Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Encuentro con el enemigo

En cuanto Ratigan se dejó ver, el odio se reflejó en los rostros de Basil y Ladybug. La heroína sabía que solamente era una víctima más del portador de los Miraculous de Mariposa y Pavo Real, pero al tratarse del archienemigo de su héroe de la infancia la joven no pudo evitar dejar salir la furia. Chat Noir estaba cauteloso, atento a cualquier acción del villano y su sentimonstruo... un momento ¿dónde estaba ese murciélago?

—Mi Lady, no veo a Fidget...

—Nunca creí que llegaría el día en que el Napoleón del Crimen, el profesor Padraic Ratigan, solicitara ayuda para conseguir la victoria —se mofó Basil de su rival. A pesar de que en su voz se notaba la burla, su mirada continuaba dura reflejando el odio que le tenía a la rata

—Tú no te quedas atrás, Basil. —respondió Ratigan—. Veo que hiciste un nuevo amigo —el profesor miró al médico, Dawson se agobió ante la mirada de la rata. Chat Noir lo notó y se puso ante el doctor para protegerlo—. Lo que más me parece gracioso y patético ¡estás recibiendo la ayuda de un par de mocosos! ¡Y uno de ellos ni siquiera pudo conmigo la primera vez! —El villano soltó una carcajada seguido por sus matones quienes también salieron de las sombras y rodearon al detective y los demás.

Al escuchar las burlas de la rata, la ira y la humillación recorrieron el cuerpo de Chat Noir. Como Severus Snape estaba acostumbrado y las soportaba, pero como superhéroe... no dejaría que esa asquerosa rata se saliera con la suya. Las risas se intensificaron, eso fue suficiente para el héroe. Sujetó firmemente con ambas manos su bastón y corrió hacia Ratigan pasando junto a Basil, Ladybug y Olivia.

—¡CHAT NOIR, NO! —gritó la heroína

Ratigan detuvo su risa y miró con superioridad al joven correr hacia él a la vez que una sonrisa maligna aparecía en su rostro. Los matones advirtieron a su jefe, pero el profesor permaneció tranquilo en su lugar confiado de que no le sucedería absolutamente nada, y así fue: Chat Noir levantó su bastón sobre su cabeza y en cuanto estuvo frente al profesor lo atacó con su arma... pero no pasó nada.

Todos los presentes miraron sorprendidos lo ocurrido: el ataque de Chat Noir fue detenido por un campo de fuerza semitransparente de energía negro-morado.

—¿Qué...? —balbuceó el felino-roedor inmóvil, todavía con su bastón en contacto con el campo de energía

—Buen intento, niño —se mofó Ratigan. El profesor levantó una mano y el héroe sintió como si su arma se hubiera atorado en ese campo de energía. Tiró su bastón, pero este no se movió; al verlo, la sonrisa maligna del villano se amplió—. Eso obtienes por subestimarme

Ratigan chasqueó sus dedos y el campo de energía electrocutó a Chat Noir. En cuanto la electricidad se detuvo, la defensa del profesor desapareció. La rata sujetó el otro extremo del arma con una mano y sin problemas arrojó al felino-roedor hacia sus amigos. El héroe se estrelló contra el suelo y rodó hasta que lo detuvo Ladybug.

—¡Chat Noir! —exclamó la heroína. Ayudó a su amigo a sentarse y lo observó de pies a cabeza revisando que no estuviera herido—. ¿Estás bien? —el joven la miró con una ceja arqueada—. Lo siento, pregunta estándar.

Los portadores de Miraculous se levantaron y miraron estupefactos a Ratigan. ¿Qué clase de poderes le otorgó Papillombre?

—¡¿Qué demonios fue eso?! —preguntó desconcertado Basil

—Es el poder que Papillombre le concedió a Ratigan —le recordó Ladybug—. Aunque nunca habíamos visto algo como eso.

—Eso es porque Monsieur Papillombre me dio total libertad sobre mis poderes. —alardeó Ratigan, alcanzando a escuchar la conversación de su némesis y sus objetivos

—¿Qué? —exclamaron los héroes

—A diferencia de los oponentes a los que están acostumbrados a derrotar, desde el inicio acordé con Papillombre de hacer todo a mi modo, incluyendo mis habilidades y las de Fidget, debido a que no me conocen, ni a Basil. En pocas palabras, no conocen nuestro mundo. Una prueba de eso es que Papillombre pensó que yo era la "versión roedora" del profesor James Moriarty, y ustedes dos ingenuamente creyeron lo mismo cuando los contacté la primera vez por medio del sentimonstruo. Pero bueno, esta es una enorme ventaja: enfrentarse a lo desconocido. No obstante, el que lograran traer a Basil y a su gordo amigo es una señal de que no debo subestimarlos.

—¿De qué diablos estás hablando? —preguntó perplejo Basil.

—¿Disculpa?

—Siempre supe que tenías una mente retorcida, y una vez más lo demuestras. A pesar de que Ladybug me habló sobre los Miraculous y sus poderes ¡todo lo que dices es inverosímil! Es natural que los humanos desconozcan nuestro mundo ¿así que cómo demonios pudo uno de ellos descubrirlo y aun así confundirte con su criminal James Moriarty? ¿Y cómo es que Papillombre obtuvo los Miraculous de Mariposa y Pavo Real si estos fueron confiados a los ratones? Por ende, no tendría que saber de su existencia, sin mencionar que estos tendrían que ser de un tamaño demasiado diminuto para él y cualquier otro humano.

»Y eso no es lo más desquiciado de todo: ¿traernos a Dawson y a mí? ¿Qué quieres decir con eso? ¡Apenas hoy lo conocí y está es la primera vez que lo vez ¿cómo es posible que lo conozcas?! ¡Además hablas como si él y yo no deberíamos existir, cuando tú y yo llevamos AÑOS luchando uno contra el otro! ¡Absurdo! ¡TOTALMENTE ABSURDO!

