Amafil

Ella envía el mensaje y sale de su habitación para comenzar su día trabajando en el restaurante pretendiendo que su vida es perfecta y que no ha pasado nada. Decide ir a ponerse el delantal, pero antes de hacerlo encuentra a su amiga esperándola en la cocina.

— ¿Sabes? Yo en verdad lamento todo lo que te dije ayer, sobre todo como me comporte amiga, — dijo preocupada de cuál podría ser su respuesta ya que no quería perder a la única amiga que tenía — espero que me puedas perdonar.

— No tengo nada de que perdonarte. Tú solo me quieres ayudar en algo que yo no quiero y lo entiendo, pero mejor dejemos de hablar de eso, que sabes que no me gusta estar molesta con mi amiga. — dijo mientras le abría los brazos para poder abrazarla.

— Te prometo que no me volveré a meter en tus asuntos con él. — correspondió el abrazo de su amiga.

Estuvieron así unos segundos, se separaron no sin que antes ella pudiese notar las marcas en sus muñecas. Pero por esta vez se quedó callada, no quería meterse en dónde no la llaman.

— Tengo que ir a trabajar antes de que los clientes se comiencen a acumular — dijo tranquila de haber podido arreglar las cosas con ella.

— Está bien Amafil, nos vemos por la tarde. Y tápate mejor las marcas que tienes en las muñecas que son visibles — dijo antes de salir de la cocina, dejándola sola y con ganas de llorar por todo.

Solo después de que ella terminara de salir completamente pudo ver realmente que las marcas en sus muñecas, eran bastantes visibles y si ella las había visto no se quería imaginar que podía pasar con las demás personas.

***

Alejandra

— ¿Cómo se encontraba mi mamá cuando la llamaste está mañana? — preguntaba Ale mientras se sentaba para desayunar.

— Creo que pasó algo anoche porque su voz se oía como en el pasado, — dijo su tía comenzando a comer — pero como siempre no ha querido hablar.

— Sinceramente no sé cuánto tiempo más mi mamá quiera seguir callando todo esto que vive — dijo preocupada por haber dejado a su madre sola.

— No sabemos cuánto tiempo ella pueda estar en silencio, pero todos tenemos un punto de quiebre y siento que mi hermana está por llegar al suyo.

— Pues esperemos que ese punto de quiebre sea pronto, pero por los momentos quiero que me conteste lo que te pregunte anoche, de lo que no me quisiste decir nada y solo cambiaste el tema.

— Han pasado demasiadas cosas desde que ella conoció a tu padre, tantas cosas que para los ojos de los demás estaba mal pero ella iba una y otra vez a perdonarlo por cada cosa que él hacía. — habló con un poco de decepción, nunca ha podido entender del todo a su hermana — Ella siempre le ha creído más que a cualquier otra persona, solo veía a través de sus ojos.

— Pero sigues sin contestarme la pregunta tía, no entiendo porque aún cuando ha pasado tanto tiempo tú sigues callando todo.

— Por los momentos no te lo puedo decir, son demasiadas cosas y muchos temas que tocar que involucran a tus padres, y por el momento no me corresponde hablar de eso — dijo mientras se iba parando de la silla.

— Pero en algún punto vas a tener que decirme las cosas.

— Sí, esto no lo podré ocultar toda la vida. Pero no será ahora, cuando me sienta realmente lista para hablar, ese será el momento indicado.

***

Lili

— ¿Qué mierdas haces en mi cuarto? Lárgate de aquí — decía totalmente alterada mientras trataba de huir de él — no quiero ver a nadie y mucho menos a ti.

— Hija no entiendo porque me tratas así, soy tu padre y solo quería saber cómo estaba mi hija después de ese día tan trágico — el respondió con su voz de burla mientras impedía que ella se fuera.

— Tú más que nadie sabe cómo son las cosas, que no soy nada de ustedes y nunca lo seré, quiero que le quede claro no lo quiero ver en mi puta vida.

— No sabes cuánto me alegra verte en este estado en el que eres incapaz de contar todo lo que sabes, solo por querer proteger a alguien, — se burló de ella — no sabes lo patética que te ves haciendo esto.

— Y tú un imbécil que tiene que mantenerme amenazada para que las cosas salgan bien, porque de lo contrario no salen como quieres ¿O me equivoco? — contraatacó escondida en un rincón ya que se había podido librar de él.

— No te equivocas Lili, pero quiero que tengas las cosas claras y sepas que aquí soy yo el que controla las cosas, y que si te atreves a hablar de más, sabes quién pagará las consecuencias.

— ¡Lárgate de mi cuarto y de mi vida! Ya tienes lo que querías, — su voz se rompió mientras se le salían las lágrimas — déjame de joder de una puta vez, solo vete.

En eso entró su madre impidiendo que algo más pudiese llegar a pasar en esa habitación, sin tener la menor idea de la gravedad de las cosas.

— Antonio, amor ¿Me puedes decir que son todos esos gritos que se escuchan hasta nuestra habitación? — pregunto preocupada por la situación, se acercaba a su hija para ayudarla a volver a la cama.

— Nada amor, sabes que llegué a la casa y como sabía que ibas a estar dormida decidí entrar a ver a nuestra hija, pero ella en cuanto entré a empezado con su actitud violenta, — dijo con fingida inocencia — yo solo estaba tratando de ayudarla.

— Eso lo entiendo, ¿Pero me puedes decir cómo Lili terminó en el suelo? — ya había acostado a Lili de nuevo.

— Trate de acercarme a ella a saludarla y comenzó a huir de mí sin ninguna razón. Por eso terminó como está, pero lo mejor será que la dejemos a solas y que nos vayamos.

Ambos caminan hacia la puerta de la habitación, pero antes de terminar de salir Lorena decide volver a hablar:

— ¿Segura que no necesitas nada Lili?

Pero ella simplemente no responde, así que no le queda más opción que salir del cuarto e ir para su habitación junto a su esposo.