Egoísmo.
El futuro a menudo se considera incierto.
Nadie sabe adónde iremos con las decisiones que tomamos todos los días, y cada pequeña elección puede tener un gran impacto en nuestras vidas.
Y como muchos otros, la vida de Peter Parker está llena de contratiempos y errores, algunos más graves que otros, pero el joven siempre enfrentó su destino, a pesar de todo.
Hoy veremos uno de los muchos futuros posibles que planeé para Miraculous Spider-Man y todas sus historias hermanas.
Como de costumbre, esta será otra serie, pero a diferencia de las otras AU, tiene sus propias ramificaciones, como tal, pensé que merecía su propia historia en lugar de ser solo un montón de one-shots, y ahora, sin más preámbulos, empecemos por el futuro más curioso que creé.
Solo como advertencia adicional, esta historia incluirá lenguaje soez, descripciones detalladas de violencia y varios otros temas controvertidos, así que si alguno de ellos te incomoda, deja de leer ahora mismo.
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(FELICITY PARKER)
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Era una mañana normal en la ciudad de Nueva York en el año 2048.
Los vehículos voladores de Industrias Stark y OsCorp llevaban a sus pasajeros a sus respectivos destinos, ya fuere al trabajo o a la escuela, había un montón de transeúntes caminando porque no confiaban mucho en la tecnología de levitación repulsora inventada por Tony Stark, o simplemente porque se habían acostumbrado a hacerlo.
Y como era usual, en el penthouse en la cima de la torre de la Fundación Hardy, Felicity Parker no pudo evitar gruñir de molestia y tratar de taparse los oídos con una de sus almohadas al escuchar a sus padres discutiendo como siempre.
Viendo que sus esfuerzos por seguir dormida eran inútiles, ella tomó su teléfono y miró la hora, notando que, para su fastidio, sus padres eran sumamente puntuales para despertarla con sus discusiones. Siempre a las 6:30 am, ni un minuto más ni un minuto menos.
- En una casa tan disfuncional como la mía, no puedes esperar tener tranquilidad con tus padres discutiendo por cualquier estupidez que se puedan imaginar, prácticamente cada vez que se ven... - Soltó Felicity. - Y si se lo preguntan, sí, les hablo a ustedes, es algo que se me quedó debido a que los amigos de mi papá estuvieron presentes en varios de mis cumpleaños y fiestas que organizó mi papá. Por lo menos puedo estar agradecida de que a pesar de todo, no estoy tan loca como Wade ni soy tan... especial como Pinkie, soy más como Loud, pero sin el incesto y sin hermanos. No me malentiendan, pienso que son geniales, pero tienen problemas que agradezco no compartir.
En ese momento, la adolescente de 14 años se estiró y soltó un sonoro bostezo, luego trató de alaciar un poco su enmarañado cabello platinado y miró el desorden a su alrededor, después buscó entre sus cobijas y encontró un aparato en forma de brazalete, el cual se puso en la muñeca, para inmediatamente hacer un ademán y disparar una telaraña a una toalla sobre una silla, luego la chica tiró de la línea para tomar la prenda y poder darse una ducha.
- En verdad los lanzarredes vuelven más fácil la vida, no sé porqué a papá no se le ocurrió venderlos. - Se dijo Felicity antes de bostezar de nuevo.
- Es porque sí lo pensó, pero dedujo que de haberlo hecho, muchos lo hubieran ligado a Spider-Man, o incluso hubieran descubierto su identidad secreta. - Dijo una voz chillona. - Y veo que eres igual de floja que tu padre, usas la telaraña hasta para las cosas más simples.
- Oh, hola, Leo...
- ¿Mañana difícil?
- Sabes cuánto adoro despertar con los gritos de papá y mamá...
El kwami se acercó a la chica y le ofreció la mitad de la barra de chocolate que estaba cargando.
- No, Leo, gracias. - Dijo Felicity cortésmente.
