Capítulo 11.
Harry acarició sus labios con sus dedos, sintiéndose tan poco sorprendido que era abrumador. Es como si siempre hubiera cometido la misma acción con el Slytherin—pero sin hacerlo realmente—, tan sencillo y tan... Natural, incluso podría decir que lo que le sorprendió no fué el beso, sino lo cómodo que se sintió en ese momento.
Como si sus manos pertenecieran a ese lugar.
«Suaves, esponjosos, rellenos, dulces, calentitos y apetecibles labios» . Pensó, y ni siquiera se molestó en corregir su pensamiento, ya no le parecía tan extraño como la primera vez.
Había quitado esa fría máscara—de cierto modo—, aunque no fué de la forma más inteligente, fué muy efectivo. Draco no se había separado al instante como había imaginado, no le había gritado el abecedario de groserías... Y tampoco le había maldecido.
Eso tenía que ser una señal, ¿Verdad?.
—Ni siquiera tenía que disculparse si el que lo besó fuí yo— murmuró, antes de sacudir su cabeza, centrándose en otras prioridades a parte de averiguar lo que tramaba Malfoy.
Cómo el partido de Quiddicht que sería dentro de dos días, o descubrir que era lo que le ocultaban todos acerca de Sirius Black. La única información que tenía acerca de él era que escapó de Azkaban y era un ser muy peligroso.
A parte, de que lo estaba buscando a él.
Sin percatarse de ello, sus pies se movieron solos, conduciendolo por el pasillo, con la intención de ir a la sala común. Sentía que había tenido suficiente por hoy.
—¡Harry, por fin te encuentro!.
Se detuvo abruptamente, girándose sobre sus pies, buscando a su amiga, sus ojos verdes se llenaron de confusión e incertidumbre al no ver a nadie allí. Y fué un toque en su hombro que entornó su cabeza de golpe, encontrándose directamente con los inteligentes ojos de Hermione.
—Hola, Mione— dijo tratando de aparentar serenidad, fallando en el proceso.
—Estuvimos buscándote por todos lados... ¿Usabas la capa de invisibilidad?— cuestionó ladeando la mirada.
Harry asintió sin pensar mucho, notando entonces como la castaña parecía lista para refutar, añadió:
—Necesitaba hacer algo, ya sabes... Averiguar un poco más sobre ese Sirius Black.
—Harry, ¿Qué más debes saber? Ya sabes que es un asesino, prófugo de Azkaban. Y, que te está buscando.
Harry bufó cruzándose de brazos, rodando sus ojos—. Eso es lo que necesito saber, ¿Por qué está buscándome? ¿Qué quiere de mí?.
Hermione suspiró, masajeando sus sienes. Buscando una manera adecuada de responderle a uno de sus mejores amigos.
—Debes hacerte una idea, Harry... Sirius Black era uno de sus más fieles seguidores que, al igual que el señor oscuro, tenía todos esos estúpidos ideales— respondió con seriedad—. ¿Entiendes? Es importante mantenerte seguro ahora.
Harry la observó fijamente, preguntándose como la castaña tenía esa información... Ni siquiera él, que estaba involucrado en todo el asunto sabía tal cosa.
—Entiendo— dijo solo porque sí, antes de disponerse a caminar—. ¿Buscamos a Ron? Al parecer venía contigo por el término en plural qué has utilizado al verme, pero no lo veo por ningún lado. No debió de ir muy lejos... ¿Verdad?.
Hermione asintió de acuerdo con la propuesta para seguirlo.
—Sí, no ha de estar muy lejos.
Mientras iban en la búsqueda de su pelirrojo amigo. Potter se permitó sumirse en sus pensamientos, lo primero sería encontrar a Ron, luego ir descubriendo poco a poco sobre ese tal Sirius Black y finalmente, tener una conversación con Malfoy acerca de lo ocurrido, sin besarlo en el proceso.
«Sí, es el plan perfecto» se felicitó a sí mismo.
Aunque si algo debía admitir era que los labios del aristócrata lo habían hecho sentir como si estuviera en una nube esponjosa de azúcar.
«Bueno, ya estoy jodido» dejó caer sus hombros con una tonta sonrisa dibujada en el rostro. Aunque el chico de cabellos azabaches tenía la leve sospecha de que... Desde hace bastante tiempo estaba jodido.
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Ron jamás se había sentido tan aliviado y feliz de escuchar la voz de su mandona amiga como ahora.
Sus ojos azules brillaron con genuina esperanza, pero, aunque quiso gritar fuertemente un: "¡Aquí Herms, Harry, estoy aquí!" Recordó las circunstancias en la que se encontraba, y con quién estaba.
La mano morena de Blaise Zabini cubrió su boca callando cualquier sonido que pudiera soltar, como si le hubiera leído el pensamiento de algún modo.
Esperaba que por obra de alguna deidad, o el mismísimo Merlín, no los encontraran... No así.
Aunque pensó con inquietud, eso suena bastante contradictorio.
Pero la suerte no estuvo de su lado en ese momento, cerró los ojos conteniendo la respiración cuando escuchó el inminente aviso de su compañera.
«Adiós, mundo cruel»
"¿Parkinson, Malfoy?" Weasley abrió los ojos de golpe, ¿había escuchado bien?.
"¿Qué hacen ustedes aquí?" Definitivamente esa era la voz de Malfoy.
"Simplemente buscamos a Ron. No tiene nada que ver contigo" Y esa era la voz de Hermione. Nuevamente se llenó de esas esperanzas que creía haber perdido, tal vez existía la oportunidad de librarse de esa bochornosa situación.
Pero Zabini y Weasley parecían haberse petrificado en su sitio, porque ninguna de sus extremidades había reaccionado.
Maldición.
"Nadie pidió tu opinión, sangre sucia"
Sus esperanzas murieron al instante en que se escucharon las pisadas increiblemente cercanas, la respiración del león y la serpiente se cortó. Ron volvió a cerrar sus azulados ojos con fuerza, mientras Blaise mantuvo los suyos fijos desde su punto de ubicación.
Hasta que lo inevitable sucedió, cuatro pares de ojos puestos sobre ellos, sorprendidos, impactados y exigiendo una explicación.
Lo último lo expresaban los grises ojos de Draco. Silencio absoluto fué lo que hubo en primera instancia.
—Podemos explicarlo, pero primero respirad hondo— solicitó Blaise rompiendo la tensión, sonriendo fresco junto a esa mirada pícara, como si la imagen que mostraba junto al Gryffindor no fuera algo por lo que escandalizarse.
—Espero que no sea lo que estoy pensando— murmuró Malfoy congelado.
—Yo tampoco— le secundó Harry cruzando sus brazos.
Ron ahogó un sonido de frustración en lo más profundo de su garganta. Esto sería incómodo.
__
Remus Lupín tomó el único vial de su escritorio realizando un pequeño escrutinio sobre éste y el color del líquido, le retiró su corcho, escuchando el familiar "pop" al ser destapado solo para percibir el aroma característico de la poción matalobos.
Asintió aprobatorio con la infusión elaborada por el profesor Snape, antes de llevar la boquilla del frasco a sus labios y tomar su dosis necesaria.
No es que desconfíe de sus habilidades como pocionista, pero estaba completamente seguro de que no le agradaba a Snape. Principalmente por todo lo que sus amigos le hicieron pasar.
Pero sabía que era talentoso para eso, por eso no le sorprendería si en cualquier momento ingería veneno en vez del matalobos.
Sonrió ligeramente, no, no haría eso... Por mucho odio que le tenga, se agradaban lo suficiente para tener una amena y muy civilizada discusión.
O simplemente hicieron una tregua para sobrellevarse. Sí, eso era lo más probable.
Quizás estuvo divagando mucho en sus pensamientos que no se percató de una presencia perruna que se transformó en un dos por tres en una figura humanezca.
—Lunático— dijo una voz bastante familiar a las espaldas del profesor de Defensa contra las artes oscuras. El castaño no tuvo que pensar demasiado para saber de quién se trataba.
Sonrió cariñosamente cuando esos brazos lo envolvieron con afecto, recostó su cabeza en el pecho del más alto, para mirar hacia arriba.
—Hola, Canuto.
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¡Hola, pequeños basiliscos! He vuelto con esta historia. Disculpenme por la demora, estuve ahogada en tareas de la escuela. Pero pude organizarme un poco para terminar y hacer rapidito éste capítulo.
Lamento si es muy corto, también lo siento si quedó mal. A mi tampoco me convenció del todo el capítulo... Pero aquí está.
Para la próxima será mejor. Pero, al menos... El Wolfstar al fin apareció.
¿Qué opinan del capítulo?
¿Les gustó?
¿Qué creen qué pasará para el próximo capítulo?
¿Cuál será la explicación de Blaise?
¿Les emocionó la aparición de Remus y Sirius? Porque a mí sí :3.
¡Nos leemos luego! ♥.
PD: Si ven algún error ortográfico no duden en avisarme, ¿Sí?.
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