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Evie

El mundo se volvió un lugar confuso para mi... mientras frente a mí, pasaban ahora un montón de sucesos, mi alma pareció abandonar mi cuerpo por bastante tiempo.

Ni siquiera yo tenía idea de la destrucción que podía causar el tener una magia tan poderosa, nadie me dijo que esto pasaría nunca y ahora era como si todo se girará en torno a un sueño.

La magia del hada madrina es destructiva, caótica, la magia de Maléfica siempre lo fue, toda la magia que existe lo es, porque incluso la que hace el bien, puede hacer el mal.

Emma era la única que estaba a mi lado, mientras yo permanecía casi muerta en alma, porque mi cuerpo seguía allí, pero mi cabeza me pasaba todo en cámara lenta, haciendo que cada escena se viera peor.

Robín, quien dijo ser mi padre, estaba metido en esto al igual que muchos más que apenas conocía. A fuerzas, Emma tuvo que explicarme que estaba pasando y quienes eran todos ellos, porque habían venido y porque de la nada pareció iniciar una guerra.

Cuando Ben llegó al salón a decir en voz alta, que su padre había encerrado a mi madre, claramente me enoje, no con Mal, no con Ben, si no con Adam... él es el verdadero villano aquí, robando, engañando y obligando a cometer actos ilícitos.

Lo malo de la rabia, es que nunca sabes si vas a poder contenerla y que tanto provoque en ti.

... Horas antes...

-¡Evie! ¡Evie! ¡¿qué piensas hacer?! -Mal me gritaba tratando de alcanzar mi paso, que se dirigía directo a las mazmorras.

-¡Sacar a mi madre de allí! -respondí decidida.

-¡Evie, las cosas no son tan simples! -me frene en seco y me gire a mirarla.

-¿De qué lado estas Mal? -cuestione directa. -elige tu lado y déjame a mí en paz.

No deje que respondiera y volví a caminar, nunca había visitado las mazmorras, pero para todo hay una primera vez y esta no sería una excepción, se supone que tenía que evitar una guerra, pero esta bestia quiere iniciarla antes de que podamos hacer algo.

Por el pasillo, todo estaba en silencio, aun no entendía como era posible que Auradon no supiera lo que estaba pasando del todo.

-¿Evie? -justo al salir, me encontré con Harry.

-Harry, hola. Ahora no tengo tiempo de hablar, tengo que ir a... -ni siquiera alcance a decirle a donde iría, tenía bastante afán.

Sin embargo, él me siguió, logrando alcanzar mi paso.

-¿Necesitas ayuda? -pregunto sin cuestionar mucho más.

-Si... creo que sí. -admití y esta vez corrí hasta llegar.

Nadie estaba encerrado en ese lugar, la única que debía estar era Regina y ahora mismo, yo tenía que sacarla de allí, o podrían hacerle daño.

Camine hasta lo más bajo de las mazmorras, fue cuando la vi, en la última celda, encadenada como si fuera una criminal, ella logró verme, y negó con la cabeza varias veces, sin embargo, era tarde cuando le entendí.

-Vaya, vaya. Pero si la princesa ahora se cree héroe. -el tono que usaba Adam conmigo, no me daba una buena sensación. -¿y que tenemos aquí? ¿que eres Harry? ¿algún intento de caballero?

Retrocedí un poco, no sabía que tenía preparado.

-Pensé que serias más inteligente Evie... -se quitó los lentes y miro a Regina. -¿pero venir a salvar a tu madre que nunca estuvo?

-Por tu culpa. -respondí. -no estuvo por tu culpa y lo sabes.

La puerta detrás de nosotros se cerró, así que nos obligó a quedar dentro.

-Ni siquiera recuerdan su pasado... -se burló con una carcajada. -pero no te preocupes, nunca fuiste muy astuta realmente.

No sabía que tenía que ver todo eso con el hecho de que tuviera a Regina encerrada ahora.

-¿Sabes? de ustedes cuatro, siempre fuiste tú quien menos me agrado. -camino por el lugar. - con esa cara bonita, pero sin pensamiento lógico, buscando solo ser la esposa de un príncipe... agh, irritante. Pero aún más irritante, saber que tú, una niñita tonta podría tener más poder que yo, eso, eso sí me molesto.