- Lo necesitas, anda, te hará sentir mejor.
Felicity sonrió y acarició la cabecita del kwami con un dedo, luego tomó la pieza de chocolate que la criaturita le ofrecía y mordió un trocito de ella.
- Gracias, criaturita. - Dijo Felicity.
- En serio no puedo creer que seas hija de Peter, aún si estuve en el momento en que... - Dijo Leopardon.
- Demasiada información...
- ... Iba a decir "el momento en el que naciste," y nuevamente gracias a comentarios como ese, es que puedo confirmar que eres hija de ese niño torpe.
- Papá y yo también te queremos, pequeñín.
La chica sonrió y se puso de pie, luego se dirigió a la puerta de su habitación y se escabulló al baño, mientras lograba escuchar a su madre azotando la puerta principal y a su padre gruñir en exasperación.
Ella quiso ir a asegurarse que su padre estuviera bien, pero creía que él necesitaba unos minutos para calmarse. Así pues, la chica tomó una ducha, y en cuanto terminó, ella logró olfatear un delicioso desayuno esperándola en la cocina, por lo que corrió presurosa a ponerse su habitual sudadera gris, blusa de botones color blanco y falda púrpura, con medias a rayas blancas y negras, y zapatos negros.
Tras eso, la chica se dirigió al comedor, donde su padre, Peter Parker, estaba sirviendo dos platos con huevos estrellados y tocino, con un par de panqueques y jugo de naranja recién exprimido.
Al ver la tierna escena, la cual le daba gracia pues su padre estaba usando su habitual mandil de florecitas, la chica se apresuró a abrazar a su padre y sonrió ampliamente mientras éste servía un vaso de jugo para sí mismo.
- Buenos días, mi niña. - Dijo Peter con una sonrisa.
- Buenos días, papá. - Dijo Felicity.
- Espero que no me hayas olvidado, niño. - Dijo Leopardon.
- Por supuesto que no, ratita voladora, aquí tienes un pequeño tazón de chocolates tamaño bocado.
El portador de la Responsabilidad puso un pequeño cuenco lleno de chocolates para su kwami en el centro de la mesa, luego el kwami arácnido flotó hasta el cuenco y tomó uno de los chocolates, engulléndolo de un solo bocado.
- Mastica un poco, ¿quieres? - Espetó Peter. - Sé que ustedes son inmortales, pero por pura decencia deberías masticar.
Leopardon simplemente ignoró a su elegido y siguió comiendo, cosa que hizo que Peter rodara los ojos y mirara a su hija.
- ¿Y qué hay en el itinerario de hoy, papá? - Preguntó Felicity.
- Bueno, Tony me pidió que fuera a darme una vuelta por los laboratorios de París, al parecer hay un problema con los generadores de luz sólida de los StarkPhones X2, y de paso, iré al cuartel de los Defensores a actualizar los sistemas de defensa. - Dijo Peter.
- ¿Y mamá?
- Ella... se fue temprano. - Mintió Peter. - Dijo que tenía un par de asuntos sin resolver en la oficina.
- Claro... asuntos... - Dijo Felicity, sabiendo que su padre mentía.
- Sabes que tu madre es una mujer ocupada, no es fácil ser la dueña de la Fundación Hardy.
- Tampoco lo es el ser el Jefe de Investigación en Tecnología de Luz Sólida de Industrias Stark, y aún así te haces el tiempo para cuidarme y mimarme de vez en cuando.
- Sabes que tu madre te ama...
- ¿Al menos estará presente en mi fiesta de cumpleaños este fin de semana?
Peter se quedó petrificado un segundo, cosa que la chica tomó como una negativa a su pregunta y que la hizo suspirar pesadamente.
- No me respondas, ya entendí... No me sorprende, hasta Tamara, Amanda y Loan vienen a mis cumpleaños, y digo, no es para tanto, ¿no? Es decir, no es como si viviéramos en la misma casa o fuéramos familia, no es importante porque aunque tanto Tamy como Amy viven en dimensiones alternas, y que Loan no sale de su casa más que para felicitarme en mi cumpleaños, ellas sí se presentan; mientras que mi propia madre me hace a un lado por cualquier cosa, cada oportunidad que tiene...
- Felicity...
La chica se puso de pie con lágrimas en los ojos, azotando con fuerza su mano contra la mesa.
- ¡No, papá! ¡Siempre es lo mismo con ella! ¡Siempre se pierde mis cumpleaños, eventos escolares e incluso podría jurar que hubiera faltado a mi nacimiento, de no ser porque yo estaba dentro de ella!
- Cariño, cálmate, ¿sí? - Pidió Peter de forma amable.
- ¿Por qué eres tan hipócrita...? - Soltó Felicity mientras se limpiaba las lágrimas.
Ante el arrebato de la chica, Leopardon y Peter no pudieron evitar mirarla fijamente, sintiéndose atónitos.
- ¿Disculpa? - Dijo Peter, sintiéndose un poco ofendido por la pregunta de su hija.
- ¿Por qué eres tan hipócrita, papá? Tú siempre terminas defendiendo a mamá por cualquier cosa y cada que están juntos, tú le recriminas cosas y terminan gritándose mutuamente. Sabes mejor que nadie que mi madre es una perra y se merece todo mi desprecio.
En ese momento, Peter se sintió profundamente molesto.
Si había algo que él odiaba, era que su hija se expresara mal de Felicia, porque si bien la comprendía, no era correcto. Además, Felicity no tenía derecho alguno a recriminarle por defender a su esposa, sin importar que él mismo discutiera interminablemente con ella.
- Felicity Aurore Parker, te prohíbo que me vuelvas a llamar así, soy tu padre y no tienes absolutamente nada que recriminarme, además de que si discuto o no con tu madre, no es de tu incumbencia. - Dijo Peter firmemente. - Y por último, a pesar de todo, tu madre merece tu respeto, así que basta.
- Eso es una mierda...
- ¡Suficiente, Felicity! - Gritó Peter, ya molesto por la actitud de Felicity. - Sólo siéntate y come que se te hace tarde para ir a la escuela.
Con un mal sabor de boca debido a la discusión, ambos comieron el desayuno en silencio, luego la chica se levantó, dejó su plato en el fregadero y fue a su habitación para tomar su mochila e irse a la escuela, no sin antes detenerse frente a la puerta por un segundo y correr a darle un abrazo a su padre, quien estaba fregando los platos.
- Lo siento, papi... No quise gritarte... - Dijo Felicity antes de salir corriendo del apartamento.
Antes que Peter pudiera decir algo, Felicity ya había salido del penthouse, cosa que hizo suspirar a Peter mientras su kwami flotaba hasta él.
- ¿Hasta cuándo le dirás la verdad? - Preguntó Leopardon.
- Hasta que sea necesario... - Replicó Peter.
- Sabes que entre más esperes, peor será su reacción, y que si ella lo averigua de otra fuente, te estallará en la cara.
- Estoy dispuesto a correr el riesgo...
- Eres un idiota, ¿lo sabes? Y no me vengas con que esto es por el bien de Felicity, sabes bien que Felicia es una perra y que se merece todo lo que la niña piensa de ella.
- Sé bien eso, pero no está bien que le guarde tanto rencor, si lo llega a saber, culpará a Felicia por esto.
- Es literalmente su culpa.
- Lo sé...
- Peter, sabes que siempre admiré tu capacidad para defender a todos, incluso salvaste al Duende Verde y a Octopus de sus muertes en varias ocasiones, pero esta vez no es valentía ni desinterés lo que haces, sino una estupidez. Felicity te ama porque siempre has estado ahí para ella, cuando necesita aprender, cuando necesita protección, cuando se lastima, cuando se enteró que su amiga Loan decidió no volver a salir de su casa, cuando se siente insegura, feliz, triste, enojada, atemorizada o sola, tú estás ahí para ella, Felicia lo hizo al principio, pero luego dejó de hacerlo, y todo porque, según sus propias palabras, "la maternidad no es lo suficientemente emocionante para ella."
