46
Aquí nos quedamos. El próximo capítulo es el nuevo. Lo subiré en una hora.
Jungkook.
No pensé bien las cosas, aunque claro, en esa situación nadie podía culparme de haber estado distraído o actuado por impulso.
De cualquier forma, había dado un paso muy grande, uno que no podía retroceder. Y menos con Yoongi en la puerta de entrada, esperándome para que lo acompañara a casa. Se lo había prometido después de lo que habíamos hecho en los vestuarios, pero de nuevo no lo pensé adecuadamente.
¿Qué estábamos haciendo? ¿Qué estaba haciendo yo expresamente? ¿Teníamos una relación? Y en caso de que así fuera, o estuviera en proceso. ¿Debía hacerla pública y dejar que todos los del grupo se enterasen?
Era arriesgado, pero quizá no fuera tan mala idea. Quizá era la mejor forma de proteger a Yoongi, dejando en claro que era mío. Nadie tocaría lo que es mío.
— ¡Jungkook!
— Yoongi, acompáñame un momento —lo agarré de la mano y arrastré hacia la parte de los muros del colegio, donde solían quedarse mis amigos cuando las clases terminaban. A lo lejos pude divisarlos, algunos fumando y riendo, como solíamos estar la mayoría del tiempo.
— ¿A dónde vamos? —preguntó inocentemente el castaño, apretándome con más fuerza la mano. Era obvio hacia donde nos dirigíamos, pero él no parecía estar muy cómodo con la situación. Le devolví el apretón de manos y sonreí en un intento de calmarle.
— Tranquilo, ahora verás—seguimos avanzando.
Mark nos divisó a unos metros. Supuse que dijo algo, pues todos se giraron hacia nosotros. Sentí a Yoongi esconderse disimuladamente tras mi espalda, pero todavía caminando pegado a mí. De alguna forma me gustó que dependiera de mí, que me utilizara como escudo en vez de verme como un monstruo.
— Estoy saliendo con Yoongi —todos abrieron la boca al mismo tiempo, quedándose pasmados con mis palabras. Yo tampoco le di importancia y seguí como si nada— Por cierto, se me ha acabado el tabaco —me incliné sobre Chanyeol y le quité el cigarro que tenía en la boca— Gracias, amigo.
— Espera, espera, espera —Yugyeom agitó las manos al tiempo que zarandeaba su cabeza con confusión. Yo me limité a encender mi cigarro y soltar la mano de Yoongi para rodearlo con mi brazo. Aún se le notaba muy nervioso— ¿Están saliendo?
— N-no lo sé —apresuró a responder el castaño, mirándome con agobio.
— Claro que lo estamos —solté el humo y seguidamente tosí, recordando que en ningún momento habíamos formalizado nada, en verdad— Bueno, no lo hemos dicho, pero se da por hecho —me miraron extrañados y yo resoplé con frustración, girándome inmediatamente hacia Yoongi— ¿Quieres salir conmigo?
— ¿Ah?
— Si quieres ser mi novio, Yoongi.
— ¿Yo? —asentí y el castaño instintivamente miró a todo su alrededor. Vale, quizá había sido muy poco correcto de mi parte habérselo preguntado en ese momento. Quizá no estaba pensando adecuadamente— S-sí, supongo que sí.
Miré de nuevo al grupo y sonreí satisfecho.
— Ahí lo tienen. Pareja, novios, como quieran llamarlo —fueron a hablar, pero no les di tiempo. Antes tenía que dejar claras varias cosas, aquellas por las que me había acercado en un principio— ¿Dónde están NamJoon y Wonho?
— Aquí detrás —NamJoon apareció por mi espalda, dando unos pequeños golpes en mi hombro, antes de percatarse de la presencia de Yoongi— Hola, pequeño —le sonrió, y para mi sorpresa, Yoongi no se tensó o me agarró con más fuerza, simplemente respondió al saludo con una pequeña reverencia, con total soltura— ¿Qué haces aquí, Jungkook?
