Desperté debido a la tonta alarma de mi teléfono y gruñendo la apagué. Me levante somnoliento de la cama y a trompicones llegué al baño, abrí por completo los ojos observándome en el espejo.

Ojos chiquitos.

Labios hinchados.

Marcas de sábanas.

Y cabellos despeinados.

-Ay, que horrible me veo-dramatizo pasando mis manos por la cara.

Empiezo mi labor en el baño, tardando casi media hora ahí y al salir me vestido con algo sencillo, una camisa blanca, jeans negros ajustados y zapatos negros. Tomando mi bolso salgo del cuarto para ir a la cocina, encontrando a mi padre, leyendo el diario y a mi madre, haciendo el desayuno.

-Buenos días-saludo, sentándome a un lado de mi padre.

-Buenos días, Minnie-contesta mi padre, mas pendiente del diario.

-Buenos días cielo-respondió mi madre con una sonrisa.

Mamá me sirve mi desayuno y luego a papá, para después salir de la cocina para llamar a mi hermano.

-¡Jungkook!

Regresa a la cocina y siguió en lo suyo. En menos de cinco minutos Jungkook bajó aun somnoliento sentándose frente a mi dando en murmullos los buenos días.

-Apurate, Jungkook, vamos tarde-lo apuro levantándome de la silla con el plato.

El menor comía con los ojos cerrados y lentamente.

-Jungkook, te hablan...

Escucho a mi padre decirle mientras yo dejo el plato y cubiertos en el lavabo. Beso la mejilla de mi madre y me acerco a mi hermano para golpear su nuca y despertarlo a causa del golpe.

-Jimin-me riñen mis padres, y mirándolos me encojo de hombros inocentemente-Andando, sonámbulo-alento a mi hermano para que se levante.

Salimos de la cocina despidiéndonos de nuestros padres y luego a la calle en espera del bus escolar en la parada.

Miro a Jungkook a medio camino, como va balanceándose de lado a lado.

-Oh, mi hermanito el dormilón-rodeo su cuello con mi brazo, bajándole la cabeza a mi pecho y hacerle raspado.

-¡Hyung! ¡No! ¡Jimin Hyung! ¡NO!

Entre quejas, risas y juegos llegamos a la parada.

∆∆∆∆∆

Entramos por las puertas de la institución y mi hermano y yo nos separamos para ir a nuestros casilleros. Caminando mientras reviso mi bolso chocó con alguien botando mis cosas al suelo.

-Lo siento-digo apenado, mirando al chico.

Mierda, hoy muero... Pienso miedoso.

-Cha-chanyeol... Lo siento, de verdad yo... Yo...

-Has silencio Park-sentenció con voz potente, calle. Se acercó a mi lentamente y yo retrocedo hasta que choco con una pared-No te vuelvas a cruzar en mi camino porque te frito ¿entendido?-habló con un tono de voz amenazante.

Sus ojos negros observaban los míos, intimidándome.

-Si.

-Bien.

Chille cerrando ojos y dando salto cuando su mano izquierda chocó contra los casilleros de ese lado, luego se va.

Humillado y aun asustado recogí mis cosas con las miradas de algunos estudiantes que presenciaron el show y no hicieron nada. Seguí mi camino y guardo las cosas que no utilizaría. Tocaron el timbre, cerré el casillero y casi corriendo llegué a mi aula, por suerte el profesor no llegaba y mi amigo me guardó un puesto a su lado.

-Casi llegas tarde Minnie-me dice confuso.

-Tuve un percance-respondí.

El profesor entró.

-¿Que pasó?

-Chanyeol.

El profesor nos mandó a callar y Tae formuló con sus labios un 'Me cuentas luego' a lo que solo asentí y empezó la clase.

∆∆∆∆∆

-Chanyeol es un imbécil-murmura Tae blanqueando los ojos, dirigiéndonos a la cafetería.

-¡Hola!

Jungkook nos rodea los hombros con sus brazos quedando en el centro de nosotros, sonriendo tan él.

Entramos en la cafetería encontrando miles de adolescente y su bullicio. Nos acercamos a la fila de comida hablando de trivialidades, también presencié cómo mi amigo y hermano peleaban por tonteras de a ratos. Y estando cerca de pedir nuestro almuerzo Tae me codea.

-Mira, ellos son los nuevos-señala una mesa detrás de nosotros.

A dos mesas detrás de nosotros distingo dos cabellos de colores que no había visto antes.

-¿El de cabello gris y blanco?-pregunto curioso, poniéndome de puntas en mis pies para ver.