Peter suspiró y miró sus manos enjabonadas por un momento, luego se enjuagó el jabón y se secó las manos para mirar a su kwami.
- Yo estoy acostumbrado a que me odien. - Dijo Peter.
El kwami suspiró de exasperación ante la necedad de su elegido, mientras negaba con la cabeza, luego le dirigió una dura mirada a Peter.
- Escúchame y pon mucha atención, idiota. - Dijo Leopardon en un tono furioso. - He visto a muchos de mis elegidos hacer cosas similares, arruinar una relación perfecta con alguien, ya sea de amistad, de amor o de paternidad, por alguien más, sólo diré que los ví sufrir como nunca antes, uno de ellos incluso se pegó un tiro apenas dos minutos después de escuchar a su ser querido decirle "Te odio". ¿Y ahora vienes tú y me dices que sacrificarás la relación con tu hija por tratar de enmendar la que ella tiene con su madre?
- ¿Y qué sugieres que haga? Felicia es su madre, no puedo dejar que Felicity la odie.
- Peter, tu corazón es bueno, siempre velas por los demás aún cuando no lo merecen, pero Felicia es de lo peor, por eso se merece el rencor que Felicity le tiene.
- Leo...
- No, escúchame, Felicity te ama mucho, tratar de culparte por todo esto la va a lastimar más de lo que cualquier villano puede llegar a hacerle, porque ella confía ciegamente en tí, ella sabe que puede recurrir a tí por cualquier situación que enfrente. Si no le dices las cosas como son, tú le romperás el corazón. Así que si no lo haces por tí porque eres tontamente generoso, hazlo por ella, no la lastimes, eso ya lo hace Felicia.
Peter suspiró pesadamente y miró a su kwami con molestia.
- De verdad sabes cómo manipular mis sentimientos para hacerme cambiar de opinión, pequeña rata chantajista... - Suspiró Peter.
- Es porque los quiero mucho a tí y a tu criatura, aunque sean un par de torpes, son mis torpes y quiero que sean felices.
Peter le sonrió a su kwami y le acarició la cabeza con un dedo, luego volvió a terminar de fregar los platos mientras pensaba en qué habían hecho mal los técnicos franceses para que sus generadores de luz dura no funcionaran de forma correcta.
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(En otro lugar)
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Felicia Hardy-Parker estaba molesta.
Todos los días era lo mismo con su marido, él siempre se quejaba de que no pasaba suficiente tiempo en casa y que de alguna manera, a pesar de proporcionarles absolutamente todo lo que ellos quisieran.
Sí, era cierto que el sueldo de Peter como empleado de Industrias Stark era excelente, pero ella seguía cubriendo la mayoría de los gastos, dado que su ridículo marido había iniciado un fondo universitario para Felicity desde que supo que iba a nacer.
Y aún con esas, Peter se la pasaba reprochándole que no le daba la suficiente atención a Felicity.
- Ugh, suficiente papeleo por hoy, necesito salir a tomar aire... - Dijo Felicia mientras soltaba su pluma y sacaba su Miraculous de debajo de su blusa.
- Como quieras, después de todo, pronto ya no podrás hacerlo más. - Suspiró Ivoire mientras comía un malvavisco.
- ¿Cómo que ya no podré hacerlo más? ¿Qué no soy tu elegida? ¿La verdadera dueña del Pendiente de la Gata?
- Sí, lo eres... Por ahora.
- ¿A qué te refieres con eso? Y sé directa, pequeña rata, déjate de estupideces.
- ¿Quieres que sea directa? Muy bien. - Dijo la kwami antes de terminarse el malvavisco. - El tiempo de tu generación está llegando a su fin, pronto tendrán que legar los Miraculous a los siguientes portadores.
