Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

41

Yoongi.

— No creo que eso sea correcto —Jimin volvió a reír y revolvió sutilmente mi pelo, desordenándome el flequillo. Mientras él seguía hablándome, yo intenté volverlo a colocar de forma correcta sin usar las manos, la cuales seguían alrededor de su cuello— De hecho, fui yo quien empezó a pegarle. Saldría peor parado que él si profundizamos en el tema.

— ¿Le pegaste tú? —pregunté con desconcierto. Habría jurado que todo había sido idea de Taehyung y sus amigos, que por eso Jungkook no me había dejado meterme, que todo lo hicieron para propinar una paliza a Jimin, igual que tiempo atrás conmigo.

— No pude controlarme. Quizá hice mal.

— ¿Por qué le pegaste?

— Porque no dejaba de gritarme.

— ¿Por qué te gritaba?

— Porque se cree con derecho a decidir sobre mi vida, de echarme en cara sus malditos celos sin base. Porque es idiota y me ha escogido como su punto para amargarme cada día —le miré enarcando una ceja, requiriendo una explicación más concreta. Él suspiró y apartó la vista— Porque me encontró con Wonho en los baños.

— ¿Con Wonho? —asintió sin mirarme, mordiendo nerviosamente su labios inferior— ¿Ese Wonho? —volvió a asentir con menos firmeza, y aun apartando la mirada— ¿Cómo los encontró? ¿Hablando? —esta vez negó, y con ello, hizo aparecer un ligero nerviosismo en mi estómago— ¿Haciendo pis? —volvió a negar— ¿Caca?

— Nos encontró besándonos —declaró con voz ahogada. Me quedé mirándolo varios segundos a la espera de que me devolviera la mirada, de que me dijera que todo era una broma, pero no lo hizo— Entró justamente en el peor momento.

— ¿Te besaste con Wonho? —volvió a asentir en silencio. Sin pensarlo dos veces, me incorporé, sentándome a su lado y ahora mirándolo desde arriba. Él me soltó lentamente, mirándome por primera vez desde la confesión— ¿Sabes que es malo? Lo sabes, ¿no?

— Lo sé. Y en realidad no me besé, me besó él. Y luego entró Taehyung y nos vio. Fue todo muy rápido, tanto que apenas pude reaccionar —me miraba agobiado, como intentando excusarse. Y en mi opinión no lo necesitaba, seguía siendo mi amigo. Él estaba en su total derecho de besarse con quien quisiera— Pero a pesar de todo, no puedo negar que me gustó.

— ¿El beso? —asintió, ahora mucho más decaído. Se tumbó de nuevo, dándome la espalda y encogiendo las piernas en posición fetal. Suspiré al verle en ese estado y esta vez fui yo quien comenzó a jugar dulcemente con su pelo, enredándolo con cuidado entre mis dedos, abriéndome paso tranquilamente entre los oscuros mechones— ¿Te gusta Wonho?

— No lo sé, creo que no.

— ¿Crees?

— Besa bien, pero creo que no sentí más que eso. Es muy guapo y sonríe de una forma que me hace olvidar la escoria de persona que almacena en su interior. Pero jamás tendría algo con él, sobre todo después de lo que te hizo.

— ¿Por qué no le apartaste cuando te besó?

— No lo sé, fue muy rápido. No me lo esperaba.

— Puedo pegarle si quieres —él rió, pero yo había hablado con total convencimiento. Por algún motivo, el que perjudicara a mis amigos, me dolía más que el que me hiciera daño a mí mismo. Me sentía más capaz de proteger a Jimin que a mí— ¡Oye, hablo en serio!

— No hace falta, bobo —se dio la vuelta, quedando nuevamente frente a mí, y sonrió al tiempo que apartó un mechón de pelo de mi frente— Gracias por venir a verme.

— No es nada —respondí contento, contento por el cambio de situación— Por cierto, Jimin —me tumbé de nuevo a su lado, permitiendo que me abrazara, y escondí de nuevo en él— ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Mientras no sea sobre conejos en la luna o extraterrestres, las que quieras.

— ¡Hay conejos en la luna, ya te lo he dicho!

— Vale, vale, te creo —respondió riendo en voz baja. Fruncí el ceño y le di la espalda, molestándome porque no tomara en serio mis elaboradas teorías. Al instante sentí como me abrazaban por la espalda, e inconscientemente sonreí— Pregúntame.

— ¿Antes te gustaba Wonho?

— Sí. Ya te lo conté.

— ¿Y ahora no?

— Supongo que no —respondió desconcertado. Volví a girarme, encontrándome cara a cara, a centímetros de la mía. Ahora que veía sus heridas de cerca, no parecía tan atemorizante. Más bien se asemejaba a un perrito herido— ¿A qué viene eso?

— Quiero que me digas como conseguiste olvidarle.

— ¿Qué?

— Es muy urgente —hice un puchero y me agarré con fuerza a su brazo, agachando la mirada e intentando no pensar ni siquiera en su nombre, el aquel que luchaba por aparecer en mi cabeza a cada instante— Muy urgente.

— ¿Quieres olvidar a Jungkook? —asentí levemente, aún con la cabeza gacha, escondida en su pecho. Mientras movía la cabeza de arriba abajo, rocé su fina camiseta negra de estar por casa con mi nariz, disfrutando del suave tacto, así que inconscientemente volví a repetir el gesto como tres veces más— ¿Te ha hecho daño?

— No lo sé, si me ha hecho daño, ya lo he olvidado.

— ¿Y por qué quieres olvidarle entonces?

— Porque tengo miedo. Tengo miedo de haberme equivocado y que no sea tan bueno como pensaba.

Sentí como besó mi frente y me acercó aún más a él, estrechándome con más fuerza. En algún momento, sin previo aviso, mis ojos volvieron a acuarse. Jimin ya no chillaba, pero por increíble que pareciera, aún escuchaba gritos en mi cabeza. Escuchaba golpes y solo tenía ganas de llorar y que me abrazaran con fuerza.

— ¿Y bien?

— ¿Te digo la verdad? —asentí al tiempo que sorbía sonoramente, limpiándome la cara con su almohada. Jimin suspiró y sonrió con tristeza— No existe ninguna forma, solo sucede y ya.

Y entonces me arrepentí de haberlo preguntado. Los gritos aumentaron, mi labio comenzó a temblar y me asusté muchísimo al desear en secreto que fueran otros brazos los que me estuvieran estrechando en ese momento, al desear a una persona con tanta fuerza, que algo me decía que jamás podría olvidar ese sentimiento.

''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''

Jungkook.

Las dos semanas que Taehyung pasó expulsado, no le vimos ni un pelo por el colegio. Ni siquiera se presentó a sus exámenes. Varias veces le llamé, de hecho le llamamos todos los del grupo, pero nos respondían sus padres y empleados de la casa con excusas tipo: "Se encuentra mal" o "No tiene permitido salir"

Puras mentiras.

Al quinto día yo ya me planteaba colarme por su ventana y pedirle explicaciones, o sino explicaciones, al menos algunas palabras, algo que me alentara de que no estaba muerto. Y cuando una asistenta nos volvió a responder con las mismas excusas de siempre, yo ya me preparé para saltar el gran muro de la parcela de la casa.

— Ya se le pasará —hablaba Wonho, el único que me había acompañado ese día. Los demás estaban ocupados, y al parecer, él no tenía nada mejor que hacer. Nunca tenía nada mejor que hacer, simplemente optaba por la opción que menos le disgustaba, como en este caso— Vámonos, tengo ganas de unas cervezas.

— ¿Lo has llamado al móvil? —pregunté bajando nuevamente el pie a suelo firme. Quizás tenía razón y lo mejor era esperar a que volviera a clase, a que tomara iniciativa por cuenta propia— Quizá nos hemos pasado.

— ¿Nos? —sacó dos cigarros y me tendió uno, ofreciéndome seguidamente fuego. No volvió a hablar hasta después de tomar su primera calada— No hables como si ustedes hubieran hecho algo. El único que le dio motivos para estar así, fui yo.

— Follaste con Jimin otra vez, ¿verdad? —me atreví a preguntar. No había tenido valor para hacerlo hasta ahora, hasta que veía con la normalidad que tocaba el tema. Wonho era completamente impredecible.

— Solo lo besé cuando iba a entrar Taehyung. Si llega a tardar un poco más, hasta podría haber presenciado como se la metía a Park.

— Todavía no entiendo qué ves en ese chico, o qué le ven todos en general.

— ¿Yo? —me miró desconcertado y luego rió, soltando humo entre carcajadas— Yo no le veo nada, ni siquiera me gustan sus gemidos. Preferiría tirarme a Kyungsoo dormido antes que a él.

— ¿Y por qué lo haces entonces?

— Porque es divertido tener aquello que otros desean.

Por algún motivo, no me sorprendió escuchar eso saliendo de sus labios. Diversión, entretenimiento, eso era lo que básicamente guiaba los movimientos de Wonho. A veces hasta me había planteado la duda de sí mi amigo realmente tenía emociones humanas, sí tenía conciencia. Nunca había terminado escogiendo una respuesta clara.

— Taehyung la está pasando mal —informé en voz baja, intentando que mis palabras no sonasen tan preocupadas a como las sentía yo en mi interior. Pero no obtuve respuesta, y cuando levanté la vista en busca de alguna reacción de mi amigo, le vi a unos cuantos metros, subiéndose a un cubo de basura y trepando por una tubería— ¿Wonho? ¿Qué mierda haces?

— ¿Ah? —me indicó por señas que no podía oírme y seguidamente volvió a su objetivo, llegar a la ventana del edificio. Con mucho equilibrio y estómago, saltó hasta el poyete de esta y seguidamente la abrió, colándose en su interior— ¡Jungkook! — se asomó ligeramente por ella y me lanzó una bolsa de patatas y otra de bollos de leche. No podía creer que realmente se hubiera colado en una casa para robar comida— ¿Quieres algo en especial o solo cerveza?

— ¡Sal de ahí, que te van a encontrar, idiota!

— Tomaré eso como solo cerveza — me levantó el pulgar y volvió a adentrarse en la casa. Yo mientras tanto comencé a agacharme para recocer las bolsas que habían caído al suelo en vez de a mis brazos. Por suerte no se habían roto— ¡Jungkook! —volví a levantar la cabeza, topándome con la misma imagen de minutos antes, pero ahora cargando un pack de cervezas en sus manos.

— ¡Ah! —ese grito no provenía de ninguno de nosotros dos— ¡Mamá, hay un ladrón en la casa!

— ¡Mierda, corre! —gritó Wonho antes de coger las cervezas con los dientes, agarrando la tira de plástico de estas, y con un salto y mucha suerte, terminó de nuevo en la tubería hasta deslizarse al suelo— ¡Corre, corre! —volvió a gritarme, y esta vez sí que le hice caso, acomodando mis largas zancadas a las suyas.

Una de las cosas que nunca fallaban cada vez que estábamos con Wonho, era que de alguna forma u otra, terminábamos corriendo, o más bien, huyendo de algo. Y por raro que sonara, no me disgustaba, de hecho disfrutaba esos momentos de adrenalina. Era gratificante, librante y sobretodo, muy divertido.

Por ello perdimos el norte, y cuando nos detuvimos junto a un edificio en obras, apenas nos quedaba aliento para formular palabra, y aun así, cuando lo tuvimos, eso no fue lo primero que hicimos. Tan solo nos miramos, y al igual que muchas otras veces, nos tiramos al suelo y echamos a reír.

— Estás loco, realmente lo estás —declaré con la mano en el pecho, haciendo a un lado las bolsas que había cargado todo el camino. Seguro que las patatas estaban todas rotas en pedazos— Han estado a punto de pillarte.

— Pero no lo han hecho —sonrió y agarró la bolsa de bollos, abriéndola con un solo gesto y metiéndose uno de lleno en la boca. Seguidamente hizo lo mismo con una de las latas, abriéndola con facilidad y dándole un largo trago sin haber terminado de tragar el bollo— Por cierto —se interrumpió cerrando la boca, tragando, y tirándose un eructo digno de premio, antes de volver a hablar— ¿Qué me estabas diciendo antes de todo esto?

— ¿Antes? —asintió y yo agarré una cerveza, abriéndola con un agradable chasquido. La alejé todo lo que mis brazos me permitían para no mancharme con la espuma, y luego le di un trago— ¿Te refieres a lo de Taehyung? —asintió y volvió a darle otro trago, acompañado de lo que le quedaba de bollo, y agarró inmediatamente otro— Tan solo te decía que parece realmente afectado.

— No me extraña, está loquito por el niño ese.

— ¿No te importa? —pregunté ligeramente molesto, aunque también con una pizca de curiosidad. Tal y como había dicho antes, Wonho era totalmente impredecible, nunca dando pistas de lo que podía pasar por su cabeza— Quiero decir, es tu amigo.

— No entiendo por qué debería importarme, solo me he besado con él. Lo máximo que habría podido llegar a tener con Jimin, sería sexo, y tampoco estoy tan convencido. Es gracioso ver como se muere de celos sin motivos de verdad.

— ¿Eh?

— Que no le gusto a Jimin, idiota. De hecho cuando fui a besarle intentó apartarme, pero el chico es fácil de manejar. Aun no entiendo como Taehyung no ha conseguido tirárselo a estas alturas.

— ¿Y por qué no se lo dices a Taehyung?

— ¿Por qué debería hacerlo? —preguntó con total seriedad al tiempo que volvía a darle un mordisco a su bollo. Era impresionante la falta de empatía que mostraba en algunas ocasiones, por no decir todas.

— Porque lo está pasando mal pensando que le gustas al emo.

— Ah, claro —siguió masticando y se movió, sentándose a mi lado y seguidamente tumbándose sobre mis muslos. Cuando estuvo satisfecho con su nueva almohada, se incorporó ligeramente para darle un trago a su lata de cerveza, y luego volvió a apoyarse— Mejor no, es divertido verlos agarrarse a golpes.

— Pero Taehyung lo está pasando mal.

— Lo superará, no es para tanto.

— Y Jimin tampoco está divirtiéndose con esto.

— ¿Acaso me tiene que importar ese niño? —fui a responder, pero antes de hacerlo, razoné y terminé encogiéndome de hombros. Era Wonho, era una persona que con suerte se preocupaba de sus amigos, como para hacerlo de personas con las que ni siquiera se juntaba— Además, no tardarán en arreglarlo. Son demasiado cursis y alguno irá a declararse al otro —se sacó otros dos cigarros y volvió a tenderme uno a mí, el cual rechacé. Ahora que acababa de abrir la bolsa de patatas, no tenía ganas de fumar— Estoy seguro que antes de que acabe el mes, Taehyung se lo ha tirado.

Aproveché que estaba con los ojos cerrados para observarle, para presenciar la tranquilidad con la que vivía un tema que suponía el mayor agobio del mundo para otras personas. Tenía una impasividad tan grande hacia los demás, que quizás por eso me asustaba tanto, porque a veces ni siquiera me parecía humano.

— Wonho.

— ¿Mmh? —me respondió, aunque sin abrir los ojos. Dio un mordisco al bollo y seguidamente una calada a su cigarro.

— En la fiesta, en la casa de Taehyung, cuando vinieron Jimin y Yoongi...

— Ah, sí —volvió a fumar lentamente, aumentando la tensión en mi interior que se formaba al hablar de este tema. Casi no me creía lo que iba a decir— ¿Qué pasa con ese día?

— Cuando invitaste a Yoongi a jugar a la botella —tragué saliva y aparté la vista, aunque no me estuviera viendo— ¿Lo hiciste por algún motivo en especial?

— ¿Eh? —entonces ahí le miré, y él entreabrió un ojo, mirándome con extrañeza, como si mi pregunta fuera tan obvia que rozaba la idiotez— Claro que sí. Lo hice para molestarte —no reaccioné, y al ver que yo no lo hacía, siguió hablando— Porque te gusta Yoongi. Fue divertido ver cómo te lo llevabas para ti solo.

— Wonho.

— ¿Sí?

— No vuelvas a hacerlo —abrió los dos ojos y me sonrió. Mostró esa sonrisa que a mí se me había borrado del rostro para dar paso a una total seriedad— No vuelvas a jugar con él, nunca.

— ¿Jugar a la botella? —fruncí el ceño y él rió, golpeándome amistosamente el abdomen y dándole seguidamente una calada a su cigarro. Cuando volvió a sonreír, tenía los ojos nuevamente cerrado, y el humo se le escapaba entre los dientes— Es divertido verlos defendiendo algo que les importa.

— ¿Tienes envidia? —lo solté sin pensar, arrepintiéndome al instante.

Pero no sucedió nada de lo esperado. Wonho no se enfadó, tan solo se encogió de hombros y me mandó a callar, alegando que tenía sueño. Ni siquiera llegó a terminarse el cigarro.

Y es que quizá, sí que tenía envidia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro