. A ti, a Jungkook y Taehyung-confirmo sonriéndole leve, acariciando con mi pulgar el dorso de su mano, escuchando como su respiración se volvió un poco inestable.
-Hyung...
Jimin acaricia mis manos, sonriendo como todo un ángel de luz inocente.
-¿Si?
-¿Es posible, que me enseñes tu... manada?-duda al final.
Río un poco, por su ternura:-Si, claro. No hay problema.
-¡Yey!
Jimin salta emocionado, su olor a rosas aumentando de felicidad.
-¡Muchas gracias, Yoongi hyung!-inesperadamente, besa mi mejilla, alterando mis hormonas, pues su beso fue bastante húmedo-¡Será impresionante!-baja del auto-¡Nos vemos mañana!-se va, dejándome con un gran problema de emociones y otras cosas.
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Al día siguiente...
-Pero Yoongi, yo...
-No, Jennie. Por favor. Es una reunión entre amigos...
-Los Kim son tus socios-réplica la mujer detrás del teléfono, molesta.
-Y también son unos grandes amigos íntimos.
-Y yo tu mujer.
-Jamás te he reclamado como mi mujer, Jennie.
-¡Soy tu destinada, tu luna, TU MUJER! ¡Ya deja de hacerme menos, Min Yoongi! ¡¿Que diablos pasa contigo, eh?!
-¡Pasa...!- gruñí, alejándo un poco el teléfono, para calmar mi ira- Jennie, no puedes venir hoy. No. Puedes. Venir ¿quedo claro?
Escuche su gruñido y su grito de frustración, después silencio.
Deje el teléfono en el escritorio de mi despacho y me apoye en el, suspirando con cansancio. Tenía una pequeña fiesta con los chicos dentro de 3 horas y yo no estaba ni listo ni ansioso de esa fiesta, lo único que quería era encerrarme en mi despacho con muchos papeles que firmar y leer, porque ni para decir que podía ir a descansar, porque no podía, mi deber como Alfa mayor de una gran manada no me lo permitía, pero si me permitía estar de fiesta, que contradictorio. Todo por ver a Jimin feliz, quien había sido el de la idea con SeokJin y Taehyung.
Humanos tontos y Omega tonto.
Volví a soltar un gruñido, tomando un pequeño bolso debajo del escritorio y salí del cuarto al igual que de mi cabaña, encontrando a Minho y Zico acercándose.
-Señor...-dicen al unísono y haciendo una leve reverencia.
-Hola.
-¿Estás bien, Yoongi?-pregunta Zico, con cierta cautela.
-¡Por supuesto! ¡Estoy de puta madre!-contesto de manera salvaje.
Ellos se me quedan mirando horrorizados por mi actitud y bajan la mirada en respeto.
-Zico quedas a cargo de la manada en lo que llego. Minho me acompañaras, busca a tu equipo.
-Si señor.
Me aleje de ahí, caminando por las pequeñas calles de mi territorio, viendo a muchas personas pasar junto a mi y saludarme con respeto y felicidad. También habían niños gritando, corriendo y jugando. Todo en paz y armonía, así debería ser una manada.
Llegue a la salida, un gran portón negro con la M encerrada en un círculo en el centro, todo custodiado por mis mejores centinelas. Empecé quitando mi camisa y zapatos, guardandolos en el bolso que traía y al poco tiempo llegó Minho con un chico y una chica.
-Buenas tardes mi señor-dicen ambos jóvenes.
-Buenas tardes-respondo simple.
-¿A donde gusta que lo acompañemos señor?-pregunta Mingi, el más alto.
-Iré por unos amigos a la ciudad y ustedes me custodiaran. No quiero sorpresas por el camino.
Todos asienten pero antes de empezar a desvestirnos por completo, hacemos un pequeño círculo alrededor de la chica.
-Muchas gracias-dice la joven de nombre Gayoung-Listo, pueden alejarse un poco.
Dejamos que la chica se transforme en un lindo lobo café. Después seguimos nosotros y tomando nuestras cosas, emprendemos camino por el bosque. Pasando entre muchos árboles, ramas y mucha maleza. Los chicos me rodeaban, siguiendome hasta llegar a un punto del bosque donde solo habían árboles muy grandes y robustos, con grandes ramas y hojas. Me acerque a uno de los árboles, mirándo fijamente la madera, hasta que una pequeña luz alumbró uno de mis ojos rojos de lobo después emitió un pequeño pitido apenas perceptible y una compuerta se deslizo en un árbol dejando ver un tubo.
Me transforme al igual que los demás, nos colocamos los pantalones mientras la chica solo una camisa grande.
-Minho, Mingi, adelante-ordeno para que pasen primero.
Ellos se adelantan. Mingi primero y a los segundos Minho.
Miro a Gayoung, una linda omega, la segunda más fuerte de mis soldados.
-Adelantese, señor.
Asiento firme y me acerco al tubo, bajando por el hasta un gran estacionamiento. La omega llega después de mi.
-¿Estas bien?-le pregunto.
-Si.
-Bien.
El recorrido de mis territorios hasta la ciudad eran muy largos, en autos podían durar hasta 3 horas pero en forma lobuna solo una hora, todo por nuestra fuerza y velocidad. Pero en casos de emergencia, había creado un estacionamiento subterráneo en medio del bosque, con la última tecnología, que solo se podía abrir por mi gente de más confianza como Minho, que era el jefe de seguridad, Zico, mi mano derecha y Namjoon, mi aliado más leal, nadie más tenía el acceso de entrar porque para entrar se necesitaba un escaneo ocular. La unica solución de entrar otras personas, es que los autorizados los dejen pasar primero, porque apenas los titulares pasen el escaner de entrada, la puerta se cierra casi automáticamente.
-Señor ¿la Ford Explorer 2019?
-Si, el azul-contesto.
Cada quien termina de vestirse y toma un auto arrancando. Yo iba en una Ford Explorer Sport 4WD 2019, azul, mientras Gayoung, Minho y Mingi iban en un Mazda 3 2019, en color rojo. Ambos, unos autos excepcionales, totalmente blindados y capaces de aguantar desde grandes lluvias y tierras muy rocosas.
Emprendimos camino, con el Mazda delante de mi, recorriendo un pequeño pasadizo que iba elevandose hasta que se abrió una compuerta, que era un gran tramo de suelo lleno de hojas que se deslizaba a un lado para después cerrarse, esto daba de lleno a la salida del bosque, lo mas cerca de la carretera que daba a la ciudad. Y todo se controlaba con pequeños controles.
Mi teléfono sonó dentro del bolso que llevaba conmigo en algún caso de emergencia, donde se requería un cambio de ropa. Lo saqué mirando el identificador.
LLAMADA ENTRANTE
KIM SEOKJIN
‐¿Que ocurre?-pregunto simple, yendo al grano.
-Oh, que humores. Hola Yoongi-responde con ironía.
-Hola ¿Que quieres? Estoy conduciendo.
Escuche su queja baja.
-Estamos yendo a tu manada. ¿Vas por los chicos?
-Si.
-Bien.
-Bi...
-¡Yoongi!
‐¡Maldición!-me queje por el grito-¡¿Que?!
-¿Porque estás de mal humor?-pregunta curioso.
-Yo siempre estoy de mal humor.
-Últimamente no lo estabas...-dice.
-Jin.
-¿Que?-contesta suave.
-No vayas a pintar mi casa de rosa-suplico.
-Psss... Por supuesto que lo haré-responde divertido.
-Entonces no quiero a Namjoon en mi manada. No tiene el permiso de entrar-reolico serio.
-¡Ja! Si claro, ya veremos quien manda niñato.
-Oye, omega, te estas pasando...
-Ya cállate Alfa idiota.
Y cuelga.
-Malditos Omegas de hoy en día ya no quieren respetar a los Alfas mayores. Sólo saben resongar, llorar y...