- ¡¿QUÉ?!
- Que pronto, todos los que tienen Miraculous deberán legarlos a la siguiente generación de portadores.
- ¡No!
- Sí, pero alégrate, no me voy tan lejos, Felicity es mi nueva elegida.
- ¡¿Qué?! ¡No! ¡No puedes irte!
- Felicia, ya sabes que nada dura para siempre, hasta Peter dejará de ser Spider-Man. Por ejemplo, el hijo de Marinette ya tiene su Miraculous.
Felicia se llevó las manos a la cabeza y negó por varios momentos, luego miró la foto en su escritorio y la tomó.
Era una vieja foto familiar, una de las pocas que tenían de una época donde Peter era menos imbécil y donde su hija no era una delincuente.
Al mirarla, Felicia posó su mirada sobre la imagen de su hija de cinco años.
Felicia sí quería a su hija, era sangre de su sangre después de todo, pero había algo que ella amaba más que nada.
La emoción, la adrenalina, el hecho de ser una de las personas más extraordinarias del universo.
Y nada ni nadie iba a quitárselo.
En especial su propia hija.
- No. - Dijo Felicia, mirando fijamente la foto.
- ¿Qué? - Preguntó la kwami.
- No lo permitiré...
- ¿A qué te refieres?
- No voy a permitir que nada ni nadie me aleje de tí, nadie me quitará esto.
- Felicia...
- No, no me vas a abandonar por Felicity.
- Felicia, escúchate, estás hablando como una lunática...
- No dejaré de ser Black Cat por culpa de mi hija, tú eres lo único bueno en mi vida, literalmente.
- Felicia, por favor, tienes una familia...
- Sí, una familia donde mi hija no me respeta y mi marido se la pasa criticando todo lo que hago.
- Tú tampoco has sido una madre o esposa modelo y lo sabes.
- ¡Les doy todo lo que me piden!
- Excepto atención o cariño, ¿cuándo fue la última vez que le dijiste a ambos que los amabas?
- Se los muestro de forma monetaria, igual que mi madre conmigo.
- Las relaciones no siempre son así, sabes que los Parker son más afectuosos y unidos, y la razón de que Felicity no te respete radica en que Peter le muestra afecto y cariño, y manda al demonio todo, incluso a tí, si ella lo necesita.
- Claro que no.
- Felicia, Peter se lanzó por una ventana del piso 99 de la Torre Stark, cortándose la cara y ambos brazos, se transformó a mitad de la caída, recibió un rayo, se levantó como si nada y volvió a casa en tiempo récord, sólo porque Felicity le envió un mensaje donde decía que los truenos la asustaban, y todo porque él no tenía sus tijeras dimensionales a la mano...
- Como sea, ya lo dije, no te irás con Felicity.
- ¿Y qué harás? ¿Abandonar a tu familia y echarlos de tu casa, sólo para mantener tus poderes?
- Justo en eso estaba pensando.
- ¡Felicia! - Espetó Ivoire, sintiéndose shockeada. - ¡¿Cómo puedes decir eso?!
- Me iba a divorciar de Peter de todas formas, y sinceramente, creo que Felicity estará mejor bajo su cargo. Así no tengo nada porqué preocuparme y la niña tendrá a alguien que la cuide.
- Retiro lo que dije hace años, Norman Osborn no es el peor ser humano que haya portado un Miraculous... eres tú.
- Pues te jodes, mientras yo tenga el Miraculous, soy tu dueña y debes obedecerme. - Espetó Felicia. - Y como tal, te prohíbo hablar o interactuar de cualquier manera con cualquier ser que no sea yo, en especial Felicity, Peter o los otros kwamis.
- Pero...
- Silencio, o no tendrás permiso de hablar en lo absoluto.
Ivoire se limitó a bajar la mirada y asentir, haciendo que Felicia sonriera maliciosamente.
