Equipo Miraculous
¡Esto ya era demasiado! ¿Cómo supo Ratigan sobre Hogwarts? ¿Qué hacía aquí? ¿Ahora qué estaba pasando por su retorcida y diabólica mente? Las preguntas que rondaban por la cabeza de Ladybug, Basil las externó. Ratigan se tomó su tiempo antes de responder.
—En algunos casos, como este, se deben buscar nuevos puntos donde atacar al enemigo. Un guerrero astuto no ataca el cuerpo ni a la mente. Sino el corazón, primero se tiene que atacar al corazón. —ante la expresión confusas de sus rivales, el profesor prosiguió—. Tal vez no sepa quiénes son Ladybug y Chat Noir; pero mi buen amigo Papillombre me contó que varias veces atacó este lugar y en esas batallas le pareció ver que a nuestros queridos jóvenes les importa mucho esta institución mágica. Así que... ¿Qué mejor lugar para que sea su tumba que este hermoso castillo?
Los portadores de Miraculous sentían hervir la sangre. ¿Por esa razón vino a Hogwarts y tener de prisioneros a los profesores? ¿Para llegar a ellos? Entonces era cierta su teoría de que las peleas anteriores fueron con la intención de analizarlos y saber cómo atacarlos. Ladybug y Chat Noir debían pensar en algo rápido para salvar a Dumbledore y los demás. Desafortunadamente, Ratigan vio sus intenciones. Chasqueó los dedos y sus matones apuntaron sus revólveres a las sienes de los docentes.
—¡No, déjalos en paz! —gritó la heroína—. ¡La pelea es entre nosotros!
—Eso ya lo sé, mocosa ingenua ¿sino por qué otra razón tendría esta maravillosa ventaja? —el profesor rio malignamente
Los puños de los jóvenes héroes temblaban. Esa rata de alcantarilla... tenía todo cuidadosamente planeado. Un movimiento en falso y los profesores...
De repente Dumbledore comenzó a toser y sentirse débil. Los matones que lo sujetaban intentaron mantenerlo de pie, pero el viejo fénix no se sentía bien.
—¡Albus! —exclamaron los jefes de Casa
Ladybug y Chat Noir quisieron acercarse, pero Ratigan sacó su revólver y apuntó al pecho de Dumbledore haciendo que los jóvenes se detuvieran.
—¿Qué sucede? —exigió el malvado profesor
—No sabemos, profesor —contestó uno de los matones
—No... no me siento... —murmuraba sofocante Dumbledore
De pronto, los matones soltaron al viejo fénix a la vez que gritaban de dolor. ¡Sus manos estaban quemadas! Dumbledore extendió las alas y salieron grandes llamaradas que le dieron a los matones. Fue la oportunidad de los profesores de liberarse de sus captores y los cinco docentes corrieron hacia los ratones.
—¡Profesor Dumbledore! ¡Eso fue asombroso! —felicitó Ladybug
—Gracias, Señorita. —respondió el viejo fénix
—¡Ustedes no irán a ningún lado! —amenazó Ratigan—. ¡ATRÁPENLOS!
Fidget y los matones se abalanzaron sobre el grupo. Los portadores de Miraculous se enfrentaron a los secuaces de la rata; de ese grupo el único que les daba batalla era el murciélago. Al ver eso, los docentes ayudaron a los jóvenes y los sometieron rápidamente; el único que seguía en pie era el sentimonstruo. Aprovechando la distracción, Ratigan se acercó a su némesis por detrás y le apuntó con su revólver. Gracias a sus poderes, Ladybug escuchó la carga del arma, levantó la mano que sujetaba la varita y apuntó al villano.
—¡Desmaius!
El hechizo dio directamente en el pecho del profesor arrojándolo lejos de ellos.
—¡CORRAN! —gritó Ladybug a los demás, tomando a Olivia en brazos.
Salieron del Gran Comedor y corrieron hacia la salida, pero estaba cerrada con llave; ni el Alohomora ni nada consiguió abrir la puerta principal.
—¿Iban a algún lado? —todos voltearon encontrándose con Fidget en compañía de más matones.
—¡Por la barba de Merlín! —exclamó Slughorn—. ¿Cuántos hombres tiene a su mando esa rata?
—No quiere saber —respondió Chat Noir
—Lo que sí deben saber —dijo Fidget, activando el cañón del arma de su pata de palo—, es que no tienen a dónde huir.
—Yo no estaría tan seguro —dijo Dumbledore, acercándose al murciélago—. Tal vez tu jefe logró sacarle al Sr. Filch información del castillo. Pero hay algo que Argus no les dijo
—¿Y qué podría ser, anciano?
—En Hogwarts siempre se prestará ayuda a quien la pida. En este caso enmendaría mi frase inicial por esta otra: En Hogwarts siempre se prestará ayuda a quien la merezca.
De pronto un hermoso cantó se escuchó en el aire. Todos miraron hacia arriba y vieron acercarse a una gran ave, aproximadamente del tamaño de un cisne con plumas carmesí en su cuerpo y una cola dorada tan larga como la de un pavo real. Sus garras y su pico (largo) eran de un dorado reluciente y sus ojos eran negros.
—¿Fawkes? —dijeron los héroes
El fénix voló hacia el viejo director, Dumbledore extendió sus brazos-alas hacia Fawkes y en cuanto las alas de ambas aves carmesí se tocaron, una llamarada salió de ellos extendiéndose por todo el vestíbulo ocasionando que Fidget y los matones retrocedieran huyendo del fuego. En cuanto el fuego se apagó, los malos se abalanzaron sobre... ¿ellos? Los profesores de Hogwarts y los ratones desaparecieron ¿pero ese viejo gato huraño (Argus Filch) les dijo que nadie podía aparecerse y desaparecer en ese castillo?
—¡No se queden ahí parados como idiotas! —Fidget y los matones miraron hacia la entrada del Gran Comedor. Ratigan recuperó la conciencia y miraba enojado a sus secuaces—. ¡BUSQUENLOS POR TODO EL CASTILLO! ¡NADIE PUEDE DESAPARECER DE AQUÍ, NI SIQUIERA EL DIRECTOR!
—¡Sí, profesor! —respondieron ellos y corrieron en búsqueda de sus presas.
—¡Por tu propio bien será mejor que derrotes a Ladybug y Chat Noir de una vez por todas! —amenazó Papillombre—. ¡O TE QUITARÉ TUS PODERES!
—¡Tú no me amenaces! ¡Presumes de tener grandes poderes porque me diste los míos, PERO NO PUEDES ELIMINAR A DOS MOCOSOS POR TU CUENTA! ¡VERÁS QUE ME DESHARÉ DE ESOS CHIQUILLOS ENTROMETIDOS Y DEL REVIENTA CRIMENES!
—¡MÁS TE VALE!
=MDMDMDMDMD=
Solo había visto a Dumbledore hacer eso con Fawkes cuando escapó del ministro de Magia, Umbridge y dos aurores después de que se descubriera el Ejército de Dumbledore. ¿El director los sacó de Hogwarts? De ser así ¿a dónde los envió? El canto del fénix hizo que Ladybug por fin abriera los ojos, al ver dónde se encontraban no pudo ocultar su sorpresa. Era una sala circular, grande y hermosa, en la que se oía multitud de leves y curiosos sonidos. Sobre las mesas de patas largas y finísimas había objetos muy extraños que hacían ruiditos y echaban pequeñas bocanadas de humo. Las paredes cubiertas de retratos de antiguos directores, hombres y mujeres, que dormitaban encerrados en los marcos. Había también un gran escritorio con pies en forma de zarpas, y detrás de él, en un estante, un sombrero de mago ajado y roto, el Sombrero Seleccionador.
Estaban en la oficina del profesor Dumbledore.
—¿Están todos bien? —preguntó el viejo fénix, sentándose en su silla de respaldo alto, detrás del escritorio, y fijó sus ojos penetrantes, de color azul claro, en los presentes—. Lamento haber tenido que usar esa particular aparición, pero emplear los poderes mágicos de un fénix fue lo único que me permitió la aparición en Hogwarts.
—¡Por la barba de Merlín! Y yo creí que no existía algo peor que la aparición normal—se quejó el regordete y bajo oso pardo
—No es momento para quejas, Horace —reprendió la gata atigrada—. Tenemos problemas más grandes ya que Papillombre se consiguió a alguien realmente peligroso y poderoso
—Tienes razón, Minerva
—Menos más que Ladybug y Chat Noir llegaron justo a tiempo para ayudarnos y a Hogwarts —dijo feliz la tejona
—Eso no podemos negarlo, Pomona —dijo el duende—. Lo único que me preocupa es, si esa rata es otro akumatizado de Papillombre ¿por qué no lo han derrotado?
Los portadores de Miraculous se tensaron. No podían culpar al profesor Flitwick por hacer dicha pregunta; se miraron y después bajaron la mirada avergonzados. Con eso, fue más que suficiente para que los docentes de Hogwarts comprendieran que no era una víctima akumatizada ordinaria. Un carraspeó llamó la atención del duende y los cuatro animales, fijándose finalmente en los tres ratones que acompañaban a los jóvenes superhéroes.
—¿Ustedes quiénes son?
—¡Horace! —reprendieron McGonagall, Sprout y Flitwick
—¿Qué? Podrían ser aliados de esa rata...
—Con todo respeto, señor —interrumpió Basil, avanzando unos pasos—. Sus dudas respecto a nosotros son entendibles puesto que no nos conocemos. Sin embargo, le dejare a usted y a sus colegas en claro una cosa: Yo nunca me uniré a Padraic Ratigan.
Tras las palabras del detective se formó un tenso silencio. Los docentes de Hogwarts veían estupefactos al ratón. Dawson estaba apenado, Olivia solo miraba confundida a los adultos. Chat Noir se debatía entre reprocharle al detective por hablarle así a su jefe de Casa cuando él mismo reconoció que la cuestión era porque no lo conocían. En cuanto a Ladybug, se palmeó la frente ante la reacción de Basil. Bajó su mano, fue hacia Basil y le dio un fuerte golpe en la cabeza que le tiró la cervadora.
—¡¿De casualidad conoces la palabra «delicadeza»?! Acabas de decir que la confusión es porque no se conoces —sujetó a Basil del cuello de su capa Inverness y lo miró a los enfurecida—. ¡Así que ten un poco de consideración, tonto insensible!
—De acuerdo, creo que Basil ya entendió —intervino Chat Noir, separando a los ratones—. Tranquilízate y pensemos en como vencer de una buena vez a Ratigan ¿está bien?
—Sí, tienes razón —admitió la heroína, soltando al detective. Cruzó los brazos e hizo un pequeño puchero
Una risa se escuchó en la oficina. Todos voltearon hacia la mesa del director y, consternados, vieron a Dumbledore reírse con ganas.
