El significado de ser un héroe
Una gran cantidad de catarinas rodeaban Paris, lo cual significaba que una vez más nuestros héroes habían salvado el día.
—¡Ganamos! —chocaron puños más una de las voces parecía decaída.
—¿Porque la cara larga bichito?—pregunto el castaño al notar la actitud de la heroína-No me digas que has caído ante mis encantos.
Lo que parecía una broma para eliminar la tensión término por aumentarlo, por lo que el castaño se disculpó.
—Chat, creo que debemos hablar seriamente—suspiro con pesar ante los pensamientos que cruzaban por su mente—Es un tema importante y creo que lo justo es ponerte al tanto de las cosas.
La seriedad de la catarina comenzaba a preocuparlo, pero antes de que lograra decir alguna palabra ambas joyas emitieron sonidos peculiares.
—Me temo que nuestra conversación tendrá que esperar, a menos que quieras convertirte antes en calabaza—señalo sus aretes con una sonrisa—¿Hoy en el patrullaje?
—Claro—sonrió levemente para ocultar su tristeza—Mismo punto de encuentro, no llegues tarde.
Ambos héroes tomaron caminos diferentes en ese día, pero eso no evitaba que la preocupación creciera al llegar a sus casas.
—Pareciera que te hubieran dado una golpiza en la cara—ronroneo el felino—Cuenta la leyenda que por no darme mi queso, mil años de mala suerte y fealdad caerán sobre ti.
—Mala suerte siempre he tenido y en cuanto a la fealdad...he tenido que vivir con ella desde que nací—replicaba ante el comentario del felino—Creo que puedo vivir con esa maldición y tu puedes esperar un poco—claramente la actitud de su kwami no le ayudaba a mantener la calma—Esta semana ha sido del asco.
Sin pensarlo dos veces se dejó caer en su cama, pues no estaba satisfecho con los resultados que tenía.
Desde aquella noche en que fue a visitar a Merida como Chat Noir, muchas cosas habían cambiado. No solamente tenía la preocupación de aquel extraño akuma, sino la tristeza por la situación actual de Merida y él no poder verla para ofrecer su ayuda. Pues en cada oportunidad que tenía siempre terminaba con una cortesía de Hans, la cual era estrellarle la puerta en su cara mientras que Rapunzel le pedía un poco de espacio para la pelirroja.
—Últimamente lo único que haces es suspirar y quejarte—de uno de los cajones saco un trozo de queso—Si tanto te importa, ¿Porque no vuelves a intentar llamar a tu novia?—de un solo bocado devoro el queso—Podrías ir incluso como Chat por una módica pero justa cantidad de Camembert, pero recuerda que no puedes dejarte influenciar por las emociones negativas.
Aunque odiaba admitirlo, Plagg tenía un punto a favor. Al ser un héroe no tenía el lujo para dejarse llevar por sus emociones, desde luego era complicado mantener la calma con todos los eventos que pasaban en su alrededor.
—Un buen negocio para ti pero desastroso para mí—comentaba mientras recargaba su cara en la almohada—No puedo mostrarme irresponsable con mis poderes, si alguien o nuestro enemigo se diera cuenta que Chat Noir es cercano a alguien podría ponerlos en peligro—dentro de su mente se negaba a esa idea—Ni siquiera cómo Hiccup tengo suerte—el amargo recuerdo entre su encuentro con Hans en el departamento de Merida apareció repentinamente—El gorila de Hans actúa como si fuera su guardaespaldas, por otra parte Rapunzel tampoco ha sido de mucha ayuda al pedirme que mantenga mi distancia—
—Hiccup no puede...—canturreaba el kwami—Pero Chat Noir si—
—Por una parte comprendo a Rapunzel, el comportamiento de Merida no es algo con lo que se pueda lidiar de manera sencilla—aquello lo tenía muy presente desde la primera vez que discutió con ella y la rubia—Pero tampoco puedo dejarlo a la suerte. Ella necesita apoyo y desahogarse, si ella llega a su límite por no tener ayuda y un akuma se aprovecha de ella, entonces yo....
