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Evie

Cuando abrí los ojos de nuevo, reconocí enseguida donde estaba, era mi casa, pero no sabía cómo había llegado allí y mucho menos sabía que había pasado luego de que Regina apareció.

Me senté sobre la cama, la cabeza me dolía un poco y aunque podía mantenerme consiente, estaba siendo difícil recordar algo.

—Evie. —la voz de Regina llamo mi atención.

La busque con la mirada, ella estaba frente a mi cama, se veía aún preocupada.

—¿Dónde están todos? —pregunte apenas logre sentarme.

—Están en sus habitaciones, regresaron porque se los pedí, no era conveniente que al despertar todos estuvieran aquí. —me explico y se sentó esta vez al borde de la cama.

—¿Están todos bien? —necesitaba que todos estuvieran bien. Entonces recordé lo que había pasado con Mal y Ben, por lo que la miré preocupada. —¿Mal está bien?

Regina asintió un par de veces, pero eso no era suficiente para mí, así que continúe mirándola, esperando a que dijera algo más.

—Mal está bien, no sucedió nada grave, solo un par de rasguños, Ben también está bien. Lo que ahora es preocupante, eres tú. —suspiro un poco pesado.

Yo no estaba lista para escuchar todo, apenas si sabía parte de la historia, pero para mí, no era mi historia, esa niña de la que hablaban, no era yo.

—Evie, sé que puede llegar a ser difícil, pero mereces saber la verdad. —gire la mirada, no quería seguir escuchando sobre eso.

—No. No estoy lista para que me digas que todo lo que he vivido es mentira. Mi madre desapareció y no la recuerdo como tú. —hable bajo, la madre que yo tenía en mis recuerdos era tan distinta.

—Entiendo eso, porque todo lo que has vivido desde que te trajeron aquí, se volvió tu vida, pero también debes saber la realidad de las cosas y una de ellas, es que Grimhilde jamás existió, fue producto de la magia del hada madrina. Al igual que la Cruella que conocieron.

Carlos también debía estar tan confundido como yo, sin saber que es cierto y que no, sin poder recordar bien que ha pasado porque resulta que todo lo que has vivido es una villa mentira.

—Regina… —la mire de nuevo. —si tú eres mi madre. ¿Por qué me dejaste sola?

Supe que le había dolido la pregunta, pero es que yo no entendía nada, se supone que ella tenía una magia poderosa y catastrófica, tenía incluso la ayuda de Emma, pero, aun así, dejó que me secuestraran.

—Evie, yo nunca quise dejarte sola. —sus ojos se llenaron de lágrimas. —no logre rescatar te porque pude haberte hecho daño, como ya lo viste, la magia que poseemos no es algo que se lleve a la ligera y por más que yo la sepa controlar, pude haberte herido o aún peor.

—Si, pero en todo este tiempo ¿qué hiciste? —porque no fueron días, semanas los que tardó en volver, fueron años, años de mi vida que hasta ahora parecen no valer nada.

—Intente romper la barrera, te juro que hice lo imposible por tratar de pasar, pero nada funciona contra la magia de esa varita, porque la varita contiene magia mia y de Emma. —por alguna razón, eso no lograba hacerme empatizar mucho con ella.

—¿Sabes todo lo que necesite que estuvieras conmigo? mi madre, Grimhilde, fue la única que estuvo conmigo, exigiéndome ser bella, perfecta, educándome para conseguir un príncipe que me lo de todo. —ahora era yo quien lloraba. —exigiéndome perfección, queriendo que fuera la Cenicienta de un príncipe mientras este tuviera castillo, espejos y mucho dinero.

Ella se quedó en silencio escuchando cada palabra, escuchando como quien se supone que era mi madre, solo quería que fuera una cara linda mientras estaba a la sombra de algún príncipe caprichoso y millonario.

—¿Sabes lo que tarde en entender que así no debía ser mi vida? —respire un poco, el pecho se me estaba oprimiendo. —todo para que ahora, vengas tu a decir como si nada, que eres mi madre.

—Es porque lo soy, aunque te cueste creerlo Evie. —finalmente hablo.

—¿En serio lo eres? porque realmente han pasado años y no siento que alguna vez me hayas querido. —y no sólo se trataba de venir aquí, a decirme que es mi madre y que mi vida es una farsa completa o que ella es la reina de todo esto.

