💢001 - Comienzo💢
Alejandra
— ¿Estás segura de la decisión que estás tomando Alejandra? Sabes que nadie te está obligando a hacerlo ¿Verdad? — se lo decía una mujer mientras caminaba en el cuarto de su hija a la espera de la respuesta.
— Lo estoy mamá, no tienes que preocuparte por eso. Y sí, sé que nadie me está obligando, pero sabes muy bien porque me voy. — ella la miró— Simplemente no quiero seguir aquí, no mientras mi papá siga viviendo en esta casa. — le respondió ella mientras se acercaba a meter más ropa en su maleta.
— Si es tu decisión no te cuestionaré más, pero por favor te cuidas con tu tía y me estás llamando siempre. — dijo con resignación ya que sabía que no podía hacer más, no había nada que la hiciera cambiar de opinión.
— Gracias mamá, no sabes todo lo que significa para mí que me estés dando este voto de confianza, prometo que no te defraudaré, pero quiero que también me vas a prometer que te vas a cuidar. — ella lo dijo con un deje de preocupación ya que conocía el ambiente en el que vivía mejor que nadie.
— Créeme cuando te digo que lo voy a hacer, quédate tranquila, pero mejor voy a bajar al restaurante antes de que se me haga más tarde — dijo rápido mientras se despedía de ella con un beso en la frente y salía de esa habitación.
Siempre era así las conversaciones con su mamá, cada vez que tocaba ese tema ella siempre salía con excusas como acababa de hacer, evadiendo e ignorando las cosas que involucraban a su padre.
Salió de su nebulosa cuando su teléfono comenzó a sonar, decide contestar, aunque ya se imagina de quien se trata.
— Hola Ale, ¿Cómo estás? — habló la persona al otro lado de la línea — ¿Ya vas a venir para acá o has cambiado de opinión? — le preguntó con algo de duda de su respuesta.
— Estoy bien tía no hay nada de qué preocuparse, y si, ya voy a salir, estaré por allá a más tardar en la noche. — respondió mientras cerraba su maleta.
— ¡Perfecto! Te estaré esperando en donde habíamos acordado, y dime ¿Cómo está tu mamá respecto a ese hombre?
— Bien dentro de lo que cabe, pero ambas sabemos que ese tema no se le puede tocar porque siempre lo va a evadir, y no se puede hacer mucho así, pero mientras él no esté cerca de ella todo bien.
— No sé ni qué decirte con lo que me cuentas, es que si Amafil no se deja ayudar no veo mucho que podamos hacer, espero que no pase nada malo en el tiempo que tú estés aquí.
— Es lo que más espero, pero mejor dejemos de hablar tía, ya me tengo que ir porque si no voy a perder el autobús.
— Dale, cuídate. No quiero que llegues tarde, hablamos aquí con más calma.
Luego de esas últimas palabras la llamada se corta, ella agarra su maleta junto con sus pertenencias y sale de su habitación con destino a la central de autobuses sin despedirse de ese hombre.
***
Rigoberto
— Papá, ¿Es necesario que nos vayamos de aquí? — preguntaba un joven mientras iba arreglando sus pocas cosas en una maleta.
— Sí, ya no nos podemos quedar más tiempo aquí, además su madre nos está necesitando, las cosas allá no están tan bien que digamos. — respondió el señor mientras lo iba ayudando.
— ¿Y por qué no nos había dicho nada antes? ¿Ella no cree que hubiésemos podido ayudarla? — dijo un poco molesto.
— Usted sabe que yo pienso igual hijo, pero sabemos cómo es su madre y que ella no nos iba a preocupar con esas cosas en la situación que estamos aquí, pero sí se atrevió a hablar es porque realmente nos necesita.
— Lo sé papá, la conozco muy bien. — él suspiró — Pero mejor terminemos de empacar antes de que se nos haga más tarde. — cómo su padre no le habló más decide continuar empacando.
Pero él vuelve a hablar cuando menos lo espera.
— Si volvemos para Medellín, Rigoberto, quiero que te quede claro y es que por ningún motivo va a volver a cantar, ni mucho menos volver a subirse a un escenario. No quiere que las cosas vuelvan a terminar así ¿O me equivoco? — le dijo con su voz más seria que la que normalmente utilizaba.
— Claro que no papá, no volveré a cometer los errores del pasado, no quiero que le pase nada malo a mi hermana, — << No por mi culpa>> pensó — no de nuevo. — le dijo bastante melancólico. No quería que esos recuerdos volvieran a su mente, no después de haberlos enterrado tan profundamente.
— Es lo que más espero, que todo haya quedado más que claro — suavizó el rostro y le sonrió — pero mejor cambié esa cara, lo que pasó le ha servido de lección. — dijo con un toque de burla ya que las cosas volverían a ser como antes.
— Ah sí, claro que me ha servido de lección — contesto un poco nervioso ya que ni él mismo entendía porque su padre le decía esas cosas.
Se quedó unos pocos segundos más ahí antes de irse al baño, lo que necesitaba era no pensar en todo el pasado, pero, aunque no lo quería, esos recuerdos venían a él inconscientemente...
<<— Me enamoré el primer día que te vi, y pude comprobar todo lo que siento por ti... — la chica estaba cantando en el escenario.
— ...Y tu linda sonrisa me demostró que vas a estar conmigo siempre — él le comenzó seguir a su hermana.>>
<<— Ya te lo he dicho cientos de veces ¡Nunca voy a volver a cantar! que te quede claro — le gritando su hermana mientras lo sacaba de la habitación — ¡Todo es tu culpa! Tu siempre vas a ser el responsable de yo haber terminado así ¿Me oyes? ¡Tu culpa! — volvió a gritar mientras cerraba la puerta.
— Hermana, lamento todo lo que ha pasado contigo, si tan solo pudiese cambiar el pasado y que nada de esto hubiese pasado... — suspiró cansado — Tal vez no me sentiría tan culpable como me siento en estos momentos. — susurró para si mismo. >>
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