— ¿Desde cuándo se llevan tan bien? —pregunté, sin esperar una respuesta. Todo estaba sucediendo demasiado rápido, y por desgracia, Wonho también había hecho acto de presencia, colocándose al lado de Yoongi y revolviéndole el pelo como yo solía hacerlo siempre— No importa —di una calada a mi cigarro y rápidamente coloqué a Yoongi al otro lado, quedando yo junto a Wonho— Han llegado tarde. Estaba diciendo que ahora Yoongi es mi novio.
— Oh, eso es genial —declaró Wonho con total tranquilidad, como si no le sorprendiese, o peor, como si no le importara— Dame cinco, Yoongi —colocó la palma frente al pálido, y cuando este fue a palmearla alegre, le agarré la mano y bajé de nuevo, manteniéndola entre la mía— Qué borde, Jungkook.
— Espera, espera, espera —NamJoon reaccionó igual que el menor del grupo segundos antes, mirándome atónito, solo que este por diferentes motivos— ¿Has conseguido salir con el rarito? —seguidamente se inclinó a Yoongi y le sonrió— No te ofendas, pequeño —y seguro que ofenderse era lo último que estaba haciendo, porque tenía casi todo su esfuerzo en soltarse de mi mano, probablemente para poder chocarla con Wonho. Hasta estaba ayudándose de su otra mano, con la misma insistencia que pondría un niño. Podría hasta jurar que lo estaba disfrutando de igual forma— ¿Has conseguido salir con Yoongi y yo aún no convenzo a Jin para que me conceda una segunda cita?
— Manejaste como un desquiciado. Casi lo matas cuando salieron —indicó Bambam por el fondo. NamJoon rodó los ojos y agitó la mano, quitándole importancia a ese detalle que probablemente impediría que Jin quedara con él en un interminable futuro.
— Al final nadie salió muerto, que es lo que importante.
— NamJoon, no me importa —solté la mano de Yoongi para colocarla en el hombro del rubio, haciendo que el castaño casi se caiga por la fuerza que estaba poniendo para liberarse, así que tuve que sujetarlo otra vez, pero ahora por la cintura— Solo vine a decirles que más les vale cuidarlo —seguidamente me giré a Wonho y afilé mi mirada— Pero a distancia. No lo toquen.
— No es mi tipo, tranquilo —puntualizó Bambam. Precisamente él era uno de los que menos miedo me daban.
— ¿Dices que tu tipo no son los raros pero te gusta el nerd de mi clase?
— Jackson no es un nerd, idiota —respondió a Mark. Últimamente siempre estaban enzarzándose en discusiones por ese tal rubio que iba a clase de Mark— Y no me gusta, ya te lo he dicho. Solo está muy bueno.
— Entonces no te importará que me acueste con él.
— Por encima de mi cadáver.
Esta vez no me quedé para presenciar la pelea, pues teníamos prisa porque Yoongi no podía llegar muy tarde a su casa. Además, prefería alejarlo de Wonho cuanto antes.
Ahora estaban riéndose, mientras este último le hacía cosquillas por la espalda sin que yo me diera cuenta. Miré a mi amigo a los ojos, solté un bufido de cansancio y se detuvo de inmediato. No estaba para aguantar sus tonterías.
Tras despedirme de todos, esperar a que Yoongi finalmente chocara las manos con Wonho, susurrarle a este último que no me tocara más las narices, robarle un cigarro a NamJoon, y volverme a despedir de todos por segunda vez, eché a andar calle abajo.
Yoongi me agarró otra vez la mano en algún momento del camino, cuando la cuesta comenzó a subir en vez de bajar. Yo le miré sonriente, disfrutando de tan simple y bonita imagen, y me mantuve callado, dejándole hacer.
— Jungkook —dijo— ¿Somos novios? —preguntó de improviso, comenzando a balancear nuestras manos infantilmente.
— Antes me has dicho que sí.
