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Evie

Oscuridad, era todo lo que estaba viendo, aun cuando ya estaba volviendo a abrir mis ojos solo eso veía, era como si de algún modo, hubiese llegado a la nada.

Entonces mi mente me llevo a pensar, en lo que siempre quise, más bien, lo que Grimhilde me hizo querer, ser una reina, tener un príncipe… con el tiempo entendí que no necesitaba nada de eso, pero ahora lo tenía y el precio por ello, estaba siendo alto.

Ni siquiera he tenido tiempo de digerir el hecho de que mis padres son diferentes a todo lo que conocí en la isla.

Los ojos me empezaron a doler cuando una luz fuerte blanca ilumino todo, por un momento, pensé que de nuevo era Hades, pero aquella vez, el ambiente era distinto, así que no podía ser él.

Logre ver mis manos y mis pies descalzos en tanta oscuridad, era como si estuviera muerta de verdad, empecé a escuchar voces, al principio no entendía nada de lo que decían, por lo que tuve que acercarme, así que camine sintiendo el frío bajo mis pies.

Poco a poco, distinguí de quien era la voz, era de una mujer muy hermosa, que estaba cantando en un jardín, el mismo que yo visitaba cuando estaba más pequeña, justo antes de que todo esto pasará.

—Evelyn… —me quedé fría y quieta, nadie me había llamado así antes.
Aunque no sabía cómo, estaba segura de que se refería a mí.

—Acércate. —volvió a hablar mientras en sus manos sostenía una Rosa blanca. —vamos, no tengas miedo. Se quién eres.

No respondí, pero tampoco di un paso más, no sabía que estaba pasando y tampoco sabía quién era aquella mujer.

—Vamos… Evelyn Mills Hood, única heredera, no sólo porque tus hermanos hayan tomado distintos caminos, si no, porque ya estaba escrito en tu destino. —ella, se giró dándome a conocer por fin su rostro.

Era tan parecida a Blanca Nieves, que incluso podría decir que era ella, su piel blanca, sus ojos marrones, su cabello tan negro y sus facciones tan delicadas.

—¿Quién eres? —me atreví a decir, mientras la detallaba más.

No tuve que esperar su respuesta, porque en su cabeza, llevaba la misma corona que yo buscaba, la corona regente, ella era la única reina que había sido portadora de tal joya, la madre de Blanca Nieves.

—Creo que ya sabes la respuesta. —me extendió su mano con delicadeza.

Yo lo dudé, pero al final tomé su mano. En seguida, a mi alrededor las cosas cambiaron, todo el brillo de antes empezó a apagarse, dejándome ver un tono más opaco de las cosas.

—Evie… se lo que buscas. —hablo de nuevo caminando un poco hasta sus rosas. —es tu destino, porque eres la próxima portadora de la corona, pero tu madre está cerca también.

La seguí a pasos algo torpes, mientras escuchaba con atención.

—Debes encontrar la corona, antes de que se siga derramando sangre. —mi corazón patio fuerte, cuando su mano sangro sobre la rosa blanca justo después de haber tenido contacto con las espinas.

—Tu madre ahora, es la reina malvada y te enfrentas a una roba corazones sin piedad.

Continuó hablando, mientras yo seguían centrada en la sangre que caía.

De repente, la sangre mostro imágenes en ella, como si tuviera memoria, me acerque para revisar con más atención.

Había otra mujer que no conocía, una que tenía un parecido demasiado grande a mi madre, pensé que era ella, pero no, no podía ser, pues estaba frente a la madre de Blanca Nieves y mi madre jamás la conoció.

La siguiente escena, me dejó sin habla, mis ojos se cristalizaron y sentí mi pecho arder como si fuera yo la víctima. Aquella mujer, enterró sus manos en el pecho de la madre de Nieves, así mismo color mi madre lo hizo con la bestia.

Vi como las manos de ella, sacaban el corazón de la reina, que tenía el brillo más puro que pude haber visto y sin piedad alguna, lo aplastaba como si de una uva se tratará.

Las lágrimas frías cayeron por mis mejillas, estaba siendo testigo de la muerte de la reina, no, no sólo eso, estaba viendo con mis propios ojos, como asesinaban a la reina.

La escena acabo y enseguida, pasaron flashes rápidos de más escenas, donde vi a mi madre, el cómo se hizo reina antes, como conoció a Nieves y, por último, vi a su madre, la misma asesina de la reina.

—Ella es… —no pude terminar la frase, porque la misma reina me interrumpió.

—Cora. Si así es, la madre de tu madre, tu abuela, quien ya no está ahora, pero sí estuvo mucho tiempo. Ella es la culpable de muchas cosas en la vida de Regina y dentro de lo que cabe, en la vida de Nieves. —suspiro de una manera que se me hizo amarga.

—No entiendo. ¿Qué tiene que ver esto conmigo? —la mire confundida.

—Evie, tú eres la próxima dueña de la corona, porque tú eres la nueva etapa de herederos regentes. —su voz volvió a ser más suave. —tu abuela, quería el poder para ella por medio de Regina y el destino le jugó en contra. Regina no puede ocultarse o escapar de su energía oscura, y es tu deber ahora, renacer en las dinastías.

—¿Y qué hay de Blanca Nieves? ¿Y Emma?

—Ellas ya están amarradas a distintos destinos, por medio de lo que tu abuela provocó, sería desafiar el tiempo y eso es peligroso, así que... solo quedas tu. La única esperanza está en ti.

Aquí estaba una nueva presión, ahora no sólo tenía que salvar a dos reinos, si no también, ser la siguiente generación de reyes, reinas y lo que sea que le siga a eso.

—Tus hijos y los hijos de tus hijos, tendrán un gran destino, si todo lo haces bien. —la mire casi estupefacta.

Se me salía de las manos todo esto, yo no quería pensar en futuros herederos, no quería pensar en que mi familia dependiera de mis decisiones ahora.

Inevitablemente mi pecho se contrajo, la respiración se me hizo cada vez más difícil y sentí que me estaba ahogando, sentí que podría morir en cualquier momento, si es que no estaba ya muerta.

Entonces abrí los ojos y tomé aire como si jamás hubiese respirado en mi vida.

—¡Evie! —me costó volver a respirar y escuchar la voz de mi padre me puso alerta, no había muerto. —respira, estamos aquí.

Me dio un abrazo que correspondí, sin poder dejar de llorar, mi destino estaba marcado por otros y no porque yo lo eligiera. Yo no quería eso.

°•°

HEY TAMO DE VUELTA.

Ya se que han de querer matarme, perdon, he estado en otros proyectos JAJJAJA en fin.