Leones y serpientes se veían fijamente, la tensión era palpable en el aire, sofocante, asfixiante.

—Zabini, Parkinson— comenzó Hermione con un escueto saludo.

—Granger— saludaron a la par, mientras daba un leve asentimiento con la cabeza.

Ron frunció el ceño en cambio, ¿Que hacían esos dos ahí? Interrumpiendo su charla.

—¿Que queréis vosotros dos?— espetó de mal humor.

—Tampoco nos agrada tu presencia, Weasley— atacó Parkinson mirándolo fríamente.

—Disculpenlo, está un poco idiota— intervino la leona interponiendose entre ambos jóvenes. Estaba muy segura de que esos dos echaban chispas de los ojos.

Por el contrario de Blaise quién se mantuvo en un estado sereno y silencioso.

—Bien, ¿Se les ofrece algo?— preguntó Hermione con calma, teniendo a Ron sujeto de la manga de su túnica.

Ambos Slytherin's se observaron simultáneamente y asintieron.

—¿Tienen alguna idea de donde está Potter?— cuestionó Pansy.

—¿Para que necesitan saber?— preguntó ella en cambio.

—No encontramos a Draco, pensamos que estaría por ahí... Con Potter—. Hizo énfasis en las últimas palabras, Ron frunció el ceño, otra vez.

—¿Y Por qué Harry querría estar con Malfoy?— alzó una ceja—. Esos dos no tienen nada que hacer juntos, preferiría que Harry estuviera díez metros alejado de... Él.

Hermione le miró mal, mientras tomaba su brazo soltando la tela, haciendo un poco de presión como reprimienda. El pelirrojo la miró fijamente, antes de rodar los ojos y bufar.

—No lo sé, Parkinson... Harry desapareció luego de la comida y no lo hemos visto. Buscamos en la sala común, en el salón para defensa contra las artes oscuras... La sala de adivinación, pero no hemos dado con él— explicó Granger, suspiró—. No es muy difícil imaginarse que tal vez— ignoró con maestría el jadeo contenido de Ron—. Esté con Malfoy.

Mientras las chicas mantenían una plática cerca de lo agradable pero en palabras de Zabini, civilizada. Éste, se dedicó a estudiar el rostro del león. Cejas pobladas, ojos intensamente azules, pecas salpicadas por su rostro, naríz respingada... Cabello pelirrojo, labios rellenos-...

Parpadeó perplejo, relájate Blaise, fué sólo un desliz se animó, sin embargo, al volver su vista al estudio facial de Weasley, se encontró sorprendido por dos hermosos zafiros contemplándolo con atención.

El tiempo parecía haberse detenido, o almenos así lo sentía Blaise luego de que sus ojos se encontraran. Debía de estar volviéndose loco, pero no sabía porqué esas orbes le parecían... Atractivas.

—...aise... ¡Blaise!.

El tiempo se descongeló al igual que sus pulmones volvieron a llenarse de aire, comprobó al pelirrojo una vez más y al verse ignorado nuevamente. Se obligó a sí mismo a ponerle un poco de atención a su enojada compañera.

—¿Qué?.

Pero no pudo, mientras veía a la pelinegra mover los labios diciendo quién-sabe-qué su mente estaba divagando una vez más. Cabello pelirrojo, ojos azules... Weasley.

«Estoy jodido» pensó, porque a diferencia de su estúpido mejor amigo (Draco)—quién ni siquiera quería saber qué eran esos extraños sentimientos que crecían a pasos descomunales en su interior—, el sí sabía que estaba ocurriendo.

Estaba enamorándose, y no era de nadie más que Ronald Weasley.

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—¿Cómo fué que terminé aquí... Contigo?— se lamentó el rubio, mientras Harry miraba a cada lado del pasillo.

—Draco, cállate— ordenó Harry—. Si sigues hablando nos atraparan.

Pensó que con sólo eso había conseguido que se callara, incluso el Slytherin se tomó las molestías de mirarlo, aunque sea por unos cortos segundos.

Su corazón dió un salto.

—Malfoy— dijo de la nada.

—¿Qué?— Harry parpadeó confundido.