Ratigan rio entre dientes y miró maliciosamente a los portadores de Miraculous. Ladybug y Chat Noir se tensaron a la vez de estar desconcertados; ¿no se suponía que Basil, Dawson, los Flaversham y los matones eran creaciones del akuma? Recordaron la reacción de Fidget al ver al detective y al médico en la juguetería y lo que gritó. ¿Entonces cómo era posible que los dos existieran si Ratigan no los trajo cuando transformó a la ciudad y sus ciudadanos? Eso no era lo que preocupaba a Ladybug en esos momentos, esa rata quería revelarle la verdad a Basil y los demás.

El profesor miró a los héroes y después a su rival, su sonrisa maliciosa crecía a la vez que poco a poco reía soltando al final una carcajada.

—¡Oh, esto es mejor de lo que esperaba! ¡Definitivamente atesoraré este momento! —paulatinamente Ratigan se calmó limpiándose las lágrimas que salieron a causa de la risa. Respiró profundo y continuó—. Los jóvenes aquí presentes (archienemigos de Papillombre e igualmente portadores de esas joyas mágicas), son en realidad seres humanos transformados en ratones gracias a mis nuevos poderes, otorgados por la mariposa negra, conocida como akuma.

Ladybug y Chat Noir estaban en shock al igual que los tres ratones protagonistas. Basil, Dawson y Olivia miraron sorprendidos a los jóvenes mientras que ellos estaban inmóviles sin atreverse a mirar a sus amigos ratones. Ratigan disfrutaba del caos que estaba provocando, así que decidió echar más leña al fuego.

—Y aún hay más, querido amigo. Si te impactó el descubrir que son humanos esto te dejara sin aliento...

¡SUFICIENTE!

Ladybug no pudo soportarlo más. Desde un principio tuvo la intención de decirle la verdad a Basil y los demás una vez terminaba la misión, purificados el akuma y el amok y antes de regresar todo a la normalidad, pero gracias a esa rata de alcantarilla todo se arruinó.

Ignorando los gritos de sus amigos, olvidando su arma y lo que le sucedió a al felino-roedor al tratar de atacar a la rata, la catarina-roedora corrió hacia Ratigan levantando su puño, lista para golpearlo. No obstante, como era de esperarse el ataque nunca le llegó al profesor, solo que esta vez no lo amortiguó el campo de energía, sino que el villano sujetó el puño de la joven deteniendo su agresión. En un rápido movimiento, el profesor dio media vuelta a Ladybug inmovilizándola sujetando su brazo detrás de su espalda y agarrándola del mentón haciendo que mirara directamente a Basil.

—Es una pena. Ambos somos simples herramientas en una batalla humana que no tiene nada que ver con nosotros ni nuestro mundo —dijo el profesor mirando fijamente a su némesis. Apartó su vista de Basil y miró a Ladybug—. Me sorprende que volvieras a confiar en una mujer después de lo qué pasó la última vez, en especial una jovencita.

Lo último que Ratigan dijo captó la atención de Ladybug. ¿Una mujer? ¿Acaso Basil...? Nunca leyó los libros, pero no se necesitaba ser un genio para saber que, si Basil era Holmes, entonces la mujer de quien la rata hablaba tenía que ser la versión ratonil de Irene Adler... ¡No era momento para eso!

El profesor vio las reacciones de los portadores de Miraculous, su archienemigo, el panzón y la niña. ¿Por qué no se le había ocurrido antes? ¡Esto era mejor de lo que planeo! Movió un poco la cabeza y al hacerlo un dulce aroma llego a su nariz; por instinto cerró los ojos, siguió el olor y al hacerlo sintió a Ladybug retorcerse.

—¿Qué haces?

Ratigan abrió los ojos y se dio cuenta de que su nariz estaba casi enterrada en el cabello de la chica. De modo que el aroma venía de ella.

—Solo trataba de admirar mejor esos lindos aretes. En verdad que son únicos.

Ladybug sabía que la rata mentía. Esa actitud le recordó al villano de otra película de Disney y se le erizó la piel.

Al fin recordó que su brazo izquierdo estaba libre, le dio un codazo en el estómago a la rata y por fin se liberó. Corrió hacia sus amigos a la vez que sacaba su yoyo, lista para pelear. Estaba a unos pasos de ellos cuando escuchó a Ratigan reírse, volteó y vio al profesor incorporarse y aún riéndose. Ante la expresión confusa de la heroína, el villano explicó:

—¡Jovencita ingenua! Con todo lo que revelé ¿crees que podrán derrotarme?

—¡Claro que sí!

—Entonces explícame ¿por qué Basil te mira de ese modo?

Eso desconcertó a Ladybug. Dio la vuelta y sintió su corazón detenerse al percatarse de lo que Ratigan decía: Basil la mirada con frialdad y dureza. Con odio, como si ante él estuviera el profesor y no a ella.

—Así que de eso se trataba. Desde el principio solo me usaste —incriminó Basil a Ladybug—. Sabías que no podrían detener a Ratigan solos, de modo que fueron a "pedir ayuda" cuando en realidad solo querían que hiciera el trabajo sucio.

—¡No! —gritó Ladybug alterada—. Te lo expliqué todo...

—¡Si ese humano tiene tanto poder ¿por qué usar a alguien más para hacer su trabajo EN ESPECIAL ALGUIEN DE UN MUNDO QUE NO LE CONCIERNE?!

—¡NO LO SÉ! ¡DESDE EL COMIENZO HA USADO PERSONAS INOCENTES COMO HERRAMIENTAS!

—¡Y USTEDES ESTÁN HACIENDO LO MISMO AHORA MISMO!

—¡CLARO QUE NO! ¡SABÍA QUE ERAS EL ÚNICO A QUIEN PODÍAMOS RECURRIR PARA SER UN EQUIPO Y DERROTARLOS!

—¡UN EQUIPO, SÍ CLARO! —Basil se acercó a Ladybug y la sujetó con fuerza del brazo. La joven nunca se había sentido así de aterrada antes—. ¡Siempre son las mujeres las menos sospechosas, cegando a los hombres con sus encantos y de esa manera manipularnos! ¿Qué otros secretos me has estado ocultando? Pero sabes qué, prefiero escucharte... ¡TRAS LAS REJAS!

¡SUFICIENTE! —Basil miró sobre su hombro. Chat Noir lo miraba furioso con las manos a sus costados y apretando fuerte los puños, la mano que tenía el bastón temblaba—. ¡Sino te dijimos nada no es porque los estemos usando, ES PORQUÉ SABÍAMOS QUE NO NOS CREERÍAN! ¿ACASO OLVIDASTE TU REACCIÓN AL VERNOS? —el felino-roedor gruñó y fulminó con la mirada al detective—. ¡AHORA NO ES MOMENTO PARA DISCUTIR ESTO!

—En eso tienes razón. —concordó Basil. Regresó su atención a Ladybug; la soltó, dio un par de pasos hacia atrás todavía mirándola con repulsión—. Confié en ti y creí que confiabas en mí, que ya no habría secretos entre nosotros, pero seguiste ocultando información y me usaste. —esas palabras no solo lastimaban a la heroína sino también a él mismo—. Por un momento llegué a creer que podríamos ser amigos. Que ingenuo.

—Basil

—Al final resultó que no eres diferente a Papillombre, ni a Ratigan.

Los ojos de Ladybug se abrieron, su mandíbula cayó levemente mientras su boca temblaba. Escuchar esas palabras venir del héroe de su infancia ocasionó un dolor en su corazón, como si se hubiera convertido en vidrio y roto en pedazos. Dejó caer su yoyo y miró al suelo derrotada; no se había sentido asqueada de sí misma desde que descubrió su parentesco con Lord Voldemort. ¿Ahora siendo comparada con Papillombre y, lo peor de todo, Ratigan? Esto tenía que ser una pesadilla.

Y hablando de los enemigos...

El profesor miraba con deleite el caos que ocasionó: enemistar a su némesis y objetivos. Mientras que el portador de los Miraculous de Mariposa y Pavo Real presentía una gran emoción negativa. Sabía de quién era y eso despertó su euforia.

—¡En verdad eres la más grande mente criminal que haya existido, profesor Ratigan! —elogió Papillombre

—Muchas gracias, Monsieur Papillombre. Ahora que los ánimos están por los suelos, arrebatarles sus joyas será un juego de niños

—¿Tienes alguna idea de cómo eliminar a tu enemigo de una vez por todas?

—¡Oh, tengo tantas ideas ingeniosas que no sé cuál escoger!

—Tengo una sugerencia

—Te escucho

—Hacer que Ladybug lo mate por ti, y de paso a Chat Noir

—Es una excelente idea. Veamos si mi poder me permite controlarla

—No será necesario

—¿De qué hablas?

—Siento emociones negativas provenir de Ladybug, provocadas por el detective y me permitirá akumatizarla sin problemas. Así que ¿te gustaría tener compañía femenina?

—Claro que sí —aceptó Ratigan riendo maliciosamente

Papillombre extendió una mano y una mariposa blanca se posó en está, la cerró haciendo que absorbiera energía negativa y al abrirla la mariposa se volvió negra y voló de su mano.

—Vuela mi pequeño akuma ¡haz que Ladybug se una a nosotros! —clamó Papillombre y la mariposa salió de la guarida.

El akuma llegó a la juguetería y entró por la ventana del techo. Olivia y Dawson miraban lo sucedido frente a ellos sin comprender nada, de pronto a niña escuchó ruidos de aleteos; levantó la mirada y vio una mariposa negra-morada volar hacia ellos.

—¡Una mariposa oscura! —avisó la pequeña, señalando con el dedo al insecto

Al escucharla, Chat Noir levantó la mirada y sintió que el alma se le caía a los pies al verlo. ¡Un akuma! ¿Pero qué...? Enseguida comprendió, sus orejas palidecieron y estaba por acerarse a proteger a su amiga y al detective, pero retrocedió cuando unos disparos se estrellaron contra el suelo casi dándole en los pies. Ese debió ser Fidget, oculto en algún lado.

—¡Maldición! —masculló el héroe. Vio al bicho maligno acercarse y alertó—. ¡Ladybug, cuidado! ¡Un akuma!

Al escucharlo, Basil miró a su alrededor y vio a la mariposa negra-morada aproximarse a ellos. Asombrosamente el insecto se hacía pequeño mientras se avecinaba a ellos. Observó a Ladybug, ella no se movió ni dio algún indicio de haber escuchado a su amigo.

—¡Basil, no dejes que el akuma toque a Ladybug! —advirtió el felino-roedor tratando de avanzar, pero los disparos del murciélago se lo impedían.

El detective miró a la mariposa y después a la joven. La heroína continuaba quieta mirando al suelo derrotada ignorando lo que sucedía a su alrededor. A parte de su oscuro color y que se encogía, Basil no entendía el alboroto. Chat Noir al ver que el ratón no hacía nada y el akuma estaba a unos metros de ellos (en medidas ratonil), volvió a gritar.

—¡¿CÓMO CREES QUE PAPILLOMBRE LE DIO SUS PODERES A RATIGAN?! ¡SI EL AKUMA TOCA A LADYBUG, LA CONTROLARÁN Y AHORA SÍ SE UNIRÁ A ELLOS! ¡¿QUIERES QUE ESO SUCEDA?!

Eso captó la atención de Basil. Seguía enojado con ella, pero si lo que el joven le decía sobre Papillombre y lo que le haría a la joven era cierto, entonces tenía que evitarlo. Pero ¿cómo detener algo desconocido para él y que no se puede tocar? Miró una vez más a la decaída Ladybug. ¿Ahora qué hacía?

—Oye... esa mariposa... —dijo el detective sintiéndose tonto por no saber qué hacer

—¡RÁPIDO! —gritó Chat Noir

El akuma estaba casi sobre Ladybug. Basil la abrazó y dio la vuelta. Esa acción hizo que la joven despertara al fin de su trance y vio con horror a la mariposa oscura detrás del detective.

—¡Basil!

El akuma no pudo tocar al ratón porque fue repelido por un campo de energía semitransparente rosa. La mariposa se alejó de ambos ratones y revoloteó sobre ellos. Al igual que con el ataque fallido de Chat Noir hacia Ratigan, todos miraron sorprendidos lo ocurrido, en especial el héroe y el profesor.

—¿Qué pasó? —demandó el profesor

—¡No! ¡Es imposible! —bramó Papillombre

—¿Qué demonios fue eso?

—¡Esa mocosa! ¡Recuerda que te hable de los nuevos poderes que esos dos han descubierto! ¡Uno de ellos es impedir la akumatización!

—¿QUÉ?

—¡Pero no tiene sentido que use ese poder ahora mismo! ¡Siempre lo hace cuando salva a mi víctima y le da alguna clase de protección para que no lo vuelva a atacar NO ANTES!

Mientras Ratigan y Papillombre hablaban, Basil y Ladybug miraban el akuma que seguía revoloteando sobre ellos.

—Así que esa mariposa es el poder de Papillombre y le dio a Ratigan los suyos

—Exacto

—Fascinante

Ninguno de los dos se percató que seguían abrazados, los únicos que sí fueron Chat Noir, Dawson y Olivia. El felino-roedor estaba aliviado de que la catarina-roedora se salvara de la akumatización, asombrado de ese campo de energía rosa que la protegió a ella y a Basil... y enojado porque los dos seguían abrazados. Papillombre sintió una nueva emoción negativa, dándose cuenta de que ahora provenían del joven héroe.

«Fallé con Ladybug, pero puedo akumatizar a Chat Noir» pensó maliciosamente el villano.

Chasqueó los dedos y la oscura mariposa voló hacia el chico. Ladybug y Basil la vieron alejarse de ellos e ir directamente hacia...

—¡Chat Noir! ¡Dawson! ¡Olivia! ¡CUIDADO! —alertó la heroína.

Por fin la joven y el detective se dieron cuenta de que continuaban abrazados. Con las orejas sonrojadas se soltaron y dieron la vuelta hacia sus amigos, pero unos disparos los hicieron retroceder.

—¿Qué rayos...? —exclamó Basil mirando a su alrededor—. ¿De dónde salieron?

—¡Fidget! —contestó Ladybug—. ¡Debe estar oculto en las sombras! —llevó una mano a su cintura para tomar su yoyo, pero se sobresaltó al no sentir su arma donde siempre. Buscó por todo su cuerpo alterándose a cada movimiento. ¿Dónde carajos...?

—¿Buscabas esto?

La heroína miró sobre su hombro, el alma le regresó al cuerpo al ver a Basil tenderle su yoyo.

—Gracias —dijo la joven recuperando su arma.

Ambos avanzaron, pero de nuevo el paso les fue cortado por los disparos. Esa rata alada...

Olivia se asombró al ver lo que pasó con esa oscura mariposa al tratar de tocar a Basil y Ladybug. Escuchó a la joven advertirles sobre el "acuna" y vio al insecto ir hacia Chat Noir y el joven no se daba cuenta porque miraba enojado a su amiga y al detective. Entonces pensó; si Basil pudo salvar a Ladybug, por lo tanto, ella podía hacer lo mismo con el chico. Armándose de valor fue hacia el felino-roedor, saltó y se abrazó a su cintura.

Dawson vio al akuma acercarse a ellos y después a la niña abrazar al joven protectoramente. Comprendió lo que hacía la pequeña, fue hacia ellos y también abrazó al héroe. Chat Noir estaba tan centrado viendo a Ladybug y Basil que no prestó atención a su alrededor sino hasta que Olivia y Dawson lo abrazaron.

—Oigan ¿qué están...?

Se interrumpió al escuchar el ruido de algo chocar enfrente de ellos. Miró hacia delante y vio al akuma ser repelido por el mismo campo de energía rosa que protegió a su lady y al detective. La mariposa se alejó de él y los dos ratones.

—¡Funcionó! —clamó feliz Olivia

—¡Asombroso! —exclamó Dawson impresionado

Al no percibir más emociones negativas, la oscura mariposa comenzó a alejarse de los ratones. Los presentes veían marcharse al extraño insecto. La heroína sostuvo con fuerza su arma.

¡Oh, no! ¡No te iras, pequeño akuma! —dijo Ladybug. Abrió su yoyo y lo hizo girar—. ¡Je te libère du mal! —lo lanzó y atrapó al bicho—. ¡Catch! —abrió el yoyo— Adiós... —el interior del arma liberó una intensa luz blanca. La heroína lo apartó y salió el akuma purificado ¡en su tamaño normal!— ... mariposa.

—¡Fascinante! —expresó Basil impresionado—. ¿Pero era necesario toda esa pantomima y frases?

—Cállate —dijo Ladybug apenada, a lo cual el detective solo se rio

—Interesante —los cinco ratones miraron hacia Ratigan—. Así que de ese modo derrotas a los villanos de Monsieur Papillombre. Interesante, sobre todo tu "adorable" pantomima y frases —y soltó una carcajada, la cual fue secundada por sus matones.

Ladybug no sabía si enojarse porque el profesor se burló de ella o asustarse porque Ratigan dijo exactamente las mismas palabras que Basil. Sacudió su cabeza para alejar esa loca coincidencia y encaró al villano.

—Ríe todo lo que quieras ¡pero tu maldad se termina aquí y ahora!

—Quiero ver que lo intenten, niña. Ni siquiera pueden acercarse sin que Fidget se los impida

Cierto, el sentimonstruo. Primero debían capturar a ese murciélago fastidioso. ¿Cómo encontrarlo? Podrían usar Revelio; no obstante, si lo usaban corrían el riesgo de mostrar lo que apenas lograron ocultarle a Basil y lo demás. Otra opción podría ser el Encantamiento Convocador, pero nunca lo habían usado en un ser vivo ¿funcionaría? Bueno, solo había un modo de saberlo.

La heroína sacó su varita y apuntó arriba de su cabeza.

¡Accio...!

El hechizo fue interrumpido por un disparo que rozó el dorso de la mano de Ladybug haciéndole un corte. La joven dejó caer su varita a causa del dolor, sujetó su mano herida y vio con asombro y horror correr la sangre. ¿Cómo era posible? Se suponía que su Miraculous la protegería de cualquier herida.

—¡Ladybug! —gritaron Basil y Chat Noir acercándose a ella.

El detective estaba más cerca de la joven, con delicadeza tomó su mano y revisó la herida.

—Afortunadamente el corte no es profundo —dijo Basil un poco tranquilo.

Sacó un pañuelo de su bolsillo y con este vendó la mano de Ladybug. Mientras el detective atendía a la catarina-roedora, el felino-roedor observaba el lugar tratando de encontrar a Fidget. ¿Dónde diablos estaba ese murciélago? Una vez lista la mano de la heroína, el detective le devolvió su varita y ambos encararon a la rata.

—¿Alguna otra brillante idea, mis amigos? —preguntó burlonamente Ratigan—. Con Fidget como mi francotirador oculto en las sombras, no hay manera de que puedan hacer algo al respecto, más que rendirse y entregarme sus Miraculous.

—Ratigan preguntó sarcásticamente. Pero hablando en serio ¿alguna idea? —consultó Basil

—Tengo algo —contestó Ladybug. Luego se volvió hacia su compañero—. Intentaré lanzar el Encantamiento Convocador de nuevo y mientras lo hago tú lanzarás el Encantamiento Escudo ¿entendido?

A sus órdenes, jefa

Ladybug soltó una risita al escuchar la respuesta de su compañero. Regresando a una postura seria, Chat Noir sacó discretamente su varita. A la cuenta de tres, la heroína levantó su varita y dijo una vez más el hechizo. Enseguida se escuchó el disparo y el héroe actuó.

¡Protego!

El hechizo cubrió a los cinco ratones. El disparo rebotó volviendo directamente hacia su origen, dándole a Fidget en su ala rota. Era su oportunidad. Chat Noir bajó el Encantamiento Escudo y Ladybug usó el Convocador una vez más:

¡Accio Fidget!

Para su buena suerte, el hechizo funcionó. El sentimonstruo salió de su escondite en las sombras e iba directamente hacia sus enemigos. No obstante, Ratigan usó su poder para recuperarlo haciendo que el murciélago cayera sin cuidado a su lado.

—Buen intentó, jóvenes. Pero Fidget se queda conmigo —dijo el profesor—. Ya fueron suficientes juegos. ¡Atrápenlos! —ordenó a sus secuaces

—¡Sí, profesor! —respondieron los matones y se acercaron a los cinco ratones que tenían rodeados

Dawson abrazó a Olivia. Basil y los héroes los rodearon para protegerlos.

—¿Ahora qué? —cuestionó el detective

Ladybug y Chat Noir se miraron de reojo. Sabían que si usaban sus poderes después tendrían solo cinco minutos antes de volver a la normalidad, no sería fácil ocultarse para proteger sus identidades y alimentar a sus kwamis, pero en ese preciso momento no tenían opinión. La catarina-roedora guardó su varita, cambiándola por su yoyo.

«Por favor que sea algo bueno. Siendo Ratigan tiene que ser algo a su nivel.» pensó la heroína mirando preocupada su arma.

¡Lucky Charm! —activó su poder y en su mano cayó...—. ¡¿Una pipa?! ¡DEBES ESTAR BROMEANDO! —gritó desconcertada Ladybug golpeándose la frente con la mano.

Chat Noir también se golpeó la frente con la mano. Sabía que el Lucky Charm otorgaba el objeto "correcto" para derrotar al villano, pero en estos momentos (al igual que su amiga) dudaba que fuera de utilidad.

Basil, Dawson y Olivia se impresionaron al ver el poder de Ladybug, nunca habían visto algo así y era algo fascinante. Sin embargo, el detective no sabía que lo desconcertaba más: ver aparecer de la nada un objeto y que al parecer este no era muy prometedor, o que al momento de invocarlo la ropa de Ladybug cambió por completo. Era de esperarse que conservara la temática de catarina, pero que se modificara su diseño era lo extraño, sobre todo porque era algo que nunca antes había visto: Ladybug ahora vestía ―lo que el detective suponía― un traje formal rojo con motas negras, camisa negra, guantes negros con una mota roja en el dorso de las manos (suponía que las dos estarían igual porque la derecha estaba vendada con su pañuelo) y zapatos negros de vestir con agujetas rojas. No tenía corbata y en su cabeza, donde antes estaba la cervadora, ahora había unos lentes con los cristales oscuros, seguramente negro.

―¿Ese es el famoso "poder de la creación" de la gran Ladybug? ―señaló Ratigan notándose la burla en su voz―. ¿Piensas derrotarme con esa "pipa de la paz"? ¡Es lo más patético que he visto en mi vida! ―el profesor rompió en carcajadas, seguido por Fidget y sus matones.

La heroína tenía las orejas totalmente rojas. Miraba con odio y vergüenza al villano y sus secuaces reírse de ella. El detective vio decaer el ánimo de la chica, con todo lo que descubrió sabía que ella era la única con el poder para derrotar al profesor, así que debía ayudarla.

―¿Ahora qué procede?

Ladybug apartó la mirada de Ratigan y posó su atención en el detective.

―¿Qué?

―El poder de la creación de tu Miraculous te dio esa pipa que, analizándola con detalle, se parece a la mía, solo que obviamente los colores son diferentes. Por lo tanto ¿ahora qué procede?

La catarina-roedora debía admitir que le sorprendió escuchar al ratón animándola a seguir sin cuestionarla por el objeto. Respiró profundo para darse valor y observó su alrededor. Al verla hacer eso, el detective dedujo que la joven analizaba su entorno para saber qué hacer ya que el objeto era solamente una pieza del rompecabezas. De modo que imitó la acción.

N/A: Visión de Ladybug: Roja con motas negras. Visión de Basil: Café.

Heroína y detective vieron la pipa. Sobre ellos un estante con un gancho libre. Ladybug también vio a Chat Noir, Olivia y Basil. El detective tomó la pipa de la mano de la joven y lo examinó.

―Esta encendida y la llenaron de más con tabaco. Si alguien la fuma se ahogará. Y de soplarla...

Los ratones se miraron y tuvieron una idea. Basil le devolvió la pipa a Ladybug y sacó el suyo junto con el recipiente donde guardaba el tabaco y la caja de fósforos. Mientras el detective preparaba su pipa como el otro, la heroína se volvió hacia la niña y le habló.

―Olivia, préstanos tu listón, por favor

―Claro

La pequeña se quitó su gorro, se quitó su listón rojo y se lo tendió a la joven. Ladybug lo recibió y ató uno de sus extremos a la pipa. Una vez lista la pipa, Basil ató el otro extremo del listón en el suyo.

―¿Qué hacen? ―preguntó Dawson

Chat Noir se volvió hacia los demás y vio a su lady y al ratón sujetando cada uno una pipa, atados con un listón rojo.

―Okey... ¿Y el plan es...?

―Olivia, tú quédate con el Doc y Chat Noir ―indicó Ladybug. Luego se volvió hacia su compañero―. A nuestra señal, suban los tres hacia el estante arriba de nosotros. Cúbranse nariz y boca con algo.

No muy convencido con el plan, el felino-roedor obedeció a su compañera. Cargó a Olivia y Dawson permaneció cerca del héroe para sujetarlo cuando fuera el momento.

Basil y Ladybug se colocaron de espalda contra el otro y se acercaron sus pipas a la boca.

—¿Listo?

—Sí

Ambos ratones inhalaron todo lo que pudieron y soplaron las pipas con todas sus fuerzas. El humo de las pipas salió de golpe y cubrió a los cinco ratones, alcanzado a los matones que estaban cerca de ellos y comenzaron a toser.

El ruido interrumpió la risa de Ratigan. El profesor miró hacia donde estaban sus enemigos y vio la cortina de humo negro.

—¡¿Qué diablos...?!

Del humo salieron con ayuda de su bastón Chat Noir, el rechoncho bigotón y la mocosa directamente al estante arriba de ellos. Casi enseguida salió de entre el denso humo el yoyo de la heroína enredándose en el gancho y al tirar de la cuerda salieron del humo Ladybug y Basil tosiendo.

Ratigan fulminó con la mirada a sus enemigos tratando de escapar y se volvió hacia Fidget y sus matones.

—¡No se queden ahí como idiotas ATRÁPENLOS!

Chat Noir, Dawson y Olivia se quitaron del rostro los pañuelos y la bufanda que usaron para cubrirse. Enseguida Ladybug y Basil los alcanzaron, ambos todavía tosiendo a causa del tabaco.

—¿Están bien? —preguntó el felino-roedor

—Sí —respondió entrecortada la catarina-roedora—. Con esto menos ganas me dan de fumar

—Con esta cantidad de tabaco, es obvio que no —comentó Basil entrecortado

La heroína y el detective aún no se reponían, pero tenían que moverse y rápido. Ladybug agarró a Olivia de la mano y empezó a correr seguidas por los hombres. Gracias al poder de Ratigan, sus matones pudieron subir al estante prontamente y acorralar a los héroes.

Los matones sacaron sus revólveres y dispararon. Ladybug y Chat Noir hicieron girar sus armas para protegerse; desafortunadamente no fue suficiente, el poder de Ratigan era muy fuerte y la prueba fue que una bala rozó el brazo derecho de la catarina-roedora y otra le dio en el hombro izquierdo al felino-roedor. Rápidamente los héroes sacaron sus varitas y conjuraron el Encantamiento Escudo el cual por fortuna funcionó.

Basil y Dawson fueron a auxiliar a los jóvenes, el detective a Ladybug y el médico a Chat Noir.

—¡Oh cielos! ¿Están bien? —preguntó preocupado el ratón bonachón

—No —contestó Chat Noir sujetándose el hombro herido.

Quitó su mano de la herida, la vio y sus orejas palidecieron al ver la sangre gotear entre sus dedos. ¿Qué clase de poder tenía esa rata? Con cuidado, Dawson revisó la herida del joven. Sangraba peligrosamente y no había herida de salida, la bala había quedado incrustada en el hombre del héroe. Basil revisó la herida de Ladybug y se preocupó al ver que esta si era más profunda que la de la mano y en consecuencia sangraba mucho. Ambos ratones debían pensar en como detener el sangrado o sino los jóvenes...

La heroína vio la expresión del detective. Con sentir el ardor de su herida sabía que era grave y no tenían los recursos (ni el tiempo) para atenderlos, de modo que debían actuar rápido. A pesar del dolor, Ladybug levantó su brazo y apuntó su varita hacia los matones que estaban enfrente de ellos.

¡Desmaius!

Una luz roja salió de la punta de su varita y le dio al rufián más cercano a ellos lanzándolo de espaldas y llevándose con él a sus compañeros que estaban detrás de él dándoles a los cinco ratones camino libre. La heroína agarró con su mano izquierda la mano de Olivia y reanudo la huida.

Los hombres al ver a las chicas moverse de inmediato las siguieron. Los portadores de Miraculous mantuvieron el Encantamiento Escudo; sabían que no podían estar así por más tiempo, necesitaban pensar en un plan.

De pronto el camino se terminó debido a que un fuerte disparo derribó parte del estante y el hueco era demasiado grande para cruzarlo. Los ratones dieron media vuelta para regresar, pero al hacerlo se encontraron con los matones. Estaban atrapados.

Ratigan miraba victorioso a su némesis y objetivos acorralados. La victoria estaba asegurada.

—¡Finalmente! ¡Ladybug y Chat Noir están vencidos! —clamó Papillombre

—¡Después de tantos años, se terminó la corta y mediocre carrera de Basil de la Calle Baker! —clamó Ratigan

Ladybug, Chat Noir y Basil miraban a los matones y al estante destruido. Debían pensar en algo rápido, no podían perder... no así. Súbitamente la heroína tuvo una idea. Todavía tenía su varita en la mano, la levantó y apuntó a los pies de los matones.

¡Descendo!

Abruptamente los matones cayeron del estante. Enseguida Ladybug hizo explotar donde hace unos momentos estaban los secuaces de Ratigan.

—¿Se puede saber qué demonios estás haciendo? —preguntó Basil desconcertado

Antes de responder, la heroína vendó con magia su herida. También con un rápido movimiento de varita atendió la de Chat Noir.

—Ponerlos a salvo

—¿Disculpa?

—Tú, Dawson, Olivia y Chat Noir se quedarán aquí...

—¡Wow, wow, wow! Alto ahí —interrumpió el héroe—. ¿Cómo que "me quedo aquí"?

—Tengo un plan para distraer a Ratigan, Fidget y sus hombres. —continuó la joven ignorando a su compañero—. Ustedes aprovecharán para escapar...

