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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 20

La última vez que estuve en la mansión fue hace cuatro años exactamente, no he pisado este lugar ni siquiera con las veces que viene Jane a este lugar, EunHa ha venido, pero ahora que estoy sentada en este banco recuerdo porque no he querido venir aquí, la razón son los recuerdos, he evitado tanto que los recuerdos me lastimen o me derroten, pero tantas cosas están sucediendo que comienzo a creer que soy débil. Sí, por supuesto, me aferro a la idea de proteger a mi familia y sé que mi familia son las personas que quiero, sólo que JungKook y Jane están en un escalón muy alto.

Mi corazón duele con cada latido, no es tristeza lo que me está sofocando, es nostalgia y melancolía. El cielo luce gris, pequeñas gotitas caen mojando el césped recién cortado, las miro caer intentando alejar los recuerdos de mi mente, pero metida aquí es imposible.

Mi mente se va al día en ese hospital.

— ¿Sabes lo que siempre he escuchado desde que supe sobre este tumor? —dice en voz baja—Es normal tener miedo—seca mis lágrimas e intento no quebrarme allí—Te diré lo mismo, es normal tener miedo, Grace.

— Lo primero que dijiste cuando llegamos a la mansión fue que nunca fallabas, así que por favor no me falles ahora.

— Confía en mí—sonríe como sólo él lo hace. Beso sus labios queriendo memorizar eso, memorizar lo suave e intensos que pueden ser.

— Omma—escucho a Jane. Parpadeo regresando a la realidad, le sonrío un poco sentándola sobre mis piernas, ella inclina su cabeza de lado mirándome— ¿Por qué lloras?

— ¿Qué? —me apresuro a secar mis mejillas. No me había dado cuenta de ello—No es nada.

— ¿Te duele algo? —se muestra preocupada.

— No, estoy bien.

— Hola, tía Grace—una segunda voz infantil aparece. Es el hijo de IU y YuGyeom, el pequeño Kookie, tiene cabello negro como la noche, la mirada de su madre y la sonrisa de su padre, su piel es un poco más pálida que la de Jane.

— Hola, cielo—lo invito a acercarse. Se sienta a mi lado en el banco— ¿Cómo estás?

— Bien—sonríe—Omma y appa están contentos porque el tío JungKook volvió.

— Es raro que appa y tú tengan el mismo nombre—miro a Jane.

— Lo sé.

— ¿Cómo vas en la escuela? —acaricio el cabello del niño. Kookie es muy amable y respetuoso, a veces es tímido pero otras veces inquieto.

— Estoy muy bien, siempre hago mis tareas.

— ¿Ya ves, Jane? Kookie si hace sus tareas—bromeo y ella frunce el ceño. Hace ese mismo gesto de su padre cuando no está de acuerdo con algo.

— Puedo hacer mis tareas sola.

— Claro que no, eres muy floja—Kookie le saca la lengua y Jane no piensa dos veces en golpearle el brazo— ¡Auch!

— ¡Jane! No hagas eso—reprocho.

— ¿Por qué? Tú golpeas a personas también, appa lo hace.

— Pero sólo a la gente mala, Kookie es tu primo, no quiero ver que lo hagas de nuevo.

༺═──────────────═༻

La floristería está no muy llena, cuando llego con Jane mi madre termina de revisar algunas órdenes de pedidos, Jane sigue molesta conmigo por haberle reprochado el haber golpeado a su primo, algunas trabajadoras me saludaron, a la pequeña también. Mi madre sabía que algo pasaba.

— ¿Y JungKook? Creí que vendrías con él.

— Preferí que se quedara en la mansión, mientras más rato pase allí más recordara.

Mi madre coloca su mano en mi hombro sonriéndome dulcemente.

— ¿Te sientes bien?

— Fue imposible no recordar ciertas cosas—suspiro encargándome de la caja—Necesito ser fuerte, no sólo por Jane, también por mí.

— Lo eres, hija—siguió acomodando algunos girasoles— ¿Puedes decirme por qué la niña está molesta?

— Ella cree que si sus padres golpean a las personas ella también puede hacerlo—miro a Jane quien toma una flor acercándola a su nariz, aquella flor es una que llama mi atención y me hace pensar en una persona.

Es la flor de tigre.

— Es una niña, sería extraño que no se enojara cuando la regañamos—escucho a mi madre—Ella quiere ser como sus padres.

— ¿Entonces debo esperar que tome un arma y dispare a alguien? —miro a mamá—Desde ahora no la llevaré al entrenamiento, prefiero que se quede aquí contigo.

— No te presiones—se acerca a mí—Recuerda lo que te dije, además, esa terquedad viene de familia, ¿No crees?

— Yo no soy terca.

— Sólo a veces—bromea logrando sacarme una pequeña sonrisa— ¿Quieres que la lleve a casa?

— Sí, por favor. ¿EunHa te ha escrito?