—Es porque como tu madre, no te quiero Evie. Yo como tu madre, te amo. —me lo dijo con tanta tranquilidad, que me parecía irreal su paciencia. —desde que naciste y cada momento en el que estuviste conmigo, te ame. Y tienes razón todo esto es difícil, pero tienes que tener en claro, que hice más de lo que crees.

—Dime… dime todo lo que hiciste entonces. —necesitaba oírla, necesitaba que me convenciera de que era mi madre.

—Desde aquella vez, en donde bestia te secuestro. Yo sacrifiqué más de la magia que tenía para poder encontrarte, hice lo posible, porque tarde o temprano tu vinieras a mí. Evie, el collar que siempre has tenido, nunca fue de Grimhilde, es mío y ahora tuyo, lo hechice para que cuando fuera el momento, te llamara y supieras a donde ir. —tomó mi mano. —le pedí a Maléfica mediante la misma magia, romper la barrera a como dé lugar, no la rompió ella, pero si su hija, porque ese era el propósito.

—¿Usaste a Mal para romper la barrera? —la mire un poco más seria.

—No Evie. Así no es como fue. Maléfica era la encargada de hacerlo y si ella no podía, entonces su hija lo haría. —volvió a repetir. —suena bastante confuso, pero ese es el destino de Mal, sin ella no estaríamos aquí. Solo que parece que Mal… es diferente ahora y por lo que Maléfica logró decirme, no quiere perder la corona.

—¿Maléfica no es una lagartija? —ahora estaba mucho más confundida que antes.

—No, ya no. Eso es otro asunto a explicar. Lo importante ahora, es que comprendas, que no sólo yo estoy aquí por ti, hay más personas que perdieron a sus hijos, como Emma. —fruncí el ceño. —Emma, es la madre de Harry. Henry es hermano de Harry, Robín es tu padre y Robín Jr., es tu hermana mayor.

No sabía cómo expresarme ahora, resulta que no sólo mi madre estaba pérdida, sino que mi padre también, tenía una hermana mayor que ni yo sabía de ella, Harry es hijo de la amiga de Regina y todo era cada vez más confuso.

—Se que ahora es muy confuso, pero poco a poco, irás entendiendo todo, hay mucho de la historia que no sabes. —acomodo mi cabello con delicadeza. —por ahora, debemos recuperar lo que es Auradon y parar lo que bestia empezó. Se que el rey y la reina de ahora son tus amigos Evie, pero ellos deben entender que lo que tienen, no es suyo.

—Y como todo lo que no nos pertenece, hay que devolverlo. —complete la frase, eso lo tenía claro.

—Así es. —asintió. —voy a necesitar de tu ayuda, porque el reino no es sólo mío, también es tuyo, como heredera.

—¿Cómo dices?

—Bueno, el reino fue heredado por Blanca Nieves, quien decidió pasármelo a mí, quedando yo como reina, Robín es mi hija mayor, pero ella prefirió elegir los pasos de su padre, así que ahora quedas tú, que desde que naciste tienes el nombre en las escrituras de todo el reino, lo que significa que cuando yo no este o cuando se decida, tú serás la reina de todo. —volvió a explicarme algo que me estaba volando la cabeza. —pero para eso, necesito terminar con lo que bestia inicio.

Entendía esa parte, de hecho, lo entendía mejor que el resto de la historia, pero lo que me estaba pidiendo, era que le ayudara a quitarle la corona a Mal, porque ella era la reina de Auradon ahora. No sabía si podría hacer eso, porque incluso después de que me mintió de nuevo, sigue siendo parte de mí, es como mi hermana y se lo mucho que hizo para tener lo que tiene ahora.

Por otro lado, puso su título y la corona, antes que, a nosotros, quienes se supone que somos su familia, eso es como traicionar a los tuyos, dice que lo hizo para protegernos, pero si realmente quería hacer eso, entonces nos hubiese dicho la verdad desde que la supo, al menos así no hubiese sido un golpe tan duro.

—Esta bien… te ayudaré a recuperar la corona.

°•°

Bueno, bueno dijo Harry.

No tengo mucho para decir.

<3