Baji no se sentía el ser más afortunado del mundo, pero tampoco se quejaría, los bocadillos eran demasiado buenos como para cometer el delito de irse sin probarlos primero.

Un golpe en su cabeza hizo que una exclamación fuera soltada de sus labios, para así surgir un leve gruñido desde el fondo de su garganta, demostrando lo disgustado que estaba por la acción de su supuesto mejor amigo.

—¡¿Draken, por qué me golpeaste imbécil!?

—Esos son para Takemichi, no para ti. —contestó Draken sin dejar de fruncir el ceño.—De todos modos, si no te hubiera golpeado en la cabeza, una patada en el culo te recibiría en su lugar.

—Maldición, como sea. ¿Por qué estás aquí?

—Eso también quisiera saberlo.

Ambos chicos luego de su intercambio de palabras desviaron su mirada hacia el otro extremo de la habitación, siendo más precisos, su atención cayó en dos individuos que no dejaban tranquilo al protagonista del lugar. Aunque, parecía no molestarle que tanto Mikey como Chifuyu lo jalonearan de un lado a otro sin dejar de maldecirse entre sí.

Draken recién se percató que el rubio teñido estaba somnoliento, y eso explicaba por qué entrecerraba los ojos de forma tan lenta y sin importancia. ¿Era buena idea intervenir o se mantiene al margen un rato más?

—¡Takemitchy, dile al tonto de Chifuyu que vendrás conmigo a jugar!

—Joder Mikey, entiende que Takemichi no puede salir de su casa.

—¿Acaso eres su mamá? Él puede salir a dónde y cuantas veces quiera ¡Takemitchy prometió ir conmigo a la feria de esta noche! —exclamó Mikey para después jalar nuevamente el brazo de Takemichi hacia él, sin intenciones de soltarlo.

—Lo siento, creo que no entendiste el mensaje, así que te lo diré de la forma más fácil para tu debida comprensión.—Chifuyu, luchando por mantenerse sereno, jalo de vuelta a Takemichi hacia sí mismo.—Takemichi no puede salir de casa esta noche, ¡Vamos a pasar tiempo de calidad aquí, dónde estará más cómodo!

—¿Contigo? No puedes estar hablando en serio, Takemitchy obviamente la pasará mejor conmigo que contigo.

—No me subestimes comandante, conozco por más tiempo a Takemichi, y sé que es lo mejor para él.

El rostro de Mikey se oscureció.

Por otro lado, aun con el semblante asesino del rubio ceniza flotando en el aire, Chifuyu no retrocedió y permaneció firme en su lugar con claras intenciones de ir en contra de su líder de pandilla con tal de cuidar a Takemichi.

En ese preciso momento, Draken supo que tenía que hacer algo para detener a esos dos antes de que se escape de su control.

—Ya veo, ¿Y mi opinión dónde queda chicos?

Un silencio por parte de los dos bandos se hace presente, y Takemichi suspiró notablemente cansado.

—Creo que los estoy consintiendo demasiado... Pero necesito que los dos me suelten, ¿Por favor? —Takemichi murmuró lo último dudoso, y al no recibir respuesta decidió soltarse por sí mismo.—Muy bien, los quiero a los dos en el sofá, ahora.

Takemichi levantó su dedo índice hacia un costado de él, obviamente con la intención de señalar el sofá. La falta de respuesta puso nervioso a Takemichi, y luego de percatarse de su supuesto error, se aclaró la garganta fuertemente.

—Chifuyu. —sin decir más, Chifuyu obedientemente tomo el brazo de Takemichi y lo movió hacia otra dirección, en dónde realmente estaba el sofá.—Sí, los quiero ahí en el sofá, ahora.

Draken no podía describir lo que sus ojos veían e inevitablemente quedó sin habla al ver como los dos chicos obedecían sin chistar, especialmente alguien tan caprichoso y terco como Mikey.

—Es jodidamente increíble, ¿No es así, Draken?—Baji trató de no reírse demasiado fuerte, no quería el foco de esos tres en él todavía.—Mikey siendo regañado por alguien que no es Emma.

—¿Desde cuándo...?

—No lo sé, y tampoco quiero saberlo.

—Y ustedes también.—habló Takemichi abruptamente hacia Draken y Baji para así nuevamente dirigirse al par inicial de forma indignada.—Ni siquiera me han presentado al invitado nuevo que han traído, de verdad que esto es demasiado chicos.

—No te preocupes por eso Takemichi, estoy acostumbrado a sus idioteces.—respondió Draken en su lugar, sentándose en el suelo cerca del sofá, supuso que Takemichi no era consciente de lo pequeño que era el mueble para los cuatro.—Soy Ken Ryuguji, pero puedes llamarme Draken.

Takemichi jugueteo por un rato con sus manos, signo palpable de su nerviosismo, de cierta forma le emocionaba conocer a más personas y en estos momentos le era agradable su compañía.

Camino unos pasos hacia dónde escuchó la voz de su nuevo amigo por última vez, ¿Lo consideraba su amigo? Él esperaba caerle bien a Draken. Por su voz podía percibir a alguien fuerte y rudo, pero con un corazón humilde y respetuoso, lo último le agrado bastante, por lo tanto, era innecesario ser cauteloso a su alrededor por ahora.

—Un gusto, soy Takemichi, pero me doy cuenta de que ya lo sabías.—una risa pequeña brota de sus labios e inevitablemente se frota la nuca con su mano derecha.—Espero nos llevemos bien.

El rubio teñido logró llegar junto a los demás y con la ayuda de Chifuyu, siendo ignorante del cómo Mikey seguía fulminando a Chifuyu con la mirada desde su lugar, pudo sentarse en el extremo del mueble.

Draken murmura un agradecimiento por recibirlos en su casa, e inconscientemente observa sus alrededores con cierto interés. Al de trenzas rubias le parecía curioso que no haya visto a nadie más aparte de su anfitrión hasta ahora, ¿Cómo hacía para movilizarse la mayor parte de la casa sin ayuda? ¿Debería de preocuparle que una persona con su tipo de condición especial no tenga quien le supervise? Aunque, pensándolo mejor, no es asunto suyo de todos modos. Tomó la decisión de guardarse las dudas para sí mismo.

Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que apenas escucho a Mikey pronunciar las siguientes palabras, su mundo y todo en lo que supuestamente creía dio un giro absurdamente extraordinario.

—Lo siento Takemitchy, no quería hacerte sentir mal...

Vaya, nunca creyó que viviría lo suficiente como para escuchar a su comandante, disculparse con alguien ajeno a su familia, ¡Ni siquiera Emma logró tal nivel de control sobre su hermano mayor en tan poco tiempo!

—Yo siento haber hablado por ti sin consultarte compañero, y sé que suelo exagerar un poco, pero me preocupa tu seguridad.

—Y yo los entiendo a ambos, solo deseo que todos se lleven bien, especialmente ustedes dos... —Otro suspiro broto de los labios resecos de Takemichi, y con un aire renovado, continúo.—No más peleas, prométanme que se llevaran bien a partir de ahora.

Mikey y Chifuyu intercambiaron una mirada irritada, y con ello supieron que definitivamente no querían dar su brazo a torcer ante el otro ¡Suficiente tenían con el silencioso pacto de comandante-subordinado como para agregar otro más a la lista!

—Takemichi... no creo que podamos...

—Si no piensan comportarse en mi presencia, entonces no quiero que me visiten por un tiempo.

—¡Hecho, nos llevamos bien! —Mikey exclamó alto y claro para así atraer a Chifuyu con un brazo sobre el hombro simulando un medio abrazo casi amistoso.—Neh, neh Takemitchy, somos muy, muy buenos amigos ahora ¿verdad, Chifuyu?

Chifuyu por su parte, casi se ahoga en ese supuesto gesto de "buena voluntad", y luego de soltarse y recuperar el aire, afirmó eufóricamente que también pondría de su parte para mejorar su comportamiento hacia Mikey.

—¿De verdad? —preguntó Takemichi con sus dudas a flote, pudo escuchar claramente la queja vaga de Chifuyu antes de contestarle también.—¿Saben que no iremos a ninguna parte hoy, a menos que me prueben que realmente se llevaran mejor a partir de ahora, verdad...?

La falta de respuesta fue suficiente para Takemichi, realmente necesitaba que los dos se llevaran bien o de lo contrario su tranquilidad sería inevitablemente perturbada.

—Draken-kun, ¿Podrías decirme, por favor, cuánto tiempo tenemos hasta que la feria empiece?

Draken miró de reojo la pantalla de su celular.

—Abrirán a las seis de la tarde, así que aún tenemos siete horas hasta entonces.

Takemichi aplaudió complacido, siempre había querido asistir a la feria con amigos, después de su accidente no había podido ir de nuevo. Entonces, si quería asistir, primero Mikey y Chifuyu tendrían que resolver sus diferencias.

—Genial, hasta tiempo de sobra tendremos si ponen de su parte— Takemichi con sumo entusiasmo se desplazó hacia al pie de las escaleras, para después detenerse en media acción.—, creo que aún tengo los juegos de rol y cartas en mi habitación... ¿De casualidad, saben jugar Calabozos y dragones?

—Bueno... nosotros...

—Tienen razón, mejor lo traigo para que lo vean ¡Será divertido! —Pronunció el azabache para así luego desaparecer del campo de visión de los demás cuando subió, de forma rápida e inesperada, las escaleras.

—Okey, suficiente. Yo me voy.—anunció Baji en un intento por escapar de la situación.

Pero, antes de que pudiera salirse con la suya, fue sujetado fuertemente por el cuello de su camisa por el mismísimo Mikey.

—¡Oi!

—Si yo caigo, ustedes también.

Definitivamente, Baji tenía una suerte de perra, y sí, se quejaría de ello hasta que este ridículo, para nada divertido, juego termine.

Waa, extrañé a mis niños diosmío, gracias por todo el apoyo que ha recibido el fic durante su pausa~ ¡Seguimos con la programación habitual, aquí solo en Mírame! Nos leemos luego mis amoress ( >3<)