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Capítulo 12

MIRADAS AZUCARADAS VUELVE A WATTPAD por tiempo indefinido\*-*/ Recuerden que este es el borrador de la historia, en el libro físico y en el ebook hay cambios <3



Tarareo la canción que Shawn cantó ayer, no ha salido de mi mente, creo que hasta soñé con la tonada.

Cierro los ojos para que el champú no entre en mis ojos. Finjo que el gel, el jabón y los azulejos son personas que han venido a mi show. Me ahorro las presentaciones porque seguramente están ansiosos, aquí es el único lugar donde no me aventarán tomates.

—I want that red velvet, I want that sugar sweet, don't let nobody touch it, unless that somebody is me... —canto en voz alta al tiempo que mis dedos masajean mi cuero cabelludo—. Sugar, yes please, won't you come and put it down on me...

Alguien aporrea la puerta, brinco del susto y detengo mi concierto. Querido jabón, tendrás que esperar por mi hermosa voz.

—¡¿Podrías callarte?! ¡¡Tus aullidos harán que me explote la cabeza!! —Cecile grita del otro lado, me saca una risotada.

Le contesto canturreando el resto del coro, voy a enjuagarme la espuma cuando alguien le jala al baño de arriba y, sin que pueda evitarlo, sucede.

—¡¡Mierda!! —grito al sentir el agua helada aparecer de pronto. Se estrella en mi cuerpo, ¡hija de su cochinita!—. Mierda, mierda.

El jabón entra en mis ojos y me pica, ¡maldito! No me aventó tomates, encontró un modo más efectivo para vengarse.

Ay —me quejo. Saco la mitad de mi cuerpo del chorro para que solo se enfríe la parte de arriba. Tallo mis ojos en el agua hasta que el ardor es casi imperceptible—. ¡Vas a pagar por esto, versión cuatro de Avril Lavigne!

Escucho las risas de mis hermanos en alguna parte, ¡casi me dejan ciega!

No me demoro más de la cuenta, la inspiración se me ha ido, ahora parezco un pingüino tembloroso que acaba de salir de Alaska. ¿Necesito que alguien me caliente? No caigas en el pecado otra vez, Natalie, no pienses en sus muslos a tu alrededor.

Elijo mi vestuario una vez afuera de la ducha: un pantalón de mezclilla, unas sandalias y una blusa rosa con un estampado de animal print. Cepillo mi cabello, y más nada.

Salgo de mi habitación mirando a todas partes, buscando a los enemigos. Al parecer no hay señal de ellos, estúpidos Oompa Loompas, los ahogaré en chocolate amargo.

Bajo las escaleras y me interno en la cocina, mis ojos se entrecierran al mirarlos sentados en la mesa apretujando los labios, reteniendo la risa.

Mamá me ofrece un plato con huevos revueltos y un panecillo, se me olvida lo mal que inicié mi día... solo por ahora porque en cuanto pueda me vengaré, les enseñaré que puedo ser una chica mala.

—No sé qué está pensando tu cabecita, Natalie, ni se te ocurra hacer uno de tus planes como el de aquella vez porque te castigaré —dice mamá , hago como si no estuviera maquilando mi plan perverso. Mi última venganza no resultó como pretendía, el par de enanos pusieron aceite en mi jugo de manzana, entonces yo puse hormigas en sus cereales. No funcionó porque fue mamá la que se sirvió el cereal, no me dejó salir a ninguna parte durante meses—. Además, sabes que cantas horrible, cariño.

—¡Mamá! —exclamo, indignada. Ha arruinado mi esperanza de ser la próxima Miley Cyrus, quería columpiarme en una bola gigante. Escucho de fondo las carcajadas de los renacuajos y me quedo enfurruñada en la silla, saboreando mi desayuno.

Desciendo del coche de mi madre después de darle un beso en la mejilla, busco a Jas con la mirada y la encuentro sacudiendo su mano en una jardinera, así que corro para contarle sobre la cita antes de que llegue Greg y se la coma.