— Ajá.
— ¿No quieres? —le miré preocupado. Quizá realmente me había adelantado. Quizá no debería haberle puesto en esa situación, porque la respuesta que había soltado era completamente forzada. Quizás no quería salir conmigo— No voy a enfadarme si no quieres, no te preocupes.
— ¡Sí, sí quiero! —me miró preocupado y comenzó a asentir fervemente.
— ¿Entonces? —pregunté disimulando mi enorme alivio al escucharle. Inconscientemente agarré más fuerte su mano, como corroborando que realmente estaba ahí, que no era todo una broma, que era real.
— Nunca he tenido un novio.
— ¿Y?
— Y no sé qué hacen los novios —comenzó a explicar. Reprimí una risa y seguí escuchándole, fingiendo la mayor seriedad del mundo. Sus preocupaciones tan solo conseguían hacer que quisiera apretarle los mofletes y besarle ahí mismo— Puede que lo haga mal y no sea un buen novio... —murmuró mientras formaba un tierno puchero.
— ¿Solo es eso? —asintió con inseguridad, y yo sonreí dulcemente mientras le acariciaba la cabeza. Esto último lo había hecho como unas veinte veces desde que había visto como Wonho ponía sus manos en ella— No te preocupes, no es complicado.
— ¿Ah, no?
— Claro que no, es sencillo.
— ¿Me das consejos? —lo miré extrañado y él asintió expectante— Para que sea un buen novio.
— Está bien —respondí con malicia, adelantando lo mucho que disfrutaría con esto— En primer lugar, siempre que vaya a tu casa tienes que recibirme en ropa interior, como la que tenías puesta en los vestuarios.
— Pero esa ropa es rara.
— Es perfecta —en ese momento atisbamos a ver un bordillo, y antes de que Yoongi me lo dijera, me acerqué con él, sin soltar su mano, para que pudiera subirse y seguir andando sobre él, haciendo equilibrio— También podrías decirme Hyung.
— ¿Los buenos novios llaman Hyung a sus parejas? —asentí emocionado por estar tan cerca de lograr mi objetivo— ¿Entonces Moonbyul te llamaba Hyung?
— ¿Qué? ¡No, claro que no!
— ¿Tú se lo decías a ella?
— ¡Tampoco! —respondí de inmediato, intentando buscarle la lógica a esa situación. No, definitivamente no tenía lógica alguna.
— Entonces eras un mal novio, Jungkook.
— No, yo no era un mal... —me interrumpí de inmediato al pensar lo poco entregado que estaba en esa relación. Quizá Yoongi acababa de acertar de lleno, aunque sus razones no fueran las correctas— Bueno, sí fui un mal novio, pero ahora no lo soy. De hecho, ahora no soy su novio, soy el tuyo, así que mejor olvidémoslo.
— Como quieras —dio un saltito y bajó del bordillo, volviendo a balancear nuestras manos y siguiendo el camino— Jimin solo llama Hyung a Taehyung a veces.
— ¿A veces?
— De hecho, solo lo he escuchado una vez. Estaban chillando, creo que haciendo sexo.
— ¡Oh, mira, eso es otra cosa de buenos novios! —Yoongi me miró con curiosidad y yo sonreí— Mejor llámame Hyung cuando tengamos sexo.
— ¿Y cuándo va a ser eso? —preguntó sin aviso. Me quedé callado, incapaz de responderle. Parecía que me acababa de pedir unos horarios, unos que si yo tuviera que crear, los haría de tiempo completo, todos los días del año— Por cierto, no he hecho nunca el sexo. También necesito consejos.
— Mejor vamos a cambiar de tema.
Una alegre canción, proveniente del bolsillo de la mochila de Yoongi, me interrumpió. Ambos nos detuvimos para que él pudiera sacar el móvil de la cartera, y antes de responder, me enseñó la pantalla. De todas formas, tampoco entendí nada, porque apenas fue un segundo.
