Sirius emitió un bajo gruñido, agarró su enmarañado cabello tirando de él con frustración, caminado de un lado a otro en un acto frenético y nervioso.

-Esto no tenía que pasar, no debió pasar...- murmuraba repitiendo la misma oración entre su alterado andar.

-Sirius, afortunadamente Harry está... estable- el pelinegro miró a Remus frunciendo ligeramente su entrecejo-. Para todos fué una sorpresa que los dementores aparecieran por los alrededores de Hogwarts, específicamente en el campo de Quiddicht.

Lupin ladeó la cabeza al ver al prófugo pensarlo por un momento. Pero...

-Me están buscando, Remus- dijo.

-Lo sé- resopló masajeando sus sienes con sus dedos-. Pero no es tu culpa Sirius. Fué un accidente, que precisamente hoy Gryffindor haya tenido partido y los dementores aparecieran es coincidencia.

El ojigris volvió a arrugar su rostro demacrado, antes de tumbarse bruscamente en el sofá de terciopelo escarlata que alguna vez fué hermoso, en su época dorada. Pero, que ahora tenía marcas de zarpazos, estaba raído y desgastado.

Observó de reojo al hombre de las cicatrices, tenía los ojos fijos en un libro que sabía que no estaba leyendo porque sus orbes se movían rápidamente entre las páginas, estaba tenso, sus dedos se cerraban con rudeza en el borde de las tapas y algunas páginas del libro que ocupaba, su mandíbula estaba apretada y Sirius casi podía afirmar que el licántropo destilada un aura pesada, estresante y molesta.

-Remus...- llamó con un tono más suave.

-No es tu culpa, no lo es...- rezongó el castaño con amargura, Black comprendía por lo que su pareja estaba pasando, él también se sentía impotente por no poder demostrar su inocencia.

-Remus...- volvió a intentarlo, enderezándose en el incómodo mueble con la intención de ir a su lado.

-Yo... veré si puedo recorrer Hogwarts por la noche, normalmente el profesor Snape hace eso...- divagó, mientras cerraba de golpe el libro, Sirius Black finalmente se levantó y Remus ya sabía que estaba a su lado tras dar unos cortos pasos, la mano del prófugo descansaba en su hombro-. Tú te quedarás aquí para que no te hagan nada y-...

-Ah no- el pelinegro empezó a negar reiteradas veces con la cabeza-. Yo tengo que salir también.

El castaño bufó-. Sirius-...

-Es muy peligroso, eres un prófugo de Azkaban y cualquier persona que te llegue a ver informará tu ubicación a los Aurores- interrumpió imitando estúpidamente a Remus-. Moonie, lo sé... Sé que a veces hago cosas sin meditar racionalmente.

-¿A veces?.

Sirius chasqueó la lengua-. Bien, normalmente hago las cosas por impulso sin medir las consecuencias, pero para eso te tengo a ti, Rem... Eres la razón por la que no enloquecí en Azkaban. Tú y Harry me estarían esperando del otro lado.

El contrario rió flojamente-La locura Black corre en tus venas...- las manos de Remus buscaron las de Sirius-. Ya tú estabas loco, mi amor...

El pecho del pelinegro de feroces ojos grises se sacudió mientras surgía una carcajada que sonaba como un ladrido canino-. Pero tú puedes sacar el lado más cuerdo de mí.

Remus rodó los ojos con gracia, sintiendo las frías manos del sangrepura corresponder a su tacto-Y sobre Harry, él piensa que tú mataste a sus padres.

-Eso lo hace más auténtico- una sonrisa traviesa surcó su demacrado rostro-. Qué Harry siga con ese pensamiento, la revelación de la verdad hará todo más dramático.

El profesor abrió los ojos más de lo normal, y su quijada cayó-. ¡Sirius!- reclamó.

-Me conoces tanto como lo hacía prongs, Sirius Black es el padrino de Harry Potter- volvió a sonreír mientras giraba a Remus en la silla con sus manos, el licántropo tragó, observándolo con ojos expectantes-. No soy como todos los padrinos, no voy a rogarle a Harry que me crea... Las acciones que estamos tomando, hablarán por sí solas.

Lunático soltó una risita nerviosa ante la intensa mirada del mercurio en los ojos de canuto, sus manos subieron por los brazos del más alto hasta quedar sobre sus hombros. Agarró firmemente la tela para hacerlo inclinarse hasta quedar a la misma altura.

-Siempre he sabido que en esa cabecita loca hay algo más que planes para sabotear a Snape y la herencia de los Black- susurró, Sirius apretó los reposabrazos de la vieja silla, emitió un bajo gruñido y él sonrió-. Aunque escoges unos momentos... Peculiares para ser filosófico.

El animago lo miró largamente, antes de guiñarle un ojo con una sonrisa coqueta-. Es parte del encanto de Sirius Black.

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-...arry!

El moreno apretó sus ojos tratando de despertar a su adormecido cerebro, pero sentía sus ojos tan pesados, le costaba abrirlos.

-...rry!

¿Quién era esa persona que gritaba su nombre con desesperación? Ahora que estaba un poco más consciente podía sentir unas suaves manos golpear sutilmente su pecho, luego subían a sus hombros moviéndolo un poco.

-¡Harry!- entonces Potter hizo uso de toda su fuerza de voluntad para cumplir la tarea de abrir los ojos, sus extremidades no reaccionaban para moverse, entonces, el pasto verde brillante y vivo en los ojos de Harry se reveló una vez más.