—¡¡Cuéntame!! —grita, eufórica, incluso algunos chicos voltean.

Amo a Jasmine, soy la mugre de su uña, soy la cremita de su oreo, soy las chispitas de su galleta, es mi mejor amiga y sé que puedo contar con ella si lo necesito; así como ella sabe que estaré cuando lo necesite.

Nos conocimos porque llevábamos Biología juntas, descubrí que era admiradora de Maroon 5 al ver su cuaderno lleno de dibujos de su discografía. Lo mejor fue que no quería desnudar a Adam Levine — Adam es mío, nadie más que yo puede desnudarlo—, entonces supe que seríamos grandes amigas. El resto fue fácil porque nuestras personalidades son muy parecidas.

—¡Dijo que quiere conocerme! —exclamo en un susurro, no quiero que alguien escuche acerca de mi cita. Soy una persona supersticiosa, quizá se echará todo a perder. Va a gritar, pero me lanzo y tapo su boca con mi palma—. Fue hermoso, me hice un raspón y limpió mi rodilla. Mientras bailábamos en medio de un parque me cantó al oído, me dejó sentarme delante de él en su motocicleta. Estuvimos hablando de cosas. Dios, fue perfecto, Shawn es perfecto.

Siento su sonrisa debajo de mi mano, la suelto y doy un paso atrás, sé que ya no se pondrá a gritar cada cosa que diga.

—¿Ya estás planeando la boda? Recuerda buscar nombres de pediatras para cuando tengan bebés, ow. —Está bromeando, sin embargo, no puedo reír. Se da cuenta de mi silencio momentáneo, su gesto divertido cae y frunce el ceño—. ¿Qué pasa?

—Que quiera conocerme no significa que vaya a sentir algo por mí, él sigue queriendo a Hannah. Tengo miedo de que entre en mi vida y luego decida marcharse, no soporto las despedidas.

Jas entiende muy bien de lo que estoy hablando. Cuando papá se fue de casa pasé semanas enteras llorando, ella cepillaba mi cabello todas las tardes y compraba palomitas de maíz para animarme. Todavía no acepto que papá tomara la decisión de irse, de dejarnos, no he hablado con él desde que pasó, a pesar de que cada semana recibo un correo electrónico. Estoy enojada, también lo extraño y no quiero extrañar más cosas.

Sé que si Shawn decide que no puede sentir nada por mí será algo muy doloroso porque estoy perdida por él, aunque no lo sepa. No pienso decirle que me la pasaba espiándolo a escondidas, pensará que soy una lunática.

—Oh, Nat, no creo que puedas resistir si el chico viene a ti, solo déjate llevar. No lo sé, no quiero que sufras, si te hace algo malo le cortaré las pelotas y te compraré mucho helado y papas fritas. Eso haría una buena BFF. —Sonrío.

—Hola, preciosa. Hola, chica hamburguesa. —Giro los ojos con diversión al escuchar a Greg, veo cómo se acerca a su novia y deposita un beso en sus labios.

—Bueno, yo los dejo, los veo en el almuerzo —digo porque no quiero ver su intercambio de saliva y gérmenes; y amor, supongo. No me contestan, están muy enfrascados en mirarse uno al otro con ojos de anime encandilado.

Me dirijo al interior de la escuela, rápidamente pienso en si me encargaron tarea, espero que no pues no hice nada por ir con cierto chico. Me encuentro a Hannah en el pasillo, quien me saluda agitando su mano, le regreso el saludo. Me siento mejor cuando no veo a Shawn cargando su mochila.

Me detengo en mi casillero, estiro la mano para obtener mi materia, pero alguien tapa mis ojos desde atrás. Sé quién es porque huele a él, no obstante, le sigo el juego.

—Adivina quién soy —dice cerca de mi oído. ¡No suspires como damisela enamorada Natalie! ¿Dónde están tus ovarios, chica? No eres una gelatina.

Voy a abrir la boca, pero me da la vuelta. Quedo frente a un milagro de la naturaleza con lunares y sonrisa de muerte. Si tuviera mi chat abierto pondría caritas pervertidas solo para desahogarme. ¡Una luna pervertida!