— ¡Noona! —por ese apodo, supuse que era su hermana quien estaba al otro lado del teléfono— Ya estamos llegando, tranquila... ¿Qué? Ah, claro. Pues Jungkook hyung y yo —me miró orgulloso por haber utilizado uno de mis consejos. Yo me arrepentí al instante, pues pude sentir un escalofrío recorrer mi entrepierna— Claro que lo conoces, es Jungkook hyung, el antiguo novio de Moonbyul. Me acompaña a casa —tragué saliva, imaginándome la cara que debía estar poniendo su hermana en estos momentos, imaginando como quedaría la mía si me topaba con ella— Estaba dándome consejos sobre sexo, solo eso.
— ¡Yoongi! —obviamente no llegué a tiempo, pues aquella frase seguramente había llegado de sobra los oídos de su hermana. Y efectivamente, cuando Yoongi me ofreció el teléfono, mis mayores miedos se vieron hechos realidad.
— Dice que quiere hablar contigo.
— ¿Yo por qué?
— No lo sé —se encogió de hombros.
Agarré el móvil.
Sonreí fingiendo tranquilidad, dando a entender que todo estaba bien y que nadie iba a amenazarme de muerte en los próximos minutos a través de un teléfono. Yoongi me devolvió la sonrisa con despreocupación, creyéndoselo totalmente. A veces me daba miedo lo ingenuo que podía llegar a ser ese chico.
— ¿Hola?
— ¡Tú, maldito degenerado!
— Hola, Yongsun —miré de nuevo a Yoongi, levantándole el pulgar. Él asintió alegremente— Tu hermano se ha equivocado, no estábamos hablando de nada de sexo.
— ¡Atrévete a tocarle un pelo y estás muerto! ¡Te lo advierto!
— Yo también me alegro de volver a hablar contigo —fingí estar manteniendo una conversación normal para no asustar a Yoongi— Tengo noticias nuevas que contarte.
— ¿Me estás escuchando, desgraciado?
— Ahora llego a tu casa, así que apreciaría que si sales a recibirme, lo hagas con las manos vacías —me incliné hacia Yoongi y forcé unas risas— Es una broma entre tu hermana y yo —expliqué, nervioso. Él asintió y siguió caminando mientras me miraba.
— ¡Te digo que lo dejes!
— ¿Las clases? Las clases genial, claro, todo muy bien —en ese momento apareció otro bordillo. Yoongi lo señaló mientras daba saltitos, pero aprovechándolo, le indiqué que subiera y se adelantara. Él asintió y echó a correr, dejándome a solas con su móvil, o mejor dicho, con su hermana— ¿Qué quieres? —mi voz se tornó mucho más brusca.
— ¿Se puede saber qué mierda era todo eso de antes? —parecía muy enfadada.
— Yoongi estaba escuchando y no quiero preocuparlo por nuestras peleas. Ahora no está, tranquila.
— ¡Me da exactamente igual si está o no! ¡Tú eres el problema!
— Yongsun, verás, ahora nosotros somos...
— ¡No quiero oírte, lo único que quiero es que lo dejes!
— Yoongi y yo somos novios.
La línea se quedó en silencio varios segundos, en los cuales me planteé colgar. Ya podía imaginar miles de motivos por los que no hablaba, como que estaba dirigiéndose a su moto para atropellarme ocho veces, o algo por el estilo.
— ¿Sigues ahí? —nadie respondió. A lo lejos, Yoongi se tambaleaba hasta terminar cayendo al suelo y subiendo otra vez. Sonreí, distrayéndome un poco de la llamada, hasta que escuché una voz al otro lado— ¿Hola?
— Dime que es una broma.
— ¿Para qué mierda iba a bromear contigo? No me caes bien.
— Jungkook, te voy a matar —tragué saliva, intentando no tomarme en serio sus palabras— ¿Es esto algún tipo de venganza porque yo ahora estoy con Moonbyul? ¿Es eso?