Yo y mi estatura de Minion.

-Si, son de intercambio de... de... de...-piensa totalmente ido; chasquea la lengua-De no se donde, pero sé que son de intercambio-sonríe boca cerrada, inocente.

-¿Y a quien te piensas tirar?-se entromete mi hermano delante de nosotros, frente a las cocineras. Su tono de voz me sonó a celos.

-En realidad no se, Kookie, ambos son muuuy guapos-responde mi amigo sonriendo coqueto.

Jungkook coge su bandeja, agradece y rabioso se aleja.

-Tu eres malo, Taehyung.

Él me mira a los ojos; sabe que cuando lo llamo por su nombre completo no es bueno.

Me entregan mi comida y camino a la mesa que se fue mi hermano. Inconscientemente observo de reojo la mesa en donde están los nuevos. El de cabello gris era de piel morena, alto se notaba, con cuerpo ejercitado y facciones muy varoniles. En cambio el de cabello blanco era un poco bajo, de piel muy pálida y unos ojos que parecían los de un gato. Deje de mirarlos antes de que me pillaran observándolos y llegue con mi hermano. Hable un poco con él, tratando que le restará importancia a las palabras de mi amigo, quien llego con su carita de perro arrepentido minutos después, pidiendo perdón y dando un leve discurso del porque deberíamos perdonarlo, y para no escucharlo hablar mas, lo perdonamos.

Y es que así nos queríamos entre nosotros.

Y así también es mi pequeño grupo de amigos, disfuncionales.

∆∆∆∆∆

Todo estaba en tranquilidad, lo único que podía percibir en el ambiente era el sonido de algunos grillos y de las hojas al ser movidas por el viento.

Estaba en el bosque, algo nada raro, pues suelo venir aquí a despejarme del gran sonido de Seoul, escuchaba música y a veces bailaba y cantaba.

Estaba oscureciendo, se supone que a estas horas debería de estar yendo a casa pero lo único que hacía era avanzar mas profundo por el bosque. Quería retroceder pero no tenía poder en mis movimientos, me mantenía con un semblante tranquilo, con la rareza de mi corazón latiendo frenético.

Tenía un presentimiento.

Una opresión en el pecho que me avisaba un peligro pero algo más me alentaba a seguir, como si buscará o esperará algo.

Sin poder hacer nada mas, me deje llevar, camine hasta llegar a un arroyo, el cual se escondía entre los árboles, el agua era tan clara, tan cristalina.

-Que hermoso...

El susurro escapó de mis labios sin consentimiento.

El arroyo parecía que dividía dos partes del bosque, curioso, pero había algo; del otro lado del arroyo, el bosque era mas tenebroso, mas oscuro y silencioso. Daba miedo.

Me agache en la orilla y tomé agua entre mis manos, admirándola, la deje ir entre mis dedos... Entonces algo llamó mi atención en el agua, algo brillaba dentro de ella. Levantándome me acerque, había un camino de rocas y por encima de ellas pase hasta llegar a lo brillante, era difuso debido al agua pero hundiendo la mano descubrí que era una cadena, de oro, con una luna como dije y unas letras difusas grabadas.

-Que bello ¿A quien se le habrá caído...?

Escuche ramas crujir, me asuste y levante rápido, resbalando y mojando mis zapatos.

Escuche un gruñido animal.

Lentamente levante la vista.

Un gran lobo negro, o eso creo ver, me miraba con fiereza, mostrándome sus grandes colmillos.

Trague mis gritos de miedo y sin haberlo pensado, corrí pero mis pies fallaron al enredarse por el miedo, y caí. Mi cuerpo impacto en el suelo y mi cabeza rebotó por el golpe, aturdiendo mis sentidos. Gire sobre mi cuerpo, mirando borroso el cielo, escuché el gruñido del animal, más sus pasos acercándose.

Temeroso de perder mi vida, con pocas fuerzas fui levantándome, captando como el lobo negro se acercaba más, pasando el arroyo. Retrocedí aun en el suelo, jadeando de miedo.

Pero entonces, otro lobo apareció, con su pelaje blanco, saltando ante mis ojos pero con su cuerpo mirando al lobo negro. Ambos se gruñeron, feroces, dispuestos atacarse.

Y no lo aguante más.

Grité fuerte. Y ellos se atacaron entre si.

-¡JIMIN!

Los ojos preocupantes de mi hermano fue lo primero que vi.

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Que intenso 😮

Voten y comenten.

¡Nos vemos!