—¿Y cómo haremos eso si ambos lados del camino están destruidos? —preguntó enojado el detective

—Chat Noir los reparará con magia

—¿Qué te hace pensar que irás sola a enfrentarlos? —preguntó indignado el felino-roedor

—Porque si no lo haces, en cuanto volvamos a la normalidad te convertiré en un tapete de gato

—Uy, que miedo

Ladybug puso los ojos en blanco. Sacó su yoyo y camino hacia uno de los bordes del estante seguida por Basil y Chat Noir. Ambos le reclamaron a la joven por su plan, pero se callaron porque Ladybug dio media vuelta, golpeó con fuerza la pared y los miró fríamente.

—¡Se quedan aquí ¿ENTENDIDO?!

El detective y el héroe no tuvieron más opción que asentir. Estancado el tema, la heroína bajó con ayuda de su yoyo ante la mirada de preocupación de su compañero y los ratones. La catarina-roedora tocó tierra, miró hacia dónde estaban tirados los hombres de Ratigan aún aturdidos por la caída y silbó llamando su atención. Los matones mirando por todos lados hasta que uno de ellos vio a la joven y avisó a los demás. Ladybug les sacó la lengua tirando hacia abajo su párpado inferior izquierdo exponiendo la parte inferior roja. Eso molestó y desagradó a los malos; se levantaron y fueron tras la joven.

Ladybug huyó de ellos, ahora que tenía su atención sus amigos estaban a salvo. Desafortunadamente, la heroína no pudo ir muy lejos ya que enseguida se vio acorralada por más matones. Miró a su alrededor buscando algún hueco en el círculo de secuaces del profesor, pero no encontró nada. Estaba atrapada.

—Se acabaron tus jueguitos, niña. —dijo Ratigan fuera del círculo—. ¿Y en serio creíste que con solo dejar a tus amigos atrapados en ese estante estarán a salvo? En cuanto te quite tu Miraculous iré por el de tu "lindo gatito" y me deshace de Basil. —los matones dieron un par de pasos al frente con la intención de intimidar a la catarina-roedora. La rata observó mejor a la joven y comentó—: A propósito, Ladybug. Me gusta mucho tu nuevo disfraz. Aunque no parece el atuendo adecuado para una dama ¿no crees? Y esos lentes de sol no son de mucha ayuda ya que es de noche y por ende todo esta obscuro.

Ratigan y sus secuaces rieron burlonamente. Ladybug arqueó una ceja. ¿Nuevo disfraz? ¿De qué rayos hablaba esa rata de alcantarilla? Observó su cuerpo y grande fue su sorpresa al verificar que su ropa cambió. Desde que descubrió sus nuevos poderes, y convocaba su Lucky Charm, su traje cambiaba en el proceso. Nunca se le pasó por la cabeza que, a pesar de cambiar su traje de superheroína, este volviera a transformarse al invocar su poder.

Revisó su nuevo atuendo y trató de controlar la sonrisa que se formaba en su rostro. Esa ropa era igual a la que usaba el «Teniente Horatio Caine» de la serie policíaca CSI: Miami, solo le faltaban los lentes de sol... un momento, Ratigan dijo que tenía unos. Se revisó el cuerpo encontrándolos en su cabeza. Ahogó un grito de emoción al tomarlos y observarlos. ¡Eran exactamente los mismo lentes del personaje!

«Esto ya se desvió demasiado de la trama de la película. Pero con los cambios que está rata hizo ¿qué importa?»

Regresó los lentes a su cabeza (le daba la razón a Ratigan de que eran inútiles ahora mismo por la obscuridad de la noche) y miró con una sonrisa de superioridad al villano y sus secuaces. Fidget fue el primero en dejar de reírse, al ver la expresión de la heroína, tiró de la capa de su jefe y le señaló a la joven. Ratigan vio a Ladybug y arqueó una ceja ante la mirada de su rival ¿qué se traía entre manos esa jovencita?

—¡No la subestime, profesor! —advirtió Papillombre—. ¡La única razón por la que Ladybug haga esa cara es porque tiene un plan!

—Descuide mi buen amigo, no dejaré que esa... señorita me gané

Ratigan chasqueó los dedos y sus matones se acercaron a la heroína como un grupo de depredadores a apuntó de atacar a su presa. Ladybug hizo una expresión pensativa y contó a sus adversarios en voz alta.

—Quince de ustedes contra mí ¿y ahora qué voy a hacer? —preguntó "preocupada" la heroína sacando de su bolsillo un pañuelo rojo con motas negras

—¡Por favor, niña! Ni siquiera tu compañero se creería esa patética actuación tuya —se mofó la rata

—Bueno, al menos lo... lo...

Ladybug sintió un leve picor en su nariz. Entonces estornudó cubriéndose boca y nariz con el pañuelo, pero de este salió un humo rojo que la cubrió. Los matones al ver el humo se abalanzaron sobre ella, se escucharon golpes y en cuanto el humo desapareció reveló a los secuaces de Ratigan encimados unos con otros al tratar de capturar a la heroína que había desaparecido.

—¿Qué demonios...? —exclamó Ratigan desconcertado y mirando su alrededor.

—¿Qué sucedió? —preguntó Basil, volviéndose hacia el joven héroe—. ¿Qué está haciendo?

—No lo sé. Ya sé que suena ridículo porque es mi amiga y compañera y debería saber lo que piensa, pero créeme, llega hacer cosas que me parecen demasiado extrañas y arriesgadas hasta para ella.

Él y los demás miraban la situación preocupado. No querían dejar sola a Ladybug, pero tampoco podían hacer nada porque, sin que Chat Noir se diera cuanta, la joven usó el Encantamiento Escudo no solo para "protegerlos" sino para mantenerlos al margen de la situación.

De pronto se escuchó un silbido. Todos voltearon hacia el origen y vieron a Ladybug a unos metros de Ratigan y sus matones, a la izquierda de estos. Los secuaces se abalanzaron contra ella.

«Hablando de desviarme del tema, hora de sentirme «Esmeralda». A pesar de estar en una juguetería.»

