Capítulo 1: Reina Dorada
La gran y famosa ciudad de París, conocida en todo el mundo y siendo una de las capitales más visitadas por centenares de turistas de todo el mundo ante la gran cantidad de lugares de interés que puede ofrecer, siendo el gran museo del Louvre y la Torre Eiffel dos grandes ejemplos. Pero, desgraciadamente, hace años que la ciudad no brilla con el mismo esplendor que la caracterizaba anteriormente. Todo en la vida no sólo de los parisinos sino de todo el país de Francia cambió drásticamente en cuanto un hombre extremadamente poderoso decidió crear un imperio y empezó con Francia por razones que nadie salvó él conocen, todo ello usando extraños objetos que le otorgaban un poder sobrenatural que lo hacía prácticamente invencible.
La vida de los habitantes del país se había vuelto sombría y deprimente, todos ellos eran gobernados por puño de hierro en una política extremadamente estricta con cualquier infracción, o, al menos lo que él consideraba infracción hacia su figura. Básicamente, viven bajo una dictadura extremadamente represiva con su población.
Volviendo a centrarnos en la capital, una joven adolescente de cabello azabache envuelta en dos coletas caminaba por las calles hacia la preparatoria donde asiste. Su aspecto estaba muy descuidado, no sólo por sus ojeras gigantescas, sino por la ropa negra que le cubría todo el cuerpo junto a un broche circular en la zona superior-central de su camisa negra. Aún así, a nadie le importaba, todos únicamente podían preocuparse por ellos mismos.
A unas pocas calles de llegar a la preparatoria, la chica observó que había una gran concentración de personas en un cruce, por lo que se acercó silenciosamente para investigar, pero eran tantas personas las reunidas que a la joven no le quedó de otra que hacerse paso, recibiendo varios codazos y empujones en el proceso, pero valió la pena, pues se logró acercar lo suficiente para ver lo que hizo acercarse a tanta gente, frunciendo el ceño cuando se dió cuenta de lo que se trataba.
Había dos cuerpos inertes colgando de un cable eléctrico, parecía que habían sido ahorcados hace poco, seguramente durante la noche. Ambas personas aparentaban tener pocos menos de treinta años, jóvenes prometedores que hubieran aportado a la sociedad, pero eso ahora era imposible, pues pasaron a mejor vida. Lo que más llamaba la atención era una nota pegada en los cuerpos de ambos hombres.
"Esta es la consecuencia para los que se oponen al gran Líder Fu"
La adolescente suspiró, sabiendo de quiénes eran los responsables del acto, pues el dictador del país repartió sus joyas mágicas entre selectas personas de confianza para mantener a raya todas las ciudades del país, ésto era obra del encargado de *hacer justicia* en París: Killer Shadow.
Los pensamientos de la joven adolescente fueron interrumpidos cuando escuchó una voz familiar gritar su nombre con el fin de llamar su atención.
"¡Marinette! ¡Hola! ¿¡Qué ha pasado!?" Era una voz extrañamente alegre y llena de vida dentro de los estándares de los parisinos, la mencionada suspiró con cansancio mientras observaba a una joven de su misma edad con cabello rubio y ropas altamente costosas acercarse hacia ella, para luego llevarse las manos a la boca con horror al ver a los dos hombres colgados del cable eléctrico.
"¡Qué horror!" Fue lo que escapó de su boca, Marinette únicamente se encogió de hombros, no era la primera vez que el secuaz de Fu hacía cosas similares con sus víctimas.
La joven rubia dejó su tristeza y shock a un lado cuando observó que Marinette continuó caminando, dejando atrás a la multitud con unos cuantos empujones de por medio, obligándola a dejar la escena para seguirla.
"¡Espérame! ¡Todavía estaba horrorizada por aquello!" Llamó a la chica, haciendo que su compañera niegue con la cabeza con cansancio.
"No entiendo tus sentimientos, no es la primera vez que sucede" Habló Marinette con voz que demuestra cansancio mental, haciendo que su acompañante conteste con sorpresa en su voz.
"¿¡Acaso no te sorprendes ante escenas como esa!?" Cuestionó con sorpresa e, incluso, pena, cosa que no gustó para nada a Marinette, la cual habló de forma cortante.
"No, ahora déjame sola, Chloe" Marinette dijo el nombre de la chica mientras escupía al piso, como si pronunciarlo fuera igual a tragar basura, pero la otra joven no pareció sentirse mal por ello, sino que contestó de forma simpática.
"Vamos al mismo sitio, no puedo dejarte sola aunque quisiera, que no es caso" Chloe le dedicó una sonrisa suave, que desprendía calma, pero también amabilidad.
Marinette no contestó ante ese argumento, pero tampoco significaba que le iba a prestar atención, pues ignoró completamente a la chica, incluso cuando ella intentaba interactuar con ella.
Después de unos 5 minutos que a Marinette le parecieron horas, llegaron a la entrada de la preparatoria Françoise Dupont, donde atravesaron gran parte del patio delantero hasta subir unas escaleras y entrar en el salón de clases.
Allí dentro había alrededor de 20 jóvenes de la misma edad, todos ellos con expresiones mixtas, unos en silencio, otros tratando de entablar una conversación amena, aunque la mayoría no parecían felices, sobre todo cuando vieron a Marinette entrar al salón seguida de Chloe.
Nadie le dijo ni una sola palabra a su compañera, todos parecían no querer relacionarse con ella a excepción de Chloe, la cual parecía ignorante a este ambiente y se disponía a sentarse a su lado, pero fue detenida por la propia Marinette, la cual agarró su brazo.
"Ni te atrevas, no te quiero molestando también clase" Dijo Marinette mientras apretaba el brazo de Chloe para tratar de asustarla, pero su compañera simplemente asintió con un rostro confundido pero obediente.
"Está bien, no tengo problema, ya hablaremos a la hora de comer" Dijo alegremente mientras, una vez que Marinette la soltó, procedió a sentarse al lado de un joven de cabello rubio conocido como Adrien Agreste, el cual parecía estar muerto por dentro, de todos los presentes, era el menos expresivo, al punto que no hizo ninguna expresión ante la presencia alegre de Chloe.
Tras unos minutos, una mujer adulta entró al salón, procediendo a comenzar a enseñar lo que se tenía planeado para ese día. Aunque las matemáticas y ciencias eran las menos cambiadas en este sistema educativo, en cuanto se llegaba a las asignaturas tales como la Historia, todo se convertía en puras mentiras y contenido falso con la intención de adoctrinar a lo jóvenes sobre las intenciones de su líder Fu, Marinette contuvo las ganas de levantarse e irse de allí, y, aunque ninguno de sus compañeros tampoco parecían creer en las historias, ninguno de ellos mostró tampoco repulsión, simplemente, parecía que se dedicaban a tragar la información y no provocar problemas.
Tras estas clases, llegó la hora de comer, haciendo que todos los alumnos comiencen a caminar hacia la sala asignada, donde se les proporcionó a todos una ración de comida barata y asquerosa, solo había que notar el estado del pan o de la carne para darte cuenta de que no iba a tener un buen sabor.
Marinette quería sentarse sola, de todos modos, nadie quiso hacerle compañía, a excepción de Chloe Bourgeois, la cual posó su bandeja de comida alegremente junto a Marinette para sentarse instantes después e intentar entablar una conversación posteriormente.
"Las enseñanza de hoy han sido muy aburridas, he luchado por evitar quedarme dormida en clase de Historia" Habló alegremente, Marinette la fulminó con la mirada para intentar espantarla y alejarla, pero, aunque Chloe retrocedió un poco, no se movió.
"Podrías ser más amigable conmigo, llevo varias semanas intentando hacerme tu amiga" Habló Chloe mientras hacía un puchero, haciendo que todos los jóvenes en otras mesas se lleven las manos a la cabeza, no entendiendo la razón de que alguien quiera la amistad de alguien como Marinette Du-Pain Cheng.
"¿Acaso no conoces la historia de mi familia? Nadie quiere problemas y es por eso que nadie se acerca a mí, deberías hacer lo mismo" Esas palabras de Marinette hicieron que Chloe se quede pensando, para luego dedicarle una mirada triste.
"Sé lo de tu madre... ¡Pero eso no significa que debas quedarte sola!" Esas palabras las dijo más alto de lo que a Marinette le hubiera gustado, pues observó como todos las miraban con confusión, no entendiendo nadie la razón de que alguien quiera estar cerca de ella.
Por suerte, el tiempo para comer no duró mucho más, los alumnos tenían un total de 20 minutos para consumir sus alimentos y continuar con las clases. Y, con ello, las aburridas clases de adoctrinamiento continuaron, durando hasta bien entrada la tarde. Durante estas clases, Marinette observó como Chloe se giraba y la miraba cada cierto tiempo, cosa que la hizo enfurecerse, estaba harta, iba a terminar con esto de una vez.
Tras terminar las clases, todos los alumnos salieron del aula a toda prisa, si algo no había cambiado, era lo ansiosos que son los estudiantes a la hora de abandonar el lugar de enseñanza.
Marinette, siendo seguida por Chloe, llegaron a la entrada de la preparatoria, donde la rubia decidió tomar una arriesgada decisión.
"Marinette, ¿Te apetece ir a mi casa? Seguro que te diviertes, por favor, dame una oportunidad" Casi suplicó Chloe, siendo la oportunidad para Marinette.
"Por supuesto que no lo haré, ¡Lo único que deseo es que me dejes en paz! El hecho de que esté sola no es problema tuyo, además, a diferencia de ti, yo no me esfuerzo por entablar amistades inútiles, perra desesperada" Fueron palabras llenas de rabia y odio que dañaron lo más profundo del corazón de Chloe, la cual comenzó a notar como lágrimas caían de sus ojos mientras Marinette se marchaba.
La joven caminó hasta estar delante de una panadería, la de su familia, donde entró y se encontró con su padre trabajando, el cual dejó lo que estaba haciendo cuando vio a su hija.
"¡Marinette! ¿Cómo han ido las clases?" Preguntó el robusto hombre con una mirada preocupada, recibiendo una mirada algo incómoda de su hija.
"Como todos los días, horrible" Fue su contestación antes de continuar su caminata hacia la vivienda, más específicamente, hacia su habitación.
El hombre, ante eso, apoyó sus brazos en el mostrador de la panadería mientras bajaba la cabeza con tristeza. "Ojalá estuvieras aquí, seguro tendrías alguna solución para esto" Susurró el panadero, no podía hacer nada para animar a su hija, desde lo que ocurrió aquel día, ella siempre ha sido fría, prohibiendo incluso que acceda a la habitación de su propia hija, estaba desesperado por tratar de hacer feliz a lo más importante que le queda en este mundo.
Marinette entró a su habitación a través de una trampilla, donde todo estaba en completa oscuridad, solo iluminado por una ventana que daba un débil rayo de luz, además, estaba llena de mariposas.
Allí, Marinette fue hacia una caja fuerte, apretando la combinación correcta y abriéndola, dentro había un broche azul con temática de pavo real, el cual tuvo un comportamiento extraño cuando la adolescente de lo colocó justo debajo del broche circular.
Trás eso, Marinette se sentó en una cama e, instantes después, del broche azul salió una criatura diminuta, flotante y cabezona del mismo color y unas plumas alrededor; a su vez, del bolso de la chica salió una criatura muy parecida al anterior, pero era de color violeta, tenía alas de mariposa y una espiral en la frente.
"Duusu, Nooro, mis únicos amigos y fieles compañeros kwamis, es un gusto tener tiempo para hablar tranquilamente" Habló Marinette con una sonrisa que los kwamis tenían el privilegio de ver, pues ella ya no sonreía a nadie más, quizá eventualmente a su padre.
"¡Hola Marinette! ¡Es un gusto verte!" Gritó Duusu alegremente mientras flotaba de un lado a otro, dando vueltas alrededor de la cabeza de la joven, Nooro, en cambio, se mantenía quieto con un rostro entre alegre y preocupado, pues él es testigo de los comportamientos de su ama, cosa que su compañero Duusu no puede.
"Lamento interrumpir este momento alegre, maestra, pero... ¿Por qué es tan cruel con esa chica joven de su clase? Solo intenta ser su amiga" Preguntó Nooro con preocupación, dejando a Duusu con curiosidad y a Marinette con el ceño fruncido, pero contestó con tranquilidad.
"Dos razones, principalmente, la primera es porque es mejor que no se relacione conmigo, si me descubren, ella también recibirá las consecuencias; y la segunda es simple, Chloe Bourgeois será mi próximo objetivo" Esas palabras provocaron una mirada algo incómoda de Nooro, mientras Duusu era más animado al respecto.
"¡Ojalá pudiera ayudar yo también! ¡Mucha suerte a ambos!" Gritó Duusu con emoción pero también frustración, pues la joya mágica, llamada miraculous, a la que está unido estaba dañado y esto podría provocar daños irreparables en quién lo use.
"No te preocupes, Duusu, encontraré la manera de reparar el miraculous" Dijo Marinette mientras acariciaba la cabeza de la criatura con uno de sus dedos, antes de despedirse momentáneamente de él y quitarse el broche del pavo real, desapareciendo Duusu con ello.
"Toca volver al trabajo, Nooro, ¿Preparado?" Le preguntó Marinette mientras se preparaba mentalmente para continuar con su labor de intentar acabar con los secuaces de Fu y, posteriormente, con el propio Fu.
"Estoy listo, maestra" Dijo Nooro después de algunos suspiros, ganándose una breve sonrisa de Marinette, al kwami violeta parece que se niega a llamarla por su nombre aunque ella se lo hubiera pedido (más no ordenado), parecía que él es más formal que su compañero Duusu.
"¡Nooro, alzaos alas negras!" Recitó Marinette, haciendo que el broche circular absorba a Nooro y comience a transformar la apariencia de la joven, portando ahora un traje algo elegante de color violeta junto a un bastón, ahora ya no era Marinette Du-Pain Cheng, sino Ladymoth.
"Siento el dolor de una joven con sus ánimos totalmente aplastados, la tristeza la envuelve. ¡La elección perfecta!" Dijo Ladymoth mientras una mariposa se posaba en su mano, tapándola con la otra y, con ello, emitiendo algún tipo de energía negativa hacia ella, cambiando su color a simple vista.
"Pequeño akuma, vuela hacia ella y consígueme una nueva chica de los recados" Ordenó Ladymoth mientras la mariposa salía por la ventana y perdiéndose entre las calles parisinas.
Chloe continuaba en la entrada de la preparatoria, llorando todavía, sin darse cuenta de la presencia del akuma hasta que se posó en su bolso y se fusionó con el objeto, haciendo que Chloe comience a recibir voces en su cabeza mientras una especie de máscara de mariposa aparece ante sus ojos.
"Reina Dorada, soy Ladymoth, estoy aquí para entregarte un poder que te hará tener amistades ilimitadas, ¡Ni siquiera Marinette podrá resistirse!" Comenzó a escuchar Chloe en su cabeza, haciendo que la joven adolescente quede bajo la influencia del miraculous de la mariposa y ceda a sus impulsos sentimentales.
"¿De verdad?" Preguntó ella con esperanza, recibiendo una contestación positiva por parte de Ladymoth.
"¡Por supuesto! Te daré la capacidad de subyugar la voluntad de tus víctimas y hacerlas tus fieles amigos, harán todo lo que les digas. Pero, a cambio, necesito que te encargues de los secuaces de Fu, comenzando por Killer Shadow" Ladymoth dejó claro sus condiciones para cerrar el trato con su víctima, la cual, totalmente controlada por sus instintos gracias al miraculous de la mariposa, aceptó con una sonrisa.
"¡Lo haré! ¡Todo el mundo querrán ser mis amigos!" Gritó mientras una niebla negra la envolvía, cambiando su aspecto al mismo tiempo que le eran otorgados los poderes antes mencionados.
Los parisinos que caminaban cerca observaron que la joven se había convertido es una copia hecha de oro puro, mucho más alta y con ropas doradas de la realeza, el objeto akumatizado, osea, el bolso, se había convertido en una especie de saco.
"¡Sean mis amigos!" Gritó la akumatizada al mismo tiempo que una especie de onda de sonido rosa se extendía por la calle, haciendo que una especie de energía dorada salga de la boca de los transeúntes, yendo a parar esa energía al saco del akuma.
"¡Por supuesto que seremos tus amigos, Reina Dorada!" Gritaron al unísono todos estos parisinos mientras se arrodillaban ante ella, con su alma totalmente controlada y subyugada por Reina Dorada.
"Amigos míos, creen caos por la ciudad para llamar la atención de Killer Shadow" Ordenó, haciendo que todos ellos obedezcan de inmediato, al mismo tiempo, la akuma comenzaba a caminar por las calles, esparciendo ondas de sonido rosas que arrebataron la voluntad de más personas, en mitad de esa caminata, Reina Dorada notó que Laymoth se volvía a comunicar con ella.
"Bien hecho, Reina Dorada, pero no puedo permitir que vayas a por Marinette en este momento, primero cumple la condición que te puse y acaba con Killer Shadow" Ordenó, obedeciendo Reina Dorada a regañadientes mientras una gran cantidad de sus seguidores provocaban caos por toda la ciudad.
Tras unos minutos, la akumatizada notó como una figura oscura se acercaba sigilosamente por detrás de ella, siendo advertida por uno de sus seguidores.
Reina Dorada se giró para observar a un hombre con un traje negro aparentemente de cuero, un bastón y características gatunas.
"Eres Killer Shadow, ¿Verdad?" Dijo Reina Dorada con una sonrisa, recibiendo un asentimiento por parte de la figura.
"¡Tú también serás mi amigo!" Gritó Reina Dorada mientras la misma onda rosa se esparcía hacia Killer Shadow, el cual, con una rapidez sobrehumana, se apartó y esquivó eficazmente.
Reina Dorada trató de mantenerlo inmovilizado enviando a sus seguidores, pero fueron golpeados y apartados fácilmente en cuestión de segundos, nada parecía detenerlo, por mucho que ambos tuvieran las mismas capacidades, Killer Shadow era alguien extremadamente experimentado y letal, había peleado contra seres mucho más poderosos que una adolescente akumatizada.
"¿¡Cómo es posible que seas tan rápido!?" Gritó Reina Dorada mientras enviaba más ondas de sonido que fueron esquivadas por el sujeto, acercándose cada vez más.
"¡Policías! ¡Disparen!" Ordenó la akumatizada a los policías que tenía bajo su control, éstos trataron de obedecer, pero Killer Shadow extendió su bastón con suma rapidez y los derribó a todos como si se trataran de bolos.
Finalmente, Killer Shadow golpeó a Reina Dorada en su cara con su bastón extensible, haciendo que se la tape con sus manos, totalmente aturdida. Fue la distracción suficiente para que Killer Shadow le arrebate el saco y lo rompa en mil pedazos, haciendo que todo el mundo deje de estar bajo el control del akuma. A su vez, la mariposa salió del objeto.
"Cataclismo" Susurró Killer Shadow, envolviendo su mano en una especie de energía negra que destruyó a la mariposa en mil pedazos.
Esto provocó que Reina Dorada sea envuelta en una niebla negra y vuelva a ser Chloe Bourgeoi, totalmente confundida sobre lo que había ocurrido.
"Chloe Bourgeoi" Killer Shadow la llamó, haciendo que ésta entre el pánico, observando un poco todos los disturbios que había provocado.
"Su familia recibirá los gastos de reparación de los daños de la ciudad, mientras que usted será enviada a comisaría para su interrogatorio sobre su akumatización" Dijo Killer Shadow de forma plana e inexpresiva, Chloe recibiría el mismo trato que otros akumatizados anteriormente, tendrían que pagar todos los disturbios que provocaron, aunque eso los lleve a la quiebra y al embargo de sus posesiones, y el responsable también sería llevado para ser interrogado sobre los detalles sobre su conexión temporal con Ladymoth con el motivo de poder deducir su identidad.
En la habitación de Marinette, ésta golpeó el suelo con fuerza con su bastón con rabia, ningún akuma había logrado siquiera poner en apuros a Killer Shadow, él era demasiado hábil y combatir contra los akumas le era demasiado fácil en todos los casos en los que lo ha intentado.
Tras unos minutos de rabia, deshizo su transformación, volviendo a ser Marinette, y apareciendo Nooro, el cual parecía preocupado por su portadora.
La joven, al notar la presencia del kwami, sonrió suavemente antes de dirigirse hacia un lugar en particular de su habitación donde guardaba trozos de pan y bollos que sobraban de la panadería.
"Toma, debes de estar hambriento" Ofreció Marinette, aceptando Nooro cortésmente el trozo de comida, así estuvo durante unos breves minutos antes de que el kwami termine de comer y vuelva a hablar a su portadora.
"No se preocupe, seguro que al próximo intento logra vencer a Killer Shadow" Trató de consolar Nooro, haciendo que Marinette niegue con la cabeza lentamente.
"Gracias, Nooro, no sé qué haría sin ti y Duusu para hacerme compañía, sois los amigos más fieles que alguien puede pedir" Dijo la joven adolescente mientras derramaba algunas lágrimas, estaba totalmente abrumada por tratar de darle todo el provecho al miraculous de la mariposa y acabar con el maldito Fu, pero, si ni siquiera puede vencer a sus secuaces, no podría hacerle nada al dictador.
"Maestra, agradezco mucho su confianza hacia mí, pero creo que debería relacionarse y hacer amistad con más humanos, en especial con esa chica que ha akumatizado, ¿Acaso ella tampoco tiene amigos?" Habló Nooro, pues él, aunque la acompañaba, siempre estaba oculto y totalmente ajeno de la mayoría de acontecimientos que vive su portadora.
Marinette suspiró pesadamente antes de contestar. "Chloe Bourgeoi nunca ha tenido amigos, es una infantil que ha vivido siempre sobreprotegida por su padre y ahora trata de encajar en esta sociedad de mierda, personas como ella... me dan asco" Habló con desprecio, odiaba a las personas tan infantiles, pues le recordaban a ella hace varios años, antes de que todo se fuera al carajo.
"Por favor, maestra, haga un esfuerzo, seguro que no se arrepentirá de tener a algún amigo humano, además, aún así, no parece tener malas intenciones, únicamente es menos madura que usted" Aconsejó Nooro con súplica en su voz, esperanzado de que su portadora le haga caso, la cual acabó asintiendo con la cabeza con cansancio.
"Lo haré porque tú me lo has pedido, Nooro. Quizá haga un esfuerzo en enseñarle a esa chica la madurez que se necesita para vivir en esta ciudad de mierda" Acabó por decir Marinette, algo indecisa todavía, haciendo que Nooro sonría, sabiendo que sería lo mejor para su portadora y amiga.
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Hasta aquí el primer capítulo, por favor, me gustaría ver comentarios con vuestra opinión al respecto, lo agradecería mucho.
Espero que os haya gustado, ahora, sin nada más que decir, adiós.
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