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(Mientras tanto)
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Felicity estaba caminando por la calle mientras buscaba en su mochila el lanzarredes izquierdo, ya que no lo había encontrado en su habitación mientras se vestía. Y dado que a ella no le gustaba salir sin ambos en sus muñecas, ya que le hacían sentir un lazo especial con su padre, (además de que eran increíblemente útiles), la chica se empezaba a preocupar, porque cabía la posibilidad de que lo hubiera perdido, lo cual no era sólo malo para ella, sino problemático para su padre, puesto que, como Leopardon había dicho, los lanzarredes podían ligar a su padre y a ella con Spider-Man, lo que pondría la identidad de su padre en peligro.
- Ah, aquí está. - Dijo Felicity con un suspiro de alivio. - Creí que te había perdido, es la última vez que me los quito mientras hago mi tarea de electrónica... o tal vez no, podría electrocutarme.
La chica acomodó su mochila sobre su hombro derecho para poder colocar el lanzarredes izquierdo en su muñeca, pero al estar distraída, una delincuente sonrió al creer que tendría un robo fácil.
La delincuente caminó furtivamente detrás de la joven Parker, y una vez que la chica vio que tenía una oportunidad de tomar la mochila de Felicity y huir, ésta arremetió contra la rubia, derribándola y arrebatándole la mochila. Felicity soltó un jadeo y gruñó de dolor al caer al suelo, luego se giró para ver a una chica de cabello rojo con mechones de color azul y violeta, corriendo entre la gente con su mochila en mano.
Algunos transeúntes trataron de detener a la chica, pero ésta fue demasiado ágil para ellos y logró escapar. Al ver esto, Felicity gruñó un momento, pero luego sonrió desafiantemente antes de salir corriendo tras la ladrona.
Una vez que la ladrona y Felicity entraron a un callejón, Felicity se quitó la sudadera y la volteó, revelando que la sudadera era reversible, siendo de color azul y teniendo una araña negra pintada en el pecho. Luego de ponérsela y cerrar la cremallera, la chica metió su mano al bolsillo de la prenda y sacó una máscara de color rojo escarlata, junto a lo que parecía ser una especie de control pequeño. Felicity se puso la sudadera y la máscara, para luego presionar un par de botones en el control, haciendo que su falda centellara y comenzara a convertirse en unas mallas del mismo color que la máscara, mientras las mangas de la sudadera desaparecían, dejando ver que la blusa blanca de Felicity había sido reemplazada por una camiseta de manga larga a juego con sus mallas y su máscara. Finalmente, la chica sacó un par de guantes negros de su otro bolsillo y se los puso, para luego disparar una hebra de telaraña con el lanzarredes derecho y tirar de ella para levantarse del suelo.
Mientras tanto, la ladrona llegó a una bodega solitaria y se escondió dentro de ella, creyendo que todo había salido a pedir de boca.
Una vez que recuperó el aliento, la chica abrió la mochila y sus ojos brillaron al ver que dentro de ésta había una StarkTablet, un StarkPhone y una StarkBook, todos de un modelo que ni siquiera había empezado a comercializarse.
- ¡Genial! De seguro que esa chiquilla era una niña mimada hija de algún ricachón con conexiones en Industrias Stark. - Dijo la ladrona con una sonrisa maliciosa. - ¿Tengo una buena racha o qué...?
- Yo iría por la opción "o qué," ¿sabes? - Dijo una voz detrás de la ladrona.
En ese momento, la ladrona de dio la vuelta y trató de atacar a quien quiera que fuera que estuviera detrás de ella, pero sólo atinó a profirir un gritito ahogado al fallar y ver a una chica de cabeza, vistiendo un traje rojo escarlata, una sudadera azul con una araña negra en el pecho y una máscara escarlata que cubría toda su cabeza, cuyos ojos recordaban a los del antifaz de Spider-Man, colgando de una especie de cuerda, usándola como columpio.
- ¿Quién carajos eres? - Preguntó la confundida ladrona.
- Llámame Scarlet Spider. - Dijo la chica de cabeza antes de impulsarse al frente.
La ladrona se agachó, esquivando por muy poco la arremetida contra ella. Sin embargo, Scarlet Spider simplemente soltó la telaraña de la que colgaba y aterrizó de forma grácil.
La joven que secretamente era Felicity Parker rió entre dientes y se volvió para encarar a la ladrona, quien sacó una navaja de su bolsillo.
- ¡Oh, no! - Dijo Scarlet Spider en un tono melodramático. - ¿Es eso una navaja real?
- ¡Sí, es una navaja real! - Dijo la ladrona envalentonada.
- ¡No, son mi debilidad! ¡Por favor, no me lastimes!
Scarlet Spider cayó de rodillas al suelo, mientras internamente estaba desternillándose de risa al ver cómo una sonrisa malévola se formaba en los labios de la ladrona ante su mala actuación.
- Bien, ahora aléjate de mí, copia barata de Spider-Man, o te voy a... - Intentó amenazar la ladrona.
A media oración, Scarlet Spider apuntó rápidamente su lanzarredes izquierdo hacia la criminal, cerrando su boca con telaraña, luego golpeó la mano de la chica de peinado raro con una bola de telaraña y se deshizo de su arma.
- Ah, dios, estos criminales salen cada día con menos preparación de la universidad del retraso... - Soltó Scarlet Spider mientras se levantaba.
La ladrona sintió un escalofrío recorrer su espalda al verse desarmada, por lo que intentó correr, sólo para terminar cayendo de bruces al suelo gracias a que Scarlet Spider le había disparado una línea de telaraña a un pie, y ser rápidamente envuelta en una especie de capullo de telaraña.
Tras esto, la joven vigilante enmascarada rió entre dientes, disparó una línea de telaraña a una viga y la usó para dejar colgada a la criminal, luego le dio un golpe en la nuca y la dejó inconsciente. Después, Scarlet Spider disparó una hebra de telaraña a su mochila y tiró de ella para tomarla y sacar su celular y su holotablet para tomarse una selfie donde salían ella sosteniendo un pequeño letrero y la criminal en el fondo, la cual envió a su amiga Loan.
- Bueno, mi estúpida y fastidiosa amiga, creo que me voy. - Dijo Scarlet Spider mientras se colgaba la mochila al hombro. - En fin, la policía no debe tardar, nos vemos, fue un placer ser quien te sacara de las calles.
Con eso dicho, Scarlet Spider disparó una línea de telaraña y tiró de ella para impulsarse y salir de la bodega, mientras su traje iba convirtiéndose de nuevo en su habitual ropa de calle.
Una vez que estuvo de nuevo en su ropa de civil, Felicity miró la hora y soltó un grito ahogado, tras lo cual salió corriendo a toda prisa, pues gracias a la ladrona, se le había hecho tarde.
Quince minutos después, Felicity llegó a la escuela, algo tarde para su primera clase. Para su fortuna, su profesora de química aún no había llegado al aula, por lo que podría aparentar que había llegado dentro del límite de tiempo.
Pero haciendo gala de la ya infame Suerte Parker heredada de su padre, una mano se posó en su hombro mientras suspiraba de alivio, haciendo que la chica se tensara y sudara frío.
- Señorita Parker, llega tarde. - Dijo la profesora. - Es muy decepcionante, usted es una chica brillante pero muy holgazana, desperdicia su talento.
- Lo siento, Doctora Stevens... - Dijo Felicity mientras se rascaba la oreja nerviosamente. - Mi alarma no sonó esta mañana...
- Conoce las reglas, este es su tercer retardo. Vaya al aula de detención.
Felicity soltó un suspiro de exasperación y se dirigió al salón de detención, mientras la Doctora Stevens entraba al aula y se excusaba ante sus alumnos por la tardanza.
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