Una y otra vez negaba con su cabeza ante ese pensamiento, pues se negaba a la idea de que Merida cayera a merced de Hawk Moth. Era consiente que la voluntad de la pelirroja era fuerte igual que su carácter, pero todo podría ser peligroso si ella solo tuviera un segundo de debilidad para ceder ante el villano. La idea de que ella resultara akumatizada y tener que enfrentarla le aterraba, ya que uno de sus peores temores era hacerle daño a todo aquel que fuera importante para él.
Tal vez con su actitud no demostraba lo que sentía, pero Plagg comprendía perfectamente la preocupación de su dueño. La empatía que tenía por otros le recordaba a cierto chico rubio, incluso se atrevía a decir que a un portador más antiguo.
—Pescado parlanchín—murmuro para él mismo.
—¿Qué? —desde luego parecía que no lo había dicho en un tono tan bajo—¿A quién le dices pescado parlanchín?
—Eres un pesado—cruzó sus diminutas patas delanteras—Un pesado igual que ese sujeto que fue mi portador.
Cómo era de esperarse las palabras del gato negro llamaron su atención, por lo que no dudo en preguntar si se trataba de su anterior dueño a lo que negó con su cabeza.
—Ese chico fue mi portador miles de años atrás, claramente era un pesado igual que tú. Incluso me atrevo a decir que eres una copia exacta—respondía observarlo de reojo—Aunque no me sorprende, ambos son bastante extraños y torpes. Pero eso era algo inusual en un guerrero vikingo, sobre todo su estilo de vida, ¿Quién en su sano juicio me da de comer pescado en vez del maravilloso manjar de los dioses?—
—¿Debería sentirme alagado u ofendido?—levanto su ceja mientras el sarcasmo se reflejaba en sus palabras.
—No todos tiene el honor de tenerme a mí, el gran Plagg—parecía divertirle la reacción indiferente de su portador—Aunque si te consuela en algo, fue alguien que siempre dio prioridad al bienestar de otros ante el suyo. Aun cuando eso significaba sacrificar su felicidad y lo que más amaba en el mundo.
—Un gran poder conllevar una gran responsabilidad—recitaba aquella frase de los comics que tanto leía cuando era niño—Creo que eso es algo que todo héroe debe tener en mente al aceptar este trabajo. El bienestar de otros esta primero, aun si eso significa renunciar a nuestro sueños.
Tal vez fue un efecto provocado por la luz que entraba a la habitación o incluso una mala jugada por sus ojos, pero durante un instante Hiccup lucia exactamente igual a ese chico con quien compartió una gran aventura en el pasado.
—Escucha mocoso—el sobrenombre que le había dado Plagg no era de su completo agrado—Si realmente quieres ver a Merida, ¿Porque no vas cómo Chat Noir?—propuso una vez más pero antes de que el castaño hablara continuo su explicación—Nada te impide romper las reglas, ya que si continuas esperando una oportunidad es probable que ella se haya ido.
Desde luego ese detalle se le había escapado, pero aun cuando fuera como su alter ego tenía un problema.
—Aun cuando lo hiciera tenemos un problema capitán queso—el kwami comprendió cuál era el problema—Lo peor es que no tenemos alguna distracción lo suficientemente creíble o llamativa para que yo pueda escabullirme ya sea como Chat o cómo Hiccup.
Si fuera posible la cabeza de Hiccup estaría ardiendo y llena de humo al dejar que su cerebro continuara maquinando algún plan, ya que todas sus ideas parecían tener alguna falla o eran de lo más absurdas.
Por otra parte el kwami oscuro parecía estar tranquilo ante la desesperación de su compañero, pero a su mente había llegado una idea.
Evitando toda pregunta o reclamo hecho por Hiccup, salió de su casa en dirección a un lugar que conocía perfectamente y quizás con algo de suerte podrían ayudarle con dicho problema.
Mientras que del otro lado, nada parecía indicar que la pelirroja dejaría su habitación, lo cual comenzaba a preocupar a Rapunzel.
—Preocupándote no lograras nada—bufó un pelirrojo desde el sofá—Si ella te ve en ese estado terminara preocupándose, lo cual no le ayudara en nada.
—Pues tampoco estar sentada y pretender que nada sucede ayudara en algo—desde luego la paciencia de Rapunzel se estaba terminando—Es lógico que me preocupe por mi mejor amiga, lo que está viviendo no es cómo para sentarme a tomar una taza de té y comer pastelillos.
Habían sido días difíciles desde el encuentro entre madre e hija, ni siquiera la rubia sabía cómo actuar ante dicha situación.
Fue una gran sorpresa que la primera persona que visitara a Mérida fuera Hans, pues creía que Hiccup sería el primero en golpear la puerta igual que un casero al cual le deben la renta. Pero la llegada de Hans no había logrado algún progreso con su amiga, especialmente con la rubia quien siempre terminaba fuera de sus casillas por la actitud del pelirrojo.
—Te equivocas si crees que no estoy preocupado por ella—la mirada del chico estaba concentrado en la ventana evitando observar a Rapunzel—Aunque tengas dudas sobre mi preocupación, Merida es importante para mí. Quizás nos distanciamos, pero eso no quiere decir que el cariño que tengo haya desaparecido de un día a otro.
Si había algo que Rapunzel no había podido predecir era el comportamiento de Hans en ese instante, sobre todo por la forma en que se expresaba sobre la pelirroja.
—Hans... —sus ojos observaron de reojo a Rapunzel quien parecía estar dudosa en continuar hablando—Exactamente, ¿Qué clase de relación o lazo tienes con Merida?
Ante la pregunta cerro sus ojos, parecía meditar entre hablar o simplemente ignorar su pregunta y evitar tocar el tema con ella.
—Nuestras familias se conocen desde antes, mis padres son los principales inversionistas de su empresa—todo parecía indicar que optaba por hablar del tema—Antes de que su madre la mandara al internado y tú la conocieras, ella y yo éramos muy unidos.
Entre recuerdos Rapunzel recordaba levemente que Merida le hablaba sobre alguien a quien era muy unida, pero jamás tocaron el tema a fondo. Solo sabía que era alguien importante y que extrañaba mucho.
—Se conocen desde muy jóvenes—un poco menos nerviosa decidió acercarse un poco más.
—Prácticamente desde que nacimos—una leve sonrisa llena de nostalgia apareció—Aun desde pequeña ya era terca, y parece que esa terquedad crece al igual que ella.
Para alguien como Rapunzel le era increíble tener una conversación normal con Hans, pues siempre terminaba por tener deseos de lanzarle todos los sartenes que tuviera a su alcance. Pero ver la tranquilidad y cariño con el que hablaba Hans de Merida era algo nuevo, como si fuera una persona completamente diferente a la persona con la que trataban en la escuela.
—¿Crees que haya algo que podamos hacer por ella?—la pregunta y el tono decaído de Rapunzel llamaron su atención—Merida es mi mejor amiga, odio verla en ese estado. Sin embargo a pesar de que he estado más tiempo con ella, tu pareces conocerla mejor de lo que yo la conozco—soltando un fuerte suspiro tomo asiento a su lado—Incluso puede que conozcas mejor a su familia si has tenido un trato con ellos desde mucho ante.
—Creo que ambos somos conscientes sobre el carácter y la manera en que toma Merida las cosas—la rubia asintió al recordar las actitudes que tenía su compañera—Lo primero es darle espacio y dejar que se tranquilice un poco, de nada servirá un bombardeo de atención si terminara por darnos una patada como respuesta.
Ambos adolecentes no evitaron soltar una sonrisa, pues como era de esperarse conocían perfectamente las reacciones que tenía su amiga ante diversas situaciones.
—Mientras eso pasa, podemos pensar en un plan respecto al tema de sus hermanos—antes de que la chica lograra decir algo, fue interrumpida—Conozco la situación de Merida mejor que nadie, recibí una golpiza por meter mi cuchara en algo que ella quería mantener en secreto.
—Realmente la quieres mucho—sonrío con más tranquilidad al darse cuenta que no necesitaría usar del sartén—¿Me equivocó?
Un silencio se provocó alrededor del lugar, pero a ninguno de los dos le incomodaba.
—Merida es importante para mí—esta vez se dignó a mirar a la rubia—Es una de las pocas personas que puedo considerar valiosa, y no lo digo por la posición de su familia.
En la mente del pelirrojo recapitulaba aquellos recuerdos mientras observaba la pulsera de su mano izquierda. Aquellas risas y todos los juegos que aquella niña de ojos azules aceptaba jugar con él, desde luego que Merida era algo más para él que una simple conocida por los negocios de sus padres.
—Creo que te he juzgado mal—la mano de la chica se colocó en su hombro—Aunque no conozco los detalles, veo que tan importante es Merida para ti. Especialmente ahora comprendo mejor porque ella siempre te defiende teniendo la actitud que demuestras con el resto de la escuela.
—No me muestro como soy por mis propias razones—sonrió el pelirrojo—Aunque es obvio que pensaras cosas sobre mí, después de todo tengo que cuidar la reputación que he creado.
—Si te mostraras más como ahora, creo que tu popularidad crecería en un 70%—la sonrisa de Rapunzel irradiaba calidez—Al menos tendrías menos miradas reprochándote todo lo malo a ti.
Parecía que la plática entre Hans y Rapunzel fluía sin problema alguno, desde luego eso no impedía en que en ciertas pausas le llevaran un poco de comida a Merida y buscaran alguna solución al problema de su amiga. Pero ahora ambos comprendían mejor que los unía a ella y sobre todo porque eran tan protectores en situaciones como la que se presentaba.
El día parecía avanzar y el pelirrojo opto por ir a su casa al darse cuenta que su amiga estaba en buenas manos, pero eso no significaba que dejaría de estar al pendiente de ella.
Desde su habitación y sin emitir algún sonido, la pelirroja se encontraba en su habitación observando el techo desde la comodidad de su cama. Absolutamente las horas o incluso los días podrían pasar sin llamar su atención, pues la habitación estaba oscura y con las cortinas evitando que algún rayo de luz entrara.
Para Tikki no era una sorpresa que Merida estuviera en ese estado, pues se mostraba triste pero también pensativa con respecto a su futuro. Habían pasado varios días desde el ataque de ese akuma, pero sobre todo desde que hizo su elección referente a su vida como super heroína.
El plan era darle hace unas horas a Chat su miraculous y despedirse antes de irse de Paris, pero para su buena o mala suerte tuvo que atrasarlo por decisión del castaño.
—¿Estas completamente segura de esto?—Tikki parecía triste por la elección de la pelirroja—Tienes que pensarlo bien.
—No quiero hacerlo—susurro mientras evitaba que sus lágrimas escaparan—Me encanta ser Ladybug y patear el trasero de los chicos malos, pero tampoco quiero perder a mi familia, ¿Soy egoísta por querer ambas cosas?
Nadie mejor que el kwami escarlata conocía la pena de su dueña, era consciente de su alegría al convertirse en la nueva Ladybug. Aunque también sabía que sus momentos salvando Paris eran algo que aliviaba un poco el dolor que ocultaba, después de todo mostraba empeño y dedicación en ambos casos.
—Eres la persona más dedicada que conozco—con su diminuto brazo limpiaba una lagrima de su ojo derecho—Aunque eso no evita que te voy a extrañar mucho, eres una chica sorprendente Merida.
Las palabras de la catarina enternecieron a la pelirroja, desde hace mucho tiempo no recibía ese tipo de palabras que no fuera por Rapunzel o por parte de su padre.
—Si tan solo hubiera otra solución podría seguir siendo Ladybug—en su expresión mostraba tristeza y cansancio—Vaya que extrañare todo esto. Columpiarme por toda la ciudad, luchar contra los akumas, incluso los chistes malos de Chat.
Su mente se enfocó solamente en la imagen de su compañero, reviviendo aquellos recuerdos sobre su convivencia diaria, desde el pequeño crush que tuvo con él hasta los momentos que lo rechazaba.
—Estoy segura que él te extrañara—el comentario interrumpió sus recuerdos—Igual que Hiccup, ese chico te tiene mucho cariño.
La sola mención del otro chico castaño le hizo recordar su primer encuentro y todo lo que han pasado, desde luego que el rubor en sus mejillas era imposible de ocultar al revivir aquellos recuerdos.
—Antes de hablar con Chat iré a verlo—desde luego Tikki parecía impresionada—Creo que es justo que hable con él primero, después de todo he estado evitándolo y merece una explicación sobre todo esto.
Ante de que el kwami hablara algo llamo la atención de ambas, pues el sonido de un golpe en ventanal que daba acceso al balcón se repetía.
—Escóndete Tikki—al levantarse tomo un bate que tenía al costado de su cama—¿¡Quien esta ahí!?
—No tienes por qué temer—la voz de una mujer se hizo presente—Quiero hablar de portadora a portadora.
Desde su escondite Tikki le indicaba que tuviera cuidado, al acercarse y quitar la cortina observo algo que la dejo con la boca abierta.
—Creo que no es muy común verme usar esta ropa—sonreía una mujer más alta que la pelirroja—Aunque debido a que tienes mi miraculous me es difícil usar otra.
—¡Multimouse!—con aquel grito la mujer no dudo en pedirle que bajara la voz.
Rápidamente Tikki apareció ante su reacción, no dudo en traspasar el cristal y abrazar a la mujer de cabello azabache.
—A mi también me da gusto verte de nuevo Tikki—le brindo algunos cariños a su pequeña cabeza—Tranquila, no vengo a quitarte a Tikki o algo parecido.
Al ver la tranquilidad del kwami y de Multimouse abrió la ventana corrediza, una vez que paso al interior de la habitación tomo asiento en su cama.
—Déjame ver si entiendo la situación—parpadeo un par de veces para aclarar sus ideas—¿Tu eres la antigua Ladybug?—ella asintió con una sonrisa—¿Cómo es que...?
—El guardián de los miraculous conoce la identidad de todos los portadores—parecía alguien bastante tranquila y llena de confianza al hablar del tema—Y todo parece indicar que tienes un problema, ¿Estoy equivocada?
En ese momento Merida no sabía si asustarse o pensar que el mundo se había vuelto loco, seguía sin creer que Multimouse fuera la antigua Ladybug.
—No pienses que soy grosera, pero esta situación comienza a asustarme un poco.
Al notar la incomodidad de Merida la azabache entendió que había dicho demasiado en tan poco tiempo.
—Lo lamento, creo que he dicho demasiado y a la vez casi nada—claramente tenía que iniciar por darle una explicación—Iniciare de nuevo—aclarando su garganta buscaba el punto exacto para iniciar la conversación—Es un placer conocerte nueva Ladybug, yo soy la antigua portadora de Tikki y por supuesto también Multimouse.
Todo parecía indicar que sería una conversación bastante larga, pero para sorpresa de Merida era lo contrario. Entre presentaciones y explicaciones las cosas avanzaban, desde luego llegaron al punto sobre la decisión de la pelirroja.
—Parece que estas informada sobre lo que pasa—se cruzó de brazos en espera de alguna respuesta—Creo que demasiado.
—Ningún detalle se le escapa al guardián—suspiro al recordar como el maestro lograba ver cuando ella tenía problemas—Sin embargo tu caso no es cualquiera, y no lo digo por el hecho de que seas Ladybug—la mirada azul mostraba un ligero brillo de confusión ante sus palabras—Cómo portadores tenemos una gran responsabilidad, pero tampoco podemos ser obligados a hacer algo que no deseemos u este fuera de nuestras manos. Por lo cual entiendo si quieres renunciar, pero debes estar completamente segura y decidida a ellos. Ya que al hacerlo estarás renegando a Tikki y alguien más deberá usar el traje, ¿Estas dispuesta a renunciar completamente a ello?
Las palabras de Multimouse solo generaron un gran silencio entre las dos féminas, pues aunque Merida había tomado su decisión aún le costaba mucho trabajo renunciar a Tikki. Aun se preguntaba internamente si estaba lista para dejar todo atrás, pues era consciente de que aunque deseaba ambas cosas no podría tenerlas sin renunciar a una.
—Amo ser Ladybug—su mirada estaba baja y concentrada en sus zapatos—El que Tikki llegara a mi vida fue lo mejor que pudo pasarme, aun si eso significaba que me complicaría la existencia al tener una doble vida—la mujer se dio cuenta que cada palabra que salía de su boca mostraba felicidad y emoción—Pero si no renuncio puedo perder a mis hermanos para siempre, no puedo simplemente dejar que mi madre me los quite sin antes luchar por ellos.
Al observar la voluntad tan fuerte de Merida comprendió mejor porque ella continuaba siendo Ladybug, aunque el maestro se equivocara al momento de la repartición parecía que el destino ya había elegido a la siguiente chica del traje moteado.
Tan diferentes pero parecidas a la vez, lo que Marinette carecía en su juventud Merida lo compensaba al 100% y viceversa. Pero si había algo que las unía era el sentimiento de ayudar y luchar por otros, lo cual la hizo sonreír.
—Todo tiene solución en esta vida menos la muerte Merida—en busca de reconfortarla coloco su mano en el hombro de la chica—Aun el problema de tus hermanos tiene solución, solo que no es tan simple.
Cada cosa que decía Marinette de alguna manera lograba tranquilizarla, era algo difícil de explicar pero si podía definirlo como mágico. La calidez y compresión que mostraba le daba una mejor idea de porque ella en su momento fue Ladybug, pero por causas que desconocía y se negaba a preguntar había dejado de serlo.
—La gente reconoce a un héroe solo con verlo, no hay muchas personas así en las calles lamentable—una sonrisa maternal se dibujó en su cara—Todos necesitamos a alguien, gente valiente que se sacrifique y ponga el ejemplo para todos—con cariño coloco uno de sus rizos rebeldes detrás de su oreja—Es verdad que todos aman a los héroes, los aclaman y gritan sus nombres con una gran energía. Con el paso del tiempo, ellos mismos relataran cómo esperaban horas para ver a la persona que les enseño a resistir un poco más. Ya que todos tenemos un héroe en nuestro interior, Merida. Eso nos da fuerza, nos hace nobles y nos mantiene honestos—con un suspiro vino a su mente todo lo que había aprendido en su tiempo como heroína—Al final eso nos permite morir con orgullo, aunque a veces eso signifique ser firmes y renunciar a lo que más queremos—cada palabra parecía ser cuidadosamente analizada por la pelirroja—Con todo esto no te estoy diciendo que renuncies a tus hermanos, eres libre de elegir el camino que desees. Pero al menos quiero que consideres lo que te he dicho, ya que...—Tikki asintió como aprobación a que prosiguiera—No solamente estarás dejando el miraculous, sino que una parte de ti siempre te recordara la decisión que hayas tomado por el resto de tu vida. Sea la correcta u equivocada tendrás que vivir con ella durante toda tu vida.
—¿Realmente crees que haya una solución para mis hermanos sin tener que dejar de ser Ladybug?—ambos ojos azules se observaba mutuamente—¿Existe al menos?
—El camino de un héroe, incluso el de una persona común nunca es fácil—Marinette era consiente que la situación de la pelirroja no era sencilla—Sin embargo, eso nos ayuda a definirnos como persona. Tienes el poder de elegir cual es el mejor camino para ti, escucha a tu voz interior y sabrás que hacer.
El discurso de Multimouse le había dado mucho en que pensar, pues ante los eventos que se presentaron ella misma se había perdido.
—Debo irme—al notar que se levantaba de su lugar la pelirroja hizo lo mismo—Solo se me permitió el uso del miraculous por un breve tiempo.
—¿Cómo sabré que camino elegir?—al parecer Merida no evito ocultar en sus palabras el temor que sentía ante aquella decisión—Ni siquiera soy capaz de elegir si me gusta más las hamburguesas o las pizzas, ¿Cómo estaré segura de que no me equivocare al momento de tomar una decisión?
Aquella reacción le era bastante familiar, por un instante fue como ver a su antiguo yo reflejado en un espejo.
—No lo sabrás—sonrío mientras caminaba hacia el balcón—Algo en tu interior te hará sentir que fue lo correcto al momento de elegir, te confianza en tu decisión—antes de irse abrazo al kwami escarlata—Me dio gusto saber que estas bien Tikki, creo que sabes que hacer—con un pequeño guiño asintió como afirmación—Cualquiera que sea tu decisión debo decirte que fue un placer conocer a la nueva chica del traje moteado, eso y que debo felicitarte por tu trabajo y por tu paciencia al no querer tirar a tu compañero desde lo alto de la torre Eiffel.
—No creas que no lo he intentado—respondía con una sonrisa ante el recuerdo de sus constantes coqueteos.
—Es un buen chico, date la oportunidad de conocerlo y entenderás porque lo digo—con tranquilidad se quitó la cuerda que usaba por cinturón—Cuídate mucho, te deseo la mejor de las suertes.
Al tomar algo de impulso lanzo la cuerda a uno de los postes, al verla columpiarse a lo lejos le hizo recordar en la sensación que tenía cada vez que debía salvar la ciudad.
—Oye Tikki...—la pequeña catarina se colocó en su hombro—Tuviste a una gran chica como portadora, ahora entiendo mejor porque ella fue la mejor en su tiempo.
—Todas las personas que han estado conmigo tienen lo suyo, ya te lo había dicho—su vista estaba en aquella chica que desaparecía en la lejanía—Pero eso las hace más especiales para mí, por eso tu eres igual de importante que ella.
Si en algo tenía que razón su antecesora era que su elección no era un camino fácil, pero esa visita le había regresado algo que parecía perdido.
—Tikki, lo que estoy a punto de hacer no será fácil—un poco preocupada se abrazó para darse fuerza—¿Puedo contar contigo?
—Siempre, sin importar que elijas—con cariño la catarina abrazo a la chica—Estaré contigo hasta el final.
Lo que estaba por hacer requería una gran fuerza de voluntad, pero tras escuchar a su voz interior ahora tenía una mejor idea. Aún quedaban un par de horas y podía reflexionar sobre todo lo que había pasado, pero al menos un poco de luz comenzaba a verse ante esa oscuridad que la estaba haciendo caer en un abismo.
—Bueno iniciemos por el principio—un poco más animada corrió a tomar su celular, sin embargo el sonido del timbre llamo su atención—¿Quién podrá ser?
Sin tiempo que perder salió de su habitación pero para su sorpresa su compañera y Hans no se encontraban, mayor fue su sorpresa al abrir la puerta.
—¿Hiccup?—no podía creer que el castaño estuviera enfrente de su puerta con una mochila—¿Qué haces aquí?
—Algo que tenía que hacer desde un principio—un poco temeroso pero firme sujeto la mochila—Comprendo que no quieras verme, pero soy tu amigo y tengo derecho a preocuparme por ti. Así que si no quieres que entre, me quedare a dormir enfrente de tu puerta para tener alguna noticia tuya o estar presente cuando necesites apoyo, pero no te dejare pasar esto sola.
Todo indicaba que Merida se estaba perdiendo de algo, aunque ver la dedicación del castaño y su preocupación por ella le hizo sentir algo extraño pero agradable.
Aquello solo podía ser el indicio de que algo estaba surgiendo en su corazón, algo de lo que quizás desde ese instante le sería imposible seguir ignorando.
¿Creían que no iba a hacer capitulo de Miraculous Mericcup?, si es de esa manera entonces creo que no me conocen del todo XD
Espero que les haya gustado el capitulo de hoy, la verdad si me estoy tardando con los capitulos y actualizaciones es porque los estoy haciendo aun más largos de lo que eran. Originalmente mi limite era entre 5 páginas y un máximo de 10, pero ahora quiero darles algo más completo y variado.
Por favor, dejenme su opinión si les gusta o no esta nueva modalidad con la que trabajo. Mientras los dejo teorizar con lo que pasara en los siguientes capitulos, por cierto quien adivine de dónde son las referencias que puse en este capitulo se gana que el siguiente se los dedique XD
¡Nos leemos luego!
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