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Trampa y el Palacio de Buckingham

Des...

Desp...

Esa voz... la odiaba, no quería seguir escuchándola.

Despierta

¿Despertar? ¿Para qué? No quería.

—¡Despierta, mocosa frágil!

¡¿Frágil?!

Ladybug abrió los ojos, al principio su vista fue borrosa, pero poco a poco su vista se recuperó y lo primero que vio fueron unos ojos rojos. La joven jadeó asustada. Estaba cara a cara con el profesor Ratigan.

—Me alegra que volvieras al mundo de los vivos, querida —dijo Ratigan—. Lástima que sea para morir

La heroína iba a incorporarse y darle su... entonces se percató de las gruesas ataduras que la tenían atada a lo que sea donde estuviera acostada. Un momento, acostada y atada. Miró asustada a su derecha encontrándose a Basil sin expresión alguna en su rostro y mirando fijamente hacia la nada.

—¿Qué...?

—¡Ladybug!

Con dificultad por sus ataduras, la mencionada levantó la cabeza viendo a Dawson y Chat Noir igualmente atados ¡estaban en una trampa para ratones!

«¡Demonios! ¡Estamos atrapados en la "sorpresa"!»

—¡Gracias al cielo, despertaste! —exclamó emocionado Dawson

—¡Ha! Mala idea despertar a Mi Lady —se mofó Chat Noir—. Tal vez Basil este fuera de combate ¡pero Ladybug te dará tu merecido!

—Sigue soñando, niño —respondió con la misma burla Ratigan—. Ninguno de los dos puede usar sus poderes, si no quieren morir rápidamente, claro. —se volvió hacia su callado némesis mientras sus matones preparaban el mecanismo de la trampa para ratones donde Basil, Ladybug, y los dos segundones estaban atados—. Tú no sabes que delicioso dilema fue decidir cual era el más apropiado método para matarte junto con tu nueva musa. —Fidget colocó con miedo el seguro de la trampa y se apartó rápido; vio sonriente que estaba bien y se fue a preparar para la siguiente parte del plan de su jefe—. ¡Oh, tenía tantas ideas ingeniosas que no sabía cuál escoger! Así que, decidí... usarlas todas

El cuarteto no solo estaba amarrados en la trampa para ratones, sino que también estaban rodeados por un revólver, una ballesta, un hacha y un yunque colgando sobre ellos. Ladybug rodó los ojos al ver la trampa; si ya en la pantalla se veía exagerada la cosa, en la vida real era peor.

—¡Maravilloso ¿no es cierto?! —exclamó emocionado Ratigan mirando su gran creación. Luego se volvió de nuevo a sus prisioneros—. Miren, les mostraré cómo funciona... —el profesor se acomodó para explicar, pero de repente empezó a reír y miró con superioridad a sus presas—. ¿En serio creyeron que cometería el error de explicarles cómo funciona mi más grande creación? Le hice unas modificaciones que sí les diré y es que si intentan usas sus poderes... —señaló una mesa de madera de patas largas en la cual se encontraban el yoyo y bastón y arriba de estos una placa de metal a unos centímetros sobre las armas, y la mesa estaba junto a la botella de vino donde seguía encerrada Olivia y al lado de pie, y atado, Hiram Flaversham. Después señaló la mano de Chat Noir que tenía un hilo amarrado en el dedo donde estaba el Miraculous— todo esto se activara a la vez y morirán más rápido.

«Y Chat Noir decía que yo hacía planes complicados. ¡Esta cosa es una bendita máquina de Rube Goldberg!»

—Y bueno, ya sea de un modo u otro. Así termina la corta y mediocre carrera de Basil de la Calle Baker —Ratigan se quitó su sombrero de copa y lo colocó contra su pecho en señal de "respeto" mirando a su rival—. Junto con la vida heroica de Ladybug y Chat Noir.

—¡Es usted despreciable! —gritó Dawson

—¡Sí! —admitió entre risas el malvado profesor

—¡Sí, sí, sí, sí, sí! —llegó saltando feliz Fidget hacia su jefe, vestido con un uniforme de la Guardia Real Británica

—¿Todo listo, Fidget?

—Todo, patrón

Complacido por la noticia, Ratigan sonrió alegremente, caminó de puntitas emocionado hacia un gran paquete blanco atado con una cinta rosa y un lazo en la parte superior, custodiado por dos de sus matones, disfrazados de la Guardia Real. Abrió la parte superior del regalo con una risita y sonrió maliciosamente al ver su contenido.

—¡Oh, esto es ruin! ¡Deliciosamente ruin! —cerró la caja y les indicó a sus dos matones con un gesto preparar el paquete para su transportación—. ¡Sr. Flaversharm! —caminó hacia la familia cautiva—. ¡Lo felicitó por tan magnifica obra de arte! —dio tres golpes a la botella y continuó—. ¿Ve lo que puede hacer con la apropiada motivación? —rio pellizcándole una mejilla al juguetero. Sus matones, disfrazados de la Guardia Real, subieron al lomo de Felicia—. ¿Ya conocen el plan?

—¡Sí, profesor! —contestaron sus secuaces

—Adiós, tesoro mío —se despidió el profesor de su mascota, Felicia maulló y se fue con sus pasajeros. Ratigan regresó al lado de sus prisioneros en la letal trampa Rube Goldberg—. No saben cuanto deseaba presenciar su horrible fin —el profesor pasó un dedo por el pecho de Basil hasta la nariz—, pero llegaron quince minutos tarde —sacó su reloj de bolsillo revisando de nuevo la hora y volvió a guardarlo—. y yo tengo un compromiso importante en el... Palacio de Buckingham —Dawson y Chat Noir miraron confundidos a Ratigan, Ladybug con furia y Basil... él seguía inmóvil—. Confío en que no olvidaran sonreír a la cámara, amigo —Ratigan señaló una cámara que se encontraba del lado derecho de los prisioneros lista para "capturar el momento" —. ¿Mh? ¿Una gran sonrisa?

Basil siguió sin contestar, solamente suspiró resignado ante su derrota. Ladybug y Chat Noir miraron desafiante al profesor.

