Lili

— Por favor, Lili, trata esta vez, van a venir tu padre y tú hermano ¿Acaso no los quiere ver? Ya han pasado casi dos años desde lo que pasó — le decía su madre mientras se acercaba a abrir las cortinas.

— Mamá, ya te he dicho que no quiero nada de ellos ni de ti ¡Que te largas de mi cuarto! Y ni te atrevas a abrir las cortinas. — gritó alterado mientras se arropaba la cara con las cobijas.

— Lili, mi niña ¿Hasta cuándo vas a seguir en esto? ¿Dónde está mi niña? ¿La alegre que alegra a todos con su música? — dijo su madre mientras trataba de acariciarle el cabello.

Pero no pudo ya que ella le detuvo la mano en el acto, frenando el que su madre pudiese tener cualquier tipo de contacto con ella.

— Estaré así por siempre, y quiero que tú y todo el mundo entienda que esa persona que tanto buscan se murió hace dos años. — la miró fija mente a los ojos— Yo soy otra persona ¡Así que dejen de joder y déjenme en paz! — gritó una vez más para que su madre se alejara, todo mientras veía como se le salían las lágrimas.

Como su madre no hacía ningún tipo de movimiento con intención de irse ella decide volver a hablar:

— Soy un maldito monstruo, esa chica que todo el mundo busca no soy yo, al menos no ahora... Esa está más que muerta y enterrada desde hace años. —Aun debajo de la cobija que tenía en la cara esperaba que su madre dijera algo más mientras se le salían las lágrimas.

Pero ella no dijo nada más y solo se resignó a salir de la habitación mientras que sabía que ya había ganado ella, porque había dejado sin argumentos a su madre para intentar convencerla de algo que nunca más iba a hacer, pero por más que hacía su madre no se rendía con ella.

***

Lorena

— Mirta, nada de lo que he hecho ha podido convencerla, esa chica que está en ese cuarto no es mi Lili — dijo Lorena a la persona que estaba en la línea.

— Lore... Solo dale tiempo a tu hija, ambas sabemos que lo que le pasó no es nada que se pueda tomar a la ligera, solo trata de comprender la — le respondió con compasión su amiga, ya que no se merecía nada por lo que estaba pasando.

— ¿Cuánto tiempo más? Han pasado dos años en los que no ha querido salir de ese cuarto, ni siquiera para sus terapias de recuperación, — respondió algo frustrada — no sé qué más hacer, todo esto me tiene demasiado — le decía mientras se sentaba en el sofá para poder hablar con más comodidad.

— Solo tenle paciencia y el mismo tiempo te dará las respuestas que necesitas. — dijo su amiga completamente calmada — Por lo pronto trata de ayudarla lo más que pueda, no puede estar toda su vida en su cuarto.

— Eso lo sé, pero no hay poder humano que la logré sacar de ahí, ni siquiera su hermano ha logrado hacer algo.

— ¿Y si tratas de que se vuelva a conectar con lo que amaba antes de que pasará toda esta desgracia? Tal vez sea lo único que pueda llegar a salvarla de ella misma.

La llamada es finalizada después de las últimas palabras de su amiga, dejándola con duda, tal vez tenga algo de razón en sus palabras... Solo tal vez, si logra conectarla con lo que era antes de lo que pasó podría volver a ser ella misma.

***

Amafil

— ¿Estás segura de que estás bien con todo esto que te está pasando, Amafil? — preguntó su amiga Sofía con algo de duda mientras estaba ayudando a su amiga en el restaurante

— Dentro de lo que cabe, no sé cómo debería sentirme con que mi hija se haya ido con mi hermana — respondió un poco afligida mientras seguía atendiendo las mesas.

— Ambas sabemos muy bien que ella va a estar más que bien con tu hermana, pero tú misma tuviste el poder para evitar que se vaya — le dijo con seguridad, aunque al instante se arrepiente de sus palabras.

— ¿Y cuál es ese poder que según tú y todo el mundo tengo? Porque todos creen que es muy fácil, pero la realidad es más difícil de lo que cualquiera piensa — respondió con su voz alterada ya que no le gustaba para nada que se metieran en su vida y mucho menos su amiga.

— Perdón amiga, — se disculpó — hablé de más, no debí haber dicho nada.

— Nada de perdón Sofía, ya lo que dijiste, está hecho, — la miró — ahora soy yo la que quiere que escuches.

Tomó unos segundos de pausa mientras se encerraba con ella en el despacho para poder hablar bien.

— Ni tú ni nada sabe todo lo que yo he vivido, y por qué aún sigo soportando todo esto. Todos creen que es fácil dejarlo, pero la realidad es muy distinta.

— ¿Y cuál es esa realidad? Pareciera que tú quisieras seguir viviendo y no salir de aquí.

— No es que yo quiera seguir viviendo o no, solo es por mi hija que yo he aguantado todo.

— ¿A qué te refieres tú con tu hija? Sabes que no estás sola, nos tienes a mí y a tu hermana, pudiste haber dejado todo esto hace tanto tiempo y hoy podrías ser una persona totalmente diferente.

— Solo cambiemos de tema Sofi, no quiero seguir hablando de lo mismo una y otra vez, te agradecería que no me vuelvas a hablar de esto.

— Y espero que el tema de conversación cambie querida, porque si no, — dijo una tercera persona entrando al despacho, que para su desgracia había escuchado suficiente de la conversación para estar más que furioso — no quieres saber lo que puede pasar.

— No ha pasado nada amor, ya más bien Sofía se va a ir de aquí ¿Verdad amiga? — habló totalmente nerviosa mientras trataba de hacerle señas a su amiga para que captará el mensaje y se fuera.

— Sí... Lo mejor es que me vaya ya, hablaremos en otra ocasión con más calma, — se despidió —que estés bien que pase un feliz día Octavio —dijo mientras se acercaba a la puerta para salir de una vez, pero él le agarra el brazo impidiendo que se vaya diciéndole unas últimas palabras:

— Mucho cuidadito con lo que dices, no sabes todo lo que puedo llegar a hacer — después de decir eso la soltó, y se fue de ahí dejándolos a los dos a solas en ese despacho sin saber las consecuencias.