Iceman 2
Si la situación parecía mostrarse difícil para cierto castaño, no era nada en comparación a lo que una chica pelirroja sentía en ese instante, todo intento por calmarla parecía no ayudar.
—¿Cómo puede ser tan insensible?—entre lágrimas Merida hablaba—¡Se trata de sus hijos!, ¡Mis hermanos!—
Rapunzel se encontraba sin palabras, algo le indicaba que la situación no terminaría bien desde que apareció su madre y fue akumatizada, y como era de esperarse las cosas no terminaron del todo bien.
—Estoy segura que encontraremos alguna manera de evitarlo—con cariño coloco su mano en el hombro de Merida—Aun no puedo creer que tu madre piense eso, sabía que era estricta y fría. Pero al menos creí que tendría criterio y algo de corazón por la situación; lo del accidente fue inevitable—
La mente de la pelirroja era un caos entre recuerdos y palabras, simplemente deseaba que todo fuera una pesadilla de la cual despertaría con aquellos torbellinos rojos rodeándola en su cama.
—Supongo que te diste una idea la primera vez que nos encontramos en el internado—bufo con un tono lleno de ironía—Aunque admito que yo también pensaba que al menos aún había algo de ella, pero creo que me equivoque—
—Es verdad, pero gracias a eso estamos juntas—sonrió con ternura la rubia—Estoy segura que encontraremos una solución a esto, sabes que estoy contigo hasta el final—
Muchas veces Merida se cuestionaba el cómo era posible que tuviera a una amiga como Rapunzel, desde luego la que estaba más agradecida por esa amistad era la rubia.
Después de un largo momento con su mejor amiga opto por ir a su habitación, aunque la idea de dejar sola a Merida no era de su agrado la respeto, se había hecho tarde y lo mejor era dejarla descansar para que no pensara más sobre los eventos del día.
—¿Meri?—una vez que la puerta se cerró la criatura roja aparecía de su escondite—Meri, por favor...no te sientas mal por lo que paso. Nada de lo que ha pasado es tu culpa, solo son cosas que...—
—Debí saber que no podría esperar nada de ella—sin expresión alguna se dejó caer en su cama—¿Por qué pensé que me escucharía?—
Entre pequeños abrazos y palabras Tikki buscaba hacer sentir mejor a Merida, no solamente porque pudiera ser akumatizada, sino porque había sido un día realmente duro y cruel con ella.
Desde aquel viaje en dónde la pequeña catarina fue al hospital, pudo darse cuenta de la gran devoción hacia los pequeños, claramente su amor como hermana por los trillizos era uno grande y hermoso.
Pues día, tarde y noche la pasaba en el hospital cuidando y hablando con los pequeños.
—Todo saldrá bien—con sus pequeños brazos intento darle un abrazo—Solo confía en que las cosas cambiaran—
Entre miles de pensamientos y aun con las palabras de apoyo por parte de su pequeña compañera no podía evitar pensar en una cosa; y eso era aquella discusión con su madre por el futuro de sus hermanos.
Las horas pasaban y no dejaba de darle vueltas al asunto. Solo podía pensar en aquellos niños que le brindaban alegría, en aquella felicidad estaba a punto de desaparecer por una decisión errónea.
—Dejare de ser Ladybug—las palabras hicieron reaccionar a la catarina.
—Pero, Merida—los grandes ojos azules de su kwami la observaban con nervios—Tú fuiste elegida para ser la siguiente heroína, tu situación es complicada pero tienes responsabilidades que...—
—No intentes hacerme cambiar de idea, Tikki—suspiro con cansancio—Se perfectamente que tengo una responsabilidad mayor al aceptarte, pero... no puedo abandonar a mis hermanos—ambos ojos azules se encontraron—¡Son mi familia, Tikki!, desde ahora cada minuto para mi cuenta antes de que mi madre comenta una estupidez. Son la única familia junto con mi padre que me queda, trata de entenderme—
Evidentemente la mirada de Merida mostraba tristeza y desesperación, podía notarse que para ella era difícil dejar de ser aquella heroína de parís, pero también la situación actual no era fácil de sobrellevar.
—¿Entiendes lo que eso significa?—con tranquilidad la catarina floto hacia ella—No podrás volver a ser Ladybug, aun si te arrepientes de tu decisión en un futuro—
—Soy consciente de ello—cerro sus ojos como derrota—Pero puede que incluso tu estés mejor con otra portadora, después de todo no he sido mejor que tu anterior compañera—libero una pequeña sonrisa al recordar los miles de problemas que había tenido en ese tiempo.
—Todas las portadoras son únicas a su manera—con cariño acaricio su mejilla—Y tú eres una de las mejores que he tenido, después de todo a pesar de los errores buscas hacer lo correcto para otros. Creo que también mereces ser comprendida por todo tu esfuerzo en salvar París, no era tu obligación y aun con todo lo que te pasaba aceptaste—
Enternecida por sus palabras abrazo con cuidado a la pequeña catarina.
La decisión había sido tomada y parecía que Tikki le daba su apoyo, sería difícil dejar de ser Ladybug y especialmente despedirse del pequeño kwami; pero tenía una tarea más importante que valía la pena que dejara de usar la máscara escarlata.
—Cuando vea a Chat le diré la verdad—intentaba sonreír a pesar de la tristeza—Creo que él y su kwami podrán buscar a un buen suplente—
—¿Le revelaras tu identidad?—su expresión mostraba asombro—¿Estas segura de eso?—
El revelar su identidad no era lo mejor que tenía en mente, pero confiaba plenamente en su compañero de batalla, estaba segura de que una vez que le explicara la situación lo entendería e incluso cuidaría de su kwami hasta que encontraran una nueva Ladybug.
—No pienso dejarte encerrada de una caja que este colocada en cualquier lugar dónde Hawk Moth pueda robarte fácilmente—sonrió por esa idea tan absurda—Además confió en él, te cuidaran bien ya que tiene a otro kwami. Creo que es justo que conozca a quien ya no será su compañera, después de todo es posible que ya nunca volvamos a vernos—
Tal vez la decisión que estaba tomando Merida era muy apresurada pero mostraba confianza en sus palabras, por lo cual solo quedaba confiar en ella.
Un poco cansada de observar las cuatro paredes de su habitación decidió abrir aquellas ventanas que daban con la calle, al sentir la brisa camino un poco hacia el pequeño balcón de aquel edificio.
Cómo era de esperarse era una noche fresca en la ciudad del amor, pero el hecho de que la luna estuviera en lo alto no dejaba de preocupar a cierto héroe que vigilaba oculto en el manto de la noche.
Desde que termino aquella conversación con Astrid, Hiccup busco por todo medio posible para comunicarse con Merida y saber sobre la delicada situación. Sin embargo no había respuesta por parte de ella o Rapunzel, fue hasta que la rubia le indico por medio de un mensaje que necesitaba descansar después de un día tan agotador.
Claramente las palabras de la chica no lograron tranquilizar al castaño, por lo cual prefería distraerse con el patrullaje nocturno y posiblemente si encontraba a su compañera pedirle algún consejo. Lamentablemente ni el patrullaje y la ausencia de su compañera parecía no ayudar en nada, antes de que se pusiera en marcha a su hogar para descansar y posiblemente dejar de darle vueltas a todo lo que pasaba, sin darse cuenta noto que estaba en una calle conocida.
Al acercarse más observo desde un balcón solitario y poco iluminado, no fue difícil distinguir a la silueta que parecía perdida entre sus pensamientos y la vista nocturna de la ciudad del amor.
—Una hermosa doncella no debería estar sola a tan altas horas de la noche—aquella voz era algo imposible de no reconocer—Aunque admito que la luz de la luna me regala una bella imagen de tan encantadora joven—
Rápidamente la pelirroja elimino todo rastro de sus lágrimas, si había algo que no le gustaba era que las personas la vieran llorar; la hacía sentir vulnerable ante la mirada de alguien que no fuera Rapunzel o su padre.
—¿Chat?—con el dorso de su mano elimino el rastro que habían dejado las lágrimas—¿Qué haces aquí?—
Claramente Hiccup tenía la idea de que encontraría a Merida llorando, sin embargo esperaba eliminar eso.
—Un superhéroe siempre patrulla, la noche no es completamente segura. Especialmente en una ciudad tan grande como Paris—de un salto se colocó sobre la fría protección del balcón—Pero eso no es lo importante, lo que me preocupa es que una hermosa señorita está llorando en una noche como esta—aunque pareciera extraño Merida no pudo evitar liberar un sonrojo por la pena que sentía—¿Acaso este humilde gato debe proporcionarle una golpiza a quien haya lastimado u ofendido a tan encantadora doncella?—
En su mente el castaño se golpeaba por las cosas absurdas que decía en ese momento, no era el momento de bromear y mucho menos de coquetear. Pero las cosas cambiaron cuando Merida emitió un sonido parecido a una risa oculta, tal vez no era tan malo decir cosas sin sentido alguno si con ello lograba hacerla sonreír.
—No debes matar a nadie, tigre—tras liberar un suspiro se recargo sobre el barandal para observar mejor la ciudad—Simplemente observaba Paris una última vez—
—¿Una...ultima...vez?—desde luego esa confesión había sido un balde de agua fría para el felino—¿A qué te refieres?—
Merida no deseaba entrar en detalles, pero sabía que esta quizás sea la última vez que vería a su compañero felino. Tal vez era momento de ser honesta con él y decirle la verdad.
—Mi madre ha decidido tomar el peor camino que pude imaginar—la mirada azul de la pelirroja se encontraba perdida mientras los ojos esmeralda estaban fijos sobre ella—Creo que tal vez no sabes esto ya que solo nos hemos visto porque me has salvado—se dibujó una pequeña sonrisa con un ligero rubor rosado en las mejillas—Pero mis hermanos están en una condición muy crítica, un coma por decirlo de alguna manera—al escucharla hablar noto como sus manos sujetaba con fuerza el barandal y su voz luchaba por no quebrarse en ese instante.
Su amiga comenzó a contarle los detalles importantes, cómo hace solo unos años sus hermanos habían sufrido de un accidente que los llevo a ese estado. El castaño estaba impactado por la confesión de la pelirroja, tanto que comenzó a comprender la razón de su último viaje y porque no hablaba sobre el tema.
—¿Todo este tiempo has cuidado de ellos?—Merida asintió sin observarlo—Realmente eres una hermana asombrosa, dudo que cualquier otra persona que estuviera en tu situación hubiera hecho algo al respecto. Me refiero, has tenido tanta paciencia y esperanza al cuidar de ellos cada que se presenta la oportunidad—
—Hace 2 o quizás 3 años que lo hago, pero actualmente lo estaba haciendo mi padre—al mencionar a ese hombre parecía relajar a la pelirroja—Sin embargo parece que mi madre no piensa lo mismo—aquella sonrisa no tardo en desaparecer—Aun no tengo un plan sobre como detener a mi madre de hacer esa locura, pero mientras tanto quiero pasar el mayor tiempo posible a su lado. No puedo permitirme desperdiciar ni un solo instante cuando en cualquier momento ellos...—
Sin tener algún control sobre sus emociones, las lágrimas comenzaron a aparecer una vez más.
Todo indicaba que la vida de Merida era más difícil de lo que podía imaginarse, aunque era difícil de notar. Pues ante sus ojos siempre fue una chica fuerte y llena de energía, pero ahora era más fácil ver que detrás de aquella sonrisa ocultaba una gran pena de la que únicamente Rapunzel y quizás Hans eran conscientes. Después de todo no había pasado mucho tiempo desde que la vio derrumbarse por primera vez, y ahora saber que ella en realidad era hija de una de las empresarias más importantes en el mundo de la moda.
—¿Aquella mujer que fue akumatizada hoy era tu madre? —una vez más asintió como respuesta—Lo lamento...lamento que tengas que pasar por todo esto—
Ambos adolecentes solamente miraban el paisaje en silencio, todo indicaba que Merida se iría de Paris y nada la haría cambiar de idea.
Para Hiccup era extraño ese momento, pues le rompía el corazón ver a su amiga tan mal por la situación que era consciente que irse para estar con sus hermanos era lo correcto. Por otra parte, algo en su interior parecía romperse aún más de tan solo pensar que Merida se iría; parecía decirle que evitara que ella se fuera aunque eso resultara en un acto egoísta.
Desde la lejanía un pequeño kwami escarlata solo podía observar con tristeza a su portadora y a su compañero, incluso podría decirse que Merida estaba a punto de revelarle la verdad sobre su identidad y entregarle los aretes para que buscara a una nueva compañera.
—Princesa...—la mirada turquesa observaba de reojo al castaño ante su llamado—¿Me permites ser egoísta un momento?—
La pelirroja estaba confundida, pero antes de que lograra pronunciar una palabra las cosas tomaron un rumbo diferente.
De un salto Chat Noir se colocó a su lado para después abrazarla con fuerza, para Merida era confusa la situación. Si bien podía golpearlo u empujarlo para alejarlo, simplemente no lo hizo.
Por acto de reflejo ella correspondía a su abrazo, era como si una parte de ella tampoco deseara dejar París y sobre todo a ese gato tonto que se había gano el primer latido de su corazón en un principio; pero sobre todo que era su compañero y un invaluable amigo al cual jamás vería de nuevo.
—Debe ser extraño para ti que una desconocida como yo hable de esto contigo—sin dejar de abrazarlo sonrío—Pero admito que estoy agradecida por conocerte y sobre todo por escucharme en estos momentos—
—Para mí no eres una desconocida—sonrío al recordar que con o sin su máscara era solamente un chico que termino por encariñarse con la chica que estaba en sus brazos—Yo siempre estaré disponible para escucharte, después de todo eres una chica extraordinaria—
Algo en todas esas palabras le resultó extraño a Merida, pero simplemente no deseaba pensar en nada. Solamente deseaba disfrutar por un momento un poco de tranquilidad, ya que dentro de algunos segundos llegaría el momento de que ambos chicos se despidieran al igual que Tikki.
—Chat, debo decirte algo—tomando una gran cantidad de valor se separó del héroe—Verás, yo...—
Antes de que las palabras de Merida salieran algo la detuvo, los brazos de Chat la hicieron girar para evitar el impacto del ataque.
—¿Qué pasa?—preocupada por la situación observo por el hombro del castaño—Pero si es...—
—¿¡Dónde está Haddock!?—la mirada de Jack mostraba furia al igual que su voz—¿Merida?—sin embargo no pasaron ni unos segundos hasta que el alvino observo como la pelirroja se ocultaba detrás del héroe parisino—¿Qué rayos haces con esa copia mal hecha de Chat Noir?, no me digas que...—
Ni Merida ni Hiccup comprendían la situación, pero ese momento de duda se dispersó cuando Iceman se abalanzo sobre él castaño, provocando así que ambos cayeran por el balcón.
—¡CHAT NOIR!—Merida estaba horrorizada por lo que había pasado—Oh, no. Esto no está pasando—
—¡Merida!—rápidamente Tikki apareció en escena.
—No hay tiempo que perder—rápidamente removió los rulos que ocultaba sus aretes —¡Transformación!—
Apoco no sintieron bonito con este capitulo? :D
Espero que les haya gustado, debido a que no hubo mucha demanda con el anterior capitulo solo subiré esta parte :( sorry.
Pero bueno, quien diría que Merida si estaba dispuesta a decirle su identidad al niño castaño XD ustedes que piensan que pasara?
Acaso si se ira de Paris?
Que les paso realmente a los hermanos de Merida y a su madre?
Hiccup dejara de decirle buena amiga a Merida?
La escena de balcón estuvo buena?, Esa yo se las respondo y por su pollo que estaba buena :D
¡Nos leemos luego!
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