—¡Malvado! —insultó el médico

—Lo siento, gordo —dijo Ratigan subiéndose a un toca discos, el cual tenía una cuerda atada conectada a un cocho que sostenía una copa de vino que contenía una bola de metal, y lo encendió—. Debiste escoger mejor a tus amigos.

—¿Qué?

La música comenzó a la vez que Fidget emprendía el vuelo en un dirigible con una gran R impresa en el globo y colgando de esta el paquete.

El fin llegó y eso es criminal

El tiempo vuela nos trae el final

—Adieu, auf wiedersehen, arrivederci. ¡Héroes! —se despidió el malvado profesor subiendo a su dirigible por una escalera de cuerdas. Una vez en el dirigible, vio con triunfo a sus rivales y se mofo de ellos a modo de despedida—. Adiós, Basil y Ladybug

Así que adiós, me voy

Ya tengo que partir

Los dejo aquí con gran pesar

Adiós, me voy. Adiós

—¿No hubiera sido mejor desde un principio hacer eso? —preguntó Papillombre mientras Ratigan y Fidget salían de la guardia del profesor

—Quería hacer las cosas más interesantes para eliminarlos. —respondió Ratigan—. No creí que esos mocosos entrometidos fueran tan listos. O mas bien la chica.

—No importa ¡lo importante aquí es que finalmente obtendré sus Miraculous y como premio la eliminación de esos mocosos entrometidos! Y tú te desharás de tu archienemigo ¡de una vez por todas!

—¡Sí! Solamente lamento el no ver el momento porque llegaron tarde. Que, por cierto, eso es muy desconsiderado de su parte; tengo compromisos y ellos no respetan los tiempos de los demás

—Sí, que desconsiderados

Papillombre y Ratigan rieron malignamente disfrutando de su triunfo.

Me vieron actuar, los vi disfrutar

Pero todo siempre llega a su final

Ahora ya vez, esto se acabo

—¿Eh? ¿De... de... de... de que hablaba? —preguntó confundido Dawson—. ¿Un compromiso en el Palacio de Buckingham?

Basil soltó un suspiró antes de contestar:

—¿No lo ha comprendido aún, doctor? La reina está en peligro y también el reino

—¿Ay? ¡¿La reina?!

Y con gran dolor

Yo tengo que decirles

El fin llegó

Y esto es criminal

—Exacto. Y eso pudimos evitarlo desde antes si alguien nos hubiera advertido desde el principio

El médico miró molesto al detective ¡no era momento para reprender a la joven! Él sí comprendió la razón por la que ella nunca le dijo. Descubrieron muchas cosas que nunca en su vida hubiera imaginado que existieran en veinticuatro horas (si es que se podía contar ese tiempo con todo el desastre que esa malvada rata provocó) y ahora agregar que la persona que empezaba a querer, no solo era en realidad de otra especie sino de otra época y que conocía la situación de cabo a rabo ¡de inmediato la hubiera acusado de demencia y encerrado en un hospital psiquiátrico!

Chat Noir no entendía que pasaba. Después de que él y Olivia regresaron a la guarida de Ratigan, y estar de nuevo encerrados en esa botella y tener puesto esa esfera de metal impidiéndole usar sus poderes, observaron a los matones preparar la guarida para recibir a Basil, Ladybug y Dawson al estilo fiesta sorpresa. Se los llevaron a ese lugar, a él (Chat Noir) lo sacaron de la botella y lo ataron a esa trampa para ratones amarrándole también ese hilo en su dedo arriba de su Miraculous. Estuvieron ahí, esperando a que algo sucediera, hasta que Ratigan regresó trayendo consigo a sus amigos. Se alteró al ver al malvado profesor llevar en sus brazos a su lady inconsciente. Los matones colocaron en el centro de la trampa a Dawson y Basil (se preocupó más al ver la sumisión del detective, sumada a su mirada vacía), al otro extremo a Ladybug y atarlos a todos, no sin antes acariciar descaradamente el rostro de su amiga.

—¿Alguien podría explicarme de qué rayos están hablando?

—¿Tú sabías que Ladybug es del futuro y que conocía el caso de principio a fin? —preguntó Basil sin moverse. Las orejas de Chat Noir palidecieron. De todos los secretos, entendía que ese fuera el único que ella nunca les revelaría ¿cómo fue que...? —. Con ese silencio me lo confirmas. Tú también eres del futuro ¿cierto?

—Yo...

—No. —respondió Ladybug —. Chat Noir no es un viajero del tiempo y tampoco le dije lo que sabía. —la joven gruñó frustrada—. Basil, por favor perdóname. De verdad lo siento. Entiendo, y es comprensible, que estes enojado conmigo...

—Aunque eso no justifica el tener que abofetear a una dama —añadió Dawson

—¡¿QUÉ BASIL HIZO QUÉ?! —gritó encolerizado Chat Noir—. ¡SI NO FUERA PORQUE TENGO ESTA CUERDA DE MIERDA ME SOLTARÍA AHORA MISMO CON MI PODER Y TE...!

—¡AHORA NO, CHAT NOIR!

Mientras el equipo discutía, el profesor Ratigan y sus hombres lograron infiltrarse en el Palacio de Buckingham mezclándose con los verdaderos Guardias Reales. Entraron a los aposentos de la reina, le entregaron el paquete presentándolo como un regalo para su aniversario. Se abrió y en su interior ¡había un robot con una apariencia exacta a la de Su Majestad. Entró Ratigan a la habitación, la reina ordenó que arrestaran a esa "despreciable criatura"; pero los guardias en realidad eran Fidget y otros dos secuaces de Ratigan por lo que, obviamente, no la obedecieron. El profesor ordenó el arresto de la reina usando el robot para mostrar su funcionamiento y los tres matones se llevaron a Su Majestad para hacerla desaparecer... permanentemente.

De vuelta en la guarida; el lugar estaba en silencio, lo único que se escuchaba era el disco de vinil con la canción de Ratigan. Chat Noir trataba de romper las ataduras, pero estas fueron hechas con el poder del profesor. Olivia también intentaba escapar de su prisión, pero el corcho de la botella estaba atorado y la pobre niña no tenía la fuerza suficiente para quitarlo a empujones. Basil seguía deprimido y a su tristeza se unió Ladybug, llorando en silencio; cierto que conocía el mecanismo de la trampa, pero ¿en estos momentos qué importaba si el detective no quería escucharla?

Olivia dejó de intentar liberarse y vio la situación preocupada ¿Qué iba a pasar ahora? Los mayores estaban tristes y así no podrían hacer nada. Debían recuperar el ánimo... Un segundo. ¡Claro! ¡Esa era la solución! ¿Cómo pudo olvidarlo? La niña se sentó, se quitó su listón rojo, lo puso en el suelo frente a ella y deshizo el nudo revelando en su interior una tobillera rosa con cinco perlas rosa pálido. Era el Miraculous del Cerdo, Ladybug se lo había entregado en Hogwarts.

FLASHBACK

Mientras peleaban contra los hombres malos, seguidores de Ratigan, el equipo se dividió haciendo que las chicas fueran a parar a un pasillo a la derecha del tercer piso. Derrotaron a los malos que las siguieron y estuvieron a punto de salir a buscar a sus amigos, pero Ladybug le dijo a Seillean que esperaran un poco.

—¿Por qué? ¿Qué sucede? —preguntó la abejita-roedora

La catarina-roedora se arrodilló ante ella para así hablarle más fácil.

—Necesito confiarte algo sumamente importante —dijo la heroína mayor

—¿En serio? ¿Qué es?

—Primero, necesito que regreses a la normalidad

—¿Qué? ¿Por qué? —asustada, Seillean cubrió el Miraculous de la Abeja con sus manitas—. ¿Ya no quieres que pelee a tu lado? ¿Lo estoy haciendo mal? ¿Por qué...?

—Tranquila —Ladybug tomó las manos de la niña, retirándolas con cuidado de la peineta—. Al contrario, quiero que sigas siendo una superheroína, pero no solamente como Seillean

—¿De qué hablas?

—Regresa a ser Olivia y te lo diré

No muy convencida, la abejita-roedora se quitó el Miraculous de Abeja regresando a ser Olivia y se lo tendió a Ladybug. Pollen apareció algo mareada entre las ratoncitas.

—Olivia, primero hay que decir la frase de destransformación y después quitarte el Miraculous. Sino los pobres kwamis se marean

—¡Lo siento!

—No se preocupe, reina mía. —dijo Pollen—. Está aprendiendo

Ladybug tomó la peineta de las manos de Olivia y, para asombro de la niña, lo regresó a su lugar. La heroína tomó su yoyo, lo abrió y de este sacó una tobillera rosa con cinco perlas rosa pálido.

—Olivia Flaversham, este es el Miraculous del Cerdo, con el poder del júbilo, o sea alegría, lo usarás para hacer el bien.

La pequeña y la kwami abeja se miraron sorprendidas y confundidas. Al ver esto, la heroína explicó:

—Este Miraculous no lo usarás ahora mismo. Lo guardarás y usarás en caso de que veas al equipo triste, desanimado, enojado... con cualquier emoción negativa y necesitemos volver a estar felices. —Olivia asintió y tomó el Miraculous. Iba a ponérselo, pero Ladybug la detuvo—. No puedes llevarlo puesto porque sino el kwami, Daizzi, saldrá y no podrá esconderse. En este tamaño humano es fácil, pero cuando regresemos a nuestro tamaño pequeño, Daizzi tendrá la misma altura y será peligroso que lo vean

—¿Dónde lo puedo guardar? —preguntó algo preocupada Olivia

—Tiene que ser en donde no lo puedan encontrar ni tampoco te lo puedan quitar

Ladybug, Olivia y Pollen permanecieron en silencio unos segundos hasta que la kwami habló.

—Reina mía ¿qué le parece su listón?

—¡Buena idea, Pollen! —felicitó Ladybug—. Tu listón no te lo quitarán. No tendrían porqué

Con eso decidido, la pequeña se quitó su listón y, con ayuda de la joven, guardó muy bien el Miraculous del Cerdo. Volvió a transformarse en Seillean y ambas heroínas salieron al encuentro de los héroes.

FIN DEL FLASHBACK

Olivia miró a los decaídos mayores y luego el Miraculous del Cerdo que descansaba sobre su listón. Decidida, tomó la tobillera, se la puso y de esta se desprendió una esfera de luz rosa pálido y en lugar de girar directamente se colocó ante ella revelando a un kwami con la apariencia de un cerdo y del tamaño de un ratón adulto.

—¡Hola! ¡Ow, que tierna eres! —dijo el kwami—. Mi nombre es Daizzi y soy tu kwami. Mucho gusto

—Mucho gusto, yo soy Olivia Flaversham —se presentó la niña, volviéndose a colocar su listón—. Necesito tu ayuda para salir de aquí y animar a los grandes ¡no tenemos mucho tiempo!

Y con gran dolor

Yo tengo que decirles

El fin llegó y eso es criminal

Con eso Daizzi ayudó a Olivia a salir de la botella. Mientras tanto, Chat Noir seguía luchando contra las ataduras, Dawson miraba preocupado al joven y a las armas humanas apuntándoles a ellos. Basil y Ladybug... seguían hundidos en su tristeza. Papillombre sentía las emociones negativas provenir de sus enemigos y se regocijaba ante su derrotado; los ignoró y regresó su atención a lo que hacía el profesor Ratigan.

Chat Noir gritó derrotado dejando de moverse.

—¡Es inútil! ¡Esta cosa no se rompe! Y no podemos usar nuestros poderes. —el joven miró al médico preocupado—. Los únicos que pueden salvarnos son Basil y Ladybug, pero ellos...

Ambos ratones miraron a los abatidos héroes. La joven estaba en completo silencio mientras que el detective se lamentaba.

El tiempo vuela, nos trae el final

Así que adiós, me voy

Ya tengo que partir

Los dejos aquí con gran pesar

—¿Basil? —llamó Dawson

—Oh...

—¡Basil!

—Doctor ¿cómo pude ser tan torpe?

—Bueno, todos cometemos errores. Pero hay que hacer algo pronto debemos...

—¡Ratigan probó ser más listo que yo! ¡Ha! El jamás habría caído en una trampa tan obvia... o ser engañado y utilizado por una embustera del futuro.

Las palabras de Basil se sintieron como maleficios Cruciatus en el corazón de Ladybug. Ella no contestó, ya no le veía el caso el tratar de convencer al detective de lo contrario.

—¡En verdad es imposible hacer comprender a los de mente cuadrada y retrógrada como la tuya ¿cierto?! —exclamó furioso Chat Noir a Basil—. ¡Entiende de una maldita vez que Ladybug no te usó y no te mintió porque no confiara en ti, por el amor de...!

—¡Muchacho, eso lo resolveremos después! —interrumpió Dawson, se volvió hacia el detective—. ¡Deje de pensar en eso! ¡Usted y Ladybug atrapen a ese villano!

Pesar... pesar... pesar...

Chat Noir miraron preocupados el tocadiscos, el disco se había trabado.

—Basil. Ladybug.

—¿Eh? —masculló Basil

—¿Mh? —masculló Ladybug

—¡El disco! —advirtió el médico

—¡Ustedes dos! ¡Reaccionen! —exclamó Chat Noir

—Al fin ha pasado ¡Ratigan me ha vencido! —continuó su lamento Basil

—¡Ay, Basil! ¡Por favor! —exclamó cansado Dawson

—Burlado. Embaucado. Humillado. Ridiculizado.

—¡YA BASTA!

Ahora ya ves, esto se acabo

El grito hizo que el tocadiscos se moviera y el disco tocara con normalidad. Labybug salió de su miseria ante esa voz. Ese no fue Dawson, esa fue...

La joven levantó la cabeza y vio a Olivia correr hacia ellos en compañía de una kwami con apariencia de cerdo, Daizzi.

—¡Es suficiente! —gritó la niña cerca de la trampa de ratones—-. ¡No pueden dejar que esos malvados se salgan con la suya! ¡Yo me encargaré de eso! ¡Daizzi, felicidad!

La luz rosa pálido de transformación cubrió a la niña. Cuando esta se desvaneció, vieron su apariencia: Tenía sobre sus orejas un listón rosa pálido con los lazos de la parte inferir enroscados como la cola de un cerdo. Su ropa era igual, solo que los colores cambiaron; su falda era rosa pálido, un mallón del mismo color, pero con tres rayas blancas. La parte de arriba era rosa y su listón blanco. Zapatos rosas con las suelas blancas. Antifaz rosa en la parte interior y rosa pálido en el superior. Y en su espalda una pandereta rosa con líneas rosa pálido en la parte interior y sonajas doradas.

—¿Qué? ¿Cuándo le diste ese Miraculous? —preguntó sorprendido Chat Noir

—En Hogwarts. —respondió Ladybug

—No sé que poder tiene esa joya, pero es obvio que se lo diste a Olivia porque sabías que necesitaríamos su poder —dijo Basil sarcásticamente

—¿Y qué si así fue? —preguntó molesta la niña—. Ahora me llamo Sonas* ¡y ya es suficiente de que actué de esa manera, Sr. Basil! —Sonas tomó su pandereta, se colocó a la cabeza de la trampa para ratones, del lado del detective y la heroína.

¡Gift!

Sonas besó su arma y después lo movió conjurando un regalo mágico. Agarró el regalo, lo acomodó ante el rostro de Basil y lo abrió. Ante los ojos de Ladybug, Dawson y Chat Noir solo era una luz rosada, pero la heroína mayor sabía exactamente lo que pasaba; el poder del Júbilo del Miraculous funcionaba como el Espejo de Oesed: mostrar el deseo más profundo del corazón de la persona. Lo que sea que el detective viera (como si lo hiciera a través de un filtro rosa) sería suficiente para regalarle felicidad. Debía ser algo realmente hermoso, porque la tristeza y desesperación desaparecieron del rostro de Basil dando paso, primero a la sorpresa y luego, a una gran sonrisa.

La visión desapareció; todos veían esperanzados al detective a la espera de su acostumbrado entusiasmo, pero la sonrisa desapareció como llego. ¿Pero qué...?

—Buen intento, niña. Entiendo que quieras hacerme sentir mejor, pero debo aceptar la cruda realidad: Ratigan finalmente me venció, la persona que empezaba a querer me engañó y utilizó. Todo se terminó...

—¡DEMONIOS, BASIL!

Todos miraron sorprendidos a Dawson.

Y con gran dolor

—¡Olvide eso, Basil! ¡La reina está en peligro! ¡Sonas confía en nosotros, por eso usó su poder para ayudarlo!

Yo tengo que decirles

—¡Estamos a punto de ser aplastados y lo único que hace es compadecerse a sí mismo y reclamarle a Ladybug sobre sus acciones en lugar de escucharla y comprender de una maldita vez que no se burlo de usted ni lo utilizó!

El fin llegó y eso es criminal

—¡Sé que usted y Ladybug pueden salvarnos juntos! ¡Pero si ya se dio por vencido, olvide todo Y PERMITA QUE EL VILLANO GANE!

En cuanto el médico terminó de hablar, puso mala cara y se quedó inmóvil a la espera de su muerte inmediata.

Los jóvenes héroes solo miraban a los adultos. Chat Noir también se resignó a su final. Triste, Sonas se alejó de ellos de vuelta a la botella. Ladybug miraba a Basil; en esta parte el detective reaccionaría, pero al parecer las palabras de Dawson no le hicieron efecto porque las que debía decir el ratón bonachón no los dijo.

Se acomodó, suspiró y dijo al aire "triste".

—Dawson tiene razón. En resumen; dejemos que todo esto acabe ahora.

El tiempo vuela, nos trae el final

El detective miró de reojo al médico y después a la joven.

—He, he... acabar ahora —murmuró Basil

—Exactamente, acabar ahora —secundó Ladybug. Se acercó al detective y le habló al oído—. Acabar ahora con la trampa

Se alejó y esperó pacientemente a que hiciera efecto.

Así que adiós, me voy

—¿Uh? ¿Aca... bar... ahora?

«Listo»

—He. Sí He, he. Sí —Dawson y Chat Noir miraron confundidos a Basil por su repentino cambio de humor—. ¡He, he, he! ¡ACABAR AHORA CON LA TRAMPA! ¡Ha, ha, ha!

Ya tengo que partir

Sonas se detuvo y miró sobre su hombro a los grandes confundida por ese repentino cambio.

—¿Qué demonios...? —preguntó desconcertado Chat Noir

Basil se volvió hacia Ladybug con su sonrisa de siempre.

—¿Conoces a detalle la función de esta trampa? —preguntó el detective

—Tanto que incluso te lo puedo explicar en tu lenguaje —respondió la joven con una gran sonrisa

Los dejo aquí con gran pesar

—Oigan, esperen... ¡¿Van a parar esta cosa letal?! ¡Pero no saben cómo funciona! —preguntó asustado el joven

—¡Basil, espere! —gritó preocupado el médico—. ¡Yo no tuve intención de...!

Adiós, me voy, adiós

Dawson y Chat Noir miraron con horror el tocadiscos mover su brazo, ya que la canción terminó, haciendo que tirara de la cuerda que tenía atada, jalando el corcho, derribó la copa soltando la bola de metal que empezó a bajar por un camino de tuberías y otras cosas de metal.

Basil agarró la mano de Ladybug. Ella se sorprendió por unos segundo, pero enseguida se recuperó y analizó la trampa.

N/A: Visión de Ladybug: Roja con motas negras. Visión de Basil: Café.

—El ángulo de la trayectoria multiplicado por la raíz cuadrada de un triángulo isósceles... —vieron el aro derecho de la trampa—...dividido entre el... —vieron el revólver— ...principio de fuerzas opositoras en movimiento... —vieron la ballesta

—¡Así, vas bien! —animó Basil a Ladybug, viendo el hacha

—¡...y ajustando por la diferencia de equilibrio...! —lo último que vieron fue la mesa donde estaban las armas y a los pies de estas un montón de resortes

Basil afianzó el agarre de su mano con el de Ladybug, entrelazando sus dedos. Con una sonrisa ambos asintieron. El detective se volvió hacia el médico.

—¡Dawson! Exactamente cuando le indique debemos soltar el mecanismo de disparo —indicó este poniendo una mano en el seguro

—¿Uh? ¡¿Qué, qué?!

—¡Chat Noir! Atento cuando nos soltemos —indicó Ladybug. Luego se volvió hacia la cerdita-roedora—. ¡Sonas, párate junto a la cámara y espéranos ahí!

—¡SÍ! ¡Sabía que reaccionarían! —gritó emocionada la heroína menor, obedeciendo a la joven

—¿Esta listo, Dawson? —preguntó Basil, atento a la bola de metal

—Pe... pe... pe... pe... —tartamudeó Dawson asustado. ¡¿Qué rayos tenía planeado hacer el detective?!

—Y...

La tensión se sentía en el aire. Sonas ya estaba junto a la cámara. Chat Noir miraba asustado la bola de metal. Basil y Ladybug veían la bola de metal a la espera del momento. Dawson tenía los ojos cerrados y acercaba su mano temblorosamente al seguro.

—¡AHORA! —gritó Basil

Dawson gritó a la vez que él y el detective activaban la trampa para ratones. Los cuatro cerraron los ojos con fuerza y se encogieron a la espera del impacto de la trampa... pero esta nunca llegó. Abrieron lentamente los ojos y vieron la bola de metal atrapada en la barra, haciéndola temblar por la fuerza y provocando que el aro derecho de la trampa saltara. El aro le dio al revólver haciendo que su carga disparara contra la ballesta, la ballesta contra el hacha rompiéndola. El hacha giró en el aire e impacto justo en el centro de la trampa para ratones liberando a los cuatro. Chat Noir y Dawson fueron lanzados hacia un lado y Ladybug y Basil hacia el otro.

El joven y el médico rodaron en el suelo cayendo uno al lado del otro. Con respecto al detective y la joven, también rodaron, pero terminaron en una posición vergonzosa, por no decir comprometedora, ya que el ratón abrazó a la heroína para protegerla. ¡Basil se encontraba arriba de Ladybug! Las orejas de ambos se tiñeron de rosa. El detective iba a levantarse, pero en ese momento el yunque cayó, aplastando el hacha, creando un fuerte estruendo agrietando el suelo y la tierra tembló violentamente por el impacto, haciendo que Basil perdiera el equilibrio en sus brazos y su boca se estrelló contra la de Ladybug.

Los ojos de ambos se abrieron como platos a la vez que sus orejas se volvían completamente rojas. El corazón de Ladybug latía rápido no por el miedo, ¡sino por recibir un casto beso de Basil!, su héroe y, con esta aventura apenas lo admitía, amor de la infancia! Para su sorpresa, todo el dolor de su corazón por lo ocurrido se olvidó por completo y se centró solo en Basil.

La tierra siguió temblando, haciendo que el yoyo y bastón cayeran de la mesa hacia los resortes y fueron enviados volando por los aires.

—Agh... eso dolió más de lo que creí —se quejo el felino-roedor levantándose

—¡Cielos! —dijo Dawson

El médico se levantó y se apoyó en el yunque sujetándose la cabeza con una mano, el temblor hizo que se mareara.

—¿Están bien? —preguntó Sonas, acercándose al héroe y al ratón bonachón

—Sí —respondió Chat Noir

—Esa fue la peor experiencia de mi vida —dijo el médico aún sintiéndose mal.

—¿Dónde están Basil y Ladybug? —preguntó la heroína menor mirando su alrededor buscándolos

Al otro lado del yunque, Basil rompió el beso y se incorporó aclarándose la garganta, el rojo de sus orejas desapareció. Se levantó y fue con los demás a la vez que se despojaba de su disfraz de marinero revelando que debajo del disfraz había traído su vestimenta habitual todo el tiempo. Sacó su cervadora de su capa Inverness y se la puso con gracias. Basil de Baker Street había regresado y su habitual ego había sido completamente restaurado.

Ladybug al fin se levantó y se reunió con los demás, el rojo de sus orejas también había desaparecido. La heroína vio las armas caer hacia ellos, se paró cercar de Basil, levantó su mano izquierda y en esta cayeron las armas, una ventaja de que los hubieran atado juntos.

—Ladybug ¿estás bien? —preguntó Sonas saltando a los brazos de la joven

—Sí, gracias por ayudarnos —dijo Ladybug, cargando a la heroína menor

—Gracias, Dawson —dijo el detective abrazando con su brazo derecho al médico. Con el izquierdo, acercó a Chat Noir situándolo ante ellos medio encorvado y después abrazó a Ladybug que sujetó con fuerza a Sonas para que no se cayera—. ¡Y ahora sonrían!

En ese momento la cámara les tomó una fotografía. Dawson y los jóvenes estaban perplejos mientras que Basil sonrió grande a la cámara al momento de tomarse la fotografía.

—Uh...

—No preguntes, Chat

Pasado ese extraño momento, le devolvió su bastón a Chat Noir y ella guardó si yoyo. De pronto Basil se aclaró la garganta llamando la atención de todos. Ladybug lo miró y vio que el detective tenía una expresión seria en su rostro, pero sus ojos reflejaban otra cosa, algo que ella no pudo descifrar. Bajó a Sonas y se acercó a él.

—Basil, yo...

—Cuando esto por fin termine tú y yo tendremos una muy seria conversación. Pero primero que nada —se acercó a la joven y ante las miradas estupefactas de Dawson y Chat Noir y felicidad de Sonas, el detective besó gentilmente la mejilla izquierda de la joven provocando que el rojo regresara a sus orejas. Basil se alejó y acariciando la mejilla besada dijo—: Sé que no compensa mi reacción y actuar, pero de verdad lamento mucho la bofetada.

—Eso me recuerda...

Chat Noir fue hacia Basil, lo volteó para quedar cara a cara y... ¡PUM! El héroe le había dado al detective un puñetazo limpio en la cara.

—¡Chat Noir! ¿Qué te pasa? —preguntó desconcertada Ladybug

—¡Eso fue por atreverte a golpearla! —exclamó el felino-roedor mirando enfurecido al detective. Luego se volvió hacia su compañera—. Te advertí que no me quedaría calmado si se pasaba de listo, Mi Lady

—Está bien —dijo Basil, sujetándose el área golpeada de su rostro—. Me lo merecía. Un caballero nunca debe ponerle una mano encima a una dama y yo incumplí en eso, por muy molesto que estuviera

Sonas se acercó a Dawson, llamó su atención, le pidió al médico que se acercara para poder decirle algo al oído y le preguntó en un susurro:

—¿Los adultos suelen complicar así las cosas?

—Ay, pequeña. Como no tienes idea, en especial cuando el corazón está involucrado.

La cerdita-roedora rio por el comentario. La pequeña devolvió el Miraculous (está vez destransformándose como se debía) y los cuatro se dirigieron a la salida de la guarida.

En el Palacio de Buckingham, el robot de la reina (siendo contrloado por el Sr. Flaversham, bajó la amenaza de dos matones) apareció en la celebración y presentó al profesor Ratigan como su nuevo Real Consorte mientras que Fidget se llevaba a la verdadera reina con Felicia para que se la comiera. Una vez presentado, Ratigan sacó una INMENSA lista con algunas "sencillas" sugerencias para el reino. El equipo tenía poco tiempo para rescatar a Su Majestad, pero el suficiente para detener a Ratigan.

Salieron de la alcantarilla y Basil llamó a Toby. El sabueso lamió el rostro de Olivia y de Chat Noir feliz de volver a verlos.

—¡Se acabó el juego, Toby! ¡Nuestra reina está en peligro!

Con eso, el sabueso gruñó, bajó la cabeza extendiendo su oreja izquierda. Los ratones subieron y Basil estaba por dar la orden de que los llevara al Palacio de Buckingham cuando Ladybug lo detuvo.

—¿Qué sucede? —preguntó Basil

—No creo que lleguemos a la reina a tiempo —dijo Ladybug. Sacó de su yoyo el Miraculous del Caballo y se lo tendió a Basil—. Llegaremos más rápido y seguros con esto. Es mejor que lo uses tú a que Chat Noir este transformándose y destransformándose

—Cierto

Basil tomó el Miraculous y se lo puso apareciendo ante ellos Kaalki, quien se veía molesta por las veces anteriores que la trataron sin delicadeza. Ladybug se disculpó con ella, pero no fue suficiente para el kwami de la teletransportación. Fastidiado, el detective activó la transformación.

¡Kaalki, a todo galope!

La luz celeste de transformación cubrió al detective. Cuando esta se desvaneció, reveló su apariencia de superhéroe; su atuendo era el mismo que cuando usó el Miraculous del Zorro, solo los patrones de colores cambiaron: El Miraculous del Caballo se unió al antifaz café fungiendo como visores negros y notándose los cinco puntos celestes en la parte inferior del lente derecho. El sombrero era café con una cinta parda donde reposaba una pluma blanca en la parte superior, el traje era por completo café y un cinturón pardo. Guantes blancos que le llegaban a los codos y botas blancas que le llegaban a las rodillas. Una capa de cuello alto parda con el borde inferior café que cubría perfectamente su cuerpo. Y el boomerang de herradura colgado en su costado derecho.

—Al Palacio de Buckingham... —dijo la catarina-roedora

Iter* —respondió el caballo-roedor

—Como sea, ya vámonos —interrumpió el felino-roedor

Ladybug e Iter rodaron los ojos. El segundo héroe extendió una mano hacia enfrente.

¡Voyage!

Frente a ellos apareció un portal celeste, el cual después mostró la imagen del Palacio de Buckingham. En seguida Toby lo atravesó y aparecieron de inmediato ante las puertas del palacio. El sabueso se acercó a un pilar, levantó la nariz para que todos sus pasajeros bajaran. Iter, Ladybug, Chat Noir, Dawson y Olivia se bajaron y se abrieron paso a través de una pequeña grieta en el pilar como otra entrada al interior del palacio.

—¿Por dónde? —preguntó Iter mirando a Ladybug

La heroína no sabía exactamente dónde se encontraban porque en la película mostraron que los ratones llegando justo a tiempo al balcón donde Fidget arrogaría a la reina hacia las fauces de Felicia.

—¡Es por aquí! —respondió Chat Noir

Todos miraron al héroe, tenía en su mano su bastón abierto y en la pantalla mostraba una huella de gato. Ladybug enseguida comprendió lo que su compañero hizo, pero a la vez le impresionó ¿en qué momento le había colocado un rastreador al murciélago? Dejando esa pregunta para después, el felino-roedor guió al equipo hacia el sentimonstruo; en el trayecto, Iter regresó a ser Basil y le devolvió el Miraculous del Caballo a Ladybug.

—¡Allá están! —exclamó el felino-roedor—. ¡No llegaremos a tiempo!

—¡Claro que sí! —aseguró la catarina-roedora—. ¡Llegarán a tiempo para atraparla!

La heroína solo tuvo que mostrar su yoyo para que los demás captaran su idea. Chat Noir y los tres ratones corrieron hacia Fidget y la reina pegados a la pared. Ladybug se detuvo y lanzó su yoyo atrapando a la reina en el momento en que el murciélago la levantaba para lanzarla a su muerte.

—¡Ábrela más! —ordenó Fidget a la gata, quien obedeció gustosa por el gran bocado que le iban a dar—. ¡Adiós! —se despidió el murciélago riendo listo para arrojar a la reina.

Pero en ese momento Ladybug jaló su yoyo salvando a Su Majestad de la muerte, cayendo en los brazos de Basil y Chat Noir al mismo tiempo que Fidget caía del balcón hacia la boca de Felicia. Entre gritos, el murciélago regresó al balcón.

—¡A mí no! ¡A mí no! ¡A mí no! ¡Ay! ¡Ay! —gritó el sentimonstruo pateando hacia la gata obesa, colgando del balcón

De pronto se escucharon ladridos. Felicia volteó y corrió despavorida al ver a Toby y el sabueso la persiguió.

Basil y Chat Noir desataron a la reina y la ayudaron a levantarse mientras Ladybug recuperaba su yoyo y se reunía con ellos.

—¡Oh, Dios Santo! ¡Basil de la Calle Baker! ¡Muchas gracias por salvarme!

—Reina Moustoria, no solo fui yo, conté con ayuda

El detective señaló a sus amigos y los fue presentando.

—Les agradezco mucho el haberme salvado

—No fue nada, Su Majestad. Es nuestro trabajo —respondió Ladybug

—Su Majestad, por favor llévenos a donde se esta celebrando su aniversario —pidió cortésmente Chat Noir—. Hay que detener a Ratigan cuanto antes

—Y lo haremos, chatón —dijo la joven, colocando una mano sobre el hombro de su amigo. Lo soltó y caminó hacia el balcón—. Solo hay que encargarnos de algo antes.

Fidget por fin logró subir de regreso al balcón. Se recargó en este a recuperar el aliento.

—¡Ay ¿te cansaste?! —El murciélago levantó la mirada y gritó de miedo al ver a Ladybug de pie ante él tronándose los dedos de manera amenazante—. ¿De verdad creíste que nos olvidaríamos de ti?

—¡Oye, espera! Hablemos de esto ¿sí?

—La hora de hablar se terminó, rata alada

—Mami...

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—Número 106 —anunció Ratigan a los ciudadanos que asistieron a la celebración. Rio y leyó—. Se impondrá un impuesto especial a todos los parásitos que no producen. Como los ancianos, los enfermos y especialmente... —se recargó en la barandilla de espalda y miró de cabeza con "dulzura" a un pequeño que estaba cerca—. Los niños

Un anciano con una pierna herida se acercó a Ratigan molestó.

—¡Eso es injusto! ¡Una locura!

Ratigan frunció el ceño y se reincorporó.

—Me parece que no me he explicado bien —le arrebató su muleta al anciano provocando que este cayera al suelo—. ¡Yo tengo el poder! —el profesor recalcó ese hecho rompiendo a la mitad la muleta

—Por supuesto que sí —afirmó la "reina"

—¡Soy jefe supremo! —exclamó el profesor subiéndose a la barandilla

—Solo tú

—¡ESTE ES MI REINO!

Ratigan rio malignamente aterrando a los ciudadanos. Detrás de la cortina, por donde se entraba al escenario del salón principal y se llevaba a cabo la celebración, Basil abrió con precaución la puerta y él y Ladybug asomaron la cabeza, analizando la situación.

El profesor dejó de reírse, se aclaró la garganta y se sentí en la barandilla al lado del robot.

—Eso, por supuesto, con tu real permiso —solicitó Ratigan con una sonrisa

La rata no recibió respuesta inmediata. Su sonrisa se borró y golpeó al robot haciéndolo funcionar de nuevo.

—Puedes contar con él —contestó la "reina". Pero de inmediato añadió—: Miserable. Traidor

—¿Buh? —murmuró el profesor mirando confundido y sorprendido al robot

—¡Tú no eres mi real consor...!

—Le encantan las bromas —aseguró el profesor, tapándole la boca a la "reina"

—¡Él es un malvado impostor!

—¡Flaversham! —gritó por lo bajo el profesor para que solo los que estaban tras bambalinas lo escucharan

Lo que el malvado profesor no sabía era que sus enemigos estaban ahí. Basil controlaba el robot y entre él y Ladybug hablaban por el micrófono/megáfono mientras que los Flaversham se abrazaban felices de volver a estar reunidos, Chat Noir, Dawson y la Reina Moustoria amarraban a los matones y a Fidget

—Corrupto, perverso, demente, despreciable pillo. No hay plan diablo que no haya surtido —dijo Basil por el micrófono/megáfono

—Muy pronto tú y tu amigo mariposa-pavo real caerán ante el poder milagroso de la catarina y el gato negro, con la ayuda del mejor detective de todo el reino —dijo ahora Ladybug por el micrófono/megáfono

—¿¡QUÉ?! —bramó Ratigan

—¡NO! ¡ES IMPOSIBLE! —bramó Papillombre

—¡NO PUEDE SER! ¡USTEDES ESTÁN MUERTOS!

—¿Qué te pasa? —preguntó burlona Ladybug a través del micrófono/megáfono—. ¿Te asustan los fantasmas?

La joven y el detective rieron al escuchar los balbuceos del profesor ante el miedo y la confusión.

—Hazlo —dijo Ladybug

—Será un placer —respondió Basil

El detective iba a disfrutar eso, era el momento de vengarse de Ratigan ante la humillación pública que le hizo sufrir, aunque fuera delante de sus secuaces. Basil empujó las dos palancas que controlaban al robot haciendo que actuara fuera de control.

El cuello de resorte de la reina robótica saltó hacia arriba y mordió a Ratigan en la nariz, haciéndolo gritar de dolor. El profesor liberó su nariz y empujó la cabeza del robot a su lugar, pero los brazos de resorte saltaron y la mano izquierda de la máquina lo golpeó en el estómago, gimiendo de dolor lo agarró e intentó ocultar al robot, aparentemente poseída, detrás de él mientras sonreía inocentemente a la audiencia. Sin embargo, los súbditos enseguida comprendieron que quien estaba ante ellos no era su soberana por lo que miraron con odio, más de lo usual, al malvado profesor que intentaba hacerse con el trono.

—¡Ni hay infamia que no hayas cometido! —declaró el robot saliendo debajo del profesor y yendo hacia el borde del escenario.

Ratigan intentó esconderla nuevamente, pero no tuvo suerte ya que el robot se levantó sobre sus patas de resorte, subiendo junto con el desconcertado profesor. Cayeron al suelo con un golpe doloroso. Basil comenzó a empujar las palancas de un lado a otro, haciendo que la máquina se descontrolara aún más perdiendo su corona y su túnica.

—No lo destroces —detuvo Ladybug al detective. Luego miró sobre su hombro a su compañero—. Tú turno, chatón

—Con gusto —respondió él. Se acercó a su lady y al detective y levantó su mano derecha—. ¡Cataclysm! —tocó los controles del robot y este expulsó chispas y empezó a desarmarse.

El poder de Chat Noir recorrió el cable haciendo que el robot comenzara a caerse en pedazos. Ratigan se levantó rápidamente y se cubrió la cara con los brazos protegiéndose de la lluvia de tuercas, tornillos y engranajes. La cara del robot se rompió en pedazos, dejando solo sus ojos y dientes, su cuello saltó hacia la cara horrorizada de la rata. Basil y Ladybug hablaron al unísono, haciendo que la voz del robot se distorsionara, casi como si realmente estuviera poseído por un fantasma.

—¡Tú, profesor, eres tan solo un vil canalla roedor! ¡Al que todos llaman...!

El miedo de Ratigan se transformó en ira. Respirando con dificultad, su cara poniéndose roja, retorció el cuello del destrozado robot, enloquecido de ira.

—¡NO LO DIGAN!

—¡RATA DE ALCANTARILLA! —gritaron a la vez Basil y Ladybug saliendo detrás de la cortina y apuntando al villano

Ratigan gritó ante esas odiosas palabras.

—¡Finalmente estás acabado! —gritó triunfante Ladybug

—¡Arresten al malvado! —gritó Basil señalando a su némesis

Chat Noir también salió detrás de la cortina y él y su lady iban a sacar sus armas para luchar contra el malvado profesor; pero en ese momento Basil, Dawson, Flaversham y la Reina se abalanzaron contra Ratigan tratando de derribarlo con ayuda de otros ratones; al ver eso, los jóvenes se apresuraron a ayudar. El resto de los ciudadanos luchaban contra el resto de los hombres de Ratigan. Olivia observaba la pelea detrás de la cortina, sin darse cuenta de que Fidget logró liberarse de sus ataduras.

Hasta la gata de Ratigan, Felicia, recibió su merecido. La obesa felina huía a través de arbustos y macizos de flores hasta que trepó a una pared consiguiendo estar fuera del alcance del sabueso. Felicia rio con burla, levantó la barbilla con arrogancia, levantó la cola y saltó al otro lado de la pared. Enseguida, la gata chilló de horror seguido por varios ladridos de perros. Resulta que Felicia había ido a parar a la Perrera Real.

De vuelta en el Palacio de Buckingham, el caos reinaba en el lugar; se podía decir que era peor que la pelea de la taberna. Alguien había logrado contactar a Scotland Yard y la policía arribó; procuraron arrestar a los matones con la mínima violencia, pero los hombres de Ratigan sacaron sus armas y atacaron a la policía, causando daños colaterales, es decir, hiriendo a gente inocente.

Ladybug, Chat Noir y Basil se asustaron al escuchar los disparos; la situación estaba fuera de control ¡debían vencer a Ratigan antes de que las cosas empeoraran! Si es que era posible. Aprovechando que todavía sujetaban al profesor, los tres buscaron entre su ropa cualquier objeto que pudiera contener el akuma y amok. Ratigan se dio cuenta de lo que sus enemigos estaban haciendo, por lo que usó todas sus fuerzas para quitarse a todos esos roedores de encima.

En ese momento, un fuerte silbido se escuchó por todo el lugar. Todos levantaron la mirada y Ratigan vio a Fidget en un balcón con la mocosa en brazos.

—¡La chica! ¡La chica! —cantó victorioso el murciélago

Rápidamente todos se incorporaron y Hiram vio con horror a su hija en manos de ese pillo de nuevo.

—¡Ya voy, Olivia! —gritó Ladybug a la niña

Ratigan vio a la joven correr entre la multitud hacia ellos. Oh, no. No lo haría. El profesor saltó sobre las cabezas de varios ratones; vio una cuerda colgar del techo, la sujetó con una mano y con la otra agarró a Ladybug del cuello de su capa Inverness llevándosela con él.

—¡Ladybug! —gritó Olivia

Basil y Chat Noir, seguidos por Dawson y Hiram, corriendo hacia ellas, pero se detuvieron abruptamente al ver a Ratigan sujetar con fuerza a la joven del cuello y Fidget haciéndole lo mismo a Olivia.

—¡No se muevan o mueren la chicas! —amenazó el profesor afianzando su agarre, cortándole la respiración a su víctima

Los cuatro hombres se quedaron inmóviles. Sonriendo malignamente, Ratigan y Fidget se fueron del Palacio de Buckingham con sus pases de salida. Basil y Chat Noir esperaron unos segundos, enseguida corrieron detrás de ellos.

«Ratigan ya me arrebató a un ser querido una vez ¡no lo permitiré de nuevo!»

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Sonas: Felicidad en Gaélico Escoces.

Iter: Viaje en latín

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