
Lazos de amistad
El silencio era lo único que estaba presente en ese momento, nadie emitía ningún sonido por la sorpresa. Incluso desde su escondite el kwami rojo estaba con una reacción de sorpresa.
—Hiccup...—fue la única palabra que salían de los labios de Merida—Tú...—
—Merida tal vez tuvimos un inicio complicado, no lo niego—parecía que Hiccup estaba en un momento complicado—Pero a pesar de todo hemos avanzado, es verdad que no somos esa clase de amigos que se cuentan todo. Pero quiero que tengas confianza en mí, ¿Me crees capaz de juzgarte o alejarme de ti?—
Ambas amigas no sabían a qué punto quería llegar Hiccup, la revelación era un desconcertante y no les permitía pensar con claridad.
—Quiero que sepas que no hice esto con el fin de que me digas lo que te sucede—aclaro mientras tomaba un poco de aire—Pero al menos quiero ser cercano a ti, que ambos nos contemos las cosas sin miedo y sobre todo con confianza. Yo quiero apoyarte, odio ver a las personas sufrir. Pero odio aún más no poder ser capaz de ayudarlas—
Estaban pasando muchas cosas por la mente de la chica en ese momento, no sabía cómo tomar sus palabras y su acto lleno de valentía o mucha estupidez por su parte.
—¿Cómo?—pregunto Merida desviando su mirada mientras cerraba con fuerza su puño.
—Fue cuando era pequeño—el castaño parecía cansado que se dejó caer al sofá más cercano—Y... creo que en parte la principal causa de separación de mis padres. Después de todo ningún padre ama a un hijo que le falta alguna extremidad—
Su comentario logro que Merida pusiera toda su atención en Hiccup, aun cuando mostraba una sonrisa podía notarse rastros de tristeza y decepción.
—Hiccup...—los ojos verdes de Rapunzel se encontraba cristalinos por las lágrimas que intentaba contener—Yo...—
—No tienen por qué llorar por mi o sentir lastima—después de suspirar escondió todo rastro de la prótesis—Tal vez no sepamos mucho el uno del otro, pero soy consciente de que son buenas personas y que no me juzgarían por este pequeño defecto que tengo—
Las emociones de Rapunzel estaban a flor de piel, era imposible de ocultarlas. No tardo ni 5 minutos en correr a abrazar a Hiccup, mientras que el castaño no dudo en corresponder el abrazo de su amiga rubia.
Por parte de Merida estaba sorprendía pero no molesta cómo en aquella discusión, una vez más comenzó a plantearse algunas ideas que tenía sobre Hiccup ahora.
—¿Por qué no me lo contaste antes?—pregunto Rapunzel mientras secaba todo rastro de sus lágrimas—Los amigos no se guardan secretos—
—Tal vez se escuche impertinente por mi parte, pero creo que es por el mismo motivo que tiene Merida—separándose un poco de la chica rubia retomo su postura—Tenía miedo a ser juzgado, ya he tenido malas experiencias con las personas que saben de mi condición. No quería repetir la experiencia, simplemente quería ser tratado como un chico más—
Mientras Rapunzel le daba ligeros golpes y reclamos, Hiccup no pudo contener algunas risas que se escapaban; cada expresión de Rapunzel le recordaba a los constantes reclamos de su hermana.
Sin embargo eso no quitaba su preocupación, pues Merida seguía sin decir nada al respecto; temía que tal vez su revelación la hubiera tomado a mal para hacerla hablar de forma forzada.
—¿Meri?—su voz hizo que la pelirroja reaccionara—¿Te encuentras bien?—
La mirada azul de Merida podía tener diferentes significados en ese momento, significados que Hiccup no lograba descifrar. De lo único que estaba seguro es que estaba analizando algo con mucho cuidado, claramente comenzó a temer que quisiera alejarse de él después de lo que había hecho; sin embargo tenia fe en que ella no era como otras chicas que había conocido en el pasado.
—Puedes decirlo sin miedo a que te golpe—ahora toda la atención la tenía ella—Fui una completa idiota que se dejó llevar por sus emociones, una tonta que no escucho a sus amigos cuando ellos solo buscaban que estuviera bien—
Sin pensarlo dos veces se sentó en el mismo sofá que estaba Hiccup y Rapunzel, sin embargo seguía sin mirarlos.
—No te culpare si piensas lo peor de mi—una vez más la mirada de Merida estaba perdida en algún punto fijo del departamento—Después de todo no he sido completamente honesta con ustedes—el comentario llamo la atención de Rapunzel.
—Merida, ¿Qué estás diciendo?—ahora ella parecía más interesada y nerviosa por la respuesta de su amiga—¿Acaso el problema no es con tus padres?—
Ella no respondió, solamente se encogió en su lugar sin mirarlos, ni siquiera sabía cómo contarles aquello sin soltarse a llorar y verse débil.
—Rapunzel creo que lo mejor es no forzarla—intervino Hiccup esta vez a su favor—Recuerda lo que paso hace un momento, lo que menos quiero es que alguna de ustedes sea akumatizada—de reojo observo como a pesar de todo lo que había dicho y hecho seguía defendiéndola—Si no quieres hablar lo respeto, Merida—con tranquilidad coloco su mano en el hombro de la pelirroja—Pero no dudes que puedes hablar con nosotros siempre que quieras, intentaremos apoyarte en todo lo que esté a nuestro alcance. Y si no...pues ya buscaremos la forma—
—Hiccup tiene razón—esta vez Rapunzel parecía más compresiva—No estás sola, y puedes hablar con nosotros cuando quieras. Aun si es a las 3 de la mañana—
—¿Quién diablos habla de algo a las 3 de la mañana?—pregunto con una ceja en lo alto.
—Yo lo hago—rió Hiccup—Especialmente cuando Astrid no puede dormir, pero en vez de hablar terminamos jugando videojuegos hasta que sale el sol—
—Yo también lo hago—ambos la miraron confundidos, pues no sabían que Rapunzel también jugaba a esas horas—Me refiero a hablar a las 3 de la mañana, siempre hablo a esa hora con Eugene—
—Ok, si vamos a hablar de tus llamadas conyugales mejor me regreso a la habitación—mientras Rapunzel protestaba por el comentario la pelirroja solamente libero una pequeña sonrisa por su maldad—No entrare en detalles Hiccup, podrías quedar traumado—
A pesar de los contantes reclamos de Rapunzel, ambas amigas parecían divertirse e Hiccup disfrutar de esas peleas llenas de risa y golpes con almohadas.
Todo indicaba que Merida no estaba lista para hablar de ello, pero al menos parecía de mejor estado que el que presentaba en los anteriores días. Verla sonreír lo reconfortaba y claro le ayudaba a disminuir su preocupación.
—Chicos...—el tono de voz de la pelirroja parecía disminuir un poco—Creo...bueno...—
Rapunzel conocía aquella señal con tan solo el tono de voz de Merida, con tranquilidad se cambió de lugar y paso a abrazar a su compañera. Al sentir cómo acariciaba su cabello no pudo contener las lágrimas, la mirada de la rubia le indicaba a Hiccup que lo mejor era abrazarla y dejar que se desahogara.
Con mucho cuidado el también la abrazo, parecía que era algo muy complicado para hablar de ello al notar cómo Merida lloraba.
Para Hiccup era la primera vez que veía tan débil a Merida, en su mente solo tenía a la chica ruda, impulsiva, competitiva pero sobre todo con un gran espíritu. Verla en ese estado por alguna razón lo hacía sentirse mal, no le agradaba para nada ese sentimiento.
—Mis hermanos...—logro hablar entre lágrimas—Mis pequeños demonios...—
Hiccup estaba confundido por la mención de los hermanos de su amiga, pero al observar la mirada asustada de Rapunzel comprendió que algo no estaba bien.
—¡Es mi culpa!—gritaba sin dejar de llorar—¡Fue mi culpa!—
Sin pedirlo la rubia le abrazo con más fuerza, notaba como su cuerpo temblaba mientras continuaba en su lamento.
El castaño seguía sin comprender la situación pero prefirió no hablar, tal vez más adelante ella misma le contaría lo que pasaba.
—No los quiero perder—con fuerza se aferraba a su mejor amiga—No quiero—
Ninguno dijo nada y solo dejaron que su amiga liberara todo lo que tenía dentro, claramente Hiccup estaba vigilando constantemente que ningún akuma se acercara. Se encontraba débil y eso la hacía una presa perfecta, lo que menos quería era enfrentarse a otra persona que fuera importante para él.
—No lo harás—al igual que una madre, ella acariciaba su cabello—Encontraremos una forma para que eso no pase, todo se va a solucionar—
Nadie era consciente de cuánto tiempo había pasado, Merida había dejado de llorar pero no dejaba de abrazar a Rapunzel.
—Merida sin importar que pase cuentas conmigo—esta vez coloco una mano en su hombro—No dudes en pedirme ayuda, aun si es solo para hablar—
La paz estaba regresando al cuerpo de la pelirroja, se sentía más ligero pero aún le dolía todo lo que estaba pasando. Era consciente de que Hiccup no estaba al tanto de la situación cómo Rapunzel, pero aun sin saberlo le estaba ofreciendo su ayuda.
—¿Por qué me ofreces tu ayuda?—su mirada mostraba confusión por sus palabras—Después de cómo te grite y trate no creo merecerla, además no conoces la situación o la gravedad que tiene—
—¿Y eso que?—una vez más Hiccup se estaba volviendo una interrogante para ella—Te dije que te apoyaría en lo que fuera, aun si no conozco la situación pienso apoyarte—
Las acciones de Hiccup para muchos parecían normales pero para la chica no, sus actos la dejaban confundida.
—¿Si te pidiera que me ayudaras a enterrar un cadáver?—cuestiono sin titubear.
—Solo dame 5 minutos para tomar el auto y conseguir una pala—respondió con tranquilidad—Mejor que sean 10, vamos a necesitar algo para limpiar la escena del crimen—
—¿Golpear a Hans?—pregunto una vez más—¿Usar un vestido de bailarina para que yo no sea la única que me vea ridícula?—
Eran cuestionamientos tontos y al azar, pero por extraño que fuera le interesaba escuchar su respuesta
—Si, pero antes quiero conseguir un casco para que no me tire todos los dientes—contesto con sinceridad—En cuanto a lo del vestido...—durante un instante parecía que iba a negarse más hubo otra respuesta—Si dejas que use el de color rosa y la corona con diamantes entonces tenemos un trato—
Las ocurrencias de Hiccup hicieron reír a Rapunzel y desde luego a Merida, cualquier persona pudo mandarla a volar pero él no. Aun cuando pensara que lo decía solo por hacerla sentir mejor algo le indicaba que lo haría sin dudarlo.
Esos actos por un momento le recordaron al gato tonto que era su compañero, capaz de seguir sus instrucciones o planes en la batalla sin dudar de ella. Era un poco extraño, por un momento llego a ver a su compañero en Hiccup; pero eso solo era una idea absurda.
Hiccup era una persona más reservada y de actitud tranquila, mientras que Chat era un coqueto y más extrovertido.
—Puzie, ¿Puedes dejarme a solas con Hiccup?—claramente ese cambio de actitud la hizo reaccionar—Creo que debería hablar con Hiccup sobre esto, prometo que en la noche te contare el resto de lo que sabes—
Ese cambio era realmente extraño en Merida, pero el verla con un poco más de confianza y que se abriera con alguien de confianza le daba tranquilidad.
—Claro—tranquilamente se levantó de su lugar para dirigirse a su habitación—Avísame si necesitan algo—
Una vez que cerró la puerta ambos chicos intercambiaron miradas, podía notarse que Merida estaba nerviosa pero dispuesta a hablar.
—No tienes que hacerlo si te sientes presionada—se apresuró a hablar Hiccup—No quiero obligarte a decírmelo solo porque te he contado un poco de lo de mi pierna—
—Eso es verdad, pero quiero ser honesta contigo y que entiendas mis razones—suspiro con pesar—No puedo contarte todo, pero si parte de mi problema y entiendas porque actué y reacciones de esa manera—
No estaba muy convencido pero termino aceptando, después de todo le estaba revelando una parte de la causa que la había hecho comportarse de esa manera.
Un poco más tranquila Merida le explico lo más básico de su problema, desde luego que al escucharlo noto que no se trataba de algo fácil de asimilar. Entre más hablaba la pelirroja más comprendía su extraño comportamiento, desde luego comprendió el disgusto por encontrarlo hablar con Rapunzel; al ponerse en su lugar se dio cuenta que hubiera reaccionado de la misma manera.
—Ahora lo comprendo—la pelirroja asintió como afirmación—Desde luego es una situación delicada—
—No quería preocupar a nadie—la mirada de la chica estaba nuevamente perdida en algún punto del departamento—Rapunzel me conoce mejor que nadie, hemos sido amigas desde que estábamos en el internado. Me resulto más cómodo hacerle creer que era un problema con mis padres, si soy honesta me era difícil hablar sobre esto—
—¿Estuviste en un internado cuando eras niña?—el comentario logro sorprenderlo.
—Desde los 5 hasta cumplir 14—comento con tranquilidad—De no ser por Rapunzel seguiría en ese lugar, ella cambio mi vida cuando me pidió ser su amiga—
Tal vez para algunos era un dato insignificante, pero para Hiccup era descubrir más sobre su amiga. Especialmente a comenzarse a preguntar sobre el tipo de familia que tenía Merida, más prefirió guardarse esas preguntas.
—Mer, no tienes que pasar por esto sola—como gesto de cariño coloco su mano en el hombro de Merida—No es algo fácil pero cuentas con nosotros para lo que necesites. Estoy seguro que podremos encontrar una solución, yo personalmente me ofrezco a ayudarte—
—Con escucharme y no decirme que soy una idiota por cómo te trate, me ayuda bastante—una pequeña sonrisa apareció en su cara—Creo que solo necesito tiempo, no es fácil este tipo de noticias—
—Te entiendo, pero no dudes que tienes a tus amigos para los momentos buenos y malos—con toda sinceridad buscaba sonreírle para animarla—Quiero apoyarte hasta el final—las palabras lograron un rubor en las mejillas de Merida e Hiccup se dio cuenta—Quiero decir, no es bueno que te guardes cosas y si te ayuda puedo escucharte y darte apoyo como Rapunzel. Tú sabes...—
El comentario y los tartamudeos hicieron reír a Merida, especialmente hacerla sentir bien. Podría parecer un idiota ante la mirada de cualquier persona, pero para ella esos gestos lo hacían ver de una forma agradable por no decir adorable.
—Lo entiendo Hiccup—su actitud parecía regresar a la misma que estaba acostumbrado a ver—Y lo agradezco, lo que hace sentirme aun peor por gritarte que no te metieras y que no quería verte—
—Admito que si fue un golpe muy duro—la mirada de Hiccup mostraba un poco de tristeza oculta con una leve sonrisa—Yo realmente te considero una de las personas más importantes para mí, eres una de las mejores amigas que he tenido. El escucharte me trajo malos recuerdos—
—De verdad lo siento, no era mi intención lastimar a nadie—escuchar cómo se sentía Hiccup después de su actitud le estaba haciendo sentir más culpable—Es por eso mismo que estuve evitándolos, porque cuando me enojo soy capaz de hacer estupideces como estas—
Apenada simplemente oculto su cara con las manos, realmente se sentía idiota por haber tratado tan mal a un amigo suyo.
—Puede que hayas sido un poco idiota—eso claramente no iba a ayudar a Merida—Pero ahora que conozco parte de la verdad puedo comprenderte mejor, no estoy enojado contigo—
Moviendo algunos de sus dedos logro observar que Hiccup sonreía, eso simplemente la confundía una vez más.
—¿Enserio?—el castaño asintió sin dejar de sonreír—¿Aun cuando soy una idiota que actúa en vez de escuchar?—
—Y no olvides lo terca—con cariño despeino los risos de su cabeza—Pero es parte de tu encanto—Merida estaba sorprendida y sonrojada de que Hiccup estuviera hablando con tanta libertad—Quiero decir, es parte de tu personalidad lo cual te hace ver de esa manera. No es porque piense otra cosa, ya sabes. Lo digo porque muchos amigos ven a sus amigas adorables, es algo muy normal...—
—Comprendo Hiccup—desde luego había algo en el castaño que lograba mejorar su humor—Sabes se está haciendo tarde y no es por correrte de mi departamento, pero creo que es mejor que regreses a tu casa. No me gustaría tener que salvar tu trasero de algún delincuente—
—Tranquila, estoy seguro que Ladybug me protegería—no pudo evitar reír por la idea—Pero creo que te tomare la palabra, no quiero que As se ponga como loca porque no sabe de mí—
Con un ambiente más tranquilo ambos se dirigieron a la puerta, había sido un día lleno de emociones y lo mejor era que ambos descansaran un poco.
—¿Te veo mañana a primera hora?—pregunto con más tranquilidad.
—A primera hora, Cap.—sonrío al responder su pregunta—En el mismo lugar de siempre—
Hiccup estaba por marcharse, el notar como Merida comenzaba a retomar su actitud lo dejaba más tranquilo. Pero antes de que pudiera dar un paso algo sucedió, y eso lo había sorprendido una vez más.
Quizás fue un impulso por su parte, tal vez era algo planeado pero simplemente sucedió.
Merida le regalo un pequeño beso en la mejilla a Hiccup antes de marcharse, ni ella comprendía que había hecho. Solamente dejo que su cuerpo actuara, lo único que pensaba era que debía agradecerle de alguna manera.
—Gracias y hasta mañana—Sonrojada por lo que había sucedido cerró la puerta.
Ambos chicos desde sus lugares no comprendían que acababa de pasar, sin embargo ninguno parecía disgustado por lo sucedido. Sin pensarlo dejo que su cuerpo respondiera por él y comenzó a caminar hacia las escaleras.
—Bien, ya flechaste a tu casi novia—Plagg no tardo en salir de su escondite.
—Ella solo es una amiga—el clásico comentario de Hiccup se escuchaba diferente a su tono habitual—No es mi novia—
—Todavía eres un crio niño—protesto el kwami oscuro—Es bastante obvio que alguno de los dos tiene sentimientos por el otro, no se porque les gusta complicarse la existencia—
—¿Yo?, ¿Tener sentimientos por Merida?—se cuestionó mientras recordaba lo que había pasado unos instantes—Debes estar equivocado, por quien tengo sentimientos es por Ladybug—
—Tu actitud con ella demuestra lo contrario—recalco el felino ante su portador—¿Acaso no te has planteado esa posibilidad?, después de todo Ladybug no parece tener interés en ti. Pero esta chica puede que si lo tenga—
Nunca se había planteado la posibilidad de tener sentimientos por la pelirroja, apenas estaban desarrollando su amistad y conociendo un poco más sobre ellos mismos. En cambio conocía por más tiempo a su compañera Ladybug.
—Eso no es posible—comento el castaño—Apenas estamos conociendo un poco más sobre nosotros mismos—
—Tampoco es imposible—replico el gato—No le veo el problema con darte una oportunidad con esa chica, después de todo se nota que te interesa e importa. Quien sabe, puede que resulte ser la persona que te complementa—
—Comer demasiado Camembert te daño el cerebro—bufo ante la actitud de su kwami—Lo mejor será llegar a casa para que te duermas y dejes de pensar locuras.
Sería una mentira decir que Plagg no intento sacar de nuevo el tema, pero al ver a Hiccup tan cansado prefirió callarse y hacerse el ofendido.
Al llegar tal y como lo esperaba Astrid pregunto por lo que había pasado, desde luego era inevitable que no terminara enterándose de la akumatizacion de Rapunzel.
Sin entrar en muchos detalles le conto lo básico de la situación, claramente no le comento lo que Merida le había dicho. Simplemente prefirió omitir ciertas partes cómo el beso de mejilla, solo le comento que se habían arreglado las cosas y que parecía que todo mejoraría pronto.
Cómo era de esperarse Astrid no estaba del todo convencida, pero al observar que su hermano estaba cansado prefirió no bombardearlo con más preguntas y dejarlo descansar; lo cual agradecía infinitamente.
—Este día ha sido de muerte—con gran alivio se tiro en su cama—Fuero demasiadas emociones para un día—
Cuando por fin comenzaba a sentir un poco de paz algo llamo su atención, de su bolsillo saco su celular para observar que tenía un nuevo mensaje. Lleno de curiosidad o abrió.
¨Realmente lamento todo lo que paso hoy, pero me siento feliz de saber que cuento con alguien cómo tú.
Prometo que algún día te contare todo, solo necesito tiempo para aclarar muchas cosas y tener el valor para hablar con la misma facilidad que hoy en la tarde.
Espero que descanses y llegues con mucha energía el día de mañana, no quiero tener que despertarte en la clase de mañana. Eso déjalo para mí, tú sigue siendo el cerebro de la clase que me pasa las respuestas del examen :D ¨
-Merida-
Antes de que pudiera darse cuenta estaba sonriendo con tan solo leer el mensaje, era gratificante ver que la Merida que conoce estaba regresando.
Rápidamente observo el dragón de peluche que estaba en su escritorio, tal vez con un poco de suerte podría agradecerle por su regalo.
Sin embargo una vez más recordó las palabras de Plagg, desde luego aunque no lo notara se estaba sembrando una semilla de duda en su cabeza. Probablemente era un cuestionamiento que se estaría repitiendo en un largo tiempo.
—¿Realmente siento algo más por Merida?—se dijo a si mismo observando el dragón de peluche mientras recordaba ese día—¿Acaso es algo diferente lo que siento por ella a lo que siento por Ladybug?—
Si fuera por el castaño hubiera hecho esas preguntas toda la noche, pero el día había sido largo y agotador. Tan solo pasaron unos minutos antes de que cayera profundamente dormido, pero no sin antes recordar aquel beso en la mejilla que le había dado la pelirroja.
¿Me extrañaron?, espero que si porque si no escribí eso en valde :,v ok, no.
Admito que ahora si me duelen los dedos de escribir y editar pero creo que vale la pena, ¿No lo creen?
Para que vean que si los quiero aunque ustedes a mi no :,v ok ya please.
Espero que les gustara el capitulo, la verdad admito que me costo un poco de trabajo hacer estos edits en la oficina, pero por ustedes me juego que mi jefe me regañe XD si les gusto y quieren la segunda parte no olviden votar y comentar, eso me indicara que realmente la quieren y no que lo deje por unos años.
Bueno, sin mas que decir que se vienen cosas nuevas...
¡Nos leemos luego!
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