💢003 - Angustia💢
Amafil
— ¿De qué te ha estado hablando tu querida amiga? A ver dime, sabes que no me gusta cuando comienzas a tentar mi paciencia — dijo bastante furioso mientras la tenía agarrada del brazo a la espera de una respuesta.
— Nada de lo que tú te debas preocupar amor, lo mejor será que me sueltes que debo continuar trabajando, debe haber bastante clientes — respondió algo nerviosa mientras trataba de salir de ese despacho.
— Es lo que espero Amafil, no me gustaría tener que volver a recurrir a cosas del pasado ¿Verdad que no quieres eso? ¿O sí? dijo luego de reforzar el agarre que le tenía en el brazo.
— No hay necesidad de eso amor, — dijo aún más nerviosa que antes — ya va a ver que no, solo téngame paciencia.
— Es lo que menos tengo así que espero que no tientes de más, más bien decime donde está nuestra hija.
— Se ha ido con mi hermana una temporada por cosas de los estudios, pero vendrá más pronto de lo que imaginas — dijo intentando soltarse el brazo, sabía que iba a quedar un morado feo, pero eso era lo que menos le importaba en estos momentos, solo era salir de ahí.
— Esa mocosa sabe que no me gusta que pasen por encima de mí, pero ahí vas tú y dejas que haga todo lo que quiera, pero no creas que de esto vas a salir totalmente libre — habló con su voz amenazadora.
Él la soltó del brazo y esa fue la señal de ella para irse de ahí, ya que conocía demasiado bien al hombre con quién se había casado para saber sus expresiones, pero ni bien había terminado de irse cuando él vuelve a tomar la palabra.
— Está noche en la casa puntual, ni un minuto más ni uno menos, tu ya sabes lo que te espera — dijo con una voz imponiendo autoridad sobre ella.
Solo asiente y se va del despacho dejando a su marido solo mientras ella comienza a trabajar como si no hubiese pasado nada.
***
Rigoberto
—¿Ya has terminado de hacer lo que sea que estabas haciendo en el baño? Porque no sé si olvidas que debemos irnos hoy de aquí, y vamos a perder el bus — decía mientras tocaba la puerta con bastante insistencia para que su hijo saliera de ahí.
Pasan unos segundos y él le responde, estaba perdido en los recuerdos que tanto daño le hacen, eran los tiempos en que se podría decir que era la familia perfecta.
— Sí, ya voy papá, no tienes que seguir golpeando la puerta — dijo mientras se paraba del suelo ya que en una de esas se había sentado en el piso — solo dame unos segundos y ya salgo.
Salió unos segundos después y ya su padre lo estaba esperando con la maleta de ambos listos para irse de una vez por todas de ese escondite.
Fueron ambos hasta la estación de autobuses, por suerte lograron llegar a tiempo, se posicionaron en sus asientos uno al lado del otro, y aunque sus cuerpos estaban ahí sus pensamientos estaban en lugares muy distintos ya que su hijo pensaba muchas cosas.
<<— Lili perdóname, si yo hubiese sabido lo que iba a pasar en ese sitio jamás te hubiese llevado — rogó con su voz totalmente rota mientras entraba a una habitación.
— Pero es que tú nunca piensas, y yo por querer seguirte la corriente es que he terminado así. — le gritó su hermana del otro lado de la puerta — Vete de mi vida para siempre, no quiero saber de ninguno de ustedes — hablo con parte de su cara cubierta con una tela y unos aparatos en las muñecas.
— Solo perdóname, hermana, tú jamás debiste haber pasado por todo esto. — dijo tratando de acercar a ella.
— ¡Lárgate! No entiendes que no te quiero aquí, ni a ti ni a nadie, ¿Por qué mejor no se hacen de cuenta que yo estoy muerta? — decía intentando quitarse las cosas que tenía en sus muñecas, pero solo se estaba haciendo mucho daño.
— ¿Estás preparado para todo lo que se puede venir si llegas a hacer esto Antonio? — dijo una persona moviéndose por el cuarto.
— Más que preparado. — respondió con seguridad mientras estaba sentado en una silla — Estoy dispuesto a pagar las consecuencias de todo lo que se venga, además todo es por nosotros, si logramos esto seremos los mejores.>>
***
Alejandra
— Ale, mi niña hermosa — dijo la mujer que la abrazó luego de abrir la puerta — que alegría tenerte por aquí, no sabes cuánta falta me has hecho.
— A mí también tía, no sabes todo lo que te he extrañado — dijo correspondiendo al abrazo de su tía, para luego entrar a la casa para poder platicar más a gusto — pero por el momento no recordemos eso, lo importante es que ya estoy aquí.
— Es cierto, tú estás aquí conmigo y aquí vas a estar a salvo de todo lo que pueda venir, pero dime ¿Cómo está tu mamá? — pregunto con duda de cuál pudiese ser la situación en la que estaría su hermana.
— Como siempre tía, ambas sabemos cómo se pone cada vez que él está cerca de ella, las cosas son evidentes para todo el mundo, pero ella es la que no se quiere dar cuenta de las cosas.
— Lo sé más que nadie, durante casi 16 he intentado convencerla de que se aleje de él. — miró a su sobrina — Yo por ella y por ti soy capaz de lo que sea, les hubiese dado alojo aquí, pero no, siempre ha preferido estar con él.
— Tía, ¿Él llegó a hacerle cosas antes de que yo naciera? dime la verdad, sabes que es muy poco lo que se.
— Puede que sí y a la vez puede que no, nunca lo he podido llegar a confirmarlo como tal, a pesar de que la vi varias veces en ese estado jamás he tenido las pruebas suficientes para poder confirmar algo concreto.
— Pero tiene que haber algo, alguna prueba que tal vez hayamos pasado por alto y sea lo suficiente para acabar con todo esto.
— Ale, ¿Pero de qué va a valer si ella jamás ha tenido el valor ni lo tendrá para hacerlo? Así que, aunque encontremos esas dichosas pruebas, no hay manera de que pague por todo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro