iii. amor
Debido a que habían salido últimos, cuando llegaron solo vieron como el resto se adelantaba dejando a una Sam tensa detrás. Damian pudo ver como su novio hizo el amague de buscar en sus bolsillos pañuelos al notar la blusa mojada de la chica mayor pero se retuvo al último instante, como si recordara algo y al encontrar sus miradas fue como si se leyeran la mente, casi gime del solo recuerdo y le producían escalofrios verlo lamerse los labios. Los pañuelos los habían usado para limpiarse un poco los restos de su encuentro.
La sonrisa de Ethan no desapareció en ningún momento, le satisfacía recordar como Damian lo necesitaba.
Le dieron un par de miradas apenadas a Sam siguiendo al resto de lejos, Damian lo tomo de la mano y lo jalo para acomodar el brazo en sus hombros, Ethan cómodamente se apoyo en él suspirando complacido por la cercanía.
La mano de su novio le provoco un cosquilleo, el menor agarro su cintura por debajo su saco acariandola detenidamente sin siquiera dirigirle una mirada. Su mano iba y venía de su espalda baja, trazando líneas cada vez más largas en un camino cada vez lento y cuando su mano tocó el inicio de su pantalón, no podía pensar en otra cosa que no fuera en llegar rápido a casa y poder follar en paz.
Landry estaba en las mismas, la falda de cartón hacia un buen trabajo cubriendo su errecion, a diferencia del pantalón de vestir de su chico que no dejaba nada a la imaginación, sus labios se sintieron secos repentinamente cuando Damian jadeo en voz baja su nombre.
No era una advertencia para que parará, no.
Era una suplica para que no lo hiciera.
Su mano se sintió confiada invidiendo la parte trasera de su pantalón, acariciando por arriba del boxer el prometedor trasero de su novio que se agarro con fuerza de su hombro ante el manoseo.
El resto ya estaba varias cuadras más adelante, Sam no vendría en un rato y las calles estaban vacías por las fiestas.
—seguro ya están todos en casa—lo detuvo dándole media vuelta para quedar cara a cara, su mano aún persistía en el trasero de Damian ahora con la compañía de su otra mano que se escurría entre el elástico del boxer y su piel, el Grey nisiquiera sabía como aun se mantenía de pie con sus piernas y todo él temblando por su toque.
—Quinn suele hacerlo aún con todos en casa
El ceño de Ethan se frunció en disgusto, dándole un pequeño pellizco en el trasero haciéndole soltar un chillido y arrimarse más a él.
—no quiero que hablemos de Quinn cuando hablamos de sexo, es asqueroso
Su novio rodo los ojos divertido pasando sus brazos alrededor de su cuello.
—mi error ¿ahora podemos volver al tema central? ¡oh d-Ethan!
Él sonrio con falsa inocencia, sus manos amasando con necesidad su trasero.
—sigamos hablando—dejo pequeños besos en su cuello al ritmo que sus manos jugaban escuchando atento los gemidos de su amante—¿dices que debemos esperar hasta llegar a casa? ¿Contigo tan necesitado de mi?—succiono su piel sonriendo al sentirlo casi caer—me necesitas, bebé, me necesitas tanto
Las manos de Ethan se alejaron del trasero del Grey oyendolo quejarse bajamente por ello.
—¿no es lo que quieres, mi amor?—acuno una de sus mejillas en su mano, ampliando su sonrisa al verlo inclinarse a su toque—dime qué es lo que quieres y te lo daré—paso su pulgar por su labio inferior deteniéndose en el centro donde presiono levemente haciéndolo entrar sintiendo la calidez de la lengua al recibirlo, maldita sea, no solo Damian lo necesitaba—dímelo y te daré todo
—te quiero a ti, Ethan
Eso fue suficiente.
Lo tomo por las mejillas en un beso fogoso, ahora eran sus lenguas las que se recibían mutuamente en un gesto ruidoso.
El más alto gimió al separarse, dejándose hacer cuando sintió los labios apoderarse de su cuello.
—¿donde?—gimió.
Su mente estaba en blanco pero tampoco pensaba coger en medio de la calle.
—el parque de la esquina—mordisqueo su lóbulo—es eso o aguantarnos hasta que todo acabe
—no quiero eso—gimoteo Damian—te quiero ya, Ethan ¡ya!
