Adentrarse en un nuevo mundo completamente solo era la peor pesadilla de Damian, aun si se aferraba a la idea de que sólo iba a la universidad para estudiar y no a hacer amigos, nadie quería estar solo en clases y durante las veinticuatro horas del día al venir de otra ciudad.

Por eso cuando le hablo la chica con la que había compartido asientos un par de veces, fue un alivio.

Un alivio extraño considerando lo que dijo.

—¿eres gay?

— disculpa ¿qué?

La chica lo miraba con ojo juicioso, pero de alguna forma eso no era malo, no parecía realmente juzgarlo por algo tan banal como su sexualidad.

—si eres gay, digo, hemos compartido asiento como por tres semanas y nunca, jamás, me has siquiera mirado

No parecía ofendida, sino más bien curiosa por lo que le contesto con una tranquila diversión.

—si, soy gay—observo su reacción confundido al verla tan aliviada.

—menos mal, pensé que había perdido mi atractivo. Soy Quinn, por cierto—extendio su mano con una sonrisa ligera.

—Damian

Al tomar su mano tuvo un presentimiento, no era bueno interpretando este tipo de cosas así que el escalofrio que le recorrió cuando Quinn desvío su mirada a algun lugar perdido entre el alumnado paso desapercibido, aun que su mirada siguió la de ella por un momento pero su atención volvió a desviarse cuando solto su mano.

Al menos ya no se sentia solo y con Quinn impulsando ese lado social, llego hasta tener novio.

Sólo que había un pequeño problema.

Había un asesino suelto y la desconfianza se volvía su mejor amiga.

¿Desconfiar de personas cercanas es siquiera aceptable?

Pero ¿a qué se consideraba una persona cercana?

¿Chad era cercano?

¿Quinn era cercana?

¿Ethan era cercano?

¿O sólo eran personas que había conocido hace unos meses?

Su madre siempre le habia dicho que debía tener cuidado con los extraños ¿cuanto cuidado debia tener cuando su mejor amiga y su novio se vuelven extraños para él?