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𝟎𝟏𝟎. 𝐍𝐀𝐃𝐈𝐄 𝐒𝐀𝐋𝐄

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Evie

Estaba mareada, completamente mareada, la cabeza me dolía como si me hubiesen pegado con una piedra, mis ojos se sentían pesados y no sentía la cálida luz del sol, que indica que es de mañana, en cambio habia frio, bastante en realidad, pero mi cuerpo estaba sobre alguna superficie bastante suave.

-Silencio, creo que ha despertado. -escuche el susurro de una voz, que parecía bastante infantil.

-Bien hecho tontos, la han despertado, Peter nos va a castigar a todos. -otra voz, que sonaba casi tan infantil como la primera.

Abrí los ojos como pude, no me sentía muy bien, estaba débil, tal vez porque no habia comido nada desde que llegamos. Me senté como pude, estaba sobre lo que parecía ser una cama hecha de algodón u algo de hojas, miré a mi alrededor, era como una cabaña, solo que con un olor a árboles y algo de madera.

-Es bastante linda. -de nuevo aquella primera voz que escuche.

Busque con la mirada, de donde venía, hasta que cerca de la puerta, logre encontrar tres caras que apenas si se dejaban ver.

-Puedo verlos. -fue lo único que se me ocurrió decir.

Los tres se miraron entre si y luego, con una expresión de vergüenza que me pareció bastante angelical salieron para dar algunos pasos hacia mí, eran niños.

-De parte de todos, pedimos perdón señorita. -el primero en hablar, fue el más alto y quien supuse, era el mayor. -yo soy Max y ellos, son Mike y Miles.

-Yo soy Evie... -les di una leve sonrisa, no tenía mucho caso, que les dijera de manera formar que era Evelyn.

Los tres hicieron una pequeña reverencia, supuse que como acto de cortesía.

-Es un placer señorita, lamentamos mucho el haber interrumpido su sueño. -me dijo uno de los más pequeños, a quien Max, habia presentado como Miles.

-No tienen por qué pedir perdón. -hablé suave y recordé entonces, que ni siquiera sabía en donde estaba.

-Peter debe estar esperándola señorita. -mi rostro fue de confusión ahora, por lo último que habia escuchado, Peter no era alguien muy amable, habia encerrado a Ruby, o eso fue lo que entendí.

No respondí a aquello, por sentido común, mis nervios se dispararon un poco.

-Chicos, será mejor que la llevemos con Peter. -sugirió Mike, por su voz, note que era el más pequeño.

Los tres estuvieron de acuerdo, yo no dije nada de nuevo, solo los seguí en cuanto empezaron a indicarme el camino. Salimos de donde estaba y nos encaminamos por un puente elevadizo de madera que se sostenía con cuerdas gruesas y llevaba a otra pequeña casita que, por igual, estaba hecha en el árbol.

Era como un mundo, una pequeña ciudad que vivía entre los árboles, a medida que caminábamos nos encontrábamos con más niños, todos eran niños, era como si fuera un jardín especial, o una divertida atracción de juegos, hecha para ellos.

Todos parecían felices, reían mientras corrían por ahí, y algunos parecían hacer trabajos allí, tal vez los más grandes eran los encargados de cuidar a los más pequeños. Me recordó, a la isla de los perdidos, algunos niños se cuidaban entre sí, y tenían su propio grupo, uno de ellos era el de Uma, Harry y Gil, por supuesto también contaba el que formábamos Mal, Carlos Jay y yo.

-Estamos cerca. -Miles, me sonrió y siguió caminando.

A medida que avanzamos, logre ver un poco a lo lejos una gran casa, mucho más grande que todas las que ya habíamos pasado, los dos más pequeños, pararon su caminar, mientras que Max, se giró para verme y extender su mano.

-Vamos, te dejare con Peter. -me dijo y yo solo tome su mano para ir con él.

Me despedí rápidamente de los dos niños y continúe por el pasillo del lugar, que no era tan largo. Al final, Max solo toco la puerta un par de veces y espero, cuando esta se abrió, el dio una reverencia y se retiró, sin decir nada.

-Ah, despertaste. -quien me hablaba, seguía siendo un chico, solo que por como hablaba y su manera de pararse, parecía ser el mayor aquí. -me presento, soy Peter pan, prácticamente rey de esta isla.

Asentí, entonces él era Peter pan, el famoso que parece no caerle bien a nadie, un niño, que, según la mayoría de adultos, es un vil peligro.

-Pues yo soy...-ni siquiera logre terminar la frase, cuando el me interrumpió.

-Evelyn Mills, mejor conocida como Evie, la hija de la reina malvada. -me sonrió, como si saber eso le diera un gran logro. -ahora reina de Auradon y lo que parece sr storybrooke. Sé quién eres.

Me dio un escalofrió, yo no me entere de su existencia hasta que Ruby lo menciono en cambio el, parecía saber demasiado de mí.

-Sí, asi es, soy Evelyn. ¿Cómo sabes tanto de mí? -tenía que preguntar, como mínimo, debía saber.

-Bueno, digamos que tengo fuentes confiables. -se hizo a un lado y con su brazo me indico que pasara.

Yo obedecí, aunque nada de esto me daba una buena sensación.

-Hay cosas que es mejor que no sepas Evie. -hablo mientras yo lo seguía.

En cuanto estuve casi en el centro de la habitación, la puerta que estaba detrás de mí, se cerró de la manera más fuerte que pude haber presenciado. Eso me alerto y casi doy un salto por el susto que me causo.

Peter se sentó frente a una mesa de madera y señalo la silla frente a mí, por inercia me senté en aquella silla y pronto sentí como todo se elevaba dejándonos en el aire, mire hacia abajo, si me caía sería un golpe fuerte y puede que no muera, sin embargo, era obvio que podría quedar inconsciente.

-Iré al grano Evie. -Peter llamo mi atención y yo volví mi vista a él. -te traje aquí, con un solo propósito y no existe la posibilidad de que la respuesta sea negativa.

Mi mirada lo decía todo, me resultaba extraño a donde iba esto.

-¿De qué hablamos exactamente?

-Evie, la isla tiene un rey, como lo ves frente a ti, pero desde que Wendy decidió irse, no hay una reina, que sea como una madre para todos estos niños perdidos. -las últimas dos palabras, me llevaron una vez más, a pensar en la isla de los perdidos.

-¿Son todos niños perdidos? -la preguntaba sonaba absurda si tenía en cuenta lo que recién me habia dicho.

-Sí, asi es, son muchos, un montón y aquí, es como si yo, fuera su padre, los cuido y les doy todo lo que tienen, para que sean felices. -su manera de hablar, era convincente, pero a la vez, me daba la impresión de que habia algo en el trasfondo de todo eso.

-Es lo que vi. -no respondí con muchos detalles.

-Pero, como te he dicho, falta algo o, mejor dicho, alguien, esa alguien eres tú. -me sonrió una vez más, convencido de sus palabras. -estoy seguro de que serás una gran reina aquí, lejos de tus problemas y lejos de todo lo que está pasando, además les pareces bastante linda.

Eso no sonaba mucho como un cumplido, más bien, todo lo que decía, me sonaba a una afirmación, como si diera por hecho que ya habia aceptado todo lo que recién me habia dicho.

-No quiero ser grosera, pero ahora mismo, tengo que salvar a mi madre y en sí, a un reino entero, asi que no, no puedo quedarme. -intente dar una explicación al respecto, pero él ni siquiera se inmuto.

-No has entendido querida. - ahora era el quien estaba flotando. -este es tu nuevo hogar...porque de aquí nadie sale, a menos que yo lo quiera.

°•°

Ey, tamo de vuelta.

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