Ryu Grace

Mis ojos se abren y tardan en ubicarse. Sigo en esta habitación pálida atada a la camilla, el sueño se volvió realidad después de todo, espero que Jane esté bien. Siento a alguien tocar mi mano y volteo a ver llevándome una sorpresa, hay una mujer de cabello rubio sonriéndome dulcemente, mis ojos se llenan de lágrimas en segundos, mi corazón duele con cada latido.

— ¿Mamá?

— Puedes salir de aquí, Grace.

— No, yo...te vi, no puedes estar viva, es...

— Shh—besa mi frente y se siente muy real. Quiero soltarme, pero no lo consigo—No llores ahora.

— Te extraño—mi voz tiembla—Lo siento.

— Grace...

— Lo siento, debí protegerte mejor, debí...salvarte.

— Si no hubiera sido yo alguien más se hubiera tropezado con la muerte, ¿No crees? —acaricia mi cabello—Deja de culparte, cielo, has intentado proteger a todos, no siempre salimos ganando en estas situaciones, no siempre podrás salvar a todos, Grace.

— Te quiero.

— Y yo a ti, mi niña—limpia mis lágrimas. Escucho la puerta abrirse, ayer había venido una mujer de cabello castaño y vistiendo con falda hasta las rodillas, chaleco y tacones. Era Kim TaeIm, la madre de TaeHyung quien se encargó de inyectarme algo, mientras dos de sus hombres me desatan obligándome a sentarme, atan de nuevo mis muñecas. Ellos no ven a mi madre, es como si ella fuera invisible ante sus ojos—Quiero hablar con DoJae.

— DoJae está ocupado ahora mismo—con una pequeña linterna ilumina mis ojos—Veo que todo está haciendo efecto en ti.

— ¿Qué? —no recuerdo que me inyectó porque en segundos me quedé dormida por ese líquido, miro a mi madre con tristeza, ella no es real, ella realmente no está aquí, sólo es la droga en mi cuerpo—Tiene que dejarme ir.

— ¿Por qué debería? Asesinaste a mi hijo.

— ¿Qué tan mal tienen que estar para apoyar a su hijo en una violación? —niego con la cabeza—Como padres amamos a nuestros hijos, pero también debemos aceptar cuando se equivocan.

— Mi TaeHyung nunca lastimaría a una chica como tú.

— ¿Por qué? ¿Por qué es bueno? —miro sus ojos— ¿O porque no sería capaz de involucrarse con una chica de la calle como yo?

La señora Kim se mantiene mirándome con superioridad, como si ella estuviera en lo correcto y yo estuviera equivocada. Diga lo que diga ellos no cambiarán su opinión.

— Jane está aquí.

— ¿Qué? —trago con dificultad.

— DoJae debe estar revisándola ahora mismo...

— No la lastimen, por favor, es sólo una niña.

— ¿Y eso debe ser una excusa para no hacer nada? —sonríe burlonamente—TaeHyung tenía un futuro por delante.

— Su hijo se obsesionó conmigo al punto de cruzar el límite que todo hombre debe respetar—muevo mis muñecas atadas—Jane es inocente de todo esto, TaeIm, ella es una niña, no la lastimen, por favor.

— JungKook también está aquí—comenta— ¿Pedirás que no lo lastimemos cuando es un maldito traidor y no apoyó a mi hijo?

— TaeIm...

— Ahorra tus palabras, Ryu. Hemos esperado mucho para esto—se acerca a la mesa pequeña llenando una jeringa—Será mejor no perder el tiempo y comenzar de una vez-se acerca a mí, me rehúso a ser inyectada pero los tipos grandulones me obligan a quedarme quieta, la jeringa entra en contacto con mi brazo, comienzo a sentir que mi corazón se acelera, comienzo a sudar y la veo retirarse con esos dos hombres.