Me miro de nuevo y esta vez dio pasos hacia nosotros, haciéndonos retroceder, mientras sus dientes eran ahora de una bestia y su rostro no era totalmente humano.

-No voy a dejar que alguien como tú, me quite todo esto. -hablo sin dejar de caminar. -ni la inepta de tu madre, ni tu.

Reaccione cuando estuvo algo cerca y una onda de energía lo lanzó por el pasillo dándole contra las barras de una de las celdas. Me gire con rapidez tratando de abrir la puerta, con o sin magia, pero esta no cedía.

-No, no. De aquí no sales. -grupo mientras se levantaba y fue entonces que la vimos.

El hada madrina estaba ahí con él, encadenada de sus manos, obligada a seguir las órdenes de ese monstruo. El problema no era ese exacto, más bien, era el hecho de que alrededor sombras negras rondaban por el lugar, como si estuvieran acechándonos.

-¿Qué son esas cosas? -pregunte más para mí, que para alguien más.

-Demonios de nunca jamás. -escuche decir a Harry. -son sombras que buscan absorber almas, magia, todo lo que compone un cuerpo.

Mis nervios se dispararon enseguida, si ere era su trabajo, entonces como se supone que saldríamos vivos de todo esto.

-Le daré mis condolencias a Mal y a Uma, cuando pierdan a sus amigos. -otra carcajada de su parte.

Miré a Regina, buscando ayuda en sus ojos, sentí que trataba de decirme algo, pero me costaba entenderlo. Un remolino se hizo en medio de todo el lugar, esas cosas empezaban a estar más cerca cada vez.

Como reacción, Harry solo me abrazo y aunque quise hacer lo mismo, paso algo muy distinto, apunte al suelo con mis manos, en cuanto el brillo volvió a aparecer en ellas. Deje que estallaran, nunca había hecho eso, pero era lo único que se me ocurría ahora.

El destello, provoco una explosión, que nos cegó a todos y las paredes del castillo se hicieron pedazos al hacer que el hada madrina bajara la guardia. Los escombros empezaron a caer y con la mirada busque a Regina, pero no la encontraba.

Un jalón me volvió a tirar al suelo y cuando logré enfocar mi vista la vi.

-¿Emma? -apenas si me sentía con fuerza de estar allí.

-Estas bien... -susurro con algo de alivio. - ¡Zelena!

Se que grito un nombre y que grito algo más, pero entonces me costó escucharlo. Esas cosas negras empezaron a esparcirse como una plaga por el aire, Regina aún no se veía y el lugar se había hecho añicos.

Poco a poco, vi a más personas por el lugar, personas que jamás había visto, se enfrentaban contra esas cosas de una manera que apenas pude procesar.

Era como una guerra...

Trate de reaccionar, pero me fue imposible, mis ojos se desenfocaban y mi cabeza daba vueltas, ante la situación de todo esto. Emma se fue de mi lado, dejándome solo con Harry.

Entonces lo sentí, sentí como el alma se iba de mi cuerpo en un instante y me dolía, era como si me arrancarán todo a la fuerza.

Tarde quizás un minuto en volver a mi cuerpo, pero cuando lo hice, solo pude ver una luz roja que llegó a mí.

Empecé a escuchar risas, cantos, a sentir el olor de las flores de un jardín, a recordar lugares que no había visto hace años y recordar cosas que jamás pensé que habían pasado.

Recordé a Regina cantando para mí, recordé a Harry en ese jardín de un enorme castillo, recordé a Jay, Carlos y Mal, correr con los pasillos del castillo pidiéndome que fuera con ellos a jugar.

Vi a Emma cuidando de mi cabello, a Robín... ponerme las tiaras que jamás uso ella, a Henry haciendo bromas antes de dormir y muchos momentos que me hicieron soltar lágrimas de manera inconsciente.

Supe entonces que las personas que estaban allí, eran parte de lo que fue el Reino de Regina. Ruby, Killian, Bella... todos, los recordé en un momento demasiado denso.

Trate de volver a la realidad, pero mis ojos se cerraron y cuerpo se desvaneció como si fuera una muñeca de trapo, dejándome inconsciente de lo que pasaría ahora.

°•°

Espero que este Capitulo se entienda, porque esta raro...

Recuerden que habrá libro 2 al respecto de esto.

Perdón la inactividad, han pasado muchas cosas.

<3