—Uh... ¿profesor? ¿De qué se ríe? —preguntó confundida Ladybug
—¡Oh, lo siento! No pude evitarlo al ver tu reacción, Ladybug. Con esa apariencia de ratón tus expresiones se veían adorables
Correcto... eso fue extraño, sobre todo porque absolutamente nadie se esperaba una respuesta como esa.
—¡Ay, Albus! —exclamó McGonagall, con una mano cubriendo la mita de su rostro.
Una vez pasado el espasmo por el raro momento, Ladybug procedió a presentar a todos. Los docentes estaban sorprendidos y preocupados de ver que una niña pequeña estuviera involucrada en ese peligroso caso/misión, aunque fuera para rescatar a su padre.
—Ahora, por favor cuéntenos qué sucedió en cuanto Ratigan y sus hombres llegaron al castillo. Y por favor no omitan ningún detalle —solicitó Basil
Los cinco docentes explicaron que solo estaban pasando un día normal de verano en Hogwarts haciéndose cargo de todo en el castillo ya que ellos, Hagrid y Filch eran los únicos que estaban porque ese día el resto del profesorado decidió salir del castillo. Cuando de pronto una extraña energía negro-púrpura los cubrió a ellos y a Hogwarts por completo. Cuando está desapareció fue cuando se percataron de sus cambios físicos radicales.
La preocupación y sorpresa por el cambio se interrumpió cuando las puertas del Gran Comedor se abrieron bruscamente y por esta entró la misma energía maligna abalanzándose contra ellos y capturándolos. Trataron de usar su magia para liberarse, pero les fue inútil. En ese momento aparecieron el profesor Ratigan y sus hombres; la rata se acercó a ellos y les "anunció" que él ahora gobernaba en Hogwarts y sus servicios docentes "ya no eran requeridos", su último trabajo sería fungir como carnada para atraer a Ladybug y Chat Noir. Con eso, Dumbledore y los demás enseguida comprendieron que solo se trataba de otra víctima de Papillombre.
—Ratigan conoce el castillo gracias a que le sacó la información a Filch, así que el factor sorpresa no servirá —opinó decaída la heroína
—Oh, yo no diría eso —corrigió Dumbledore—. Recuerda lo que dije: En Hogwarts siempre se prestará ayuda a quien la pida. O en este caso, a quien la merezca.
Eso ánimo a los héroes, pero confundió a los ratones.
—¿Y cómo un antiguo edificio podrá ayudarnos? —preguntó Basil—. Sí, es una escuela de magia; pero una construcción "no hace magia"
—No deberías subestimar Hogwarts, amigo —dijo Slughorn
Los demás jefes de Casa concordaron con él. El detective no dijo nada más, en verdad que la magia era un concepto demasiado complejo para su gusto.
—Lo que sí está claro, es que necesitamos protegernos de su poder. —dijo McGonagall—. Distraer a sus hombres e inmovilizarlo para así puedan quitarle el objeto akumatizado.
—La cuestión es ¿cómo haremos eso, Minerva? —preguntó Flitwick
—Los encantamientos escudo y de inmovilización total servirán —sugirió Sprout—, pero ¿qué clase de encantamiento nos ayudará a distraerlos?
—Todo eso nosotros cinco lo tenemos cubierto —dijo Ladybug
Todos los presentes (incluyendo los retratos de los directores y directoras de Hogwarts que nunca estuvieron dormidos) miraron confundidos a la heroína. Ella sacó su yoyo, lo abrió y de este saco un colgante, una pulsera y una peineta. Chat Noir, Basil, Dawson y Olivia enseguida captaron el plan de la catarina-roedora. Ladybug guardó su yoyo y le entregó el Miraculous del Zorro a Basil ante las miradas perplejas de los profesores y retratos.
—Uh... Ladybug ¿estás segura de eso? —pregunto el jefe de Slytherin temeroso
—No se preocupe, profesor Slughorn. Ya le había confiado ese Miraculous antes
Eso sorprendió más a los habitantes de Hogwarts. Basil se puso el collar y enseguida apareció Trixx.
—Y creíste que no nos volveríamos a ver —comentó el kwami de la ilusión
El detective solo se encogió de hombros.
—¡Trixx, saltemos! —y se transformó en Delusio
Ladybug se volvió hacia Dawson y Olivia, asombrando a todos.
—David Q. Dawson, este es el Miraculous de la Tortuga, con el poder de la protección. —dijo la catarina-roedora tendiéndole la pulsera al médico—. Olivia Flaversham, este es el Miraculous de la abeja, con el poder de la inmovilidad. —le tendió a la niña la peineta—. Los usarán para hacer el bien.
—Retomando la pregunta del profesor Slughorn ¿estás segura de esto? —interrogó Chat Noir
—Claro que sí
—¡Oh, cielos! —exclamó el Doc—. Yo... no sé qué...
—¡Genial! —exclamó emocionada Olivia, tomando la peineta—. ¡Al fin podré ayudarlos!
—Jovencita, esto es serio —recordó seriamente Basil
—Ya lo sé ¡solo porque soy una niña pequeña no significa que no entienda lo que está pasando!
Eso fue suficiente para dejar en shock a los mayores, a excepción de la heroína. Olivia se puso la peineta sobre su oreja derecha y de este se desprendió una esfera de luz amarilla que giró alrededor de ella y ante sus ojos apareció un kwami con apariencia de abeja.
—¡Cielos, una ratoncita! —exclamó la pequeña kwami—. ¡A tus órdenes, reina mía!
—¿Reina? —repitió apenada la pequeña
—Cuando la misión termine, me devolverán los Miraculous —continuó Ladybug—. ¿Puedo confiar en ustedes?
—¡Claro que sí, Ladybug! —respondió emocionada Olivia
—¿Doc?
El ratón bonachón miró la pulsera, después a la joven, luego a Delusio y el zorro-roedor le sonrió asintiendo con la cabeza animándolo a aceptar. Por fin, Dawson respondió.
—Por supuesto, querida
Dawson tomó la pulsera, se lo puso en su muñeca izquierda y de este se desprendió una esfera de luz verde agua que giró alrededor de él y ante sus ojos apareció Wayzz.
—¡Dr. Dawson! ¿Usted usara mi Miraculous? —preguntó el kwami de la protección
—En efecto, amigo Wayzz —respondió el médico
—¿Recuerda cómo se usa? —preguntó Chat Noir
—Un poco
—Entonces, hágalo Doc.
—Lo único que tiene que decir, Dr. Dawson es: Wayzz, caparazón —explicó el kwami
El ratón bonachón suspiró dándose valor.
—¡Wayzz, caparazón!
La luz verde agua de transformación cubrió al médico. Cuando esta se desvaneció, vieron su apariencia: Era un uniforme de soldado militar, en diferentes tonos de verdes. Su casco tenía unos googles verdes con los cristales amarillos y en su espalda él escudo con patrones de caparazón.
—Asombroso
—¡Se ve como un soldado! —comentó Olivia—. ¿Cuál será su nombre de superhéroe?
—Eso ya no tiene importancia —dijo Delusio—. Ratigan enseguida sabrá que son ustedes...
—Si no importara ¿entonces por qué usa el nombre de "Delusio"?
Las orejas del zorro-roedor enrojecieron mientras que la catarina-roedora y felino-roedor se reían.
«Touché» pensó avergonzado Delusio
—De acuerdo. —el detective se volvió hacia el médico—. ¿Qué nombre usara, Dawson?
—La verdad, no tengo idea —admitió el ratón bonachón
Al verlo, Ladybug no pudo evitar recordar al Capitán América.
«Solo que más... robusto y de baja estatura.» pensó la heroína
—¿Qué le parece "Captain"? Solo Captain
—Si es un título militar, creo que lo mejor sería Commander. Y suena bien
—Listo entonces, Commander. —luego, Ladybug se volvió hacia Olivia—. Te toca
—¿Yo qué digo? —preguntó la niña
—Lo único que tiene que decir, reina mía, es: Pollen, a zumbar —respondió la kwami
—¡Pollen, a zumbar!
La luz amarilla de transformación cubrió a la niña. Cuando esta se desvaneció, vieron su apariencia: Tenía cabello rubio y con una trenza negra que le llegaba a la mitad de la espalda, el Miraculous de la Abeja estaba sobre su oreja derecha sosteniendo unas cintas negras en forma de antena. Su ropa era igual, solo que los colores cambiaron; la parte superior era negra con rayas amarillas al igual que el moño de su cuello, los antebrazos amarillos y los dedos negros. Su falda y mallón eran amarillos con rayas negras. Zapatos negros con las suelas amarillas. Antifaz amarillo con negro alrededor de los ojos. Y un trompo atado con una cuerda amarilla alrededor de su cintura.
—¡Wow, esto es lo más asombroso e increíble que me ha pasado en la vida! —gritó emocionada Olivia, revisando su apariencia de superheroína.
—Pero recuerda que, a pesar de tus poderes, Ratigan, Fidget y los matones pueden lastimarte —advirtió Ladybug
—Lo sé
—¿Usted que nombre usará? —preguntó Dumbledore a la niña, como si se tratara de un abuelo hablándole a su nieta.
La pequeña permaneció en silencio unos segundos hasta que dijo:
—Seillean*
—¿Seillean? —repitió la catarina-roedora
Delusio le dijo que le explicaría después el significado, en esos momentos tenían que armar su plan de ataque, por lo que la joven asintió y no dijo nada más. Con ayuda de Dumbledore y los jefes de Casa, el equipo Miraculous diseñó su plan. Estaban por irse cuando el viejo fénix los detuvo.
—¿Qué sucede, profesor? —preguntó Chat Noir
—Será mejor que se lleven esto —dijo Dumbledore yendo hacia Ladybug y entregándole un vial con líquido transparente—. Son lágrimas de fénix. De Fawkes para ser más exacto
Ladybug y Chat Noir sonrieron agradecidos al director, las lágrimas de fénix tenían propiedades curativas y con todo lo que habían pasado gracias al Napoleón del Crimen era bueno tener alguna cura. Delusio iba a preguntar por el vial, pero la catarina-roedora lo tomó de la muñeca y lo sacó del despacho. La heroína le pidió a los profesores que se quedarán en la oficina, así se mantendrían a salvo. Los cinco docentes les desearon suerte y con eso, el equipo Miraculous salió.
Para los héroes originales era extraño recorrer los pasillos de Hogwarts completamente vacíos; en esa situación era peligroso, a partes iguales era una ventaja y desventaja. Podían escuchar cuando el enemigo se acercará, pero este también los podría escuchar a ellos; era un arma de doble filo.
—¡Ahí están!
El matón que grito salió de detrás de un tapiz que cubría un pasillo oculto. Al verlo, el equipo dio media vuelta y echo a correr.
—¿Por dónde? —preguntó Delusio
—¡Por aquí! —respondió Ladybug, sujetándolo de la muñeca y guiándolo por los pasillos.
A pesar de que Ladybug y Chat Noir también conocían los pasadizos secretos del castillo, los matones lograban seguirlos sin problemas. Afortunadamente, Dumbledore tuvo razón cuando les dijo que Hogwarts le brindaría ayuda a quien lo merezca. El castillo los estaba protegiendo. Por desgracia, la suerte no les duro mucho; recorriendo el pasillo del tercer piso (por huir de los matones en lugar de bajar, subieron), los matones lograron separarlos, haciendo que los hombres se dirigieran a la Sala de Trofeos y las chicas a un pasillo del lado derecho. Ladybug enseguida lo reconoció y en esos momentos deseaba que se encontrara el Cancerberos, Fluffy, para asustar a esos idiotas.
En la Sala de Trofeos, los hombres no la tenían muy fácil, en especial Commander. Él no era un hombre de batalla, sino de ayudar a los demás. Varias veces estuvo a punto de activar su poder, pero tanto Chat Noir como Delusio se lo impidieron, recordándole que después solo tendría cinco minutos antes de volver a la normalidad y arriesgarse a convertirse en un blanco fácil. Con una rápida instrucción del joven, la tortuga-roedora finalmente comprendió sus nuevos poderes y habilidades y lograr ayudar a sus amigos.
En cuanto el último oponente fue derribado, los hombres salieron de la Sala de Trofeos a buscar a las chicas. Una luz amarilla se vio salir del hueco de una puerta y segundos después salieron Ladybug y Seillean.
—¿Están bien? —preguntó Chat Noir—. Tuvo que usar su poder ¿cierto? Vimos el resplandor amarillo
—Eh, sí. —contestó titubeante Ladybug—. Lo bueno se me ocurrió hacerle un encantamiento Geminio a los bollos para tener suficientes y alimentar a los kwamis.
Reunidos de nuevo, reanudaron su camino. Estaban por salir del pasillo, cuando de repente una energía azul eléctrico los envolvió y los obligó a entrar a una sala grande y vacía. Al ver donde estaban, Ladybug enseguida la reconoció: es ahí donde Harry les contó que descubrió por primera vez el Espejo de Oesed. De hecho, al final del pasillo había un espejo magnifico, alto hasta el techo, con un marco dorado muy trabajado, apoyado en unos soportes que eran como garras. Tenía una inscripción grabada en la parte superior: Oesed lenoz aro cut edon isara cut se onotse.
La heroína no podía dar crédito a lo que veía: ante ellos estaba el Espejo de Oesed. ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Por qué los encerraron precisamente en ese lugar donde se encontraba ese espejo mágico?
—¿Qué es este lugar? —preguntó Commander—. ¿Qué hace un espejo en un lugar como este?
—¿Alguien entiende lo que dice? —preguntó Seillean—. ¿Qué clase de idioma es ese?
—Esa es una excelente pregunta —reconoció Delusio, acercándose al espejo para examinarlo. Vio su reflejo y se alejó del objeto con las orejas pálidas por el susto
—¡Ba... Delusio! ¿Está bien? —preguntó la tortuga-roedora acercándose a su amigo
—El... el espejo...
—¿Qué hay con él? —preguntó Chat Noir
—¡Véanlo! —el zorro-roedor señaló el espejo ante las miradas confusas de los demás, excepto Ladybug—. ¡Vean lo que reflejó!
Chat Noir, Commander y Seillean miraron el espejo, pero no vieron nada fuera de lo común.
—¿Seguro que estás bien? —preguntó el felino-roedor—. Porque lo único que veo es a nosotros
—¡¿Qué?! ¡Es imposible!
—Delusio, lo que tú ves en el espejo, ellos no pueden verlo —explicó la catarina-roedora. El resto del equipo miró estupefacto a la heroína. ¿Cómo era posible que Delusio pudiera ver algo y los demás no? Ante sus caras confusas, ella continuó—. Es el Espejo de Oesed, deseo al revés. La inscripción que tiene también está a la inversa, lo que dice es: Esto no es tu cara, sino de tu corazón el deseo. Significa que este espejo refleja los más profundos y más desesperados deseos de nuestro corazón. Hay que estar parados exactamente en el centro del espejo para que nos muestre esas imágenes y como es algo personal por eso nadie puede ver dichos reflejos.
Los cuatro se quedaron en total silencio estupefactos ante la nueva información. Delusio regresó su atención al espejo, se acercó más a este y lo tocó con una mano, como si quisiera sentir lo que el objeto le estaba mostrando.
—¡Oh, que lindo! —dijo una voz grave y molesta.
Delusio se alejó del Espejo de Oesed, el equipo se reunió, espalda con espalda, buscando el origen de la voz. De las sombras salieron matones liderados por Fidget.
—¿Qué es lo que el detective más grande del reino desea? ¿Derrotar al profesor Ratigan? ¿Recuperar a Mademoiselle Relda? ¿Qué Ladybug se quede contigo? —esa última pregunta ocasionó que las orejas del zorro-roedor enrojecieran y Fidget rio burlonamente—. ¡Que tierno! ¡El detective volvió a enamorarse!
Los matones también rieron. El equipo Miraculous miraba incrédulo a Delusio, en especial Ladybug que también tenía sus orejas rojas. ¿Las palabras de Fidget eran ciertas? Y de ser así ¿habrá sido eso lo que él vio en el Espejo de Oesed?
Esas preguntas las dejarían para después, en este momento no podían distraerse. Aprovechando que los malos seguían burlándose de Delusio, Ladybug invocó su poder:
—¡Lucky Charm!
Su poder le entregó un par de extraños aparatos de muñeca. A la heroína le parecieron familiares, los observó mejor y contuvo un grito de emoción al ver en cada muñequera un icono de araña. Miró a su alrededor y su visión le resaltó un viejo candelabro sobre ellos, Delusio, Commander, Seillean, los matones y los disparadores. Porque eso eran: disparadores de telaraña del Hombre Araña.
«No sé a qué versión del Hombre Araña pertenece ¡pero esto entra en la categoría de "genial" con todo lo que ha pasado en esta aventura.» pensó emocionada la heroína.
—No tengo idea de que te dio tu poder, Mi Lady —susurró Chat Noir viendo preocupado a los malos. La luz del Lucky Charm llamó su atención, provocando que los apuntaran con sus armas y comenzaran a acercarse—. Pero espero que ya tengas un plan
—Obvio que sí, chatón. —respondió ella, también en susurros—. Y vamos a necesitar una muy buena distracción
Esa fue la señal de Delusio. Tomó su flauta, Fidget y los matones abrieron fuego, pero enseguida Commander activó su poder.
—¡Protection! —alzó el escudo y creó un campo de fuerza verde con patrones de hexágono protegiéndolos a todos.
Con eso, Delusio aprovechó para activar su poder. Tocó las notas a la vez que se creaba una esfera de energía anaranjada en un extremo del instrumento.
—¡Mirage!
El héroe apuntó la ilusión ante ellos. Al ver la luz anaranjada, Fidget cesó el fuego y dio la orden a sus compañeros.
—¡Commander, ahora! —indicó Ladybug
—¡Liberation!
El campo de fuerza desapareció. Fidget y los matones apuntaron de nuevo sus armas a sus blancos, pero grande fue su sorpresa al no verlos. ¿Cómo lograron desaparecer? El equipo Miraculous se había "vuelto invisible" gracias al poder de la ilusión. Escaparon de los matones usando con cuidado el yoyo y trompo colgándose del candelabro. Una vez arriba, Ladybug uso el disparador de telaraña para atrapar a los matones y atarlos al candelabro. Cuando los secuaces de Ratigan vieron lo que pasaba, trataron de huir, ahí el resto del equipo se encargó de mantenerlos en su sitio. La heroína ató al último matón junto con los otros haciendo una enorme cuerda de telaraña y dio la señal a Seillean.
—¡Ahora!
—Entendido
La abejita-roedora tomó su trompo y activó su poder.
—¡Venom! —lanzó el trompo atrapándolo enseguida, el arma se convirtió en un aguijón de aveja punzante en su mano.
Seillean tocó con su aguijón la gruesa telaraña, el poder lo recorrió directo hacia los matones dejándolos inmóviles en el acto. En cuanto se vieron a salvo, las chicas bajaron del candelabro y los hombres se reunieron con ellas.
—¡Reality! —dijo Delusio, eliminando la ilusión.
—Debo reconocer que los tres me impresionaron con ese gran manejo de sus poderes —felicitó Chat Noir a los tres ratones—. Y lo mejor es que cayó uno, falta otro
—El cual es el blanco principal —dijo el zorro-roedor—. Vamos por Fidget antes de que... ¡Demonios!
—Delusio ¿Qué ocurre?
—¡Fidget no está!
—¡¿QUÉ?!
El equipo Miraculous miró a su alrededor comprobando con horror que el molesto murciélago no estaba, debió escapar durante el alboroto ocasionado por los matones dominados por el miedo. Salieron de la sala en busca del sentimonstruo. Pero enseguida que salieron, fueron recibidos por una maligna voz familiar.
—¡Oh, que lindos! ¡El gordinflón y la chiquilla también se convirtieron en superhéroes! ¡Qué lindos E INGENUOS! ¡LO ÚNICO QUE ESTÁN LOGRANDO CON ESO ES ENTREGARME MÁS MIRACULOUS EN BANDEJA DE PLATA! —El equipo Miraculous examinó su entorno, pero no había rastros de Ratigan. El profesor aprovechó para seguir mofándose de ellos—. Por cierto ¿Cuánto tiempo les queda antes de que vuelvan a ser un detective de segunda, un gordinflón y una pequeña mocosa?
En ese instante sonaron los Miraculous de Delusio, Commander y Seillean; en esos momentos no era conveniente que regresaran a ser civiles. Menos por el repentino sonido de un disparo y el impacto de una bala detrás de Delusio los puso en alerta. ¿Qué estaba pasando? Era un pasillo vacío, no había armaduras, tapices ni puertas ni ventanas. ¿cómo...?
Ladybug y Chat Noir enseguida lo comprendieron ¡Ratigan estaba usando un encantamiento desilusionador! No era invisible, sino que adquirió la habilidad de camuflaje de un camaleón. Sutilmente, los jóvenes desenfundaron sus varitas. Los cinco pusieron atención a su entorno; Seillean escuchó pasos detrás de ella, tomó su trompo y lo lanzó hacia donde escucho el ruido, logrando darle en el blanco provocando que soltara un gemido de dolor.
—¡Finite incantatem! —exclamó Ladybug
El hechizo dio en el blanco, revelando al profesor Ratigan con un revólver en la mano. El Napoleón del Crimen apuntó el arma a la niña, pero en seguida Commander la protegió con su escudo. Ratigan se terminó las balas de su arma por lo que usó su poder y siguió atacando. La pelea se movió hacia la Gran Escalera. El profesor trató de escapar y los demás lo siguieron; antes de llegar al piso, apareció Fidget al final de la escalera y apuntó directamente al pecho de la heroína, pero no pudo disparar porque en ese momento las escaleras empezaron a moverse, llevándolos a otro pasillo. En el cual los esperaban Dumbledore, McGonagall, Sprout, Flitwick y Slughorn, apuntándoles a los dos con sus respectivas varitas.
—¡Se acabo, Ratigan! —exclamó Delusio—. Esto por fin se termina aquí y ahora
La rata miraba enloquecido a su némesis. ¡No! ¡No podría perder! ¡ERA IMPOSIBLE QUE ÉL, LA MAYOR MENTE CRIMINAL MÁS GRANDE DEL REINO, FUERA DERROTADO POR ESE DETECTIVE DE SEGUNDA Y UN PAR DE MOCOSOS CON DISFRACES! Ratigan iba a usa su poder de nuevo para escapar, pero Chat Noir se dio cuenta y apuntó a la mano del malvado profesor.
—¡Desmaius!
El hechizo le dio de lleno en el pecho a la rata y lo dejó inconsciente de inmediato. El héroe repitió el hechizo contra el murciélago y este también cayó sin sentido al suelo. Al ver a sus enemigos en el suelo, todos los presentes soltaron un suspiro de alivio. Por fin, esta locura, más allá de lo habitual en una película Disney, se terminaba. Ladybug con un movimiento de varita ató al villano akumatizado y al sentimonstruo, y entre ella y su compañero los llevaron al Gran Comedor. Los dejaron cerca de la entrada y el equipo Miraculous se acercó al profesorado.
—Gracias por la ayuda y una disculpa por terminar involucrados en esto —dijo la catarina-roedora
—No te preocupes, Ladybug. —dijo Dumbledore, moviendo una mano-ala restándole importancia al asunto—. Los tiranos siempre involucrarán a personas inocentes en sus malvados actos para someter a quienes los encaran para defender lo correcto.
—Por cierto, profesor —llamó el felino-roedor—. Esa habilidad de calor y fuego que uso para liberarse y a los jefes de Casa, se suponía que las ataduras impedían que usaran su magia. ¿cómo es que...?
—¡Ah! Yo también creí que no podría hacerlo, fue una suerte de que así fuera. Sino no estaríamos aquí
Ladybug y Chat Noir se miraron incrédulos. ¡Por favor ¿a quién quería engañar el viejo director con esa excusa barata?! Hasta en los rostros de sus colegas se notaba que ellos tampoco le creían. En fin, lo importante era que todos estaban a salvo y que finalmente Padraic Ratigan era derrotado.
—¡A descansar! —Delusio volvió a ser Basil y le tendió de vuelta el collar a la chica—. Ya no necesitaremos esto
Ladybug le sonrió al detective recibiendo el Miraculous del Zorro.
—Disculpa —llamó Commander a la heroína—. ¿Nosotros qué debemos decir?
—Usted, Caparazón Fuera —se volvió hacia Seillean—. Y tú, Zumbido Fuera
—¡Caparazón Fuera! —la luz verde agua recorrió su cuerpo, regresando a ser el Dr. Dawson
—¡Zumbido Fuera! —la luz amarilla recorrió su cuerpo, volviendo a ser Olivia—. ¡Esto fue lo más genial que me ha pasado en la vida!
—Esta también fue una peculiar experiencia para nosotros, reina mía —dijo Pollen
—Disculpa ¿por qué me llamas "reina"?
—Olivia —la niña se volvió hacia Ladybug—. ¿Alguna vez has escuchado de la "abeja reina"?
Eso fue suficiente para que la niña captara la idea. Se despidió de Pollen, se quitó la peineta y se la devolvió a la heroína. Dawson también se despidió de Wayzz y devolvió la pulsera.
—¡Por fin esta pelea termino! —comentó Chat Noir, estirándose un poco quitándose la tensión—. Ahora que ese par está inconsciente podremos tomar el objeto que contiene el akuma y amok y regresar todo a la normalidad.
—¿Y traerá a mi padre de vuelta? —preguntó emocionada Olivia
—Elemental, mi querida Olivia —respondió Ladybug
La niña saltó de emoción y abrazó a los portadores de Miraculous. La joven vio a Dawson y a Basil; el médico sonreía feliz y aliviado de que esa loca aventura llegara a su fin. En cuanto al detective... a pesar de que sonreía feliz porque finalmente después de tantos años derrotó a su mayor rival, sus ojos reflejaban tristeza. Las orejas de Ladybug se tiñeron levemente de rosa, sabía la razón y eso la ponía nerviosa. ¿Era cierto lo que Fidget dijo, lo que el Espejo de Oesed le mostró a Basil como el más profundo deseo de su corazón era que ella se quedara con él?
—¿Mi Lady?
La joven se volvió hacia su compañero que la miraba preocupado, ella enseguida aseguró que no pasaba nada; el joven no le creyó, pero lo mejor sería preguntarle después y en privado. Olivia se separó de los héroes y ellos se volvieron hacia el profesorado de Hogwarts.
—De nuevo, muchas gracias por la ayuda y una disculpa —dijo la heroína
—Ladybug, no necesitas disculparte. Y fue un placer ayudarlos —dijo Dumbledore, teniéndole una mano-ala a la joven
La catarina-roedora extendió su mano para estrechar la del viejo fénix; pero de repente una lanza negra atravesó el pecho de la joven. Parecía ir en cámara lenta; todos veían en completo estado de shock lo que le sucedió a Ladybug. Los primeros en reaccionar fueron Chat Noir y Basil. Los dos sujetaron a la heroína antes de que cayera; el héroe iba a sacarle la lanza, pero en cuanto la tocó esta desapareció en un humo negro. Basil acomodó a Ladybug en sus brazos.
—¡Ladybug! ¡Ladybug!
—Ba... Basil
La joven respiraba entrecortadamente, la sangre escapara peligrosamente a causa de la herida que Dawson trataba de contener con su pañuelo que rápidamente adquiría un fuerte color rojo. De repente, los aretes de la joven empezaron a sonar, pero no de la manera usual después de usar su poder, la joya por completo brillaba y uno de los puntos desapareció.
—¡Ahora veamos si su poder milagroso la salva de esta! —Los presentes miraron hacia la entrada del Gran Comedor, Ratigan y Fidget habían reaccionado y se liberaron—. La próxima vez que capturen a un akumatizado ¡regrésenlo a la normalidad, no lo lleven de paseo inconsciente!
—Maldito...
Chat Noir, con lágrimas en los ojos, sacó su bastón y se abalanzó contra Ratigan. Este con un flojo movimiento de su mano lanzó un rayo negro al héroe repeliéndolo sin problemas. Los profesores sacaron sus varitas y fueron contra el malvado profesor, quien repelía sin esfuerzo los hechizos de sus rivales. El felino-roedor también desenfundó su varita y ayudó a los mayores. Con cuidado, Basil recostó a Ladybug en el suelo, le pidió a Dawson que curara a la chica, sacó su revólver y fue a ayudar a los demás.
La furia de Ratigan era fuerte, porque tanto su poder como el de Fidget aumentó peligrosamente haciendo difícil la misión de derrotarlos. Sus contrincantes estaban agotados, quien estaba peor era Chat Noir porque le quedaban pocos minutos para regresar a ser civil; en un acto irracional, bajo la influencia del dolor y la ira, trató de atacar a la rata y al murciélago con su Cataclysm, pero estos lograron esquivarlos y hacer que le diera a las grandes puertas de roble del Gran Comedor.
El malvado profesor se acercó al cansado héroe, lo levantó sujetándolo del cabello provocando que las garras le rasguñaran el cuero cabelludo.
—Ahora que tu amiga ya no existe ya no veo el caso de que sigas luchando. Solo eres un mocoso inútil que no puede hacer las cosas por su cuenta. Una prueba de eso es que Ladybug era quien hacía los planes y tú solo la seguías sin importar nada. Acabaré con tu miseria en un segundo y así será más fácil quitarte tu anillo...
—¡Expelliarmus!
Una luz escarlata impactó contra Ratigan, alejándolo abruptamente del felino-roedor. Todos se volvieron perplejos hacia el origen de ese hechizo y su estupor aumentó al ver quien lo lanzó.
—¡Ladybug! —gritaron Chat Noir y Basil.
La catarina-roedora estaba de pie ante Dawson y Olivia, agotada, pero curada. Chat Noir de pronto se dio cuenta de que la pequeña tenía un vial en las manos y enseguida lo comprendió. ¡Las lágrimas de Fawkes! Las lágrimas de fénix tenían propiedades curativas y antes de salir de la oficina del director, Dumbledore se las entregó. Ratigan se incorporó con ayuda de Fidget y miró enloquecido a la chica. ¡Eso era imposible! ¿Cómo?
—Si tú tienes que matar a alguien ¡mátalo, no es necesario que lo platiques! —se mofó Ladybug del profesor, a la vez que agradecía que la rata tuviera una gran bocota dándole tiempo de rescatar a su amigo
Lo que Ratigan temía se estaba cumpliendo: estaba acorralado, se le agotaron las ideas. Nunca creyó que encontraría rivales iguales o más listos que él y Basil; tampoco le ayudaban los reclamos de Papillombre. Retrocedió lentamente hacia la salida sin puertas, pero una barrera invisible les impidió a él y a su sentimonstruo salir.
—¡Este es el final definitivo, Ratigan! —exclamó Basil, al lado de Ladybug ayudándola a mantenerse de pie—. ¡Tu reino de terror se terminó!
¿Reino? ¡Eso es! Todavía tenía una oportunidad de ganar.
—Muchas gracias por recordarme mi plan de respaldo, Basil —agradeció burlonamente Ratigan
Eso desconcertó a todos ¿de qué rayos estaba hablando? En un rápido movimiento, y teniendo cuidado de que absolutamente nadie viera su objeto akumatizado, el profesor activó su poder. Una onda de energía negra inundó el Gran Comedor impidiendo ver lo que sucedía. Ladybug y Chat Noir se protegieron con sus brazos tratando de ver lo que hacía Ratigan, pero lo único que vieron fue la energía negra de su poder alcanzándolos a todos.
====================MDMDMDMDMDMDMDMDMDMDMDMDMDMDMDMDMDMDMDMD====================
Seillean: Abeja en Gaélico Escocés
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro