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•°• 7. SUBLIMINAL

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Evie

Y ahí estaba yo, tratando de ver dónde empezar esos dos libros, según lo que me había dicho Emma, debía iniciar por lo que era historia y a decir verdad, me resultaba lo más obvio, porque el segundo libro, parecía ser solo de cuentos clásicos, de esos que se les leen a los niños para antes de dormir.

Revise la casa antes de irme a mi habitación para leer, a veces Doug estaba por ahí revisando los ingresos de dinero, o a veces, estaba Dizzy, en el jardín. Al asegurarme de que no hay nadie, pude estar más tranquila para leer.

Abrí el primer libro, parecía ser la historia de Auradon, pero de hace demasiado tiempo, de hecho tanto, que se remontaba a un poco antes de que Bella y Bestia reinaran todo.

“Storybrooke, una mezcla de todos los reinos, de cada lugar mágico y mítico, respetando la isla de nunca jamás y aquel páramo mágico, que no pertenecería a nadie más que sus habitantes.

Tras una casi interminable guerra que se desató por un hechizo de una mujer poderosa llena de venganza, finalmente Emma, la salvadora, logró liberar la maldición y como bien lo dice su nombre, salvo a todos aquellos que tuvieron consecuencias horribles ante tal acto.

Fue luego de todo aquello, que la reina de todos los reinos, nombrada por todos los súbditos de lo que ahora se llamaba el Reino de Storybrooke, tuvo dos hijas más con Robín Hood, el valiente que era reconocido de hace mucho, por robar a los nobles para dar a los pobres.

Las dos princesas, que vivían en el castillo, conocían a todos los más cercanos a la reina, como Emma, quien se volvió fiel compañera de toda la familia, Blanca Nieves, quien fue encargada del reinado.

La mayor de las hermanas: Robín, nombrada como su padre, tomó el camino de su padre, manejando el arco y las flechas, siendo así, su destino y descartando entonces la posibilidad de heredar la magia y poder de su madre.
Mientras la princesa menor […]”

Faltaba una página, no, una página no, un pedazo de página, que fue arrancado a propósito, así que el registro de la pequeña princesa, no estaba, seguí avanzando en las páginas, buscando algún nombre o una pista de esa niña, pero no encontraba nada relevante, que no fuera más que tenía dos hermanos.

Suspire, esto estaba siendo bastante difícil, aun así, continúe buscando, hasta dar casi al final, con un hecho que parecía importante.

“[…] la reina, no logró salvar a todos sus hijos, pues la más pequeña, quedó en manos de la bestia que condenó todo en Storybrooke, dejándose llevar de la avaricia y la sed de poder.

Por lo que, la princesa menor, heredera del reino y de la magia de su madre, quedó alejada de la familia real, siendo aislada en […]”

Y de nuevo, la hoja rasgada, sin más registros, porque aún faltaban más hojas, no tuve conocimiento completo de nada, por partes apenas si sabía algo.

De lo que ahora estaba segura, era de que Auradon escondía algo, un secreto grande del que nadie parece saber, quizás Bella y Bestia lo sepan, quizás incluso el hada madrina lo sepa, pero no lo dicen.

Mire la hora en el reloj que había en la pared, era tarde, de nuevo no había dormido en toda la noche, por leer ese libro, se supone que venía a casa para dormir y recuperarme pero no lo hice, ahora estaría más cansada en las clases.

A pesar de saber que probablemente al siguiente día, estaría ojerosa y aún más pálida, seguí con el libro que me faltaba, parecían cuentos así que no le veía difícil de entender. Eso creí hasta que lo abrí y lo encontré en blanco, pero no totalmente en blanco, solo algunas páginas tenían letras, así que… las busque página por página, hasta poder armar la frase.

—Ni la tarea de química es tan difícil como esto. —susurre mientras miraba a mi cuaderno. —genial Evie, ahora resulta que hablas sola.

Negué con la cabeza y exaspere con fuerza, me estaba volviendo loca, solo me faltaba empezar a alucinar.
El cansancio empezó a ganarme, mis ojos pesaban y creo que era lo más lógico, porque al final eran casi las cuatro de la mañana y en pocas horas yo debía ir a clases.

Pronto, me deje llevar y ya no recuerdo mucho.

—Evie… —me desperté de golpe al oír mi nombre.

Vi de quien se trataba, era Regina, había entrado a mi casa… no me sorprendía, pero si me daba algo de inquietud.

—Regina. —me frote los ojos con algo de sueño aun.

—¿Qué haces? —recogió el libro, donde me había quedado dormida con afán.

—Yo. —no me dejó hablar cuando desapareció sin aviso precio y se llevó el libro.

Me levante rápido por la impresión. Cada vez entendía menos. Tome una rápida ducha y salí con mi bolso tan rápido, que casi me caigo hacia atrás cuando me estrelle contra el pecho de alguien.

—Justo venía a preguntar por ti. —Doug, me tomo de la mano para evitar que cayera.

—Me quedé dormida, lo siento. —me disculpe rápido.

—No importa Evie, necesito hablar contigo. —su tono se suavizó.

Eso me desconcertó con totalidad, Doug, no era de los que ponía una charla por encima de las clases o aun peor, que llegaba tarde.

—¡Doug, yo tengo que hablar con Evie antes! —el grito me desconcertó.

Pero lo que me hizo confundirme aun más, fue que quien grito, fue Harry.

—¿Qué está pasando? —los mire a ambos, yo no entendía nada y ya tenía suficiente para volverme loca.

—Evie. —Harry, sin dudar ni un segundo, se acercó con decisión a mi.
Retrocedí por inercia, hasta que di contra la pared, él solo siguió cerca y más cerca, hasta que sentí el roce de sus labios en los míos.

Y desperté…

Agitada y con el corazón latiendo a mil.

Estaba sobre el libro, mi mejilla debía estar roja por haberla apoyado tanto tiempo sobre la mesa.

Mire la hora, aun estaba a tiempo de llegar a clases y al parecer, no había nadie más en la casa que yo. Cada vez tenía sueños aun más raros, primero Regina, luego Doug, ahora con Harry. No estoy bien, definitivamente no estoy bien.

***

—Es por eso, que Ben y yo, no hemos podido hablar con su padre, ni siquiera aparece por el castillo y Bella, esta preocupada y… ¿E? ¿Me estas prestando atención? —Mal, puso su mano sobre mi brazo llamando mi atención.

—Si… bueno, maso menos. —admití, no iba a mentirle. — que Ben no ha podido hablar, con su padre y Bella, esta preocupada.

Hubo un silencio, levante la vista de mi cuaderno, donde estaba terminando el dibujo de Regina, por alguna razón, había sentido esa necesidad.

—Evie, no te veo muy bien, y el hada madrina le dijo a Ben, que no estabas descansando bien, luego Bella, dice que el otro día no ibas a comer nada. ¿Estas bien? Y quiero la verdad. —tomó mis manos haciendo que la mirara.

—Yo, no lo se. No he podido dormir bien los últimos días, desde que fuimos a la isla, me preocupa no saber nada de mi madre. —evite darle detalles, como lo eran los susurros y el hecho de que Jay, Carlos y yo, hemos visto a Regina, aquí en Auradon.

—Oh Evie, ¿por qué no me habías dicho nada? —se levantó y me dio un abrazo fuerte.

Entendía que se preocupara, yo también lo haría si el caso fuera al revés.

—No quería preocupar a nadie, ya sabes. Además, tu y Ben, deben tener un sinfín de cosas para hacer más importantes. —frote sus brazos que me rodeaban.

—Evie, una corona no es más importante que tu. —suspiro para alejarse y mirarme. —sabes muy bien, que siempre serás más importante que todos los deberes que existen. Tu y los chicos son mi familia y siempre lo serán.

Eso me hizo sentir mejor, sabía que podía confiar en ella, era como mi hermana y siempre lo sería, además de que estaba siendo buena reina, así que no podía pedir más.

—Gracias Mal, sabía que podía confiar en ti. —ella me sonrió y la campana sonó, indicando que ya debíamos volver a clases.

—Te veré luego E, por favor, trata de descansar y si no puedes, llámame, no puedo dejar que sigas así. Promételo. —me señalo y me miro severamente.

—Si, esta bien. —dije resignada, aunque no sabía si podría cumplir esa promesa.

Sin mucho más, me fui a clases, con gusto iría a dormir a mi casa, pero no podía darme ese lujo de perder clases solo porque en vez de dormir como debía, había estado leyendo.

Corrí por el pasillo hasta alcanzar a Doug, que iba mucho más adelante que los demás.

—Evie, no pensé verte hoy. —sonrió.

—¿Y por qué no? —fruncí el ceño.

—Ayer, te veías bastante cansada, así que creí que te tomarías el día.

—Claro que no, el hada madrina luego me haría un cuestionario y eso no lo quiero. —negué con una risita.

Llegando al salón, nos encontramos con Jay, Lonnie y Audrey, al parecer esos tres pasan mucho tiempo juntos ahora.

—Chicos, el hada madrina ayer, pregunto mucho por ustedes. —Doug, los miro con severidad.

—Doug, sabes que pronto es el baile de conmemoración a los nuevos reyes, estamos en el equipo de organización, el Comité de eventos. —Respondió Audrey, que junto con Lonnie, me saludaron como siempre de besos en la mejilla.

Yo no dije nada, había estado en clase si, pero no estaba muy concentrada, así que por supuesto no tenía ni idea de lo que estaban hablando.

—Bueno, bueno, no sabía que llegaría temprano hoy. —reconocí esa expresión al instante, era Harry.

—Hola Harry. —Lonnie y Audrey, saludaron al mismo tiempo moviendo sus manos, mirando por un momento a Harry y luego a mi, como si supieran algo que yo no.

—Hola… —salude rápido y entre a clase antes que todos.

Porque, recordé que tal vez, el hada madrina, sabía algo al respecto de esos libros que yo no, y me moría de curiosidad por saber quién era la princesa que se perdió y que pasó con Storybrooke, para que estuviera separado de Auradon.

—Hada madrina. —llame su atención mientras escribía en la pizarra.

—¿Si, linda? —no me miro, solo hablo y siguió escribiendo.

—Quisiera saber sobre… un poco de la historia de este lugar. —inicie hablando y ella asintió. —porque, según leí, antes había una reina que tenía dos hijas, y un hijo, pero una de ellas, fue secuestrada y… —no me dejó acabar cuando se giro y me miro de golpe, asustándome.

—¿Quién te contó eso, linda? —miro detrás mío, mis compañeros apenas llegaban.

—Yo, lo leí. —repetí, aunque lo había dicho desde el inicio.

—No todo lo que se lee es cierto querida. —levanto ambas cejas y negó. —y si te soy sincera, eso no lo se yo, hay muchas cosas que no se de este lugar. ¡Como donde esta el jardín de manzanas! ¿No es gracioso?

Volvió a darme la espalda y me dejó así, en incógnita. Lo deje pasar, porque además de que no me respondió lo que necesitaba, mis compañeros ya habían entrado, así que me resigne a sentarme y tomar la clase.

—¿Ahora te sientas conmigo? —gire a ver, era de nuevo Garfio.

—Oh… pues, si te molesta puedo… irme. —señale adelante mío, que aún quedaba un lugar libre.

—¿Y tu amigo el chico que lo sabe todo? —señalo con la cabeza hacia Doug.

—En esta clase, se sienta a veces con Audrey, porque ella necesita ayuda para pasar aquí, entre el Comité y las clases, es difícil estudiar. —asentí mirando como Audrey, parecía preguntar algo del libro de la clase.

—Como digas. —le resto importancia.

Asentí sin decir mucho más, luego, recordé el suelo raro que tuve y quise preguntar, pero no lo vi muy prudente, porque después de todo, fue solo un sueño.

—¿Sabes? Tuve un sueño, donde estabas. —comente.

—¿Ah si? ¿Y que soñaste azulita?

—Ah… —no iba a decirle, que soñé una escena donde me besaba luego de haberle gritado a Doug. —no recuerdo bien, pero le gritabas a todos.

El solo río, me miro unos segundos y negó, supongo que sabe que perfectamente si podría ser él, después de todo, aun seguía siendo algo rufián con algunos aquí, por ejemplo con Ben… y a veces, con otros chicos del equipo de esgrima.

—Creo que aún no superas el pasado. —hablo bajo.

—Mi subconsciente lo recuerda, si. —abrí mi libro, ya no podía decirle más o se me iría la cara de vergüenza.

De todos modos… Solo fue un sueño.

°•°


Ya se, ya se. Desde ayer debo la actualización, pero es que donde estoy, casi no hay buena señal, así que es súper difícil subir capítulos.

Pero aquí está, por fin.

En fiiiin, espero les guste, gracias por leer! 💙

<3

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