—Que para ti soy Malfoy, no Draco.

Suspiró, olvidando cualquier pensamiento raro, asintió.

—Está bien, Malfoy.

Luego de la corta respuesta afirmativa de Harry, ambos estudiantes se sumergieron en un silencio tenso y muy incómodo. Draco miraba a cualquier lado, menos a él; y eso, comenzaba a irritarlo.

—Tengo una pregunta para ti— dijo al cabo de unos minutos, luego de saber que Draco no rompería el silencio ésta vez.

El más alto lo miró inquisitivo, pero con un leve movimiento de cabeza, aceptó lo que sea que le fuera a preguntar.

—Deacuerdo, pero que no sea nada estúpido— respondió y Harry resopló en respuesta para no reír.

—Bien— aceptó—. ¿Por qué tu boggart me miraba como si fuera oro puro?.

—¿Qué dices?— preguntó en respuesta.

Había escuchado a la primera, pero ciertamente eso lo tomó por sorpresa. Necesitaba una excusa para pensar rápido.

—¿Porqué tu boggart me miraba como si fuera oro puro?.

—... No es lo que piensas— alegó, pero enseguida se arrepintió de haber dicho lo primero que se le cruzó por la mente.

—¿Y qué es lo que pienso?— Harry sonrió levemente al verlo sonrojarse, era extraño, divertido y... Fascinante a la vez. Nunca lo había visto tan vulnerable.

—Nada que tú estúpida cabeza de león se esté imaginando.

Al menos, pensó. No le dije que me gustaba. Y apenas terminó aquella frase en su cabeza, se desató su caos mental.

Le gustaba Harry Potter, no...

Estaba enamorado del maldito Harry Potter, niño-que-vivió, el elegido para destruir a Voldemort... Un jodido Gryffindor.

De todas las personas, un maldito león fué lo que su corazón escogió.

«Estúpido corazón, estúpidos sentimientos de mierda» se reclamó con amargura. Era un amor unilateral, porque sabía que Potter nunca le iba ni le querría corresponder.

—...aco... Draco.

Sacudió la cabeza negando varias veces para alejar esos pensamientos que empezaban a ser abrumadores. No podía con ésto... Y más teniendo en claro lo que significaba.

Nadie elige de quién enamorarse.

«Necesito alejarme... Ahora».

—¿Qué?— preguntó.

—No has respondido a mi pregunta.

—¿Y qué quieres que te diga?— preguntó a la defensiva—. ¿Qué es lo que quieres escuchar?.

Harry notó un cambio drástico en su comportamiento, siendo un Gryffindor, no había que olvidar que también pensaba como Slytherin.

—¿Que significó ese boggart?.

Draco suspiró—. Significó que no te metas en donde no te llaman.

Harry gruñó por lo bajo dispuesto a darle una respuesta ácida,  pero escuchó pasos que se acercaban, y si se ponía a discutir con el rubio, solo podrían darse cuenta de que están en uno de los pilares del castillo, ocultos bajo la capa de invisibilidad.

Piensa Harry, piensa, se presionó a sí mismo, hasta que una idea se le cruzó por la mente...

Pero, involucraba a la serpiente.

—Shhht, cállate— susurró cubriendo su boca con su mano, los nervios se apoderaron de su sistema... Y su mente se preparaba para lo siguiente que iba a hacer. Y, seguramente terminaría con una maldición luego de esto.

—¡A mí no me callas maldi-...!

Draco amplió los ojos, y ambas cejas se alzaron en la sorpresa y...

Oh. Por. Dios.

Harry Potter, le estaba besando.

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Hola, he vuelto una semana más, espero que todos se encuentren de maravilla, a pesar de las condiciones en todo el mundo.

No tenía algo planeado para éste capítulo, simplemente salió así... Además, creo que ya debía añadir ese beso que creo que todos ya estábamos esperando.

Pero, me gusta acumular la tensión jaja, no me odien por eso ❤️😂. Aún así espero que les haya gustado.

¿Qué les pareció el capítulo?.

¿Harry se llevará una maldición?.

Nos vemos en la siguiente actualización.

Un fuerte abrazo ❤️.