Me da un abrazo y deposita un beso en mi frente.

—Hola, preciosa —murmura. Se echa para atrás y barre mi cuerpo con sus ojos.

Wow, ¿de dónde salió eso? ¿Este es el momento en el cual se me acerca y me estampa en el casillero para besarme apasionadamente en frente de todo el mundo? Pagaría lo que fuera para que se saltara lo de conocernos y lo hiciera.

Natalie, definitivamente tienes que ir a echarte agua bendita.

—Hola —contesto.

—¿Te sentarías conmigo en el almuerzo? —Asiento, un tanto impactada por su ofrecimiento. No es que no me guste la idea, solo espero que no nos sentemos en la mesa de Hannah porque, aunque la chica es buena, no es mucho de mi agrado tenerla cerca—. Y... ¿estás libre el viernes? Va a haber una competencia y me gustaría que fueras, después podríamos ir a comer hot-dogs. La verdad es que quiero verte en las gradas.

—De acuerdo, sería genial. —Esbozo una sonrisa. Shawn relaja los hombros luciendo aliviado, ¿creía que le diría que no? Este chico sí que debería llevar sus lentes todo el tiempo, cualquiera ya se hubiera dado cuenta de mi enamoramiento, me convierto en tartamuda cuando lo tengo cerca.

—Bien.

El timbre suena como si fuera una maldición, ¿por qué justo ahora? Pero debo moverme porque hoy toca clase de artes y odio llegar tarde.

Me despido de él con un beso en la mejilla y me voy corriendo. Llego al aula justo a tiempo, detrás de mí entra el profesor Carmichael acariciando su bigote de estilo italiano. Su bigote me gusta porque me recuerda a la pasta que hace la abuela.

Veo que Hannah está sentada a lado del lugar que procuro ocupar, así que me voy a otro. No me apetece charlar con ella acerca de sus últimas compras en el centro comercial, además, detesto que me pregunte cómo hacer los trazos y luego finja que es una experta. ¡Ladrona de conocimientos come lechuga!

El maestro dividió el programa de clases en estaciones para abarcar todas las artes. Iniciaremos con la estación literaria, hace una exposición sobre el cubismo literario, estoy fascinada al ver cómo crean un poema dentro de una figura. Quiero hacer eso.

—Vamos a trabajar en el cubismo y la poesía, para la próxima clase van a traer un ensayo acerca de la poesía en todas sus formas, colores y sabores. Lo más completa que puedan. Nat, voy a mandarte la presentación de hoy para que se la pases a tus compañeros. —También me agrada Carmichael porque soy su alumna preferida.

A la hora del almuerzo, Shawn está esperándome afuera de la cafetería. Jas me hace un guiño cuando lo ve, espero que no la haya visto. Tomamos la comida y nos dirigimos a una mesa solitaria. Sep, seremos solo nosotros dos.

—¿Te gusta mucho la clase de artes? —pregunta.

—Sí, creo que es lo único que hago bien, ¿cómo lo sabes?

—Harold me dijo algo y te fuiste corriendo en la mañana antes de que pudiera decirte lo linda que te veías, te vi entrar al aula. —Destapa su refresco—. ¿Te gusta el color rosa?

¿Me está analizando o qué?

—¿Cómo lo sabes? —Sonríe con timidez, creo que alcanzo a ver que se sonroja, pero no estoy muy segura.

—Casi siempre traes algo con ese color. —Abro la boca con sorpresa, no me había dado cuenta de ese pequeño detalle.

Voy a preguntarle si tiene un color favorito, no obstante, alguien se sienta a su lado interrumpiéndome. Hannah aparece en mi campo de visión  sonriendo, dirijo mi vista hacia otra parte porque no quiero ver cómo la mira,cómo le regresa la sonrisa. No quiero ver cómo se arruga mi corazón.

* * *

Gracias por leer y por sus comentarios, me matan de la risa y de amor. Los adoro <3


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