— Dijo que venía en camino.

— Esperaré que llegue e iré a casa.

— Está bien—se quita su delantal con el logo de la tienda—Jane, hora de irse, vamos.

— Abuela, ¿Puedo llevarme esta flor? —señala con una sonrisa—Es muy linda.

— ¿Sabes cómo se llama? —me acerco a ella saliendo del mostrador, con una tijera corto el tallo de ésta dejando sólo la flor, la pongo en la oreja de Jane y ella se sonroja de una manera adorable—Es la flor de tigre.

— Parece un tigre—asiente—Me gustan los tigres, son como gatitos grandes.

— Cada flor tiene un significado, Jane—mi madre se está colocando su suéter.

— ¿Cuál es la flor de appa?

— Esta que tienes en tu oreja—señalo—Él solía llevarla en un tatuaje, justo en su brazo.

— ¿Enserio? —sonríe— ¿Qué significa?

Esto me trae demasiados recuerdos con JungKook.

La flor de tigre.

— ¿Tiene algún significado?

— ¿Prometes no reír si te lo digo? —siento sus venas por debajo de mis dedos. Cuando levanto la mirada, JungKook dice—Por favor, ámame.

— Por favor, ámame—contesto—Eso significa.

— Espero que ames a tu madre a pesar del regaño—dice mi madre—Hacemos lo mejor para ti, Jane, en especial ella.

— Lo sé—baja la cabeza haciendo un puchero—Lo siento, omma, no debí golpear a Kookie.

Me coloco a su altura abrazándola, beso su mejilla y luego la miro.

— Pase lo que pase siempre te amaré—beso la punta de su nariz y ella sonríe, pero se quita la flor colocándola en mi oreja.

— Digo lo mismo, omma, pase lo que pase siempre serás mi omma.

La niña besa mi mejilla y va donde mi madre tomando su mano. Le recuerdo no correr ni soltarla, las veo salir con una pequeña sonrisa antes de regresar a mi puesto. En el mostrador hay un bolso pequeño y cruzado, mi madre suele usarlo, junto a éste están las llaves de la casa. Las tomo saliendo de la tienda.

— ¡Mamá! —llamo al distinguirla. Se voltea y me acerco—Olvidaste esto.

— Abuela ya estás viejita—bromea Jane.

— Esta niña—la despeina escuchándola reír. Mi madre toma las llaves y en un abrir y cerrar de ojos todo pasa muy rápido. Los gritos de las personas se escuchan cuando los disparos aparecen de la nada, por instinto cubro a Jane con mi cuerpo, mi madre me abraza fuertemente y Jane se aferra a mí estando en medio de ambas, logro distinguir un auto que acelera a toda velocidad totalmente negro. Cuando el alboroto pasa, seguimos en la misma posición.

— ¿Están bien? —pregunto sin moverme.

— Estoy asustada—escucho a Jane.

— ¿Mamá? —al romper el abrazo noto su blusa manchada de rojo—Oh, no, ¿Mamá? —la sostengo cuando pierde el equilibrio—Dios mío.

— ¿Abuela?

— Jane, quédate ahí—ordeno. Las personas comienzan a acercarse— ¡Alguien llame una ambulancia! —la desesperación es evidente en mí, Jane comienza a sollozar por el susto y yo siento que estoy al borde del colapso—Tranquila, estarás bien.

— Grace...—noto algo de sangre en su boca. Mis manos quieren comenzar a temblar mientras la sostengo en brazos—Cuida a Jane...

— No, no digas eso, por favor, estarás bien.

— Grace...

— ¡No! —trago con dificultad—Por favor, no, mamá tú no—y las lágrimas salen. La abrazo con fuerza sin importarme manchar mi camisa también.

— Grace, mírame—niego con la cabeza—Cielo, mírame—obedezco siendo un mar de lágrimas—Protege a tu familia.

— No puedo.

— Pudiste protegerte por once años—sonríe débil, sus párpados luchan por no cerrarse y la maldita ambulancia no llega todavía, las personas rodeándonos me sofocan—Puedes hacerlo con tu hija, puedes hacerlo con su padre.

— Estarás bien—intento convencerme. Ella sonríe apenas y sus ojos comienzan a ceder—No, no, quédate despierta, ¿Me escuchas? —pero no tengo respuesta—Mamá, por favor no me dejes—la abrazo de nuevo—No me dejes, te necesito—sollozo y siento como su mano se desliza hasta el suelo— ¡Despierta! Despierta, por favor, te necesito, tu nieta te necesita—aparto los mechones de su frente— ¿Mamá?

Con cuidado la dejo recostada en el suelo, mis manos tiemblan, pero no me da tiempo de reaccionar, Jane me abraza sollozando y no puedo evitar sentirme peor.

Todo puede cambiar en un jodido segundo.

Lamento si no estoy actualizando seguido como antes, he estado algo ocupada con mi madre, espero que entiendan.

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