— ¿Qué? —fruncí el ceño, atónito por lo que estaba escuchando— ¡Claro que no, me da igual lo que hagan!
— No lo hice para molestarte, realmente me gusta. Así que deja este juego de niño pequeño y no le hagas nada a Yoongi.
— Yongsun, hablo en serio. Estoy con tu hermano porque me gusta.
— No te creo.
— Pues me da exactamente igual lo que creas. No necesito tu aprobación.
— Te voy a partir la cara cuando te vea, que lo sepas.
— No pienses que no me voy a defender.
— Sabes de sobra que tampoco te va a servir de mucho —era consciente de la fuerza que tenía esa chica, y haciendo cuentas, quizá estaba en lo cierto— Mejor déjalo y terminamos esto en paz.
— No. Me gusta y punto. Vive con ello.
— ¡Jungkook!
— Adiós, Yongsun.
— ¡Jungkook, no te atrevas a colgarme!
Le colgué.
Me acerqué a Yoongi, agarrándolo por la cintura desde atrás y guardando de nuevo el móvil en el bolsillo de su mochila, después de ponerlo en silencio. Seguramente su hermana volvería a llamar, y al menos por ahora, no quería más altercados.
— ¡Kook! —sonrió y saltó del bordillo a mis brazos, obligándome a que le cogiera para que no cayera al suelo. De todas formas, apenas pesaba, así que no me supuso a penas esfuerzo— ¿Qué has hablado con mi hermana?
— Nada importante.
— Mis padres no están, por eso me había llamado. Comeré solo con ella —por la sonrisa que ponía, supe lo que iba a decir a continuación— Puedes acompañarnos si quieres. Hay comida de sobra.
— Mejor no —puso un puchero, y yo maldije a Yongsun en mil formas distintas por acortar mi tiempo al lado del castaño— Otro día iré, te lo prometo —esta vez su rostro se iluminó un poco más, invitándome a plantar un pequeño beso en sus labios. Cuando me separé, aún seguía con ellos entreabiertos y los ojos cerrados— ¿Yoongi?
— ¿Ah? —entreabrió un ojo y me miró desconcertado— ¿Ya no hay más?
— ¿Quieres más? —asintió con fervor— Podemos quedarnos un rato aquí y te doy todos los que quieras.
— Mi casa está girando la esquina. También podemos ir a ella si quieres.
— Creo que será mejor quedarnos aquí —agarré su mano, abriéndonos paso por unos arbustos. Cuando se volvieron a cerrar, tiré mi mochila al suelo y extendí mi chaqueta del uniforme sobre la hierba— Ven, túmbate.
— Como la otra vez —respondió alegre. Yo no terminé de entenderlo, hasta que recordé aquel día en el parque, dentro de la pequeña estructura de metal. Inspiré hondo y negué. Ahora estábamos a la vista de todos, así que por desgracia, tendría que controlarme.
— Creo que no podemos hacer lo de la otra vez, Yoongi.
— ¿No? —preguntó con desilusión, a lo que volví a negar— ¿Pero puedo darte besos?
— Eso sí —sonrió y se sentó encima de mío, dejando su mochila a un lado. Antes de que me besara, me incliné ligeramente hacia atrás, impidiéndoselo. Él me miro desconcertado y yo sonreí con malicia— ¿Recuerdas lo que te había dicho sobre ser un buen novio?
— ¿Ah? —me miró sin comprender. Levanté la ceja y él ladeó la cabeza, hasta que al cabo de unos segundos, abrió la boca, comprendiendo— Seré el mejor novio que hayas tenido, Hyung.
Aumenté mi sonrisa.
Ahí sí que me acerqué a besarlo, atrapando sus labios con tantas ganas que me costaba soltarlos durante el más mínimo instante. Mientras tanto, pensaba en sus palabras, en lo acertadas que habían sido. Sin que él lo supiera.
Sin que él supiera que ya era lo mejor que tenía y tendría nunca.
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