Ethan no necesito que se lo dijeran dos veces, tomo la mano de su novio ansiosos llegando al lugar en menos de cinco minutos que fueron los más eternos de su vida, detrás de un enorme árbol, su lugar favorito para estudiar y aquel en el que Damian le había pedido ser su novio.
Tiraron el saco del Grey al pasto, expandiendolo lo más que fuera posible para recortarse en él. Ethan se sacó su disfraz con rapidez, sentía que el tiempo se le acababa.
El mayor estaba conmovido, tal vez era una linda coincidencia pero no dejaba de encantarle la idea de hacer el amor por primera vez bajo el árbol donde confesaron sus sentimientos.
—Ethan, hazlo—suplico una última vez, el nombrado no dudo en besarlo robandole el aliento mientras se posicionaba en medio de sus piernas comenzando a rozar sus errecciones.
Damian lo ayudo a quitarse la camisa jadeando al tocar cada fibra de su abdomen, Landry también lo ayudo a desabotonar su camisa dejándola puesta como habían dicho con anterioridad.
Un beso en su pecho hizo que Ethan deseara hacerlo suyo lo más rápido posible, Damian besaba con devoción y con la misma desesperación con la que él fingía penetraciones aún con el pantalón puesto.
Ya no aguantaba.
—maldición, te deseo, te deseo tanto—dejo un beso en su mandíbula—más de lo que deseo cualquier otra cosa
Damian lo miraba con ojos brillantes por sus palabras, por la pasión y por el amor con que las profesaba.
—también te deseo, mucho, siento que podría morir ahora y sería tan feliz
Ethan negó con la tensión envolviendolo, pero el toque de su amante contra su piel lo calmo con rapidez.
—entonces....hagamos el amor
Un beso tierno y devoto los unió en lo que sus manos se ocupaban de sacar las últimas capas de ropa que les impedían unirse en uno.
No lo habían hablado en ningún momento pero era obvio quien iría abajo y Damian estaba más que dispuesto a recibirlo.
Era ciertamente gracioso que Damian Grey siendo cinco centímetros más alto que Ethan Landry se dejara "doblegar" de esta manera, también porque las actitudes de ambos hacían creer lo contrario.
—¿estas listo?—beso el parpado maquillado—¿seguro que no quieres preparación?
—estaré bien—le sonrió alentandolo.
Se besaron con dulzura al par que Ethan se introducía en él, Damian trataba en concentrarse en el beso y en el toque de su novio sobre su cuerpo aún que aún así la incomodidad persistía, tuvo que tomarse un momento para recuperar el aire.
Su novio dejaba besos en su pecho tratando de no moverse demasiado en lo que se acostumbraba al intruso.
Ethan estaba atento a sus expresiones, buscando distraerlo en el placer del rose de sus cuerpos, sus manos fueron directamente a su verga dando caricias que subían de velocidad con los gemidos de Damian de fondo, Ethan sonrio orgulloso de su trabajo cuando el mismo Damian tan inmerso en el placer y con necesidad de más comenzó a mover sus caderas por si mismo autopenetrandose.
—¡más, más!
A cada ruego, Ethan sobrepasaba las expectativas de su amado novio entre gruñidos excitados, ambos sentian que tocaban el límite.
—mi amor, oh mi amor—Ethan se inclino al abrazo de Damian poniendo su frente sobre la suya, observando embalsamado los ojos cubiertos de lágrimas semi-cerrados—¿te sientes tan bien como yo? Te siento, siento como me aprietas, como me amas tanto como yo
—te amo tanto, Ethan—pudo formular entre gemidos.
Los ojos de Landry brillaron con complacencia.
—¿pase lo que pase? ¿Siempre seré el único en tu corazón? ¿siempre seras mío?—la pregunta salio de sus labios con más ansias de las deseadas, fijándose en los ojos del chico debajo suyo que luchaban por no cerrarse ante el inmenso placer.
—siempre seré tuyo y tu siempre seras mío ¿verdad?
—siempre, mi amor
En un beso cariñoso con las manos posesivas de Ethan empujando el trasero de Damian para llegar tan profundo como fuera posible, gimiendo y gruñendo el nombre del otro el par de enamorados llegaron al clímax.
—mío, todo mío
Landry dejaba pequeños besos en el cuello y clavícula de su pareja, con una mirada oscurecida que no fue vista por Damian.
Nadie podría tener a Damian Grey, era algo de lo que se iba a asegurar ahora más que nunca.
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