Intento soltarme sintiendo náuseas, logro soltar una de mis muñecas y libero la otra, quiero levantarme, pero cuando pienso hacerlo, alguien toma mi brazo deteniéndome. Esta vez no es mi madre, hay un chico de cabello castaño sonriéndome como usualmente solía hacer. Viste como ese día de su muerte y sus ojos brillan puestos en mí.

— ¿T...TaeHyung?

— También me alegra verte de nuevo.

Me suelto de su agarre y me alejo sin pensarlo retrocediendo. Mi corazón late muy rápido, mi madre no está aquí, el temor me invade e intento convencerme de que nada de esto es real, pero se siente tan real que no puedo lograrlo.

— No eres real, no eres real—repito para mí misma. Él se acerca a mí, me agacho con la espalda en la pared llevando mis manos a mi cabeza, cierro los ojos con fuerza, pero comienzo a temblar cuando acaricia mi cabello—No, por favor, no me lastimes.

— Jamás te lastimaría, Grace—lo escucho decir—Pero es mi obligación corregir cuando te equivocas—jala de mi cabello arrastrándome por el suelo.

— ¡Suéltame! ¡Ayuda! —me levanta y empuja contra la pared. El golpe me deja aturdida, me tambaleo cuando toma mi cuello fuertemente. Golpeo su mano queriendo que me suelte, ejerce tanta presión que comienzo a desesperarme por la falta de oxígeno, mis esfuerzos se van desvaneciendo, mis ojos comienzan a cerrarse y cuando Tae me suelta caigo al suelo inconsciente.

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Despierto por las palmaditas de alguien en mi rostro, abro los ojos encontrando a DoJae con una pequeña sonrisa divertida, no tengo fuerzas para levantarme.

— Me parece que estás enloqueciendo, Grace.

— ¿Qué me inyectó su esposa? —pregunto entre dientes.

— Nada interesante, sólo es algo que activa los temores y anhelos de tu cerebro—se encoge de hombros. Por eso pude ver a mi madre y luego a TaeHyung—Ahora mismo debes estar agotada por todo ese cansancio psicológico—aunque mi cabeza duele por el golpe con la pared—Quizás deba dejarte descansar y mañana regrese con noticias de tu hija.

— No—mi mano toca su zapato—Por favor, déjala ir.

— ¿Y quién pagaría por mi hijo? —mete sus manos en los bolsillos de su pantalón.

— Puedo hacerlo yo, es a mí a quien quieres—levanto la cabeza—Fui yo quien asesinó a TaeHyung, la niña es inocente, por favor, DoJae, haz lo que quieras conmigo.

— ¿Sabes que es lo triste de este problema? —retrocede y mi mano cae al suelo—Que esa niña tiene tu sangre y la sangre de Jeon JungKook corriendo por sus venas—inclina su cabeza de lado—El problema de esa niña es que tiene dos asesinos como padres.

— Si la lastimas...

— ¿Vas a asesinarme?

Quiero levantarme, pero consigo sentarme, es un gran cansancio que tengo sobre mi cuerpo que me impide moverme rápidamente porque todo me duele.

— Déjala en paz.

— Como soy un buen hombre, te traje compañía—mira a sus hombres, dos chicos son metidos en la habitación y traen sus manos atadas, los identifico a pesar de los golpes y la sangre seca, EunWoo cae al suelo mientras que JungKook no dura mucho de pie cayendo de rodillas, está sangrando en su abdomen, tiene una herida que no luce nada bien.

— ¡¿Qué les hiciste?!

- Tu sufrimiento no será ver la muerte de tu hija, será ver a tus seres queridos sufrir y agonizar por tu consciencia-DoJae camina a la puerta-Tienes hasta el anochecer para escoger a quien de los dos asesinas.

— ¡No!

DoJae se detiene y me mira por sobre el hombro.

— Entonces te traeré una de las orejitas de tu hija—y se retira dejándome a solas con aquellos dos chicos heridos.