Pase los 30 minutos que quedaban de camino refunfuñando sobre el mal comportamiento de los Omegas, que se supone deberían ser sumisos y obedientes pero ya nada de eso se asomaba. Ahora solo eran Omegas extrovertidos, berrinchudos y totalmente rebeldes.
Por una parte era bueno, porque antes los Omegas eran los lobos más débiles y muy poco serviles en una manada. Ahora eran todo lo contrario. Podían llegar hacer desde buenos amas de hogar hasta los mejores líderes. Todo a causa de las buenas charlas y las inolvidables guerras.
Estacione el auto frente a la casa, encontrando a los jóvenes humanos frente a ésta con la señora Jeon y otro chico más. El mazda 3 se había estacionado detrás de mi y mis subordinados bajaron, Gayoung se me acerca.
-Señor, es un delta-informa seria.
-Pense que estaban extintos-replico molesto.
Camino con pisadas fuertes y los chicos me notan.
-¡Yoongi-ah!-exclama Jungkook feliz.
-¡Más respecto niño!-lo regaña su madre, dándole un zape.
Jimin me sonríe calidamente al igual que Taehyung, pero el otro joven, era una hoja de papel, totalmente pálido y su olor a putrefacción, que al parecer ocultaba, al verme se expandió.
-Me retiro, con su permiso-habla rápidamente, y cuando llego, prácticamente salió corriendo, quise ir tras el pero no pude.
-Yoongi hyung, que bueno que llega. Tenemos rato esperándolo-dice Jimin entusiasmado, sonriéndome con esa ternura tan típica de él.
-Ah, si perdón. Mucho tráfico-respondo atontado.-Jimin ¿Quien era él?-pregunto con curiosidad.
-Oh, se llama Lee Dong-min, creo que es nuevo en el vecindario y vino a presentarse-responde con simpleza, muy tranquilo-Aunque es un poco raro, no se, no me agrada-se encoje de hombros-¿Nos vamos ya?-salta emocionado.
-Si, claro. Déjame hablar con tu mamá. Buenas tardes señora Jeon-saludo a la mujer, sonriendo amable, ella me responde de igual manera.
-Hola, Yoongi.
-Llevare a los chicos a una reunión pequeña con unos amigos, si no le molesta y tal vez nos entretengamos mucho, por lo que, si no le molesta, los traeré mañana temprano. Así no andamos por las calles tan de madrugada-explico cauteloso y decente.
-Esta bien, no hay problema. Te los encargo, confío en ti. Y cualquier cosa, les pellizcas si se portan mal-contesta sonriendo divertida pero con severidad.
-Ay, omma Jihyun-se queja Taehyung disgustado.
Los chicos se despiden de la mayor, con algunas advertencias de su parte y despidiendonos, nos dirigimos a mi camioneta pero antes de subirme, Minho se me acerca.
-¿Ocurre algo?
-Gayoung se ofreció a seguir al chico, señor.
-¿Cómo?-reitero.
-Antes de darme cuenta, solo dijo "Seguiré al chico" y salió tras él.
-Cuando contactes con ella, interrogala-ordeno serio. Era muy raro aquella actitud tan... Insensato.
-¡Yoongi hyung, apura!-grita Jimin desde el auto-¡Se hace tarde hyung! ¡Apura!
-¡Ya voy, ya voy!-contesto del mismo modo pero más gruñón. Subo al asiento del piloto, refunfuñando.
-¡No refunfuñe!-me regaña Jimin, en el asiento de copiloto.
-¡No me mandes entonces!-replicó encendiendo el motor.
-¡Yo lo mando cuando se me da la gana!
Gruño bastante fuerte, muy molesto con esa actitud tan rebelde del rubio. Tenía ganas de recriminarle que dejara de ordenarme, que no tenía derecho, que como su Alfa, no podía, que dejara su falta de respeto pero sabia que apenas lo mirara a los ojos, aquellos lindos ojos cafés y brillantes, flaquearia y no le diría nada, solo me quedaría hipnotizado viendo sus lindas expresiones, así que prefiero callar, gruñir mentalmente y seguir intacto de mi mente y mis emociones.
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Jimin rebelde ¡Guju!😉
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