Aunque pensó que no podría hacer lo mismo que la gitana de la película El Jorobado de Notre Dame, Ladybug pudo dejar fuera de combate a los matones e incluso derribar a Ratigan y Fidget. Una vez vio a la rata y el murciélago en el suelo, se acercó a ellos para buscar el objeto akumatizado. Desafortunadamente, el villano sintió la aproximación de alguien, agarró la mano con fuerza y se incorporó.

—¡¿Buscabas algo?!

—¡Quítale la manos de encima, asquerosa rata!

Ratigan y Ladybug se volvieron hacia el origen de la voz y, para asombro de la heroína, Chat Noir y los ratones corrían hacia ellos. ¿Cómo es que...? La joven se quedaría con la duda, porque el profesor soltó a Ladybug, pero enseguida la sujetó de la cintura con una mano y la otra en su cuello como si quisiera estrangularla, aunque en realidad amenazaba con córtale el cuello a la catarina-roedora con sus garras. Al ver la amenaza, Chat Noir y los demás se detuvieron; Dawson abrazó a Olivia y la niña asustada se cubrió los ojos con la chaqueta del doctor. El felino-roedor miraba preocupado la situación. Y Basil... solo miraba a la rata de alcantarilla y a la joven; su cerebro trabajaba a toda velocidad, recordó que él todavía tenía las pipas atadas con el listón de la niña, pero ¿de qué podrían servirle en esas circunstancias? En especial porque su némesis tenía poderes que él desconocía.

Al ver la desesperación en el rostro del detective, la heroína sabía que debía hacer algo para liberarse de la rata de alcantarilla y quitarle el objeto akumatizado; hablando de eso, tenía una idea de cuál podría ser, pero necesitaba estar segura primero antes de hacer una imprudencia. Hablando de actuar sin pensar...

«Primero CSI: Miami, luego El Jorobado de Notre Dame. Y ahora va Miss Simpatía, la cual tiene más sentido porque es policial.»

Ladybug se tranquilizó y recordó el movimiento de Gracie Hart. Lo recitó en su mente a la vez que hacia los movimientos liberándose de Ratigan y apartándose de él rápidamente. Basil corrió hacia ella, la sujetó de la muñeca alejándola por completo de su archienemigo y la abrazó protectoramente haciendo que las orejas de Ladybug se pusieran del mismo color que su traje.

—¿Estás bien? —preguntó preocupado el detective

—S...sí —tartamudeó en respuesta la heroína

—¡No creerán que escaparan ¿o sí?!

Basil y Ladybug se volvieron hacia Ratigan, recuperado del ataque, mirando a todos casi con demencia; al parecer trataba de controlar los instintos salvajes comunes de una rata. La catarina-roedora prestó atención en su entorno y su visión le resaltó el piso de madera dónde estaban parados el profesor y el murciélago (se acercó a su jefe en cuanto este cayó al suelo), miró a su compañero y el listón con las pipas que sobresalían un poco del bolsillo de Basil. Un plan se formó en su cabeza. Sacó las pipas de la capa Inverness del detective e indicó al felino-roedor.

—¡Chat Noir, el suelo!

El héroe comprendió enseguida que su lady tenía un plan (como siempre). Guardó su bastón y se colocó en una pose de combate.

—¡Entendido! ¡Cataclysm!

La mano de Chat Noir se cargó con energía destructiva. Ratigan vio lo que hacían y rio.

—¡Ja! ¿En serio creen que no sé qué es lo que pretende hacer ese mocoso? ¡No podrán...!

Ladybug lo golpeó con su yoyo directamente en el rostro aprovechando la distracción del profesor. Después atacó a Fidget, también agarrándolo desprevenido; pero al momento de lanzar el segundo ataque, villano y sentimonstruo los esquivaron. No obstante, los ataques con el yoyo solo eran una distracción; la heroína estaba haciendo girar las pipas y en cuanto vio su ventana de oportunidad las lanzó dándole en las piernas a Ratigan y Fidget atándoselas y derribándolos. Esa fue la señal de Chat Noir; corrió hacia ellos y unos segundos antes de que su compañera lanzara las pipas se deslizó por el suelo tocándolo y pudriendo la madera a su paso. En cuanto vio que los enemigos estaban fuera de combate, y la madera comenzaba a desmoronarse, sacó su bastón y lo extendió saltando por los aires. Ladybug lanzó su arma hacia él y el joven atrapó el yoyo siendo enseguida jalado por ella.

La catarina-roedora sacó su varita y con un Accio recuperó las pipas justo a tiempo ya que Ratigan y Fidget cayeron. El felino-roedor se acercó a su compañera y chocó su mano con la de ella.

—Bien pensado como siempre, Mi Lady

—Merci chatón

El grito de emoción de Olivia hizo que los portadores de Miraculous dieran media vuelta encontrándose con las caras de asombro de los tres ratones.

—¡Asombroso! —exclamó Dawson, todavía procesando lo que acababa de ver

—¡Eso fue lo más genial que he visto en mi vida! —gritó emocionada Olivia

—¿Así son siempre sus batallas? —preguntó Basil, aún estupefacto

—Um... más o menos —admitió Ladybug

—Ahora, vamos por el objeto akumatizado —recordó Chat Noir

Casi llegaron al hoyo provocado por el Cataclysm, cuando de repente la juguetería empezó a temblar. Olivia se abrazo asustada a Dawson.

—¡Cielos! ¿Qué esta ocurriendo? —preguntó el médico asustado y confundido

Su respuesta llegó con una voluta de humo negro, púrpura y azul eléctrico, saliendo de esta la voz de Ratigan.

—¡No crean que me han vencido! ¡Veamos si pueden salir de esta!

La voluta de humo salió de la juguetería y de pronto el lugar comenzó a derrumbarse. Ladybug y Chat Noir fueron hacia los ratones protegiéndolos de los escombros con su magia y miraron a su alrededor buscando una salida; no veían nada y no había tiempo ni oportunidad para usar el Miraculous de Caballo o sus portales. La heroína miró la pipa que su Lucky Charm le dio, no tenía otra opción si querían salir con vida de ahí.

Desató la pipa y gritó con todas sus fuerzas al ver un enorme pedazo de techo caer directamente hacia ellos.

¡MIRACULOUS LADYBUG!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro