Una llamada había interrumpido su sesión de besos calientes mientras se vestían -o lo intentaban, realmente a ninguno le molestaba seguir desnudo- , era Quinn así que lo que sea que estuviera pasando era demasiado grave si lo interrumpía en medio del sexo.

Iba a dejarla pasar, no importaba si se estaba cayendo el mundo, no iban a separarse hasta terminar pero su rubia amiga fue insistente, provocando un gruñido de molestia por parte de Ethan que besaba el costado de su cadera provocando escalofrios.

—contesta—acato la orden ignorando como su pene se endureció más por el tono osco y ronco usado.

—¿hola?

Contesto la llamada con un hilo de voz, sus piernas temblaban pero no era porque su parte baja estuviera totalmente expuesta al frio de la noche, apoyaba su mano y su cabeza en el árbol recargando todo su peso, mordiendo sus labios para poder formular palabras correctamente.

Las manos de Ethan tomaron sus nalgas separandolas, lamiendo sus muslos subiendo y solo detuvo su camino húmedo cuando su nariz rozo su palpitante entrada, dejo un beso largo, tortuoso, sobre ella ocasionando que arqueara la espalda y usara su brazo para obstruir cualquier sonido.

—deben venir rápido, el tipo que asesinaron era nuestro compañero se clases

—¿qué?—apenas pudo reunir el aliento para responderle, demasiado concentrado en no gritar por la larga lengua que abria su interior.

No había ni un puñado de él al que le interesará lo más mínimo lo que Quinn relataba, de hecho, nisiquiera quedaba la información en su cerebro. Era incapaz de procesar otras palabras que no fueran el nombre de su chico y la necesidad de rogarle por más.

—si, el degenerado obsesionado con el Padrino

—Oh, si, lo recuerd-

Mordió su lengua sintiendo el sabor metálico abordar su boca, solto un pequeño chillido por la nalgada en reprimienda que Ethan le había dado.

—¿Damian? ¿Qué fue eso?

Le costaba respirar, sus ojos se volteaban del placer ¿como podía ser tan cruel? Sus uñas se aferraban a la corteza del árbol, su labio seguro estaba roto por la fuerza con la que mordía, entre la saliva que se acumulaba con la sangre y las manos de su novio bombeando su pene mientras su lengua lo penetraba, Damian no podía nisiquiera entender lo que su amiga decía centrándose únicamente en no dejar salir ni un sonido de sus labios.

A Ethan le encantaba jugar, no, le encantaba probar cada rincon de su cuerpo.

Y a él le encantaba cada mínimo roze con su piel, el solo rozar de sus dedos en su cuello le producía espasmos placenteros que lo llevaban al declive ¿donde quedó el chico bueno puritano del que se burlaban? Grey no veía ni una pizca de inocencia en su mirada, aun si hace tan solo unos minutos lo tomaba con tanto amor y devoción, ahora, de un momento a otro a su novio lo había envuelto la posesión y el anhelo. Aferrándose a cada centímetro de él, tocandolo cada segundo como si estar lejos lo matará, repasaba cada lugar una y otra vez queriendo guardarlo en su memoria como si temiera olvidarlo.

No sabia que bicho le había picado, pero la forma tan loca y lujuriosa con la que lo absorbía destruía su poca cordura.

— ....te llamo luego, iremos en un rato—corto la llamada dejando caer su celular al pasto y solo así abrió su boca importandole poco y nada como la saliva y sangre escapaba de sus labios con cada toque.

—no pienses en otro hombre mientras estás conmigo ni en ningún otro momento ¿entendido?

Sus piernas casi ceden, el aliento caliente de Landry chocaba con su entrada que palpitaba en desesperación y deseo.

—no oi tu respuesta

—¡entendido!

Un simple rozar de dientes con su piel fue suficiente hacerlo acabar, se dejó caer hacia atrás al pecho de su novio que beso cariñosamente su cuello.

—vamonos, los demás deben estar preocupados—dijo después de unos minutos intentando inútilmente regular su acelerada respiración, al igual que trataba de que no se le vuelva a parar por el constante toqueteo de Ethan en su cuerpo—¡Ethan!—lo regaño.

—es solo que después de tenerte, se me hace tan difícil soltarte—su mano fue de sus pechos pasando sobre sus pezones errectos a su mandíbula, donde lo agarro y lo volteo para un lado así unir sus labios en un beso lento e invasivo—¿estas seguro de que quieres volver? Podría decirle a Quinn que nos quedaremos en otro lugar

—¿otro lugar? ¿Qué otro lugar tienes en mente?

¿Ethan tenía un lugar aquí aparte de su departamento?

¿Uno que no le había contado?

Extraño.

—no esta cerca pero valdrá la pena una vez lleguemos—lo giro acobijandole su rostro entre sus manos, sus ojos brillaban intensamente casi rogando porque dijera que sí— podríamos quedarnos allí hasta mañana...o un poco más

—hace rato dijiste que nos apuraramos así llegar con los demás ¿por qué ahora dices eso?—pregunto divertido pero su sonrisa se deformo al ver la expresión en su rostro—amor ¿estas bien?

—si, solo....quiero pasar más tiempo contigo

Aun si las palabras calentaban su corazón trayendo una inevitable sonrisa, había algo raro, algo no encajaba.

Tal vez era por la sonrisa tensa, o quizás por como las manos le temblaban cuando solto su rostro.

— ...podemos hacerlo mañana, ahora debemos ir o sino se preocuparan más

—si, vamos...

Por alguna razón, el alivio llegó a su cuerpo.

Como si hubiera evitado ser atropellado por un auto que acelero de la nada.

Como si hubiera evitado la muerte.

O el peligro.

Ignoro aquello doblando su saco escondiendo las manchas de semen, cuando iniciaron la caminata hacia su departamento, Ethan no dijo ni una palabra pero el brazo que se posó en su cintura aferrándose a ella con fuerza le hizo saber que todo estaba bien, más al dar un beso tierno en su cabello.

Quinn ya los esperaba en la puerta, levantó y bajo las cejas picaramente en cuanto los analizo de arriba a abajo.

Cabello complemente enmarañado, las camisas arrugadas abotonadas hasta el último botón y con el cuello subido para cubrir algo, los labios hinchados de Ethan y el maquillaje revuelto de Damian, los restos de pasto en su ropa y su pelo, además de que reconocía el olor a sexo cuando lo olía.

—ni una palabra—susurro Grey al pasar por su lado, ella solo rio y compartió una mirada con Landry—¿Sam y Tara?

—ya sabes, sus cosas—asintió.

En la sala estaban todos, algunos comiendo y otros viendo la tv, por suerte no las noticias. No entendía del todo lo de la muerte de su compañero de las clases de cine así que debería pedirle contexto a su mejor amiga, cuando la miro ya lo había tomado del brazo separandolo bruscamente del agarre de su novio llevándolo a rastras hacia su habitación sin ver como Ethan hacia el amague de querer volver a tomarlo con su mano, mirando con molestia a la chica que le dedicó una mirada de burla y reproche.

Si, no hizo un buen trabajo.

Se sentaron en la cama de Quinn, cada uno tomó una almohada grande y se semi-acostaron en ella.

—¿qué es lo que pasó? ¿Por qué el clima esta tan tenso? ¿Sam y Tara volvieron a pelear frente a todos?—varias veces pasó eso y fue demasiado incómodo para todos.

—algo así, en realidad parece que el asesino al que sobrevivieron en su pueblito volvió

Eso no era nada de lo que esperaba.

—mato a un par de nuestros compañeros de cine

—demasiado cerca de Tara... —ato los hilos.

—exacto

—y ahora todos somos sospechosos

—aja

—y tu me interrumpiste mientras tenia la mejor noche de mi vida—le tiro la almohada a la cara.

—¡lo sabia! Sonabas raro, al menos ahora estamos a mano

Mal por las víctimas de los homicidas y los chicos de Woodsboro pero para él, esa noche fue inolvidable.

Y tambien las que la siguieron.