El gryffindor entrecerró sutilmente sus ojos por la luz cegadora, y cuando intentó enfocar a la mancha delante de él, supo que tampoco tenía sus lentes.

Como si la persona que lo acompañaba hubiera leído su pensamiento, le colocó las gafas con manos temblorosas. Entonces Harry lo vió.

Los ojos de Draco Malfoy estaban abnegados de lágrimas, sus entrecejo arrugado en preocupación y su mirada teñida de la angustia, miedo y... ¿Alivio?.

Abrió la boca para decir algo, cualquier cosa-. Que... Alivio.

Pero Draco se le había adelantado, mientras Harry lo contemplaba con ojos muy abiertos, las lágrimas finalmente se desbordaron de los ojos del rubio, y Harry estúpidamente quiso secarlas una por una, distraerlo con sus tonterías para que dejara de llorar.

-¿Estás bien?- preguntó con voz ahogada mientras sus pálidas manos acunaban las mejillas del pelinegro.

-Sí...- fué todo lo que Harry pudo decir, mirando cada nuevo detalle en Malfoy, sus mejillas estaban coloradas, su nariz un poco enrojecida y sus ojos irritados.

Harry tenía la sospecha de que el llanto no era reciente.

Pero la incógnita más grande que residía en su cabeza era: ¿Está llorando por mí?.

De pronto sintió como unos brazos lo rodeaban, estrechándolo, el cuerpo de la serpiente se estremeció, antes de que un sonido lastimado volviera a aflorar de su boca. Harry no sabía que hacer, ¿Cómo debería sentirse al respecto?.

No sabía si eso estaba bien, pero se sentía muy conmovido, importante y... querido. Pero era un cariño muy distinto al de Ron y Hermione.

Y le gustó.

Cerró sus ojos mientras correspondía al inesperado abrazo del slytherin, aún tenía muchas cosas que solucionar. Todavía no sabía la razón para que Draco tomará distancia con él, para que no molestará a sus amigos o a él, tampoco sabía por qué todo éste tiempo rehuyó de su mirada. O por qué se sentía extrañamente emocionado cada vez que veía al rubio-aunque fuera de lejos-, su corazón empezaba a saltar en su pecho y una entrañable felicidad albergaba en cada parte de su cuerpo.

Aún habían muchas cosas que tenía que hablar con Draco, pero por ahora, quería disfrutar un poco más de este inmenso y sincero cariño que Malfoy profesaba.

Harry siempre imaginó algo así, pues no había terminado de creer lo que todos los estudiantes decían. Debajo de esa coraza de indiferencia y altaneria había un frágil y sensible corazón, con mucho amor para dar.

Tal vez Malfoy sólo no quería ser lastimado, tal vez todos los slytherin son así de reservados con sus sentimientos. Siempre precavidos, prefiriendo tomar el camino lógico de cuidar al corazón y esperar a la persona correcta que arriesgarse y dar todo en una relación donde probablemente te rompan el corazón.

Pero de eso se trataba el amor, y las relaciones. El amor es el sentimiento más hermoso que puedes experimentar, sientes que subes y subes demasiado alto. Pero siempre está el lado contrario, y en el amor no es la excepción, puede ser un romance fallido, subes demasiado alto, pero si esa persona prefiere dejarte caer, te dejará caer sin piedad. Puede romper tu corazón y tal vez pienses que el amor no está hecho para tí.

Pero tú puedes estar hecho para amar y ser amado, sólo te topaste con una persona que no sabe y no merecer amar.

Por eso nos levantamos, tomamos nuestros pedacitos de corazón y lo cuidamos hasta sanar, para volver a intentarlo. Pero sin cometer los mismos errores de la relación anterior.

Harry dejó de cavilar en sus pensamientos cuando sintió una respiración acompasada y que el abrazo del rubio se aflojó un poco.

-¿Draco?- llamó suavemente y no tuvo respuesta.

«Se ha quedado dormido...» pensó, las esquinas de sus labios se curvaron hacia arriba en una amena sonrisa, movió cuidadosamente al cuerpo del rubio, acomodándolo en una posición más cómoda. Apartó unos mechones de cabello en su frente y su corazón volvió a acelerarse cuando se acercó considerablemente al rostro del chico dormido «Se ve muy tranquilo... ¿Te sientes atormentado también?» se cuestionó, sus dedos rozaron la mejilla del blanquecino y sin razón, Harry se sonrojó mientras ponía los ojos en blanco y se alejaba abruptamente.

La puerta se abrió repentinamente sobresaltando a Potter, sus inquietos ojos observaron la puerta, apretó las sábanas suavemente y finalmente se relajó al ver a sus amigos y los del slytherin entrar.

-Oh, ya despertaste, Potter- fué el inminente saludo de Blaise con una sonrisa y mirada pícara.

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Como he prometido, mis pequeños basiliscos (sí, tengo que buscar un mejor nombre para ustedes) aquí les presento un nuevo capítulo de Mírame espero que les haya gustado. Por favor déjamelo saber con un voto y un lindo comentario.

Finalmente tengo mi nuevo teléfono, por lo que ¡Finalmente estoy de vuelta! Pero, mi época de tareas pesadas ha comenzado.

De todos modos me he planteado la meta de traerles una actualización regular... Voy a intentarlo ♡.

Nos leemos luego, un fuerte abrazo ♡